La otra tarde estaba yo en la Barra Física Interina (B.F.I.) cuando entró uno de los indigentes viejos de la plaza. Pidió que le encendieran la máquina del tabaco y, renqueando con su muleta, se acercó y sacó su paquete de Winston (es un clásico de los que aún fuma Winston) Mientras me pedía fuego para encenderlo (una cosa es fumar Winston, y otra bien distinta es comprarse un mechero), se pidió un JB con coca cola.
Sorprendentemente, hay personas a quienes tal proceder escandaliza. Este indigente es el que se pone en la puerta de La Caixa a pedir con su muleta y su aspecto de muerto viviente. Es sabido que las oficinas bancarias son un sitio estupendo para pedir, ya que el pedido no puede alegar que no tiene pasta (se supone: yo normalmente voy al banco a pagar algo) Además, son un refugio contra las inclemencias del tiempo. Especialmente desde que los indigentes cobran por cuenta corriente el Ingreso Madrileño de Integración y pueden abrir la puerta con su tarjeta. En resumen, que, con Albergue e I.M.I, ¿qué quieres que haga el hombre con lo que saca de pedir en la puerta de La Caixa? ¿Comprarse un bocata chopped? Pues vaya gilipollez. ¿Usted, amable lector, lo haría?
A mí, la verdad, no me escandaliza: Tardan más en morir, es verdad; pero, oye, tienen su albergue para vivir y comer, cobran cada mes el I.M.I. y –aunque resulten antiestéticos- por lo general no se meten con nadie. Hay uno, concretamente, que aparece de vez en cuando cuando la B.F.I. está a punto de cerrar y no pide nada. Se limita a decir que se encuentra muy mal y que a ver si el camarero puede llamar al SAMUR SOCIAL. Mientras tanto, se bebe un vaso de agua (porque si probara una gota más de Don Simón, probablemente moriría) y charla con los clientes habituales. No va muy limpio, bien es verdad; pero, como fue profesor de Historia de instituto hasta que la cosa del divorcio, la depresión y demás lo lanzaron al arroyo, la otra noche que yo no andaba muy fino, tuvimos una animada charla sobre Sancho El Mayor y las cosas del Reyno de Navarra y de que de aquellos polvos vienen estos lodos y que para qué conquistó Pamplona el Duque de Alba y que para qué el Papa De La Rovère fulminó el entredicho sobre el Reyno y tal... Y que que los euskaldunitos se jodan y no haberse hecho castellanos en la Edad Media.
Luego llegaron los del SAMUR SOCIAL y, como siempre, le afearon su conducta: que qué morro tienes, que siempre nos haces lo mismo, que no somos un taxi para llevarte al albergue cuando estás pedo. Pero, la verdad, acaban riéndose y llevándolo al albergue una vez más.
Los indis del barrio se han convertido en parte del paisaje. De hecho, son siempre los mismos desde hace años. Algunos son malos. De hecho, algún roce ha habido con alguno que se ponía violento. Pero esos no suelen durar mucho, porque los echan del albergue y se van a sitios más propicios hasta que los echan también. Bueno, y también está uno que tiene la fea costumbre de hacerse pajas en el banco de la plaza; pero la mayoría se conforman con pedir un poco, que para eso está todo lleno de bancos y tenemos la iglesia ahí mismo, con todas las señoras que conservan las tradiciones y ven normal lo del pobre a la puerta.
A mí me sorprende su resistencia. La mitad son yonkis que sobreviven a base de metadona y el resto (y los de la metadona también) presentan un cuadro de diversos grados de alcoholismo absoluto.
Pero, yo me pregunto: ¿sobreviviría Don Simón sin los indis? ¿Alguno de ustedes, amables lectores, bebe Don Simón? O sea, que los antes llamados mendigos son el único sostén que le queda a la españolísima industria del vino malo. Los méndigos y el I.M.I. De hecho, a veces pienso que el único motivo de la Comunidad de Madrid para financiar el bebercio de nuestros indigentes (aparte de acallar un poco la mala conciencia de los burgueses y reducir el porcentaje de tirones a las abuelas) es subvencionar de modo encubierto aquéllo que la P.A.C. (Política Agraria Común) no financiaría jamás: es decir el vino malo en tetrabrik.
OK: ya sé que la juventud descarriada del botellón consume una sustancia denominada kalimotkxo (antiguamente calimocho, infecto brebaje que sólo se consumía en el hogar del soldado y que uno no volvía probar una vez acabada la mili) Pero la juventud es una enfermedad que se pasa felizmente con los años y uno puede pasarse a bebidas más agradables al paladar. Los únicos que permanecen fieles de por vida al vino de tetrabrik son los citados indigentes. Y, así, la subvención se encubre en el capítulo de “política social y de integración”. Es genial.
Hay algunos que los veo en tan mal estado desde hace tantos años que la verdad no termino de comprender cómo están vivos. Alguien debería investigarlo. Hay uno que incluso ganó una cruz del mérito militar en Bosnia, en una de las primeras misiones. Y ya ves para lo que ha quedado. (No me lo ha contado él. Lo sé desde antes de que fuera indigente; aunque algo bolinga ya era)
En fin, hay otro que es poeta urbano. No se droga ni bebe alcohol y es muy limpito, así que sus poemas son bastante malos. Vive por las mañanas en la B.F.I. desde que le fue cogiendo confianza. Pide un vaso de agua (el medio mes que le dura el I.M.I., un poleo) y se dedica a escribir sus poemas y a gorronear educadamente tabaco a los conocidos. Los poemas son malísimos y bastante carcas; pero su fallo (bueno, o su virtud) es que como no tiene miras comerciales, en lugar de fotocopiarlos y venderlos por los bares por la voluntad (aunque creo que esta especie está ya medio extinguida) se limita a dedicárselos a la camarera de por las mañanas, de quien está -¿cómo no verlo?- perdidamente enamorado.
El viernes por la noche hubo jam session. Había un alemán que cantaba blues de puta madre y además lo actuaba mucho para risas del respetable. Yo me fui a una hora prudente, pero salieron de allí de amanecida. A las 11 o cosa así, voy a tomar café y aparece el alemán, que le pregunta a la camarera que es polaca) que si ella, como profesional, considera que está en condiciones de tomarse otro cacique con coca. Ella me mira, le mira, y le pregunta si tiene que conducir. El dice que no. Ella le pone el cacique con coca.
En ese estado ucrónico que mis amables lectores conocerán en el que para tí todavía es ayer, se le acerca el tal Paquito y, después de pedirle si sería tan amable de invitarle a un cigarro, va y le lee su último poema. Una cosa tristísima acerca de una embarazada que por fin tiene el niño y está muy feliz. Se supone que es un canto a la maternidad, pero por alguna extraña razón (supongo que de lo malo que es) resulta la mar de triste. El alemán se lo queda mirando y le pregunta si es suyo. Paquito le dice muy orgulloso que por supuesto que sí, que lo escribió ayer.
Ahí es donde el alemán patina, porque está muy pedo y le dice que si es que acaso es poeta. Paquito ve el cielo abierto y se va a la mesa a por su cartera y saca su fajo de poemas. Cuando empieza a leerle su “En memoria de Miguel Ángel Blanco”, entra una clienta habitual, buena samaritana, con una de las indigentes yonkis de la plaza que está embarazada como de 15 meses y que se acaba de caer con el pedo y se ha dado una hostia en la rodilla, a ver si le dan una bolsa de hielo para la cosa de la inflamación.
Ahí, yo aprovecho para tomar el portante y huir hasta la noite.
Como presunto integrante (cada vez menos, paso de los años mediante) de la juventud descarriada del botellón, debo manifestar y manifiesto:
ResponderEliminarque el calimocho no debe ser jamás llamado kalimotxo, so pena de desvirtuar la rica ortografía del no menos rico e imperial castellano añejo;
que el calimocho es habitual en la mitad norte de nuestra península, con apenas repercusión en el sur (y menos aún en Extremadura, cuna botellonera por antonomasia);
que el calimocho es una bebida apestosa, repugnante e impulsora de la cirrosis más temprana;
que no he consumido ni consumiré nunca calimocho, pues supone desvirtuar las virtudes de esa Coca-Cola que tanto aprecio y, además, rompería con mi proverbial-ocasional abstemia;
que el mejor calimocho, según tengo comprobado tras años deambulando por barras salmantinas, no se elabora con Don Simón, sino con el vinarro más infecto y el refresco de cola más barato;
que todo lo dicho puede ser utilizado en mi contra.
En Seronia, a fines de julio de un año como éste.
Estimado Fer: yo lo único que puedo decir es que la primera vez en mi vida que probé tan repulsivo bebercio fue en la cantina del CIR de Hoyafría, que está al Sur, pero no en la Península.
ResponderEliminarPor lo demás, a lo mejor me he hecho demasiado mayor o mi cuenta de resultados ha alcanzado cotas que en otro tiempo jamás habría soñado, pero... ¿Existe hogaño algo peor que el Don Simón?
Tal vez me he aburguesado más de lo que yo pensaba.
Admirado Pcbcarp, sí existe algo mucho peor que el Don Simón.
ResponderEliminarLos últimos estudios científicos (avalados por Ronaldinho, que lo patrocina todo) demuestran que un nauseabundo néctar se envasa bajo la común denominación de vino.
Sirvan como ejemplo las marcas Coto Serano (que no Serrano) o Cumbres de Gredos.
En cuanto al refresco de cola, es harto preferible aquél que sepa a flash derretido. Es el caso de Suiss, Siti-Cola o Eski.
[A modo de excepción, también cumplen sobradamente dicho cometido los respectivos vinos y colas de las siguientes empresas: 1 (en cualquier centro Carrefágüer), Día, Spar o el que toque en Lidl].
Lo triste, sin embargo, es que yo sepa estas cosas sin haber bebido jamás más de un trago de semejante veneno...
Mon Capitain, el calimocho, así con c y ch, era la bebida estrella entre los adolescentes de mi época de ídem en las fiestas de los pueblos.
ResponderEliminarSiceramente he de decir que estoy con Pcbcarp. El primer calimocho que probé en mi vida fue en la cantina de la 1ª Cia del C.I.R. en Cerro Muriano (Córdoba) y el último en la cantina del batallón de carros medios Soria nº 9 en el acuartelamiento Las Canteras (Alcalá de Guadaira, Sevilla).
ResponderEliminarEn cuanto a los indis, me acuerdo de Manolo (que en paz descanse) y sus celebraciones de los goles de la selección. No se como, pero se consiguió una equipación, y allá iba Manolo con su camiseta roja y pantalón azul, marcando goles calle abajo. Salud por él
¡Qué mayor estoy!!!
ResponderEliminarAh, el calimocho: compendio de todo mal, sin mezcla de bien alguno. Cubata del menesteroso, vinazos infames te sustentan. Prolegómeno, a no dudar, de alcoholismos virulentos, inanes, (francamente, algo cutres), de cirrosis de cinco estrellas. Don Simones, Cumbres de Gredos: sean los Presidentes de los Consejos de Administración de las firmas envasadoras (que no productoras: son remezclaos de vinazos de todo origen) 'condenaos' a beber esa basura per saecula, saeculorum amen.
ResponderEliminarP.S.: Me he comprado las 'Memorias de un Soldado' :-D
UN DON DIIIN DE LA POLI POLITANAAA.
ResponderEliminarUN CAÑON QUE NO SIRVE PARA NADAAAAA.
NIÑA VEN AQUÍ.
YO NO QUIERO IIIR.
SALVA PAAAARA TI.
(Exclusivamente para el Jefe)
Y ahora, acertijo estival para todos-as
"Si me nombras... desaparezco".
Escribid vuestras respuestas a este apartado de correos y el primero en hacerlo será obsequiado con una vista de AURORA BOREAL EN...
-TACHAN ,TACHAN-
¡MARINA D OR, LEPE, RASCAFRIA O...
SAN MARTIN DE VALDEIGLESIAS!.
¡SUERTE, AMIGOS-AS!.
El silencio.
ResponderEliminarSi se puede elegir, yo me conformo con un viaje a Puerto Hurraco.
XDDDDDD qué bruja (iba a poner otra cosa, pero si se descontextualiza queda feo, y no quiero malentendidos) jajajaja. Un beso, maja.
