30/4/06

El sistema de la intoxicación informativa

El sistema básico de la intoxicación informativa es el mismo del humor británico: la creación de premisas.

Por ejemplo: un hecho que, fuera de contexto, no tiene especial gracia, se convierte en algo muy gracioso cuando ya conocemos al personaje y estamos en condiciones de anticipar cómo va a reaccionar ante determinada situación.

Hay un hecho al que conviene dar determinada interpretación y convencer a la gente de que es la buena. Bien. Pues cogemos el hecho y la interpretación y los relacionamos por medio de pseudohechos que tergiversamos o, directamente, nos inventamos.

Luego, vamos inventándonos más hechos cuya veracidad acreditamos porque concuerdan con los hechos que nos habíamos inventado previamente. Los tales "hechos" pueden ser meros argumentos de "autoridad", como por ejemplo, que lo ha dicho Fulanito (quien, a su vez, se lo ha inventado o tergiversado también) Al cabo de poco tiempo, ya hemos olvidado los hechos reales y sólo quedan los inventados (o su reflejo). El proceso está completo cuando cualquier hecho nuevo, aunque sea real, es interpretado por el público intoxicado a la luz de las premisas que le hemos dado. Dicha interpretación es ya espontánea, porque no nos hemos limitado a hacerle creer en unos hechos falsos, sino que le hemos dotado de una línea interpretativa que aplicará automáticamente ante cualquier suceso.

En la mayor parte de los casos, el proceso es tan amplio y tan antiguo que basta ya que determinada "autoridad" (verbigracia: Jiménez Losantos) diga algo, para que su público habitual -que conoce las principales premisas falsas- ni siquiera se tome el trabajo mental de poner en relación los datos falsos y establecer una conexión: automáticamente lo da por bueno.
El sistema se completa a sí mismo porque las diversas "autoridades", se dedican a citarse entre sí, sin ninguna referencia a ningún autor ajeno al círculo. Si uno se toma la molestia de leer un artículo (o incluso un libro) de, pongamos por caso, ese eximio intelectual llamado Germán Yanke, encontrará numerosas referencias a otras obras de, digamos, César Vidal, Jiménez Losantos y Pío Moa. si busca en las fuentes, observará que, por ejemplo, César Vidal cita a Germán Yanke, siendo, a su vez citado por Jiménez Losantos o Pío Moa, descubriendo con cierta inquietud que nos hallamos ante un sistema autorreferencial.
Resulta que la cadena de citas que tratan de conferir una apariencia de respetabilidad al libro, se cierra sobre sí mismas y que, al final, no hay ningún hecho.
Un caso paradigmático de esto lo cuenta Bob Woodward (sí: el de Watergate) en su libro VEIL, sobre las operaciones clandestinas de la CIA en tiempos de Reagan. La CIA lanza una campaña de intoxicación informativa contra Libia, acusando a Gaddafi de estar detrás de determinados atentados contra intereses Estadounidenses. el sistema habitual: se le cuenta off the record a los periodistas en nómina para que propaguen la mentira. Hasta ahí, todo bien. El problema es que mientras tanto, la CIA investigaba quién estaba realmente detrás de los atentados, y sus fuentes le llevaron a la convicción de que era Gaddafi. Con el tiempo, atando cabos, descubrieron que sus fuentes habían sido intoxicadas con la información falsa difundida por la propia CIA y que, en resumen, la información falsa, tras pasar por el circuito habitual, había vuelto a su origen.
Justicia poética.

Por ejemplo: todo el mundo sabe que los rusos son malos. Por ejemplo: todo el mundo sabe que los socialistas son corruptos. Por ejemplo: todo el mundo sabe que quien realmente gobierna España es Polanco.

En los casos extremos (en España, muchos millones de personas) ni siquiera hace falta mentir. Basta con narrar el hecho real adecuado para que el avisado lector ya "sepa" de qué le están hablando "realmente".

En otros casos, en general, se juega con el hecho (hablo de prensa escrita, en papel o en internet; en la tele y la radio la cosa es más burda) de la estadística:

a) Un pequeño porcentaje de la población lee periódicos.
b) De esos, todos leen los titulares.
c) De ellos, un porcentaje significativo lee la entradilla.
d) De esos, un porcentaje mucho menor se lee el artículo entero.
e) De esos, un porcentaje despreciable posee datos previos suficientes (en general, simplemente memoria) para interpretar libremente lo que le están contando.

Resulta que, muchas veces, tras un titular sesgado, hay un cuerpo del artículo que da información relativamente objetiva y, lo que es más sorprendente: contradictoria con el titular.
En resumidas cuentas: al final la cosa se reduce a crear un "nosotros" y un "ellos". Los resultados de absoluta irracionalidad son impresionantes. A propósito del proyecto de Estatuto catalán, y en algo tan absolutamente claro como es la organización judicial, tuve una discusión con una persona de menos de 30 años, licenciada en Derecho y con un Máster.

Alegaba que el Estatuto era inconstitucional porque hacía culminar la organización judicial en el territorio de la Comunidad Autónoma en el Tribunal Superior de Justicia (sin perjuicio de las funciones del Tribunal Supremo para unificación de Doctrina, que significa, para que todos los Tribunales de España interpreten las leyes del mismo modo)

Traté de hacerle ver que eso está previsto en la Constitución (1978) y en la Ley Orgánica del Poder Judicial (1985). Y que en la jurisdicción laboral y contencioso-administrativa, es así en la práctica desde hace un montón de años, cosa que cualquier abogado sabe y que cualquier estudiante de Derecho ha tenido por fuerza que estudiar y tener muy claro si ha aprobado. Hasta intenté mostrarle los artículos pertinentes de las leyes.

Lo negaba.

Se negó a leer los artículos de la Constitución, de la Ley Orgánica del Poder Judicial, de la Ley de la Jurisdicción Contencioso Administrativa y de la Ley de Procedimiento Laboral (cuyas últimas redacciones las hizo el Gobierno de Aznar). El BOE estaba en contra de sus creencias. Por consiguiente, negaba el BOE. Es decir: la realidad.

Claro, que, previamente, había salido el presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial mintiendo ignominiosamente. Si la persona que culmina la organización judicial, cuya función es interpretar y aplicar la Ley, miente a los ciudadanos con absoluto conocimiento de causa y aquí no pasa nada, ¿qué vamos a esperar de un joven licenciado en Derecho?
Artículos anteriores relacionados:

27/4/06

Lo último de bin Laden (por el momento)

Pues después de los últimos escarceos faranduleros, volvemos al vicio:

Me bajé de al Jazeera el último comunicado de Bin Laden, y lo he traducido de acuerdo con mis pobres luces (Piños, sugerencias) para que los que no saben suficiente inglés lo lean si quieren y mis colegas vuelvan al trabajo.

Lo de bin Laden en cristiano (¡Huy, qué estoy diciendo!)

