16/3/08

Venceréis pero no convenceréis


(La imagen no corresponde al acto -ésta es del 31- He encontrado una, pero no hay forma de subirla y que se quede aquí. Ya lo intentaré)

Hace unos postios, hablé de lo último que escribió Unamuno. Fue una carta al director de ABC, en respuesta a una información falsa sobre él que había sido publicada el día anterior. 11 de diciembre de 1936. En aquel momento, Unamuno llevaba desde el 12 de octubre en arresto domiciliario y le quedaban unos días de vida. Dice así (en Carlos Rojas, "¡Muera la inteligencia! ¡Viva la muerte! Salamanca 1936", Planeta, 1995.)

Aunque conozco de antiguo, señor mío, su característica mala fe, esta vez quiero decírselo. En el número de ese ABC sevillano de ayer, día 10, leo un suelto que dice: "Carta de don Miguel de Unamuno a todos los centros docentes extranjeros." Pues bien, eso es mentira y usted lo sabe. Primero, hace tiempo que no soy rector de la Universidad de Salamanca desde que esta gente me sustituyó.

Esa carta, acordada en claustro, no es mía sino de la universidad. No la redacté yo. Luego la puso en latín macarrónico un cura cerril.

Y ahora debo decirle que por muchas que hayan sido las atrocidades de los mandos rojos, de los hunos, son mayores las de los blancos, los hotros. Asesinatos sin justificación. A dos catedráticos a uno en Valladolid y a otro en Granada por si eran... masones. Y a García Lorca.

Da asco ser ahora español desterrado en España.

Y todo esto lo dirige esa mala bestia ponzoñosa y rencorosa que es el general Mola.

Yo dije que lo que había que salvar en España era la civilización occidental cristiana, pero los métodos no son civilizados sino militarizados, no occidentales sino africanos, ni cristianos sino católicos a la española tradicionalista, es decir anticristianos.

Esto procede de una enfermedad mental colectiva, de una verdadera parálisis general progresiva espiritual, no sin base de la otra, de la corporal. Sobre todo ahí, en esa corrompida Andalucía -de una parte y de otra- este estallido de repugnantes pasiones, resentimientos, envidias. Odio a la inteligencia, se manifiesta en invertidos, sifilíticos y eunucos masturbadores.

No es éste el Movimiento al que yo, cándido de mí, me adherí creyendo que el pobre general Franco era otra cosa que lo que es. Se engañó y nos engañó. (...)

Entre los hunos -rojos- y los hotros -blancos (color de pus)- están desangrando, ensangrentando, arruinando, envenenando y -lo que para mí es peor- entonteciendo a España. En la España que proclama como caudillo a Franco -personalmente un buen hombre víctima y juguete de la jauría de hienas- cabrá todo menos franqueza. Ni amor a la verdad. Pero ustedes, los de ABC, podrán seguir envenenando con mentiras, insidias, calumnias...

Le escribo esta carta desde mi casa donde estoy desde hace días encarcelado disfrazadamente. me retienen en rehén no sé de qué ni para qué. Pero si me han de asesinar, como a los otros, será aquí, en mi casa.

Y no quiero seguir. Aún me queda por decir.

Miguel de Unamuno

Salamanca, 11-XII-36.



A propósito de la frase -sí: de Goering- "cuando oigo la palabra cultura, saco mi pistola", se mencionó a Millán Astray y su escenita con Unamuno en Salamanca en el 36.

Juan Eslava Galán, en su libro "Una historia de la guerra civil española que no va a gustar a nadie" ( Planeta, 2006), nos cuenta la situación de modo muy gráfico: 12 de octubre de 1936, día de la raza. Zona nacional, celebración académica:

Salamanca, 12 de octubre

A media mañana no cabe un alma en el paraninfo de la universidad. Se va a conmemorar la Fiesta de la Raza. La noble sala presenta un animado aspecto, con los vivos colores universitarios, que contrastan con los vestidos de fiesta de las señoras, las camisas azules y los uniformes blancos de los falangistas, los uniformes verdes de los legionarios, los caqui de los soldados de tierra y los azul marino de los aviadores.

En la presidencia, en mesa corrida sobre el estrado, se acomodan doña Carmen Polo de Franco, don Miguel de Unamuno (el enteco rector magnífico que preside el acto en nombre de Franco), el cardenal Pla y Deniel, gordo y mofletudo, con su grueso anillo y su esclavina morada, y el general Millán Astray, descarnado, con su parche en el ojo, su horrible cicatriz en la cara y la manga vacía de su manquedad. Asisten, de público, otras autoridades de menor significación, y la inevitable cohorte de barandas y arrimados.

Don Miguel se sienta con gesto serio. Como está en desacuerdo con casi todo lo que está ocurriendo en el país, ha decidido no hablar más de lo estrictamente necesario. Se limitará a conceder la palabra a los oradores previstos.

El viejo pensador lleva en el bolsillo, y le quema, la carta desesperada de la esposa de su amigo, el pastor protestante Atilano Coco, al que van a fusilar por masón (en efecto, lo fusilarán el 8 de noviembre).

Uno de los oradores, Francisco Maldonado de Guevara, pronuncia una especie de mitin en el que denuncia a Madrid, Barcelona y Bilbao como vértices de la anti-España roja opresora de la parte sana del país. Unamuno, nervioso, crecientemente indignado por lo que oye, saca la carta de la mujer de Atilano y anota en el sobre los conceptos más peregrinos que el orador expresa.

- ¡No aguanto más! -se le oye rezongar-. ¡No quiero aguantar más! ¡Esto es una vergüenza!

Cuando termina el turno de oradores, el rector de Salamanca se yergue flaco, quijotesco y un punto tembloroso. Pasea su mirada de águila miope por el auditorio.

- Dije que no quería hablar porque me conozco -advierte, en medio del impresionante silencio-. Pero se me ha tirado de la lengua y debo intervenir. Se ha hablado aquí de guerra internacional en defensa de la civilización cristiana; yo mismo lo hice otras veces. Pero no, la nuestra es sólo una guerra incivil. (...) Vencer no es convencer, y hay que convencer, sobre todo, y no puede convencer el odio que no deja lugar para la compasión; el odio a la inteligencia que es crítica y diferenciadora, inquisitiva, mas no de inquisición.

"Se ha hablado también de catalanes y vascos llamándolos la anti-España; pues bien, por la misma razón pueden ellos decir otro tanto. Y aquí está el señor obispo, catalán, para enseñaros la doctrina cristiana que no queréis conocer, y yo, que soy vasco, llevo toda mi vida enseñándoos la lengua española, que no sabéis. Ése sí es un Imperio, el de la lengua española, y no...

En ese punto, el general Millán Astray suelta un bufido, da un puñetazo sobre el tablero de la mesa y se levanta gritando:

- ¡¿Puedo hablar?! ¡¿Puedo hablar?!

Uno de los legionarios de escolta apresta su fusil ametrallador. Entre el público alguien grita la divisa de la Legión: "¡Viva la muerte!" Los espectadores, acojonados, se hunden en sus asientos. Millán Astray toma la palabra que nadie le ha otorgado:

-¡Cataluña y el País Vasco, el País Vasco y Cataluña son dos cánceres en el cuerpo de la nación! El fascismo, remedio de España, viene a exterminarlos, cortando en carne viva y sana como un frío bisturí. La carne sana es la tierra; la enferma, su gente. ¡El fascismo y el ejército arrancarán a la gente para restaurar en la tierra el sagrado reino nacional...!

El general legionario, repetidamente remendado, prosigue su parlamento con voz atropellada que espurrea saliva. Alude a los valientes moros que lo mutilaron, pero que hoy merecen su gratitud porque combaten contra los malos españoles. Se atropella al hablar, pierde el resuello.

