30/9/10

Después de la huelga 29-S

 

Asturias34VivalaRepublica

Aquello eran tiempos, Franco al servicio de la república:   sin mariconadas

 

Mi percepción de la “huelga general” de ayer es que ha fracasado. La tradicional pugna de incidencia de los paros entre sindicatos convocantes y los demás poderes, no aporta ningún dato de interés.

A bote pronto, podemos observar que la mayor respuesta ha tenido lugar en las grandes empresas industriales, puertos y transportes. Esto me sugiere dos cosas:

a) Que han ido a la huelga, voluntaria o involuntariamente, los sectores que se sienten, no ya representados, sino –digamos- relacionados con los sindicatos; es decir: grandes empresas con muchos trabajadores fijos y bien pagados que, aunque ellos no lo sepan, son la actual burguesía conservadora. En esas empresas los sindicatos sirven para algo, con todas sus carencias, y los convenios colectivos suelen cumplirse. Por cierto, ese es el trabajador tipo que toman como referencia las estadísticas del Banco Mundial para decidir que el mercado laboral español es extraordinariamente rígido, de donde viene –precisamente- la reforma laboral contra la que supuestamente se protestaba.

b) Que esos sectores, salvo los transportes, no son visibles. Están en polígonos industriales en el extrarradio de las ciudades y su paralización durante unas horas no afecta a la mayoría de los ciudadanos que, salvo los directamente implicados y los bares de la zona, ni siquiera se enteran de que han parado.

Ello muestra que el modelo sindical está obsoleto. En la sociedad española actual, para la mayor parte de los trabajadores los sindicatos no existen. Me refiero a todos los trabajadores de pequeñas empresas en las que los convenios ni se aplican, ni se pueden aplicar aunque hubiera buena voluntad por los empresarios. Me refiero a todos los trabajadores, “jóvenes” y mujeres en su mayoría, que trabajan con contratos basura concertados en fraude de ley. Me refiero a todos los autónomos y microempresarios de los que no se ocupa nadie. Me refiero a los parados (a los de verdad, no a los que dicen las “estadísticas” que hay)

Por una parte, ¿qué se puede esperar de unos sindicatos “de clase” que dependen de la financiación del Estado, comunidades y ayuntamientos que, además, son también patronos?; ¿qué se puede esperar de unos sindicatos que dependen de la financiación de las propias empresas a las que deben enfrentarse?

Por otra parte, resulta que una parte sustancial de los trabajadores carecen de eso que antiguamente se llamaba “conciencia de clase”. Esa falta de conciencia es consecuencia, al menos en parte, de dos factores:

  • Uno, que se nos ha vendido la moto de que España es un país rico y que no somos “obreros”. Aunque tengas un contrato de mierda con un sueldo de mierda y te puedan echar a la calle si haces huelga, como eres propietario de un piso y estás enganchado de por vida al banco que te dio la hipoteca, tú no eres un currito. Tus derechos laborales, la huelga, los sindicatos y todas esas cosas, no van contigo.
  • Dos, el más puro y duro síndrome de Estocolmo. Como en el fondo sé que estoy emputecido con mi trabajo, en lugar de aceptar que las cosas son así y tratar de ponerles remedio o, por lo menos, rebelarme de alguna forma, me engaño a mi mismo y me comporto como si no me importara.

La propaganda antisindical de la derecha ha calado muy hondo entre los trabajadores precisamente porque les facilita el escenario adecuado para la rendición: han asumido que no hay nada que hacer, que los sindicalistas son todos unos corruptos que se aprovechan de su cargo para sus chanchullos. Si no hay nada que hacer, ¿qué voy a hacer yo? Al parecer, todo el mundo espera que alguien, desde arriba, se ocupe de solucionarle sus problemas.

A pocos se les ocurre ocuparse de sí mismos. Por lo general, si se les ocurre, se hacen muy incómodos para sus compañeros, que temen las represalias que les puedan salpicar. Quien trata de hacer valer sus derechos suele ser catalogado como egoísta y mal compañero.

Además, si me considero un currito y asumo que mis jefes me putean, ¿cómo voy a educar a mis hijos?, ¿cómo los voy a mantener en los mundos de Yupi, sin darles una buena hostia cuando la necesitan?, ¿cómo voy a seguir destruyéndolos físicamente y moralmente porque una buena madre no deja salir a los niños a jugar a la calle?, ¿cómo voy a “educarlos” en la idea de que todo es igualmente guay? Al parecer, si asumo que no controlo mi vida, transmitiría desconcierto a los niños. La realidad desconcierta a quien se niega a asumirla.

De los jóvenes, obviamente, ni hablamos: sencillamente no existen. Por otro lado, el término joven creo que se extiende ya a los 35 años, lo que cuando yo era niño se llamaba “mediana edad” (y en términos de porno, “maduras”)

Dos notas finales, para no extenderme:

Hay países civilizados donde los sindicatos se financian mediante una cuota detraída de la nómina de todos los trabajadores, estén o no afiliados. Puede ser mejor o peor, pero los independiza de la patronal.