Este link ya funciona

Como la CIA ya ha dicho que es auténtico, nos ahorramos disquisiciones sobre este particular y lo comentamos directamente. Lo que me jode es que los medios de aquí no publiquen estas cosas. No dan ninguna excusa, ni siquiera la de no dar publicidad a los terroristas. En realidad, es fácil de criticar, pero resultaría trabajoso y los periodistas tendrían que currar y saber qué decir, lo que no suele ser el caso. Además, como dice cosas con las que hay mucha gente de acuerdo, pues puede ser hasta peligroso.


La duda que surge es la misma que con cualquier político: ¿se cree todo lo que dice, o está vendiendo una moto? Si se lo cree tal cual, está ya fuera del siglo; si no se lo cree del todo, eso tranquiliza más, porque, simplemente, es un político normal que manipula lo que puede. Como puede verse, sigue con el rollo habitual, no sólo de los islamistas, sino de -por ejemplo- la Falange: yo no tengo la culpa de nada. Siempre hay un enemigo malísimo (Vbgr.: el contubernio juedo-masónico-izquierdista-internacional) que me putea a mí que soy la leche y soy bueno. Que haya cosas que son verdad, o medio verdad, vale; pero quede ahí lo dicho.

Por otra parte, es curioso que en la prensa hayan salido diciendo que dice cosas que no dice; por ejemplo, que ofrece una tregua a Estados Unidos. Eso es mentira. Lo decía en un comunicado anterior, pero aquí, no. Tampoco hace referencia a Irán (que para algo son unos herejes, ¿qué digo herejes?, los chiis son directamente infieles)

Empieza por las caricaturas de Mahoma, que ya es agua pasada, lo que indica que no ha podido publicar antes y aprovecha para dar su opinión ahora. O no ha querido, porque si fuera cierto que está en Arabia Saudí, claro, habría que despistar. Sobre esto, no dice nada nuevo, aparte de que hay que matar a los infieles que ofenden al profeta.

Se centra en demostrar la existencia de una guerra de los cruzados y los sionistas contra los musulmanes (a veces, a la coalición cruzado-sionista, se unen -¡ojo!- los hindúes)

En Afganistán e Irak, ya sabemos lo que hay, también habla de Bosnia, de Chechenia y de Indonesia; pero me centraré en los puntos principales:

Apoya casi de pasada a Hamás. De hecho, muy de pasada; se limita a decir que el rechazo occidental del triunfo de Hamás es una prueba más de la existencia de la cruzada. Hamás se ha apresurado a decir que Bin Laden puede decir lo que quiera, pero que no tiene nada que ver con ellos; que sus planteamientos y sus objetivos son muy distintos. Les falta decir que por favor, no hable bien de ellos.

Dedica una parte importante del rollo a Sudán. Y esto sí que es interesante. Bin Laden está muy relacionado con Sudán: vivió allí en tiempos de Hassan el Turabi, haciendo carreteras y conducciones de agua en zonas pobres, lo que era muy popular, hasta que los americanos bombardearon aquella fábrica de medicamentos diciendo que lo que fabricaba eran armas de destrucción masiva, y el Gobierno Sudanés le dijo que mejor que plegara y fue cuando se volvió a Afganistán. Así que también está mosqueado con el Gobierno sudanés de al Bashir.

Acusa a Estados Unidos de haber provocado la secesión del sur del Sudán, organizando un ejército de sureños y forzando al presidente al Bashir a firmar un tratado que sella dicha secesión. Una cruzada contra el Islam. Lo que no menciona es que esa guerra fue en realidad una guerra de exterminio del régimen islámico contra las poblaciones infieles del sur: negros cristianos y de religiones tradicionales; entre sus éxitos está el genocidio de los Nuba, esos negrazos tan guapos que fotografió Leni Riefenstahl. El sistema de siempre: exterminio, quema de cosechas, violaciones masivas, separación de los niños de los padres para educarlos en el Islam, etc. En conjunto, DOS MILLONES DE MUERTOS en diez años de los que casi nadie se ha enterado.

Tampoco menciona que, al poco de firmar el tratado de paz y, en efecto, hacer viceprimer ministro de Sudán a John Garang, el líder de rebelde, el avión de éste se estrelló casualmente sin supervivientes. Otra cosa es que sea obvio que, sin ayuda externa, los del sur se habrían comido los mocos.

Pues bien, tras avisar de que hay que reconquistar el sur para el Islam, ahora se centra en Darfur: En Darfur, el lío lo han organizado directamente los Estados Unidos, aprovechando unas disputas entre tribus, que han agravado intencionadamente para quedarse con el petróleo.

Bueno... Aparte de que lo cuenta como si las dos partes estuvieran igualadas, lo que no parece –desde luego- ser el caso, la verdad es que eso mismo ya lo comentábamos hace año y pico. El gobierno, que ahora contemporiza bastante (de eso le acusa bin Laden) con USA se quita de en medio a los rebeldes para tener el control de los pozos de petróleo. Si no, a ver si los americanos prefieren negociar con el enemigo.

En resumen, llama a los muyahidin a que vayan a Sudán a luchar por la causa de Dios y que aprovechen la estación de las lluvias, que dificulta el transporte para hacer contactos y llevar minas y RPGs. Parece que el gobierno de al Bashir se ha convertido en objetivo. No hay nada peor que los ex-amigos.

En cuanto a Pakistán y Cachemira, defiende la lucha de los rebeldes cachemires y de los pashtun que ayudan a los talibán y demás muyahidin de Afganistán. Ataca insidiosamente al general Musharraf a quien, imagino que está condenando a muerte al llamarle "ayudante converso" de Bush. Lo digo por lo de converso. En fin; tampoco es ninguna novedad, pero que no se olvide que para bin Laden Musharraf ya no es musulmán. Ha apostatado y debe morir.

Se mete bastante con Francia, lo que es sumamente inquietante, porque es el único país europeo que menciona expresamente. Por el velo y, en general, por el trato inhumano que da a los musulmanes. Especialmente le preocupa que estén haciendo canales de TV en Marruecos.

Esto de la tele le jode bastante, porque considera que es el instrumento de los cruzados y sionistas para dominar culturalmente al Islam e introducir el vicio y la depravación. Mala cosa para los empleados de dichas teles. A todo el mundo le jode la libertad de expresión. Aunque sea la libertad de propaganda.

Menciona Bosnia, como otro jalón de la cruzada contra el Islam y Chechenia. Lo de Chechenia es interesante, porque allí, vemos a Al Quaeda en su avatar primigenio: es decir, defendiendo los intereses de los Estados Unidos. Recordemos que entre los líderes de los heroicos luchadores por la libertad de Chechenia (esos que vuelan escuelas después de torturar a los niños, o edificios enteros o atacan objetivos militares como hospitales o teatros) tenemos saudíes, jordanos, por ejemplo. El origen de la guerra en Chechenia fue el que fue, y los interesados en que a Rusia, de ser posible, le crezcan los enanos, son los que son. En fin, qué cosa tener enemigos comunes... Uno se acuerda del cargamento de esos aviones a los que se permitió salir de Estados Unidos tras el 11-S, cuando todo el espacio aéreo estaba cerrado.