El público prorrumpe en vivas a Franco, a España y al ejército. Unamuno adelanta una mano en solicitud de palabra. Se hace el silencio. El rector, con voz firme, explica su postura:

- A veces callar significa mentir; porque el silencio puede interpretarse como aquiescencia (...) Quisiera comentar el discurso, por llamarlo de algún modo, de Millán Astray (...) Dejemos aparte el insulto personal que supone la repentina explosión de ofensas contra vascos y catalanes (...) Acabo de oír el grito necrófilo e insensato de "¡Viva la muerte!". Esto me suena lo mismo que ¡muera la vida! Esta ridícula paradoja me parece repelente. Puesto que fue proclamada en homenaje al último orador entiendo que fue dirigida a él, si bien de una forma excesiva y tortuosa, como testimonio de que él mismo es un símbolo de la muerte. ¡Y no otra cosa! El general Millán Astray es un inválido. No es preciso decirlo en un tono más bajo. Es un inválido de guerra. También lo fue Cervantes. Pero los extremos no sirven como norma (...) Un inválido que carezca de la grandeza espiritual de Cervantes, que era un hombre, no un superhombre, viril y completo a pesar de sus mutilaciones, un inválido, como dije, que carezca de esa superioridad del espíritu, suele sentirse aliviado viendo cómo aumenta el número de mutilados alrededor de él.

El general Millán Astray no es uno de los espíritus selectos (...) el general Millán Astray quisiera crear una España nueva, creación negativa sin duda, según su propia imagen. Y por ello desearía ver a España mutilada, como inconscientemente lo dio a entender...

Millán Astray, que se ha mantenido erguido, en posición de firmes, lanzando la mirada asesina de su único ojo al filósofo, no puede contenerse más y grita:

-¡Muera la inteligencia!

Acude al quite, con la pomada, José María Pemán, el fino escritor gaditano arrimado al séquito de Franco:

-¡No!- exclama conciliador-. ¡Viva la inteligencia! ¡Mueran los malos intelectuales!

Sobre el murmullo de la sala truena nuevamente la voz apocalíptica de Unamuno:

-¡Éste es el templo de la inteligencia y yo soy su sumo sacerdote! Vosotros estáis profanando su sagrado recinto (...) ¡Venceréis, pero no convenceréis porque convencer significa persuadir. Y para persuadir necesitáis algo que os falta: razón y derecho en la lucha. Me parece inútil pediros que penséis en España. He dicho.

En el salón, la gente se ha levantado. Se escuchan voces indignadas contra Unamuno. Llueven los insultos. Un tumulto de puños amenazadores se levanta hacia el filósofo. Esteban Madruga toma a Unamuno de un brazo e indica a doña Carmen Polo, que ha asistido al rifirrafe pálida y hierática, que le tome el otro. El obispo los acompaña con gesto de comparsa. Al salir, Unamuno tropieza y doña Carmen Polo lo sostiene.

-¡Dele usted el brazo a la señora! -Le grita Millán Astray.

En el pasillo doña Carmen suelta el brazo de Unamuno y se retrae discretamente del tumulto.

Juan Crespo, afiliado al partido monárquico, acompaña al rector a su casa. A partir de este momento, Unamuno estará vigilado por un policía de paisano que seguirá sus pasos en sus raras salidas. Prácticamente es un arresto domiciliario.

22 comentarios:

  1. hay que ver los cojones (discúlpenme la expresión machista) que tenía este hombre. Y el don de palabra para construir un discurso demoledor ante y contra quienes se encontraba en ese momento.

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  2. Nunca ha terminado de agradarme el voluble espíritu de Unamuno, pero he de reconocer que en ese momento los tuvo cuadradísimos.
    Es una vergüenza, auténtica vergüenza, que setenta y dos años después aún no se haya reparado su memoria por parte del Ayuntamiento de Salamanca, el mismo que aún tiene como alcalde a perpetuidad a Franco.
    Y es aún mayor vergüenza que en España siga habiendo botarates que defiendan la actuación de estos vómitos purulentos para "salvar" a la patria.

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  3. 'Pa mi' que si no llega a estar junto a Carmen Helado y la corte celestial, Astray le vacía el cargador enterito en la boca...

