Hace unos años, un conocido mío que, por aquel entonces, era infante de Marina, participó en unas maniobras de fuerzas de operaciones especiales de la OTAN en Cerdeña. El primer día, fueron eliminados los SEAL estadounidenses. El motivo: una prueba de patrullas en las que estaba prohibido el GPS. Ninguno de los intrépidos comandos yankis tenía ni puta idea de cómo orientarse con plano y brújula.
El dato no es baladí, qué va qué va... En cambio, es altamente representativo de nuestro tiempo. Surge una tecnología nueva que nos alivia de la ardua tarea de pensar y... ¡joder! pues dejamos de pensar. ¿Para qué voy a aprender procedimientos obsoletos para sumar o multiplicar si existen las calculadoras?
¿Y el así llamado Arte? Hace años, el amigo Piños y yo huímos de la fiesta inaugural de la exposición de una amiga escultora (al bar de al lado de la galería, obviamente) Nos acompañó otra conocida, compañera de Bellas Artes de la polipremiada expositora, pero que había escogido el más juicioso y menos relumbrante camino de la restauración. De hecho, es una de las pocas especialistas en restaurar esas pelis del año de la tana que se pudren literalmente en las filmotecas (creo que sólo lo hacen en Madrid y en Zaragotham)
La indómita restauradora nos decía que cualquier pintor menor y hoy por completo desconocido del siglo XVII tenía un dominio de la técnica que ningún "creador visual" de nuestros días alcanzaría en su puta vida. Recuerdo su encendido elogio de unas veladuras por ella parsimoniosamente rescatadas de la destrucción, debidas al pincel anónimo de un tío de mil seiscientos y pico que nadie sabe quién es.
Cuando, por aquella época tuve una conversación con cuatro o cinco creadores visuales, todos ellos licenciados en Bellas Artes, y, bajo el pérfido influjo de la excesiva cantidad de Dorado Néctar que había trasegado, incurrí en la osadía de manifestar mis opiniones polemizando con ellos y, en apoyo de mis tesis reaccionarias, se me ocurrió mencionar un cuadro de Veronés, resultó que ninguno de ellos había oído hablar en su vida de ese señor. Se tranquilizaron un tanto cuando les dije -atónito: eran de Bellas Artes- que era un pintor italiano del Renacimiento. ¿Ah, bueno! Es que nosotros en Historia del Arte empezamos con los expresionistas. (Me consta: otros a partir de Picasso)
El siguiente paso es que no saben dibujar. ¿Para qué, si nosotros no pintamos: "proponemos"?
Cuando un amontonamiento de mierda por el suelo es denominado "instalación" (y, luego, la señora de la limpieza, cual Némesis vengatriz de la civilización occidental se la lleva y la tira a la basura, ante mi regocijo y la sacra indignación de los artistas), cuando apoyar cosas en la pared es "intervenir", un sitio es un "espacio" y los que ven que el emperador anda en pelotas y se les ocurre comentarlo son (somos) unos analfabetos, unos reaccionarios cercanos a Hitler o ¡lo que es aún peor! unos putos partidarios del ¿arte? figurativo... es que... bueno, la cosa de las neuronas, los caballos y los desfiles.
Por lo visto, se trata de innovar. Por lo visto, la innovación es un valor en sí misma considerada. No sé por qué. Supongo que innovar es bueno si haces algo mejor que lo que había antes. ¡Ya está! Lo he dicho. Y juro que soy penalmente responsable de más de una imbecilidad abundante en términos como propuesta, espacio, e intervención que luego el camarada Piños se ocupó de traducir al Inglés para su ulterior publicación. (Eso sí: altruistamente - Ya lo sé, somos gilipollas)
Todo esto es fiel reflejo de la época que nos ha tocado vivir. Cualquiera puede hacer cualquier cosa y, si dices en público lo contrario, eres un facha. Mentira: yo no puedo comprarme un banco y revenderlo a la semana siguiente con pingües beneficios. Y soy plenamente consciente de que ya no subiré el Talai Shaggar por la cara chunga (aunque, por fortuna, la vida apacible que llevo ha desplazado esa hazaña de mi lista de prioridades)
Que un primate humano joven de unos veinte años te diga que todo es posible, es lógico y muy saludable, pero que un primate humano de unos cincuenta te llame facha porque se te ocurre manifestar que, como es evidente, no todo es posible y no todo el mundo puede hacer cualquier cosa, se ponga como se ponga, me resulta muy, pero que muy inquietante.