Finalmente, insiste en que el principal campo de batalla es Irak, donde se juega todo: la victoria en Irak sería la victoria de los Estados Unidos. Su derrota en Irak, sería el comienzo "del reflujo de la marea cruzada-sionista"

Química interna entero.

No voy a colgar la otra parte. Lo voy a colgar entero y así se ve de qué iba. Como sería muy largo, quien tenga algún interés, que pinche aquí, pero ¡ojo! hay sexo, drogas, los personajes son muy mal hablados y se retrata descarnadamente a las instituciones...


  • Química interna entero: Marga y Cristina
  • 23/4/06

    Química Interna I (Cristina)

    Como algunos me piden que cuente cuentos, pues mira así cambiamos un poco de tercio.
    Esto es de cuando yo escribía monólogos que, incluso, se representaban en ambientes selectos, donde se podía beber y fumar. Bueno, no se podía: se debía, que las chicas tenían que cobrar su caché...
    Viernes. El viernes es un día especialmente duro. Viernes tras viernes, desde ni se sabe el tiempo, llego a la oficina de un humor guay, llena de esperanzas ante el futuro, pensando que todo va a ser estupendo, que lo primero que voy a hacer va a ser irme a un balneario. Llego, y Luis, el de Administración, me mira y me dice: "Ah, Cristina, hemos acertado uno; bueno, y el complementario". Yo creo que disfruta. Que le encanta hundirme la vida. Luego, como cada viernes, la imbécil de mi jefa desaparece. "Cristina, me voy a tomar un cafelito; ahora mismo vuelvo". Y se va a pintarla. O, por ejemplo, a la peluquería. Como hoy. Y, encima, mañana, que es sábado, me toca trabajar, porque ella tiene que firmar un informe para el Ministerio. Lo único que me consuela y me hace creer que hay un Dios es que ella también tiene que venir.
    Consigo salir un rato antes para que me de tiempo de ir a buscar a Rubén al colegio. Llego a la puerta y me lanzo a por él, que está ahí, con sus coleguitas. "¡Sorpresa!, mira quién ha venido". Y él se pone colorado, me mira con cara de asco y, cuando vamos para casa, me dice: "¡Joder (toma niño, no digas tacos) Mami, ¿por qué te empeñas en venir a buscarme los viernes?" "¿No te gusta que Mami venga a buscarte?" "Pues no. Mis colegas se ríen de mí". Piensa. "Si, por lo menos, tuvieras coche... molaría". Y llegamos a casa, Rubén se enchufa a la pleisteision y yo me pongo a hacer la comida.
    Antes me encantaba cocinar y hacía todas las recetas del Arguiñano, pero desde que estoy a régimen esto es un lío, porque yo intento hacer unos menús equilibrados y bajos en grasas e hidratos de carbono y el niño no hace más que quejarse y dice que tiene hambre, y su padre, en vez de apoyarme, se dedica a hablar con ojos soñadores de las lentejas que hace su madre, todas llenas de chorizo y grasaza, y yo intento explicarles que ésta es una sociedad enferma, de gente sobrealimentada y obesa y que sólo quiero que ellos estén sanos, pero ellos no me lo agradecen nada y, sin ir más lejos, el viernes pasado, Alberto terminó de comer y se fue muy serio a la cocina. Yo flipaba, porque me creí que iba a lavar los platos por primera vez en su vida y, cuando voy a ayudarle, porque estos hombres son unos torpes y lo mismo se cargaba el lavaplatos, pues, ¿qué? Pues me lo encuentro que ha cogido una lata de fabada litoral (que debía tener escondida no sé dónde), así, sin calentar ni nada, y se la estaba comiendo a cucharadas.
    El viernes pasado; porque hoy ha llamado, que tenía una comida de trabajo y que no venía. Así que a luchar con el niño, que me monta el número de todos los días porque, no sé por qué narices, se empeña en decir que no le gusta el apio y yo: "venga, cariño, que el apio es sanísimo, que es muy bueno para el hígado y limpia mucho" y él, que está asqueroso y venga arcadas, y es que, claro, con todas esas películas americanas que ve todo el rato, que no comen más que hamburguesas... y yo le explico que la carne de las hamburguesas es todo química, que es de unos seres mutantes que tienen metidos en un cajón, que los manipulan genéticamente para que no tengan pelos ni plumas, ni huesos, ni nada y que los tienen llenos de tubos para alimentarlos con unas sustancias y piensa que deben sufrir muchísimo, y que luego van directamente a la picadora, los pobres trozos de carne vivientes, y el niño se pone a llorar y sale corriendo y se encierra en su habitación y yo voy a decirle que cariño pero ahora qué te pasa, y el niño gritando como un histérico que me vaya, y se empeña en que no me quiere abrir la puerta y dice que como intente entrar que llama a la Policía por el móvil y yo, la verdad, es que no sé ya qué hacer. Al final va a tener razón Vanessa y voy a tener que llevarlo al Psicólogo porque es que esto no es normal, lo de este niño.

    Y me tomo un par de cápsulas de valeriana, que me ha recetado el naturópata, porque es que me ha puesto de los nervios y me pongo a ver la tele. Echan un programa superinteresante sobre chicas que han superado la anorexia y cuentan sus experiencias, y la presentadora, que se pasea abrazada a una carpeta porque seguro que no sabe qué hacer con las manos, lo que denota inseguridad, que lo aprendí en el curso de técnicas de comunicación del año pasado, presenta a una que descubrió su verdadera identidad sexual gracias a la anorexia y que dice que la anorexia no es una enfermedad, sino una opción legítima para realizarse como mujer, y acaba discutiendo a gritos con otra invitada que acaba de publicar un libro que se titula "¡Tú eres la bomba!" que le pregunta que, si es una opción legítima, que entonces por qué está hecha una vaca y, la otra, que no está gorda para nada y que –además- que ha madurado en sus planteamientos y que su compañera le ha ayudado mucho gracias al yoga egipcio, porque su compañera (creo que va a ser lesbiana) es profesora de yoga egipcio y tibetano en un centro de mayores de la Comunidad y que le recomienda el yoga egipcio a todas las mujeres que se ven gordas; que realmente no están gordas y que la culpa de todo la tienen los hombres, que para algo todos los diseñadores de moda son hombres y la otra le dice que, bueno, hombres...

    Y en eso viene Rubén con el móvil en la mano, mirándome con desconfianza, y me dice que le acaba de mensajear Borja y que si le dejo irse con él, que su madre los lleva al parque de atracciones y que si puede quedarse a dormir en casa de Borja y yo, claro, pues le digo que no, que porque se quede en casa con su madre de vez en cuando, no pasa nada, que a estos niños, como que la vida familiar no les importa. Claro, con todas esas películas americanas que ven y esos juegos de la pleisteision, y además hay que disciplinarlos un poco, porque, si se acostumbran desde pequeños a hacer lo que les dé la gana, luego de mayores ya no tienen remedio, y así están las cosas, que los padres no se preocupan de sus hijos y luego, pues claro, les salen anoréxicos.
    Y entonces suena mi móvil y es la madre de Borja que, venga, que viene a buscar a Rubén y se los lleva al parque de atracciones, y Rubén se queda a dormir en su casa. Y me dice muy pícara que así Alberto y yo estamos solos esta noche, je je. Y, bueno, al fin y al cabo, no está mal que Alberto y yo tengamos una noche para nosotros solos de vez en cuando... Y cuando la madre de Borja se lleva a Rubén, ("Y, por favor, que no coma porquerías de esas, se ponga como se ponga". "Que no, mujer, no te preocupes". "Sobre todo, hamburguesas". "Que no, mujer, ¡huy! Hamburguesas, qué horror". "Ni algodón de ese de palo", "Que, no, venga, hale, adiós, hasta mañana".)

    Pues, nada más irse el niño, me llama Alberto para decirme que la comida de trabajo se ha alargado, que ya sé lo que pasa, que tienen una reunión para preparar no sé qué cosas de una estrategia y que me llama cuando acabe. Y yo cuelgo muy despacio y me quedo triste... Me digo que ya, que la comida se ha alargado. Como siempre. Lo que más me duele es que se cree que me engaña. Hace tiempo que sé de qué van estas comidas de trabajo: el muy canalla seguro que se ha comido unas lentejas con chorizo o un cochinillo grasiento o algo así y está hecho polvo.
    En la tele, la gorda que no está gorda del yoga egipcio está tirando de los pelos a la de "Tú eres la bomba" mientras el público aplaude. Cambio de canal y hay un programa sobre mujeres que han descubierto que sus hijos son gays, pero como éste ya lo echaron ayer en otra cadena, zapeo. En otro canal hay un programa sobre mujeres maltratadas y las secuelas psíquicas que tienen y una de las invitadas que habla muy bien, porque la semana pasada salió en otro programa sobre mujeres que han montado su propia empresa, explica como pudo salir del infierno en que vivía gracias al tarot de los ángeles, que le dio claridad para ver que, en realidad, no estamos aquí solas, y que descubrió que su ángel se llama Manuel y, cuando su marido la pegaba, le avisaba un segundo antes: "Puñetazo, Dalia" y ella lo esquivaba y "gancho corto de izquierda" y, ¡zas! quiebro y así: "atención: patada en el bebe (¡huy!)", "directo", "uno dos" y el marido dejó de pegarla y, por lo visto, decidió pegarle un tiro, porque además, el muy canalla era cazador, y que intervino el ángel (Manuel) y se le disparó la escopeta en un pie, y la herida se le gangrenó y le tuvieron que cortar la pierna y se quedó en la operación ("Le estuvo bien empleado por maltratador", dice otra invitada "Huy, pues encima me insultaba, me llamaba puta loca") y, desde entonces, Manuel (el ángel) se le aparece por las noches. "¿Y cómo es, Dalia?" (yo juraría que la semana pasada se llamaba Marta, creo) –pregunta la presentadora, muy seria- "¿Qué aspecto tiene el ángel?". "Es incorpóreo". "¿Incorpóreo?". "Incorpóreo. Es un espíritu puro, porque viene de otro plano, ten en cuenta". "Ah". "Y viene por la noche a mi cama y me da paz". "¿Te da paz?". "Me da amor". "Ya".
    Y se van a publicidad. ¡Caray! Debe ser la pera que un ángel te dé amor, ¿que no? Y me acuerdo de que no he tomado el prozac y me lo tomo, y mientras sigue el programa, cojo un libro superinteresante que me estoy leyendo, de una científica americana, sobre el orgasmo en la mujer. Por lo visto, resulta que sólo hay orgasmo cuando se contrae rítmicamente el músculo pubocoxígeo y que muchas mujeres lo tenemos atrofiado por falta de uso, y hay un aparato, que se llama el pubocoxímetro, que tiene una pieza... pues así... como alargada, que se hincha, y hay que metérsela en el chichi y tiene una pera y como un reloj, ¿no?, como un chisme de tomar la tensión y, entonces, lo hinchas a tope con la pera y te pones a apretar el músculo pubocoxígeo rítmicamente mientras dices "¡Aahh!, ¡Aahh!" y en el reloj te marca la fuerza que haces y, así, ejercitas el músculo por si alguna vez tienes un orgasmo. Y vienen unos dibujos muy detallados de cómo hay que usarlo y, la verdad, es la mar de excitante. Y la verdad es que no sé dónde está ese músculo.
    Así que me pongo a buscarlo con el dedo, mientras miro el dibujo y aprieto como dice el libro y, entonces, ¡mecachis! me suena el móvil y es Vanessa, que si nos vamos al cine y yo le digo que, claro, que no, que estoy en casa esperando a Alberto y ella me dice que por eso; que como Alberto y Adolfo están en la reunión esa de la estrategia y seguro que acaban tarde, que nosotras nos vamos al cine y yo, que pues no sé, pero ella me convence; que seguro que estamos de vuelta antes de que lleguen ellos, que ya sé qué pasa con las reuniones de los viernes. ¿Y qué vamos a ver?, pues que ella había pensado que esa que acaban de estrenar de Brad Pitt, que se llama no sé qué, en inglés, que vio el trailer el otro día y parece superinteresante y bueno, pues vamos. Y yo llamo a Alberto al móvil, pero está apagado o fuera de cobertura y, claro, si está en la reunión, lo habrá apagado. Lógico. Y le dejo un mensaje de que me voy al cine con Vanessa y que se lo diga a Adolfo también.
    Y estoy en la cola del cine, esperando a Vanessa, y me encuentro a un chico que conocimos en la última fiesta de la empresa de Alberto, que dice Vanessa que se parece a Yors Cluni, que trabaja en cine o publicidad, o algo de eso, y me dice que ¡Hombre!, ¿qué tal?, y me da dos besos y que si voy sola al cine y le digo que no, que estoy esperando a Vanessa (y –oye-, si que es clavadito a Yors Cluni) y, justo entonces, me suena el móvil y es Vanessa, que hija, que lo siente muchísimo pero que le acaba de llamar su madre cuando venía para acá, que el niño se ha puesto malo y que se tiene que ir a casa de su madre y que no puede venir. Y Julio, que resulta que se llama así, me sonríe y dice que podemos ver juntos la peli, y yo digo que bueno, que vale. Y la verdad que tiene razón Vanessa que es guapísimo.
    Y mientras esperamos para entrar, me explica que en realidad viene a ver la peli por tema de trabajo, para estudiar el montaje y yo le digo que "ah". Y durante la película, me roza por casualidad la mano en el brazo del asiento un par de veces y, otra vez, cruzo las piernas y él también, y como las cruza al revés que yo (eso es genético, hacia qué lado cruza una las piernas, lo leí en el Muy Interesante), nos tocamos los pies y, otra vez, me coge la mano para que me fije y me dice al oído que fíjate cómo monta la secuencia, y otra vez, me pone la mano en la rodilla, para que me fije también, cómo se ha notado que eso es un efecto digital, y yo no me había dado cuenta, pero la verdad es que es superinteresante. Y termina la peli y salimos y me dice que si nos tomamos algo, y yo, que no, que tengo que volverme a casa. Y le iba a decir que va a volver Alberto, pero, no sé por qué, no le digo nada y, bueno, que me va a llevar a un sitio que conoce aquí al lado. Y yo pienso que me ha molado cuando nos tocábamos los pies en el cine. Y me tomo un par de cápsulas de hipérico, que no sé para que vale, pero las llevo siempre en el bolso.
    Y llegamos a un bar que se llama el Lifter, que tiene poca luz y está lleno de fotos de actores dedicadas, y carteles de cine, y un montón de cosas más de cine. "¿Qué quieres?" "Pues..." No sé qué pedir, porque yo no bebo nunca, y debo parecer una tonta, así que pido un Pampero con coca-cola lait, que es lo que pide siempre Vanessa cuando salimos; "Pampero no me queda, ¿Cacique?". "Cacique, vale". "Y yo un Balantains con Yinyereil". Espero no ponerme piripi, porque yo no bebo nunca, pero me encuentro superagusto, y el sitio éste es superbonito. Y brindamos, y Julio me mira a los ojos y dice: "Por ti", y yo me pongo colorada, y él me levanta –así- la barbilla con la mano y me dice que hay que mirarse a los ojos, que dicen los alemanes que, si no, te pasas tres años sin hacer el amor. ¡Hacer el amor!, caray, los alemanes. Seguro que nota lo colorada que me he puesto. Y hablamos de la película y del cine y de las productoras, y resulta que Julio conoce a mogollón de gente superfamosa, y le digo que qué trabajo tan interesante, no como el mío, y me habla muy cerca y me dice que es muy fácil dedicarse al cine, que sólo hay que tener dotes... Y los contactos, y me pone la mano en el hombro, y yo no estoy muy segura de lo que tengo que hacer, pero ya me he terminado el cubata y la camarera nos ha puesto otros dos, sin decirla nada; qué cosas, tú.
    Y Julio me ha echado el brazo por encima del hombro, y me cuenta que está preparando una peli nueva y que hay un papel que parece que está pensado ex profeso para mí, y jugando, ha metido el dedo por la cintura de mi pantalón y, con el dedo, me acaricia la cadera, y se me ponen los pelos de punta. Y le aparto un poco y le doy otro trago al cubata y no sé cómo, tengo la blusa salida del pantalón por ese lado, y él sigue hablándome al oído de la película y siento su mano bajo la blusa, y me acaricia y cada vez está más cerca, y su mano sube, y me roza la teta y yo no sé qué hacer, porque noto como unas cosquillas y debo tener una sonrisa de imbécil, y me cae una gota de sudor por la espalda y él acerca lentamente su boca a la mía, y yo de repente me digo "¡Cristina! ¿qué coño estás haciendo?" Y me aparto de golpe y le pego una hostia con todas mis ganas: "¡So cerdo! Pero ¿tú qué te has creído?". Y agarro el bolso y salgo corriendo del bar y lo dejo ahí plantado. Y juraría que oigo a la camarera que se ríe de algo.
    Y me tomo dos cápsulas de valeriana para tranquilizarme. Y cuando llego a casa no hay nadie. Y me siento como el culo todo el rato. Miro el contestador: "Cariño, soy yo. Oye, que la reunión se está alargando. En seguida voy". Me siento superculpable. Me acuerdo de que esta noche no tenemos niño y decido darle una sorpresa a Alberto: Una cena romántica: Preparo una ensalada de brotes de soja con apio y tofu. Unas velitas. Y saco las medias negras y el liguero que me regaló mi jefa, que es un poco cochina, que estaban ahí sin estrenar, y el sujetador negro... Y me tomo dos píldoras de guaraná y espero. Y, cuando me quiero dar cuenta, resulta que me he quedado dormida en el sillón. Me despierto y me voy a la cama, con mi liguero y mi tortícolis, que es tardísimo y mañana tengo que ir a la oficina, aunque sea sábado.
    Y estoy durmiendo y sueño que viene un ángel a visitarme y que me hace cosas. Y es muy excitante, y me encuentro superbien. Y, de pronto, me despierto, porque tengo algo metido en el culo y es Alberto, que está ahí, estrujándome las tetas y moviendo la polla a toda hostia y, cuando le voy a decir que le quiero, pega un resoplido, dice "¡Hostia!" y se corre y se queda un momento así, como tieso, y, sin más, se da la vuelta y se pone a roncar panza arriba, y le huele el aliento a cerveza y tabacazo.