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  4. Esto demuestra la de tontos que siempre ha habido en el mundo. Unamuno, aunque los tuviera cuadrados, ha sido uno de ellos.
    El nazismo y el fascismo también tuvieron sus intelectuales y filósofos que defendieron la bondad de los dictadores creyendo que estaban mal asesorados y acompañados. Y claro, también a los que defendieron la muerte por encima de todo.

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  5. Agnostico: desde luego, los tuvo cuadrados. La verdad es que esta escena -resumida- nos la llevan contando desde que yo era pequeño como si hubiera transcurrido como conversación apacible y desapasionada. Fue algo bastante más crudo.

    Fer: Unamuno pasó por ser anarquista, socialista, épico, teísta, protestante o lo que le diera la gana. Los libros que nos obligaban a leer en el cole eran un pestiño macabaeo (La tía Tula, San Manuel Bueno Mártir, Niebla... Su mejor creación la tuvo en ese momento, qué duda cabe.

    Folken: no lo dudes. De todas formas, no se libró de tener un funeral falangista: "Camarada Miguel de Unamuno y Jugo... ¡Presente!"

    Pau: Un día de éstos yo también los tendré levemente cuadrados y hablaré sobre el fascismo cuando nadie sabía en qué iba a consistir. La perspectiva histórica nos permite criticar lo que hicieron otros cuando las cosas estaban pasando por primera vez, in illo tempore...

    Por ejemplo, lo de Franco, en el fondo un buen hombre... Hay que ponerse en el momento, cuando no tenías ni idea de lo que iba a pasar después. (Y Unamuno no es santo de mi devoción, salvo por ese espectáculo y el par de meses que le quedaron de vida)

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  6. Off-Topic (flagrante... ejemm): Que vengo a decirte, pcbcarp, que estás de MUY BUEN VERRRRRR... que te andes con ojo, que a tu edad (nada provecta, jejeje) y con esas trazas, entoavía puede que te caiga uno o seis churumbeles.
    Atento a los Idus, que vienen cargaditos, como la alergia al polen.

    ........así que NADA DE SENTIRTE RELAJADO cuando ves el reino de la hormona oscilante, es decir: mi humilde y tontiloco blog.... ¡que más altas torres han caído y, y, y, yyyy... y lo del San Martín!

    Hale,

    it (la rencorosa) juas juas.

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  7. Inmenso Unamuno. Y la manera de contar la escena es impactante.

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  8. Un besazo, galanzote, ya veo que me pones a Unamuno ahí arriba, grande él, y los de su generación, gigantes.
    No me puedo leer todo el post porque son las 2.40 de la mañana y tengo que currar en menos de 6 horas, así que te digo que me alegro de verte, que me alegro de que sigas tan a tope y dando caña, y que te cuides, y tal y cual....
    Un besazo, mazizo¡

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  9. It & Deliriumtremends, desde luego, estáis empeñadas en que me ponga cachondo y meta la pata muy pagado de mí mismo en cuanto me tome un par de whiskises mañana por la noche. Luego el palo moral será peor.

    Situacionista, lo único que me hace colocar a Unamuno en su sitio es haber tenido que hacer un trabajo sobre San Manuel Bueno Martir. Si lo único que conociera fuera esta épica intervención lo adoraría, sin duda.

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  10. Un saludo a la parroquia

    Dejando aparte la geometría testicular de Unamunoy la taradura de Millan Astray, al que no soportaban ni sus propios compañeros de armas (mi abuelo, al que el PCB Carpzovius conoció, sirvió con el y no veais que cosas contaba), hay un par de cosas en el famoso incidente, recogidas en los documentos que cita Carpzovius, que nos deberían hacer recordar que, en términos históricos, setenta años no son nada.

    Seguimos teniendo, o lo que es peor, siendo hunos y hotros, Españas y anti-Españas, curas cerriles –que incluso siguen presidiendo cosas- y, desde luego, sigue siendo un asco ser español desterrado en España. Ahora no se fusila a los catedráticos e intelectuales disidentes, se les suprime la cátedra, se les reducen los presupuestos, se desata una campaña mediática contra ellos o, simplemente, se les ignora.

    Y lo del entontecimiento, vamos, que para estar de acuerdo con D. Miguel basta haber seguido, y no necesariamente muy de cerca, la última campaña electoral. El mismo nombre de campaña lo deja bien claro: se trata de destruir al enemigo (por mucho que se guarden las formas llamándoles adversarios), y como aquí ya estamos entontecidos, pues adelante. No en vano Goebbels sigue siendo el personaje del III Reich que mas transcendencia ha tenido en la segunda mitad del siglo XX, si no, ahí va una muestra en forma de titular de periódico: “Se buscan mujeres para el Gobierno”. Coño, pues que nombren ministra a Ana Obregón, a Ana Belén, o a alguna de esas otras rojillas de salón, con casoplones de lujo y cuentas corrientes de nueve cifras, muy obreras ellas, pero mujeres al fin y al cabo. El hecho de que no tengan ni idea de que va el tema es absolutamente irrelevante (generalmente los hombres tampoco la tienen). La no discriminación supone que el que vale, vale, seas hombre, mujer o hermafrodita. Y es sintomático que el Presidente del Gobierno de la Nación, que constitucionalmente elige sus ministros a dedo y sin tener que dar explicaciones a nadie, esté, al menos en teoría que la práctica es otra cosa, limitado por una ley de paridad, así con minúsculas.
    Además ¿Qué pasa con gays, lesbianas y transexuales?. Al final La Veneno, ministra de cultura. Total la diferencia con los demás, hombres y mujeres no se iba a notar mucho.

    Lo peor de todo es que los deseos del animal de Millán Astray se van cumpliendo y la inteligencia agoniza en el solar patrio. Por cierto que lo del solar es en lo que se ha convertido España, solo que polipatrio o polipútrido, que en todas partes cuecen ladrillos.

    Vamos, Millán Astray, vidente.

    Salud.

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  11. ¿Millán Astray vidente?, ¿redactaba cuartetos al estilo de Nostradamus?, ¿por qué no avisó a Franco de la que se le venía encima?
    Ah, otra cosa: ni el dinero ni la condición sexual pueden darle o quitarle a nadie su propia ideología. Esto es, si yo soy un rojo de manual, y de repente me toca la lotería por duplicado (¡coño, como a Fabra!) y mi cuenta corriente engorda cual verraco... ¿significa que debo dejar de ser rojo y afiliarme ipso facto al PP?
    Más bien no, digo.

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  12. Así, a vuelatecla, un par de explicaciones. Cuando decía que Millán Astray fue vidente, quizá no empleé la expresión más afortunada. Lo que quría decir es que sus deseos se han cumplido de una manera que Unamuno no imaginó ni en sus peores pesadillas. No me negarás que el nivel de entontecimiento es alarmante.
    Ovbiamente ni el sexo ni el dinero dan o quitan ideologías. Otra cosa es que se sea o no coherente con las mismas.
    Burdo ejemplo: Hay que repartir la riqueza, pero sólo las de los demás. Eso sería tener ideología, pero no coherencia.
    Si además eres un empresario al que le interesa más la cuenta de resultados que el bienestar de sus trabajadores, pues verde y con asas.
    Y lo de las afiliaciones, ni con los hunos, ni con los hotros.
    Salud

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  13. unamuno era un hombre que pensaba tanto que muchas veces parece incoherente con sus ideas y sus actos, pero realmente el replantearse a si mismo, el pensarse es lo que hizo que, bien analizado, sea un hombre que por pensarse era coherente con sus ideas y actos. Su episodio en aquella comida ha quedado como el perfecto resumen de la cultura contra la barbarie de la violencia, pese a que esta violencia de la guerra civil la generase aquellos con los que estaba comiendo.

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  14. No creo que hoy día tenga aún sentido el reparto total de la riqueza. Una cosa es ser de izquierdas y otra bien distinta es ser tonto; Gaspar Llamazares, por ejemplo, tiene un interesante patrimonio (del cual desconozco su origen), pero no por ello se ha desprendido del mismo.
    En cuanto al binomio ideología-coherencia, hoy día es imposible pensar en una socialización de la riqueza. Seamos pragmáticos: la redistribución del capital se hace en base a lo que tiene el Estado, no el conjunto de sus ciudadanos. Yo no le puedo pedir al señor Pizarro que me ceda parte de su pensioncilla, pero sí que pague su cuota tributaria y que luego, con todo lo recaudado, sea el Estado el que reparta el parné con mejor o peor cabeza, tratando de corregir las desigualdades y promover el cacareado bienestar.
    Y sí, el entontecimiento es notable, pero tengamos en cuenta que la España de 1936 no era un vergel cultural. Había de todo, como en botica, pero a nosotros no nos ha llegado la morralla cultural de entonces.

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  15. Por mucho que algunos se empeñen, cualquier tiempo pasado no fue mejor: fue diferente, sobre todo por el contexto (a veces, ni eso).

    Unamuno tuvo muchos valores, pero a mí personalmente el que más me gusta y toda la vida me gustará (a pesar de que me da cierto repeluz su gusto cuasi pedófilo por Leonorcita, con 13 años) de la famosa "Generación" del 98, es Antonio Machado, un hombre sencillo, coherente (qué difícil es eso) y "en el buen sentido de la palabra, bueno".

    Literariamente me atrae muchísimo Valle-Inclán, y eso que debía de ser absolutamente insoportable como persona, y medio tarumba. Políticamente, Valle es la veleta repanocha: desde su aristocrático desdén por las masas a su denuncia de las dictaduras hispanas y los gachupines y hasta su defensa del anarquismo (o casi) en Luces de bohemia... quién da más...

    También me parece interesante Baroja, antipático, egoísta, intransigente y acomodaticio a un tiempo, pero legible; las novelas (vivíparas u ovíparas) de Unamuno son duras de tragar; su sentido trágico de la vida, lo más humano, pero leñe, qué aristas tienen sus poemas; Azorín es un peñazo; Maeztu, ¿quién coño lee a Maeztu?

    Antonio Machado... siempre: La poesía es palabra en el tiempo.

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  16. ondia, fer, leo tu comentario por estar debajo del mío... y la verdad, no sé donde estaba la discusión antes de que yo comentara... la verdad es que sólo me he limitado a comentar el post de PCBCARP... Pero noto alusiones a mi comkentario, o eso creo, y si es asi sólo puedo decir que sonm alusiones del tema que tú estabas interesado en desarrollar, nada que ver qçcon lo que yo comentaba. Dicho sólo por si acaso he leído bien esas presuntas alusiones. Un saludo.

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  17. a mí unamuno me parece una figura imprescindible en la historia literaria española. además, era una persona comprometida, defensora de un ideario que por desgracia se ha perdido en gran parte. seguramente no tenía un carácter maravilloso... pero sin él es difícil entender nuestra historia más reciente. bicos.

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  18. Ah, no, Canichu, descuida que no eran alusiones a tu comentario, ¡ni mucho menos!
    El mío era respecto al de Eraranza (al primero y al segundo), pero siento mucho si has pensado que iba por ti.

    PD: Alma Cándida, ¡no soporto a Baroja! Aunque Machado sí que me gusta, oye...

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  19. la verdad se que los discursos siguen teniendo vigencia, como que ma han dado sensación como de deja-vouz.

    La incoherencia de hunos, no es más que la coherencia vista por los hotros.

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  20. Pa el Fer:
    ¿No soportas a Baroja como novelista o como 'persona mismamente humana'...?

    Es difícil, es difícil...

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  21. Pues no soporto a Baroja como novelista, porque como persona no tuve el gusto de conocerle...
    Ése es el problema de la Generación del 98, que nació prontito y les dio por morirse mucho antes que a nosotros.

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  22. Fer:
    Je-je-je...

    Lo decía porque aquí todos alabando la cuadratura del círculo, o círculos o esferas (ergo, de los testículos de Unamuno), y pensé que lo que te caía mal era el personaje de Baroja (nunca mejor dicho: personaje; con esta gente a la que le da por morirse sin esperar a ser formalmente presentados, qué falta de consideración, todo son conjeturas y ficciones teñidas de deducciones e investigación de hemeroteca o asín).

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