¡Vaya! Me estoy extendiendo demasiado y, además, no tengo muy claro qué es lo que quiero contar. Tengo que ayudar a mi amigo y extabernero Arturo a subir su tele nueva de 42 pulgadas a un sexto sin ascensor. (No es una ocurrente metáfora de la España actual, sino un hecho rigurosamente cierto)
Así que, resumiendo:
Mi novela: La isla del tesoro, Stevenson.
Mi cuadro: El caballero polaco, Rembrandt.
Mi música: La novena de Dvorak.
Mi peli: El hombre tranquilo, John Ford.
Mi personaje de ¿ficción?: Guillermo (Brown)
(Nota bene: transcribo estas apresuradas líneas cuando ya he cumplido mi misión de dios: doy fe de que la tele de 42 pulgadas está en su sitio. Soy la pera)
El dato no es baladí, qué va qué va... En cambio, es altamente representativo de nuestro tiempo. Surge una tecnología nueva que nos alivia de la ardua tarea de pensar y... ¡joder! pues dejamos de pensar. ¿Para qué voy a aprender procedimientos obsoletos para sumar o multiplicar si existen las calculadoras?
¿Y el así llamado Arte? Hace años, el amigo Piños y yo huímos de la fiesta inaugural de la exposición de una amiga escultora (al bar de al lado de la galería, obviamente) Nos acompañó otra conocida, compañera de Bellas Artes de la polipremiada expositora, pero que había escogido el más juicioso y menos relumbrante camino de la restauración. De hecho, es una de las pocas especialistas en restaurar esas pelis del año de la tana que se pudren literalmente en las filmotecas (creo que sólo lo hacen en Madrid y en Zaragotham)
La indómita restauradora nos decía que cualquier pintor menor y hoy por completo desconocido del siglo XVII tenía un dominio de la técnica que ningún "creador visual" de nuestros días alcanzaría en su puta vida. Recuerdo su encendido elogio de unas veladuras por ella parsimoniosamente rescatadas de la destrucción, debidas al pincel anónimo de un tío de mil seiscientos y pico que nadie sabe quién es.
Cuando, por aquella época tuve una conversación con cuatro o cinco creadores visuales, todos ellos licenciados en Bellas Artes, y, bajo el pérfido influjo de la excesiva cantidad de Dorado Néctar que había trasegado, incurrí en la osadía de manifestar mis opiniones polemizando con ellos y, en apoyo de mis tesis reaccionarias, se me ocurrió mencionar un cuadro de Veronés, resultó que ninguno de ellos había oído hablar en su vida de ese señor. Se tranquilizaron un tanto cuando les dije -atónito: eran de Bellas Artes- que era un pintor italiano del Renacimiento. ¿Ah, bueno! Es que nosotros en Historia del Arte empezamos con los expresionistas. (Me consta: otros a partir de Picasso)
El siguiente paso es que no saben dibujar. ¿Para qué, si nosotros no pintamos: "proponemos"?
Cuando un amontonamiento de mierda por el suelo es denominado "instalación" (y, luego, la señora de la limpieza, cual Némesis vengatriz de la civilización occidental se la lleva y la tira a la basura, ante mi regocijo y la sacra indignación de los artistas), cuando apoyar cosas en la pared es "intervenir", un sitio es un "espacio" y los que ven que el emperador anda en pelotas y se les ocurre comentarlo son (somos) unos analfabetos, unos reaccionarios cercanos a Hitler o ¡lo que es aún peor! unos putos partidarios del ¿arte? figurativo... es que... bueno, la cosa de las neuronas, los caballos y los desfiles.