A la gente se la mantiene asustada con el paro. Por eso se hinchan las estadísticas; por eso, incluso al Gobierno de ZP le viene bien que se hinchen. Las ingentes cifras de paro (cinco millones, según clamaba Soraya ayer) son falsas. Si uno se queda en el paro, o decide que quiere trabajar, se apunta al INEM, que contabiliza uno por uno a todos los que se apuntan. Y, aún así, se contabiliza a todos los prejubilados que, formalmente, están parados; también se contabiliza a todos los trabajadores en paro que realizan cursos de formación retribuidos, lo que no ocurre en la mayoría de países de nuestro entorno. Igualmente, todas las amas de casa simpatizantes del PP que se apuntan y apuntan a sus hijos menores que están estudiando para inflar las estadísticas (esto lo sé de primera mano familiar, no me digan que son delirios conspiratorios)

La encuesta de población activa, que por alguna misteriosa razón se ha convenido en considerar más fiable que las estadísticas del INEM, se basa en unos criterios de definición de lo que es un parado que,  de subjetivos, mueven a risa. Aparte de que no se entiende muy bien para qué hay que hacer una encuesta cuando se cuenta con los datos exactos. Por ejemplo, en la práctica, considera parados a todos los mayores de 16 años que no trabajan. No diré más.

REVOLUCION%20DE%20OCTUBRE

Esto es lo que hace falta, hombre, ya está bien.

 

13/9/10

Globalización manchega: mercado de futuros.

 

cereales-1 Campo de cebada en la provincia de Cuenca

 

Conversación escuchada este verano, a la hora del telediario, a tres honrados agricultores, junto a la barra del bar en un pueblo de Cuenca:

-- (señalando la televisión) Joder, no paran los incendios en Rusia, ¿eh?

-- Sí, creo que en Moscú se tienen que poner mascarillas y todo, del humo que hay.

-- Y la cebada en la lonja, ¿qué?

-- Pues creo que ha subido dos pesetas.

-- Pues que siga.

7/9/10

Hawking vs. Dios

 

Como mis allegados conocen perfectamente, tengo superpoderes: ya se sabe, percepción extrasensorial y cosas así. Como siempre los he tenido, me parecen la cosa más normal del mundo y a lo mejor por eso no concibo qué puede esconderse tras la palabra “sobrenatural”; así que a veces me siento más identificado con el Dr. Sheldon Cooper de lo que sería procedente.

El Dr. Sheldon Cooper en acción

 

Digo esto a cuenta de la polémica suscitada por la próxima aparición en nuestras librerías del nuevo libro de Stephen Hawking, del cual, al parecer, lo único que interesa es que –según las noticias-  no considera necesaria la intervención de Dios para crear este universo nuestro.

Hace tiempo, un libro de divulgación sobre Física habría pasado desapercibido en la sección semanal de “Ciencia” de los periódicos que la tengan; pero la actual situación de histeria polemicista no permite que la ciencia trabaje con la deseable discreción.

Por supuesto, ninguno de los sesudos defensores de la Fe que infestan la prensa ha leído el libro que –recordemos- es de próxima aparición; pero la boñiga autoreferencial opera según sus propias leyes y ya tenemos a todos opinando.

Para no extenderme demasiado, de todas las tonterías que he leído estos días, me quedo con dos ideas:

a) Que Hawking ha cambiado de opinión sobre… ¡No! No sobre gravedad cuántica versus Teorías de cuerdas (M):

La Dra. Winkel y el Dr. Cooper polemizan: Gravedad cuántica Vs. supercuerdas

 

…sino acerca de la intervención de Dios en el origen del universo porque en Historia del Tiempo decía lo contrario. Falso. En H. del T., no concede a Dios ningún papel relevante. Además, precisamente este verano he releído dicho libro (y hasta lo recomendé) No sigo porque cerciorarse de que digo la verdad es tan sencillo como leerse el libro.

Claro, que si interpretamos la Biblia literalmente, ¿por qué no hacerlo con las metáforas que les gusta usar a los físicos teóricos?

b) Que la ex-mujer de Hawking ha declarado que sólo gracias a su fe pudo encargarse de cuidar a su marido con la enfermedad que tiene.

Aparte de que Mrs. Hawking cuidaría también de los no despreciables ingresos de su esposo y que éste, como buen científico  (encima, enfermo) debía de ser una compañía bastante insoportable, este argumento trata de hacer aparecer a Hawking como un tipo desagradable al lector; un traidor a esa Fe que, precisamente, mantuvo a su amante esposa junto a él.

Como argumento, es muy débil: Si sólo gracias a su fe, la ex- Sra. de Hawking pudo seguir junto a su marido mientras avanzaba su devastadora enfermedad, ello sólo significa que es una persona bastante poco recomendable; ya que no lo hizo por amor, ni por simple decencia personal, sino por miedo a ir al Infierno si le abandonaba, en contraposición a la esperanza de ir al Cielo si cumplía con su obligación.

Es decir, refuerzo negativo y refuerzo positivo cuyo modus operandi nos detalla el impar Skinner y nos lleva a pensar que el Conductismo, tan al uso en las escuelas de adiestramiento canino, no es sino otro hijo bastardo del Cristianismo.

3/9/10

Pero… ¿Qué mierda es ésta?

 

Joder… me voy de vacaciones y, a la vuelta, me encuentro con esto:

miguelin

Miguelín”

 

¿Alguien puede explicarme qué significado tiene esta cosa?

 

¡Ah, claro…! Por lo visto, es un invento de Isabel Coixet y, por consiguiente, mola.

 

Isabel Coixet: