25/9/08

El atún somalí



Los datos del mapa son de hace un par de años, pero el que siga el tema verá que la distribución de "incidentes" no ha variado mucho. (La delgada línea roja del mapa es el límite de las 200 millas)

Un tema de esos de relleno: los atuneros españoles temen ser secuestrados por los piratas somalíes y reclaman que el Gobierno mande a la armada a proteger sus faenas.

Después del asunto “Playa de Bakio”, se discute mucho el tema. Ahora, el Gobierno (que es el inductor de una especie de programa de la Unión Europea dirigido por un Capitán de Navío español) es criticado por enviar a la zona conflictiva un avión en lugar de barcos de guerra. Es una objeción atávica: los barcos con cañones y tal parece que están más cerca y acojonan más.

El P-3 Orion es un avión diseñado específicamente para patrulla marítima, de gran autonomía, que puede recorrer en pocas horas la distancia que a la fragata más moderna le llevaría días y está dotado con los equipos más modernos de control y detección (tanto, que son los que nos compra la US Coast Guard) y, encima, lleva variado y sofisticado armamento antibuque y antisubmarino, desde misiles harpoon y torpedos antisubmarinos, hasta lanzacohetes muy adecuados para hundir cosas pequeñas como las que usan los piratas. Se supone que va a patrullar desarmado, pero no hay más que colgarle el armamento. Vale, nada más llegar se ha estropeado y ha habido que cambiarlo por otro (que ya está patrullando) no importa: tenemos varios.

¿Entonces? Nada, es un tema más para tocarle las narices al Gobierno e insistir en el leit-motiv de la presente legislatura, que ha pasado de “El Gobierno es amigo de ETA y está rompiendo España” a “El Gobierno no hace nada”. Todo ello, retroalimentado por el aún existente complejo de inferioridad arrastrado por los españoles desde Carlos IV y que aún aqueja a la gente en edad de dirigir periódicos o radios.

El problema, a mi entender, es otro.

Cuando la flota atunera de un país (digamos, España) tiene interés en pescar atunes en caladeros pertenecientes a otro país (Pongamos, Somalia), ¿qué hace? Los Gobiernos hablan, los ministros de Exteriores y de Pesca o lo que haga sus veces, se reúnen, negocian y acaban firmando un acuerdo pesquero según el cual se paga buena pasta al país propietario de los caladeros (o a sus gobernantes), incluso con algunas cláusulas habituales sobre contratación de tripulantes nativos, formación profesional y tal. Se firma, y se va a pescar.

Lo que pasa, es que Somalia no tiene Estado con quien firmar nada. Ha descendido de la categoría de País a la de sitio.

Así que nuestros pesqueros (y los franceses, y todos los demás) se plantan en lo que sería la zona económica exclusiva de Somalia y se ponen a pescar toneladas de atunes directamente por la cara. Cosa que, por lo visto, está en las leyes de la naturaleza porque, al fin y al cabo, los somalíes no son más que putos salvajes que no entienden de estas cosas y, si se acercan a nuestros pesqueros mientras expolian sus caladeros, que deberían ser una fuente de riqueza para el país, lo que hay que hacer es hundirlos a cañonazos.

Otra ventaja, aparte de no pagar ni un duro por llevarse el atún, es que no hay ningún control sobre las técnicas de pesca empleadas, nivel de capturas, ni ninguna otra molestia de esas que inventan los burócratas de Bruselas para entorpecer la libre empresa.

Es curioso. Los así llamados piratas (que lo son, básicamente porque no tienen país, sino señor de la guerra) dicen que ellos no cobran rescates, sino compensaciones por el uso de los caladeros. Y yo me pregunto, guardando todos los merecimientos a los honrados pescadores patrios (y africanos contratados a precio de saldo) que, al fin y al cabo, tienen que vivir (como los somalíes) y no hacen más que ir a donde los mandan a jugarse el tipo. Me pregunto, digo:

¿Quiénes son los piratas?

Aparte, alrededor de la situación florecen boyantes y novedosos negocios, con sus bufetes de abogados en la City de Londres y todo.



6 comentarios:

  1. Está clarísimo quienes son los piratas, los atuneros de toda nacionalidad que van al lugar apropiado para saquear, donde no hay ley.

    Te linko a un articulo de El Alijar que enfoca otro punto del caso.

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  2. Todos son piratas, básicamente.
    Los somalíes porque no se atienen a ningún código legal, y aplican penas y castigos de manera arbitraria. Los occidentales por pescar sin licencia.

    Lo que sigo sin comprender es: ¿qué hace Etiopía que no intenta agenciarse una puta salida al mar, con lo bien que le vendría y el ejército tan majo que tiene?

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  3. Pues parece que la cosa se anima porque los piratas (somalíes) acaban de trincar un barco con bandera beliceña y tripulación ucraniana con 30 T-72 y otros vehículos militares o militronchos. Supongo que el mantenimiento y las ITV de tanques en Somalia dejarán bastante que desear pero como consigan arrancarlos...

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  4. ufff complicadísimo tema! y lo peor es que no ve solución!
    Gracias por visitar mi blog, pasaré más veces yo por el tuyo porque tiene muy buena pinta

    salu2

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  5. Está claro que los piratas son los atuneros -con lo bueno que está el atún- y los somalíes son unos ácratas de última moda que han descubierto que sin gobierno se vive igual de mal que con él.
    La verdad, eso de que los etíopes entren de vez en cuando es una cosa, pero que lo hagan para quedarse es otra; sino que se lo pregunten al imperio. Todo el que entra en Somalia termina saliendo cagando leches.

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