Por lo visto, se trata de innovar. Por lo visto, la innovación es un valor en sí misma considerada. No sé por qué. Supongo que innovar es bueno si haces algo mejor que lo que había antes. ¡Ya está! Lo he dicho. Y juro que soy penalmente responsable de más de una imbecilidad abundante en términos como propuesta, espacio, e intervención que luego el camarada Piños se ocupó de traducir al Inglés para su ulterior publicación. (Eso sí: altruistamente - Ya lo sé, somos gilipollas)
Todo esto es fiel reflejo de la época que nos ha tocado vivir. Cualquiera puede hacer cualquier cosa y, si dices en público lo contrario, eres un facha. Mentira: yo no puedo comprarme un banco y revenderlo a la semana siguiente con pingües beneficios. Y soy plenamente consciente de que ya no subiré el Talai Shaggar por la cara chunga (aunque, por fortuna, la vida apacible que llevo ha desplazado esa hazaña de mi lista de prioridades)
Que un primate humano joven de unos veinte años te diga que todo es posible, es lógico y muy saludable, pero que un primate humano de unos cincuenta te llame facha porque se te ocurre manifestar que, como es evidente, no todo es posible y no todo el mundo puede hacer cualquier cosa, se ponga como se ponga, me resulta muy, pero que muy inquietante.
¡Vaya! Me estoy extendiendo demasiado y, además, no tengo muy claro qué es lo que quiero contar. Tengo que ayudar a mi amigo y extabernero Arturo a subir su tele nueva de 42 pulgadas a un sexto sin ascensor. (No es una ocurrente metáfora de la España actual, sino un hecho rigurosamente cierto)
Así que, resumiendo:
Mi novela: La isla del tesoro, Stevenson.
Mi cuadro: El caballero polaco, Rembrandt.
Mi música: La novena de Dvorak.
Mi peli: El hombre tranquilo, John Ford.
Mi personaje de ¿ficción?: Guillermo (Brown)
(Nota bene: transcribo estas apresuradas líneas cuando ya he cumplido mi misión de dios: doy fe de que la tele de 42 pulgadas está en su sitio. Soy la pera)
(Nota bene bis: conste que conozco artistas vivos que me gusta lo que hacen. Incluso que pondría sus piezas en mi casa si tuviera sitio y pasta)
(Nota bene tris: algunos de mis mejores amigos son gays)
Pues sí, mon Capitain, hoy día a cualquier cosa que resulte mínimamente provocadora, aunque sólo lo sea en apariencia, y en la realidad sea una patochada, se le llama Arte.
ResponderEliminarMi novela: La Regenta
Mi cuadro: me encantan las obras de Verónica Rubio.
Mi música: aquí, eclecticismo absoluto.
Mi peli: la que usted menciona sería una de ellas, amén de Casablanca, De aquí a la eternidad, Gilda, Vacaciones en Roma, Perversidad....
Mi personaje de ficción: Alan Carter y, naturalmente, Ana Ozores.
Se le saluda, Mon Capitain.
Muy buen post
ResponderEliminarEn vez de elevar y crecer como personas quieren que todo se degrade a su nivel.
Raquel: Yo es que soy así. ¡Cagüen...! Vale, la Regenta, ¿Aún confías en que te mire lo de la encuadernación? Reconozco que El hombre tranquilo compitió en igualdad de condiciones con otras diez o doce entre las que -obviamente- estaba Casablanca, pero es que me puede. ¿Queda mucho para Inisfree?
ResponderEliminarIgnacio: (miro pabajo) gracias, gracias. Hay que perseverar y ahí estamos del mismo lado de la barricada.
Yo sí, soy muy confiada, XD.
ResponderEliminarEl hombre tranquilo es una de las películas más divertidas que haya visto nunca, me gustan especialmente dos escenas: la pelea final y cuando el pueblo entero aclama al obispo, ya sabemos con qué "avieso" fin, XD.
LOL! Me he reido mucho con tu "amontonamiento de mierda por el suelo es denominado "instalación" (y, luego, la señora de la limpieza, cual Némesis vengatriz de la civilización occidental se la lleva y la tira a la basura" :) Yo soy eclectica en mi apreciacion de arte pero reconozco que hay mucha "basura snob" entremezclada, especialmente en arte moderno; mucho plagiarista tambien.
ResponderEliminarLo que cuentas de los US Navy Seals totalmente perdidos sin una brujula te lo creo absolutamente. Tenemos un bote que navegamos con GPS, si es que algun dia hay una gran tormenta y yo tengo que pilotear el bote sin el GPS estare igual que esos Navy Seals de los cuales hablas ... es triste pero dependemos de la tecnologia hasta llegar a ser deteriorante en vez de constructivo, lo reconozco.
Saludos!
Gran entrada, Gran Carpzovius. A mi me gusta mucho el Arte Contemporáneo, y trato de hacerme con alguna que otra pieza, pero es rigurosamente cierto: hay mucho 'artista moderno' (pronúnciese con franco desprecio) que desconoce a) el canon y b) la técnica. Ello (y mi visita frecuente de Galerías) me hace sospechar que hoy, como siempre, hay mucho más soplagaitas que artistas. Y hablamos de Artes Plásticas; si hablásemos de literatura o de música, o de cine, ni te cuento.
ResponderEliminarSuscribo todas tus elecciones, pero no en exclusiva: soy incapaz de hacer semejante cosa (¿sólo una peli, una novela, un cuadro, una pieza musical?). Eso sí, tal vez coincidamos en la exclusividad del Gran Guillermo Brown (y sus Proscritos), loado(s) sea(n).
Abrazos escépticos y encervezados desde Zaragotham.
Barbara la entrada y supongo que esta de sobra para ti decir que apoyo su postura. Tengo amigos en bellas artes y cada dos por tres me llaman facha...
ResponderEliminarme ha gustado esto de...
Mi novela: ¿Una? pfff la naúsea
Mi cuadro: Les demoiselles d´Avignon (Picasso)
Mi música: Matt elliott y Radiohead entre otros.
Mi peli: pfff citizen K, dogville, requiem for a drem...
Emocionada estoy como solo puede estarlo alguien que cada vez que va a Madrid visita el Thyssen y evita cuidadosamente el Reina Sofía. Lo del desconocimiento de la técnica de los artistuchos plásticos me lleva a recordar a ciertos grupos rasgacuerdas actuales que tocan de oído (¡!) y van y lo cuentan, ufanos.
ResponderEliminarY como veo que, sin haberlo pedido, los comentaristas se sueltan el pelo, ahí voy yo también:
Mi novela: Cumbres Borrascosas
Mi cuadro: El caminante sobre el mar de niebla, Friedrich (que Escher me perdone, pero es que de él no escogería un cuadro, sino su museo hayense entero)
Mi música: barroca
Mi peli: Blade Runner
Mi personaje de ficción: Peggy Bundy, diantres
Mi novela: El Golem, G. Meyrink
ResponderEliminarMi cuadro: El Monje, Friedrich
Mi música: Astral Weeks
Mi peli: Andrei Rubiev
Mi personaje de ficción: el caballero Kosmas.
Yo también estoy cada día más decimonónico, pero eso creo que es la edad.
Es Andrei Rubliev, claro.
ResponderEliminarPor mi trabajo, tengo continuas relaciones con licenciados en Bellas Artes, que odian tener que tirar de tecnología para llevar a cabo sus proyectos. Por norma general, plasman sus decorados (algunos verdaderas obras de arte) dibujándolos o pintándolos, más tarde su ayudante o ayudantes llevan el decorado al ámbito informático.
ResponderEliminarHe de presumir de tener, como regalo, un dibujo de un decorado hecho por uno de los mejores directores de arte del cine español.
Lo de los SEAL es un claro exponente de lo que está pasando en al actualidad. Hay que usar la tecnología, ya que está a nuestro alcance, pero nunca debemos olvidar las bases, o sea, la brújula y el plano.
Mi novela: La conjura de los necios
Mi cuadro: Autorretrato de Alberto Durero.
Mi música: Irlandesa (celta en general)
Mi peli: Blade Runner
Mi personaje de ficción: Tom Bombadil.
Te recuerdo humildemente que has de cambiar el vínculo de Clientes Habituales Sin Fronteras con su nueva dirección: http://clienteshabituales.blogspot.com
Saludos cordiales
El inicio de su entrada me ha recordado -por oposición- a "Un yanki en la corte del rey Arturo". El yanki llegaba y con sus sucintos conocimientos de mecánica y electricidad montaba una sociedad cuasi industrial. Hoy día mande un yanki a la corte del rey Arturo y se suicida en dos días, o es abatido como sus SEAL, sin su gps, su ipod, su móvil, su portátil, su calculadora ...
ResponderEliminarYa sabe, compartimos peli y personaje de ficción favoritos. En novela, hoy por hoy me decanto por "La carretera"; música: la 7ª de Beethoven, el Requiem de Mozart, el barroco en general y Monteverdi. Un cuadro, el retrato de gentilhombre con guante de Tiziano.
Supongo que hay sitio para todo y que cada cosa tiene su valor.
ResponderEliminarEste año he estudiado algo de Hª. Arte Moderno y Posmoderno, al parecer ahora es Arte todo aquello que alguien califica de arte: el artista, la crítica...Y esto se presenta como teoría. A lo largo del curso he tratado de ampliar mis puntos de vista, pero todavía estoy más confusa y cada vez me gusta más Picasso.
¿Y el arte que le echan muchos convenciendo a cientos de imbéciles de que ellos son lo más grande que ha parido madre desde tiempos inmemoriales?
ResponderEliminarLo de la tele de 42 pulgadas... es una proeza... a mí siempre me parecería imposible si tuviera que ser uno de los que la subiesen, escéptico y perro a partes iguales.
MMM SIGUIENDO CON LA SAGA:
ResponderEliminarMi novela: El Alquimista
Mi cuadro: Cualquiera de Dalí todos son buenos.
Mi música: Charly Garcia o Fito Paez.
Mi peli: Downfall
Suerte con el traslado del televisor que tienes que subir, me gustaron las nota bene muy sinceras, gracias por la visita maestro estaremos regresando por aqui, saludos desde Guatemala
A ver a ver a ver...
ResponderEliminarUna novela... Mi preferida es la que aún no he leído.
Un cuadro... El que más me ha impactado por el momento fue un cuadro de Kandinski en L'Ermitage del que no recuerdo el nombre. Era "similar" (y un huevo) a esto (1)
Música: Sin duda Tiempos Bohemios, de Pablo Martín Melitón Sarasate y Navascués.
Una película... Argh, difícil...
El retorno del Jedi (ole)
Personaje de ficción favorito... ¿Aceptamos Steven Seagal como ficción?... El Dr Black Jack
Me apunto:
ResponderEliminarUna novela: hijos de la ira
Un cuadro:muerte de Marat de Luis David
Musica:marea
una peli: olvidate de mi.
A lo de la tele me apunto si luego hay futbol y cerveza
¿Y las performances que se marca el personal a costa de tu/mi/nuestros bolsillos? No se si habrás visto el ¿montaje? en la Nosecuantitos Gallery (lo siento no me quedé con el nombre) en la que el artista denuncia la situación de los niños en los vertederos de la India con unos muretes de aproximadamente 1,5x1,5x1 m fabricados con las heces de los porpios niños recogidas por el autor.
ResponderEliminarP.D. ¿Dónde carajo está el Talai Shaggar? ¿Existe o es menos real que un disco de Los Meños?
Ha pasado algo horrible: cuando iba ya por la contestación a maese Folken, he dado una tecla que no debía y se me ha cerrado la ventanita de comentarios y se ha borrado todo. Obviamente, no tengo moral ahora mismo para repetir todas mis ingeniosas frasecillas. Así que: agradecido a todos por el interés mostrado y decir que no tenía intención de proponer un meme a nadie (los odio) Pero, bueno, me ha hecho mucha gracia la reacción y, oye, siempre da pistas.
ResponderEliminarSi a lo largo de la noche consigo ponerme de humor, volveré y contestaré pormenorizadamente.
Eso sí, David, el Tali Shaggar 6.904 m. está en la parte india del Himalaya. Fue una de mis fantasías más burdas.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarCierto, cierto, hoy en día funciona aquello de estar en el lugar y en el momento adecuado, el talento, para qué?
ResponderEliminarSus gustos son clásicos, yo tengo debilidad por excentricidades tipo TARANTINO, en fin...
Saludos!!!
Pues �ste no lo conoc�a, y mira que soy friki de la monta�a. Muchas gracias por la informaci�n, pero... fantas�a absurda �por qu�. �T� no sabes aquello de "Como no sab�an que era imposible lo hicieron"? Nosotros tenemos en mente el Pico Lennin y el ELbrus. Ya te contar�
ResponderEliminarEs usted un clásico. Otros dirían que un antiguo. La frase de los amigos gays lo demuestra. Ya no se llevan las justificaciones, hombre. Si es que somos unos viejos, oiga, usted más que yo, conste. Me quedo con lo de proponer en vez de pintar. Me ha gustado y mucho. ¿Cocinero? No, restaurador. ¿Sastre? No, diseñador. ¿Locutor? No, comunicador. En los nuevos tiempos las palabras tapan las carencias.
ResponderEliminarSi, si, la famosa y recurrente tecla. 'No, que yo le di a una tecla y... se me borró todo el trabajo de esta semana'. Je je.
ResponderEliminarChico gris: pos sí: algo tan simple como que cerré la ventanita de los comentarios sin haberlos publicado, no me seas sarcástico que bastante me cabreé yo solo ;)
ResponderEliminarDon Luis, pues sí que soy un antiguo, si. Lo de los amigos gays es lo que siempre se dice antes de poner a parir a los susodichos, ¿no?
David, no te vayas a creer que soy alguien en esto de la montaña, ese es mi amigo el Piños. Yo, sí, toda la vida montañero, pero de agua dulce. Lo del Talai (o talay) Shaggar se fue por donde vino porque a última hora falló la financiación.
Aloma69, es que me dije: una de cada, sólo. Por eso "La isla del tesoro" supongo que en mi historia personal es el libro más importante que he leído, a los 8 o 9 años, claro (la primera vez) a Tarantino lo incluyo en una lista más amplia: Reservoir Dogs y Pulp Fiction.
La panzada a reir en el trabajo, con los compis, ha sido espectacular. Eres nuestro ídolo.
ResponderEliminarMi novela: Dune, la saga original.
Mi cuadro: La barca de la Medusa, de Théodore Géricault,
Mi música: El Hotel California de los Eagles.
Mi peli: Me apunto a Blade Runner
Mi personaje de ficción: El Conde de Montecristo.
Un saludo compañero, y un abrazo con lágrimas de risa en los ojos.
Von Chemmen.
Olé, olé y olé sus huevos, profesor. Yo también ando hartito de estos pseudo-iluminados que viven del cuento más que del arte.
ResponderEliminarY ahora, algunos de mis favoritos (en estricto orden de aparición por mi cabeza):
Mi novela: El guardián entre el centeno.
Mi cuadro: Guernica, de Picasso (aunque mi pintor favorito es Goya).
Mi música: depende del momento, aunque siento especial predilección por Riverdance (Bill Whelan, y con esto no entienda usted que me gusta lo celta de baratillo).
Mi película: Braveheart, ele ahí.
Mi personaje de ficción: Holden Caufield y/o el enajenado protagonista de la trilogía iniciada con El misterio de la cripta embrujada (Eduardo Mendoza).
Bonus track: mi edificio preferido es, sin duda, la Sagrada Familia.
PD: esta lista es meramente orientativa y para nada reduccionista. Dicho queda.
Siempre recordaré lo que contó mi hermana de cuando fue al Louvre. En la zona de arte moderno estaban expuestas unas obras de arte (¿?), que consistían en hojas cuadriculadas llenas de cuentas de matemáticas (sin olvidar los tachones, claro).
ResponderEliminarSi es que algunas obras de arte moderno... ¡Vivan las señoras de la limpieza!
Ufff, esto da para tanto... Qué vicio bloggero me ha dao esta tarde, y las compras navideñas sin jacé...
ResponderEliminarEstimadísimo Fer: que sepa que lo leo (su blog, sus comentarios en el blog de Alice y en esta barra virtual), aunque no contesto; es usted para mí la esperanza de Occidente.
Yo también leí joven (a los 14 años, in illo tempore 1º de BUP; me lo dejó una amiga cuyo padre era profe de Literatura) "El guardián entre el centeno" (por supuesto no le saqué el jugo que en años posteriores, pero esa sensación rarilla que dejan, en el estómago del alma, las primeras lecturas de obras geniales o al menos inquietantes, son impagables e indelebles). Si usted es aficionado (como, ejem, yo, lo confieso) a consumir series de TV americanas de distinto pelaje e "ideologías", o tendencias ideológicas, (si es q esto es posible en USA, es un suponer) para pasar el rato, se habrá quedado ya con la coplilla de que en Quantico, FBI, Unidad de Perfiles, Criminología, etc., etc., fijo que hacen el retrato robot de la personalidad de un psicópata inteligente (ojo: repito, inteligente), salen con que su lectura preferida era El guardián entre el centeno. Me pregunto yo: ¿esto es de la época que vivimos, es decir, la era Bush padre, Bush hijo y Bush espirituoso, o qué diantres hizo el insigne autor de Nueve Relatos, Salinger, para merecer entrar en un ítem caza-psicópatas?
On the other hand, el innominado antihéroe de Mendoza (lo amo, a Mendoza, literariamente hablando, claro: mientras lleve bigote cepillo no tiene nada q rascá con servidora, de epidermis delicada) es absolutamente genial. Corría el año 84-85 cuando presenté en la asignatura de Crítica Literaria un trabajo de fin de curso siguiendo la pauta de la escuela de los formalistas rusos alegres años 20 (cada estudiante debíamos seguir una técnica de crítica asignada digitalmente por el profe) sobre la entonces recién aparecida "El misterio de la cripta embrujada"; deseché la propuesta del profe de hacer el trabajo sobre los Cuentos de Ignacio Aldecoa (vaya peñazo, por Diosssss) y no le pareció mal que lo hiciera sobre esa novela "nueva" de Mendoza, quien a la sazón había publicado La verdad sobre el caso Savolta y creo q nada más, no recuerdo; pocos libros me han hecho reír a mandíbula batiente como este (claro, que yo tenía muy pocos añitos, ni llegaba a los 20; ahora río menos, que arruga y además ya no me sale).
Yo no me comprometo a elegir peli, música ni libro. Odio tener que elegir. Pero me gusta ver lo q piensa la gente. Y coincido con bastantes elecciones aquí reflejadas (por ejemplo "La conjura de los necios" -¡Sal de esa cama, Ignatius!-, lo cual me proporciona en esta tarde ventosa cierta paz de espíritu.
Opinión personal: creo que en el campo de la Plástica (hablo de gente que ha pasado por la escuela de Bellas Artes, no de aficionados, eh, que estos últimos merecen todo mi respeto) es donde mayores fraudes, ignorancias y soberbias vanas se dan. Más incluso que en las letras, que ya es decir. Velázquez era un artesano, y no veas. La plástica esta de la que se habla en los comentarios (que comparto) no es nada sin la "literatura-filosofía" que se montan detrás: o sea, aire, nada. Si tienes que explicar una obra plástica, es más, si tienes que emplear muchas más horas y esfuerzos en explicarla que en crearla, mal vamos. La materia se muere asesinada por la palabra (que encima suele descubrir bastante la pólvora, con distintos neologismos). Agh. Ni plástica ni leche (por lo menos en los Conservatorios de música aún enseñan solfeo, armonía, composición, historia de la música, y a tocar instrumentos, o a cantar, ¿no?; si luego se me ponen dodecafónicos, yo tb tengo muchos amigos dodecafónicos).
Salud a todos,
Anónima Paula
¡Genial!
ResponderEliminarSobre todo la nota bene tris...