    Y yo me pongo a llorar como una tonta y pienso que soy gilipollas, así que me pongo a hacerme una paja pensando en el tal Julio, que me come el coño, y me lo hace muy despacito y me dice cosas bonitas y... pues yo también digo ¡Hostia! y me corro como una bestia. Y el tipo ese que está a mi lado ni se entera. El sigue a lo suyo, a roncar.
    http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/2.5/es/
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    21/4/06

    San Tiburcio, 1931. La República (I)

    El otro día, Don Enrique me sugería escribir algo sobre la República. El día 13, empecé a escribir, pero como es que me lío yo solo, vi que iba para largo y como, además, estaba de vacaciones, pues estaba la mar de vago y no lo colgué. Aquí va, ahora; que ya está bien de hablar todo el rato de la actualidad oriental. Hay que variar un poco; que, si no, los lectores se aburren y nunca nos convertiremos en referente mediático.

    El viernes pasado fue uno de esos aniversarios redondos: Hace 75 años justos, el día de San Tiburcio de 1931, España se acostó Monárquica y se levantó republicana; las gentes del común tomaron la Puerta del Sol ante el desagrado de las gentes de orden, cuando no su pánico.

    La Monarquía estaba tan acabada, que se derrumbó ante el resultado de unas elecciones municipales que dieron una victoria parcial a los republicanos. Nadie intentó defender la legalidad. Y digo legalidad, porque las elecciones sólo atañían a los ayuntamientos, no a las Cortes, ni al Gobierno, ni al Jefe del Estado. Pero no. Nadie puso en duda que acababa de nacer la República.