ResponderEliminarMuy requetebien, Fer.
ResponderEliminarY no , las opciones son las que están en el programa.
Además desde Puerto Urraco, no se puede contemplar la AURORA BOREAL...
:)
Si, Raquel soy una bruja, pero buena.
Juas.
este post puede que te interese, es de un amigo mío:
ResponderEliminarhttp://fraternidaduniversal.blogspot.com/2007/07/la-monarqua-y-la-opinin-pblica.html
leélo, está bastante bien. Un saludo.
Buenos días a todos. Observo que algunas ya se están soltando un poco. Bueno, yo estoy pasando unos días en el refugio veraniego de Piolet en Flandes, así que ya pondré orden cuando vuelva a las Españas.
ResponderEliminar¡Coño! Todo el mundo se va de vacaciones.
ResponderEliminarSi, y además a lugares famosos por su animación y alegría, como Flandes por ejemplo.
ResponderEliminarJuas elevado a la enésima potencia...
Lo podrá soportar Nesta?.
:)
Igual se ha ido a clavar la pica en Flandes, H. Yo en cosas íntimas no me meto, jua jua jua....
ResponderEliminarDonde yo vivo el calimocho se elabora con "cola dia" y vino "El Virtuoso"
ResponderEliminarP.D: Me ha gustado lo de "la juventud es una enfermedad que se pasa felizmente con los años"
Saludos
¡Bueno...! Ya estoy de vuelta, que lo bueno, si breve, dos veces bueno. Estimadas Hiena y Raquel, me regocija constatar que, no obstante vuestra edad, en vez de proponeros como modelo de circunspección y costumbres morigeradas, os venís de juerga a esta barra virtual aprovechando que el tabernero ha salido. Me parece estupendo que cotilleéis tras evidentes ceremonias de adoración activa a Baco. Sólo recordaros la existencia del messenger.
ResponderEliminarSunako chan, ajimemáshita. Tómate algo, mujer.
Y para los demás, ya hablaremos, que acabo de llegar y estoy un poco cansado, que los años no perdonan.
A tu salud ;)
ResponderEliminar¿Y por ser un indigente moral no me pagarían a mi eso?
ResponderEliminarAh, no, que no estoy en Madrí...
Apreciado Folken: ¿acaso en Valencia no tenéis Ingreso Valenciano de Integración? Bueno, siempre te queda venirte a vivir a Madrid, pero imagino que tendrías que someterte a un proceso acelerado de cirrosistización, qu creo que lo hacen enterrándote hasta el cuello y alimentándote mediante un embudo con 20 tetrabriks de don simón diarios.
ResponderEliminarLo malo es que luego te puede pasar como al Manolo del que hablaba mi amigo Ray, que primero le tatuaron una polla inmensa aprovechando una borrachera y luego lo murieron al hombre. O como a Pablo, que ayudaba a las señoras a subir el carrito de la compra en el mercado y unos alegres jóvenes prendieron fuego al coche donde dormía, con él dentro.
Y yo por aquí perdiéndome esta maravilla de post.
ResponderEliminarVeo que estáis animados y entretenidos con el personal; estupendas descripciones de personajes marginales, es posible que algún día copie la idea y describa algunos que circulan por mi territorio, ¿porqué nos fascinan tanto?
Saludos!!!
Capi:Jamás he probado el calimocho.
ResponderEliminarNo me gusta el vino, ni siquiera el recomendado por un somelier...
¿ok?.
Mon Capitain, ¿no sabe usted que cuanto más viejas más pellejas? jeje.
ResponderEliminar¿Y que si no es así debería serlo? jua jua jua.
Sobre el Comentario de la fiesta nacional con respecto a la actuación de los neonazis, neocon o como se los quiera llamar, vale.
ResponderEliminarPero no se da la vida por Espña, eso lo dicen los políticos, se hace por seguir un motivo que se cree digno y noble y además ganarse el sueldo y un lugar en el mundo.
No son "pringados", entre ellos y ellas habrá de todo como entre médicos, abogados, fontaneros etc. Pero corren más riesgos. Ese colectivo merece, hoy día, mejor atención.
Es una opinión
My best wishes