    El régimen estaba tan muerto y putrefacto, que esas elecciones sólo fueron la puntilla. Su Majestad Católica Don Alfonso XIII se piró sin discutir y, según rumores apócrifos más o menos autorizados, cuando desembarcó en Marsella de madrugada con el Conde de Romanones, éste -que tenía confianza- le preguntó:

    -- ¿Y ahora, qué hacemos, Majestad? A lo que S.M. habría contestado:
    -- Pues como no nos vayamos de putas...

    Y, según esas apócrifas fuentes, en efecto: se fueron.

    Alfonso XIII había heredado una España hecha polvo y arruinada (eso era habitual) tras la guerra con los Estados Unidos, en la que perdió lo que quedaba de su imperio colonial; gobernada por una clase política corrupta y que manejaba los asuntos del país de acuerdo con sus interes personales. Los índices de pobreza y analfabetismo eran desoladores; el sistema así llamado democrático estaba en manos de los caciques locales y nadie hacía caso de los cuatro personajes que hablaban de regeneración.

    Así que el rey se dedicó a vivir bien, rodeado de una corte decimonónica. Pronto vino la conferencia de Algeciras en la que, a fin de retrasar la guerra entre Francia y Alemania, se repartió África un poco más y el Gobierno español consiguió que le entregaran un trozo de Marruecos para civilizar. Eso fue la perdición de la Monarquía, porque a partir de ahí -a fin de ensanchar y defender los negocios de los ministros que se abalanzaron a saquear Marruecos- vino la guerra; causada al parecer porque los malvados marroquíes mostraban escasa disposición a ser civilizados y donde a nuestra aviación le cupo el dudoso honor de ser la primera en emplear gases contra la población civil. (En seguida, los ingleses lo harían en Irak)

    La guerra de Marruecos fue gestionada con la incompetencia habitual de todas las guerras españolas desde Carlos III y ocurrió que, en 1921, el Regimiento de Infantería Ceriñola, con algunos añadidos, acampó en los llanos de Annual a 400 metros del pozo más cercano. Después vino una degollina como no se había visto, con todo español que podía correr, corriendo hacia Melilla. Hubo unos 12.000 muertos, causados -aparte de por los guerreros de Abd-El-Krim- por las ansias de rapiña de los políticos y ricos españoles (que solían ser los mismos), por la corrupción absoluta del sistema (vbgr.: los fusiles eran los mismos de la guerra de Cuba y las balas daban de través en el blanco a 200 m.) y por la inutilidad de los mandos militares.

    A consecuencia de tales hechos, mi abuela conoció a mi abuelo, hijo del autor del himno de Intendencia, y hubo una comisión de investigación. Los resultados salpicaban hasta a los negocios del propio rey, la cosa se ponía fea y hete aquí que el General Don Miguel Primo de Rivera, Marqués de Estella, da un pequeño golpe de Estado, salva el culo a Don Alfonso y proclama la Dictadura.

    Es de señalar que en aquellos tiempos, las dictaduras no estaban del todo mal vistas, sobre todo si tenían un rey para enseñar, con sus plumeros y tal. De hecho, en ciertos ambientes eran vistas como algo moderno, véase Mussolini. La Dictadura fue un desastre a pesar de las relativas buenas intenciones de Don Miguel, pero claro, él se centró en los gravísimos problemas de la Patria (el separatismo, los obreros, que querían cobrar más y trabajar menos, la guerra contra el moro, los catalanes, que andaban levantiscos, etc.) en lugar de centrarse en los problemas de los españoles y, claro, acabó mal. Cuando los de la pasta decidieron que ya no les servía, se quedó solo y lo dejó. Además, los republicanos de todo pelaje, incluidos los catalanes y los vascos, se habían reunido en San Sebastián (que era donde se reunía a conspirar la gente bien) y estaban preparando la jugada.

    A partir de ahí, unos meses erráticos y sin futuro, hasta el 14 de abril de 1931.

    Desde el principio estuvo muy de moda entre los fachas, que como es sabido tienen una cierta tendencia a dar la vuelta a la historia con argumentos efectistas, decir que las elecciones ni siquiera las ganaron los republicanos, dando incluso estadísticas. Lo que suelen omitir es que había concejales que se elegían y concejales que se nombraban de forma digital. Si contamos todos, la cosa, en efecto, queda bastante ajustadita. Pero, lo que impactó fue el resultado de las elecciones, no el total de concejales.

    La República fue traida, en principio, por unos señores de orden, que querían poner en pie un sistema democrático dentro de un orden que sacara a España de su secular atraso y nos homologara con los países civilizados. Probablemente, también querían entrar a formar parte de la clase política con poder, de la que en el ancien régime estaban excluidos. Dichos señores tuvieron desde el principio el problema de que las cosas estaban muy mal, que la gente pasaba mucha hambre, oiga, no sabía leer y, como les habían dicho que ahora iba a gobernar el pueblo, pues se lo creyeron y es que tenían mucha prisa en vivir un poco mejor. De ahí que, como primera providencia, quemaran algún convento, lo que llevó a Don José Ortega y Gasset, gran productor de frases lapidarias a murmurar: No es esto, no es esto..., mientras meneaba con pesar su bien amueblada cabeza.

    El otro problema venía de los enemigos de la República, que, pasado el susto inicial, se fueron rehaciendo y se dedicaron a tocar los cojones todo lo que podían, capitaneados por la Iglesia y el Sr. Calvo Sotelo (si: el protomártir de la Cruzada), que había sido ministro de Hacienda de Don Miguel y dejaba a Mussolini bastante a su izquierda. Remito al atento lector a sus escritos y al Diario de Sesiones de las Cortes.

    Lo intentaron. Se proclamó a un señor muy de orden y católico, Don Niceto Alcalá-Zamora, como Presidente de la República Española, se convocaron elecciones a Cortes y se dieron a la tarea de redactar una Constitución más que añadir a la lista desde 1812.

    Continuará...

    17/4/06

    Maldición! Otra vez al curro

    Muy buenas. Me he permitido tomarme unos días de asueto durante los que no he dado un palo al agua. Había pensado escribir algo sobre la República para el 14 de abril, pero ya me estaba enrollando demasiado y va a ser por entregas, que si no, no hay quien se lo lea. Por otra parte estaba muy vago y, finalmente, vistas las noticias de la semana santa, me parecía que hay temas más candentes. Además, estos días todo el mundo ha hablado de la dichosa República y yo no iba a ser tan poco original, ¿no? Tengo una reputación que mantener, qué caramba.
    Insisto en que contaré algo en breve, que lo prometido es deuda; pero lo que me tiene sumamente preocupado es lo de Irán. Es evidente que Bush y sus chicos no tienen bastante y quieren más. En principio, yo pensaba que todo el coñazo que le están dando a los iraníes para que no hagan lo que hace, por ejemplo, España, algo absolutamente legal, etc. etc. como es fabricar combustible para una central nuclear (algo que está bastante lejos de enriquecer uranio para que sirva para hacer bombas atómicas), era porque estaban muy preocupados de que a los Israelíes se les fuera la pinza (más) y bombardearan Irán por su cuenta, lo que produciría un carajal de la hostia. De hecho, me imagino lo que pensaría una persona razonable en vísperas, digamos, de la Primera Guerra Mundial. En todo caso, las noticias de estos días suenan a déjà vu, como de hace tres años...
    Pero, no sé, no sé... Estaba dándole vueltas a otros enfoques. Es muy fácil pensar que los dirigentes de U, S.A., son absolutamente y sin remedio gilipollas. Pero... Los que mandan en Estados Unidos, con Bush y Condi Rice a la cabeza, o pertenecen a la industria petrolera, o, directamente, tienen su propia petrolera. Con todo esta follón internacional, resulta que los precios del petróleo están disparados, dada la situación de crisis e inestabilidad en algunos grandes productores... Y ya se sabe que los analistas (que son muy objetivos e independientes) se acojonan con cualquier cosa y el mercado va y sube los precios.
    a) ¿Quién ha provocado la inestabilidad en Irak? ¿Bin Laden? Bueno, ya sé que la versión oficial dice que sí; pero estoy hablando en serio. ¿Quién provoca la inestabilidad con Irán? ¿Los iraníes? ¿Por cumplir el TNP y hacer algo a lo que tiene perfecto derecho? ¿quién provoca la inestabilidad en Venezuela? ¿Chaves? Que yo sepa, Chaves no le ha montado un golpe de Estado a Bush ni a Aznar... En fin.
    b) ¿Quién se está forrando con todo esto?
    En fin: resulta que tanto la la guerra de Irak, como los distintos focos de inestabilidad y tensión regional que está provocando el gobierno de Bush, están produciendo el curioso fenómeno de llenarles inmensamente los bolsillos a él y sus colegas, dado que el petróleo es un bien cuya demanda es enormemente elástica y se sigue comprando a cualquier precio. Resulta que son ellos los que tienen en su mano la capacidad de mantener el precio escandalosa y artificialmente alto y ellos mismos se embolsan las ganancias. Curioso, ¿no?
    Lo malo es que, aparte de esto, están haciendo lo posible por montar otra guerra que ya podría hacer saltar todo Oriente Próximo por los aires. Si en Irak, que estaba hecho una mierda después de la guerra Irán-Irak, la guerra del 91 y 12 años de bloqueo que había terminado de arruinar el país, está la cosa como está, ¿qué puede pasar con Irán? Los americanos saben perfectamente que no pueden invadirlo; entre otras cosas, porque ni siquiera tienen soldados suficientes, pero eso ni siquiera es importante. Son capaces de bombardearlo. Porque sí, insisto. Porque los israelíes han decidido que ningun país de los alrededores puede tener acceso a la tecnología nuclear. Sólo ellos.
    ¿Por qué no se bombardea Pakistán que tiene bombas atómicas, fabricadas en secreto y probadas en público? ¿Por qué el general Musharraf no es un tirano sino un fiel aliado? ¿Importa que sea un militar que tomó el poder mediante un golpe de Estado? ¿por qué no se bombardea Israel o al menos se le sanciona? Israel tiene unas 200 cabezas nucleares, al contrario que Irán no ha suscrito el Tratado de No Proliferación y se dedica a invadir o bombardear a sus vecinos cada vez que le peta, sin que el Consejo de Seguridad haya tenido nada que decir. De hecho, aún tiene ocupada Palestina y parte de Siria, porque del Líbano le echaron.
    Irán no ha invadido ni atacado a nadie desde hace ni se sabe el tiempo. Por el contrario, fue invadido por Irak, a quien abastecía alegremente Occidente en pleno, sólo para putear a Jomeini. Resulta que la revolución islámica humilló a los Estados Unidos al quitar de en medio a ese dictador sanguinario que dio para los anales del Hola! personajes consortes como Soraya o FarahDiba, idolatradas por nuestras marujas. Ese indeseable tipo fue repuesto en el poder por USA y Reino Unido en los años 50, mediante un golpe de Estado que liquidó a Mossadeq, quien había tenido la osadía de tratar de nacionalizar el petróleo iraní. La revolución islámica fue horrible y sangrienta, pero es que ya les habían explicado lo que pasa si tratas de hacer una revolución no sangrienta: que te matan.
    Por otra parte, cuando alguien hace una revolución, se le invade; todo el mundo lo sabe. Para ahorrarte el trabajo, tiras del vecino, Irak en este caso. Eso pasó con la Revolución Francesa, con la Revolución Rusa, con Cuba, con Nicaragua, y con Irán, por poner ejemplos asequibles. Normalmente, la invasión fracasa, pero puede conducir a una bonita guerra civil en la que el país se desangre y el régimen se radicalice y, al final, resulta difícil recuperarse y nunca sabremos lo que pudo ser y no fue. Seguidamente, esta segunda parte la borramos de la Historia, que para algo la inventamos nosotros, y punto pelota.
    Irán es lo más parecido a una democracia que hay en Oriente Próximo (lo que, bien es verdad, no es decir mucho) Hay elecciones en las que el candidato esperado por el Establishment va y no sale: sale otro. Las mujeres votan y hasta son diputadas y ministras. Tiene una economía relativamente equilibrada y, a pesar de las masacres de la revolución y la guerra con Irak, ha ido evolucionando y, sin duda, habría evolucionado bastante más, de no ser porque la intervención de los Estados Unidos en sus asuntos produce lo que siempre produce (véase Cuba) No hay nada como tener un enemigo para conservar un régimen. Que se lo digan a Bush.

    11/4/06

    Liquidando a los científicos iraquíes

    Recomiendo, para los que chanen inglés, la entrevista de Ahmed Janabi que viene hoy en Al Jazeera a Violette Daguerre y Qais al-Azawi, la primera profesora francesa de Psicología y activista de derechos humanos, y el segundo director del Comité para la protección de los profesores universitarios iraquíes.

    Está en Interviews, con el titular "The assassination policy has been adopted by all ideological groups"

  • SOS over iraqui scientists


  • Muy reveladora. Por cierto, que el nombre del Comité para la protección... es eso, para proteger a una especie en peligro de extinción.

    Otros enlaces, en español:

  • En rubiciutat.net


  • (Estoy buscando más. Aunque ya dicen bastante, me decía yo a mí mismo: " a ver si encuentro una que no me vayan a decir que si es castrista o así"; pero no os creáis que es tan fácil. de hecho, ¿alguien ha leído algo sobre esto en algún periódico?)

    El caso es que los profesores son el objetivo prioritario de cualquiera que realmente quiera joder un país. En los años 80, cuando el gobierno prosoviético de Afganistán intenteba extender la educación y, encima, cometía herejías tales como escolarizar a las niñas, los heróicos luchadores por la libertad financiados básicamente por la CIA y Arabia Saudí y que ahora han podido volver a presentarse a unas elecciones cuya estupidez ha sido garantizada por ISAF y, entre otros, los soldados españoles, se dedicaban con bastante asiduidad a quemar las escuelas que no tenían al lado un contingente militar soviético lo suficientemente sólido como para impedirlo. Obviamente, primero se violaba concienzudamente a la maestra (y al maestro, si se terciaba) y, tras hacerles la camiseta o despellejarlos del todo, se los dejaba colgando de algún sitio para aviso de navegantes. Si no bastaba, se quemaba la escuela con niños y todo.

    Cuento esto para poder decir a renglón seguido que lo primero que hizo Franco cuando ganó la guerra civil española fue purgar al profesorado, con unos resultados bien conocidos. Creo que, después de lo anterior no podrán decir que soy sectario. Bueno, o sí, pero que queda claro que los hay aún peores... Las estadísticas son fáciles de encontrar. Afortunadamente, la Falange y los curas solían limitarse a suministrar aceite de ricino y a fusilar algo. Parece que la técnica de la camiseta no la conocían.

    Eso mismo pasó, aún a mayor escala en Camboya, pasa en Colombia, ha pasado en El Salvador, en Guatemala, en todos los sitios en que alguien quiere joder realmente un país. En Ruanda, en 1994, prácticamente no dejaron un maestro vivo. Claro, que eso ya cae en africa y, a quién le importa Africa?

    9/4/06

    Cuando las premisas son falsas, pasa lo que pasa

    Mientras el Cid cabalgaba por Castilla, en Persia, Omar Jayyam escribía que


    Sobre la tierra abigarrada, camina alguien que no es musulmán ni infiel,
    No cree en la verdad. No afirma nada.
    Sobre la tierra abigarrada, ¿quién es ese hombre bravo y triste?


    Pues, por ejemplo, puede ser un tal robert Fisk, corresponsal inglés del Independent en Oriente Próximo. Hace poco he terminado su último libro, que ya he mencionado: "La gran guerra por la civilización. La conquista de Oriente Próximo". Es un tomacho de mil quinientas páginas y una especie de testamento: un tipo que lo ha visto todo y está tan hasta los cojones, que ha decidido contarlo sin cortarse lo más mínimo. Por desgracia, como es buenísimo y tiene mil quinientas páginas, poca gente lo leerá.


    En su primera crónica sobre Afganistán, en 1980, contaba que lo primero que le llamó poderosamente la atención de ese país, al poco de pasar el Khyber, fue observar a un afgano subido en un cajón, al lado de la carretera, sodomizando a un camello; cosa que fue omitida por su editor al considerarla poco adecuada para los lectores del Times.


    Poco después, he leído el libro de Gustavo de Arístegui "La Yihad en España. La obsesión islamista por reconquistar Al-Andalus". Arístegui es portavoz de Exteriores del PP, diplomático de carrera e hijo de su legendario padre, asesinado en el Líbano. Para deberse a la tecla de un político español, no esá mal. Por lo menos, a diferencia de lo habitual por estos pagos, sabe de lo que habla.


    El problema es que, a diferencia de Fisk, que se dedica a contarlo todo, Arístegui sólo cuenta una parte. Es hombre de partido. Tiene una tesis y la desarrolla, sin antítesis ni síntesis, valga la expresión. El libro es de pensamiento unidireccional, como -en fin- los periódicos, como las radios y televisiones, como los políticos, como los ricos y como los pobres cuyo cerebro es lavado por los anteriores para que estén de acuerdo y, a ser posible, sus hijos vayan a la guerra.


    Se aportan datos interesantes. Pero se renuncia a otra máxima del arte de la guerra (despés de la de no invadir Afganistán, etc.) que es conocer al enemigo. Sigue la sentencia de nuestro inefable y apodíctico Aznar consistente en que "el terrorismo no tiene explicación". Es la clave. Nos negamos a comprender, a comprender por qué. Por qué nuestro enemigo es nuestro enemigo. Incluso aunque sólo sea comprender qué, qué piensa nuestro enemigo. De ahí no puede salir nada práctico.


    Pero estamos tan acostumbrados, tan inmersos en una intoxicacón informativa total y permanente, que no nos damos ni cuenta. De hecho, creo que esa intoxicación, esa falsificación permanente de la realidad, es lo que constituye la piedra angular de una cultura y lo que le permite mantener sus señas de identidad. Cada hecho nuevo del que tenemos conocimiento, es interpretado a la luz de unas premisas falsas. Por eso, alguien dijo que el enemigo natural del político es el historiador.


    Por ejemplo: La comunidad internacional (es decir, los portavoces de los que mandan de Estados Unidos y l.a Unión Europea) exige a Hamás que reconozca a Israel y renuncie a la violencia. Al parecer, a nadie se le ha ocurrido exigir a Israel que reconozca a Palestina y renuncie a la violencia; ni siquiera que cumpla la convención de Ginebra y asuma las obligaciones de la potencia ocupante de un país conquistado en una guerra y garantice las necesidades de su población.


    Toda la información sobre este tema parte de la base implícita de que nada existió antes de 1967, que de 1967 nos vamos directamente a Josué; que Israel siempre estuvo allí y que los malvados árabes quieren su destrucción. Los árabes, como todo el mundo sabe, son una horda salvaje y fanática per se, cuyo único interés en esta vida es envidiar los logros de la democracia y matar judíos. De un modo más o menos edulcorado, según cuente -por ejemplo- El País o El Mundo, ese es el principio básico.


    Si partiéramos de la base de que unos políticos ingleses engañaron a los árabes allá por la Primera Guerra Mundial para que lucharan contra los turcos -que eran los que mandaban allí entonces- diciéndoles que iban a ser libres y soberanos, para luego repartirse sus tierras entre Inglaterra y Francia, ocuparles militarmente, robarles sus riquezas, masacrarles cada vez que intentaban levantar cabeza (Siria, Irak, años 20-30-40) para acabar, tras la Segunda Guerra Mundial, ya con los estadounidenses tomando el relevo, haciendo buena la Declaración Balfour de 1917, inventando un estado judío del que sus habitantes, es decir, los árabes, fueron expulsados mediante una limpieza étnica basada en el terror y la masacre; que lo que quedó en 1948 de la Palestina árabe, fue ocupada militarmente en 1967 y así hasta hoy. 


    Que los árabes que no huyeron de sus casas y sobrevivieron, y sus descendientes, son ciudadanos de tercera en Israel que, por poner un ejemplo, ni siquiera tienen permitido comprar tierra, porque la tierra de Israel es sagrada tierra judía que no puede ser poseída por un árabe; que el Estado de Israel incumple todas las resoluciones de la ONU que le reclaman que se retire de los territorios ocupados en una guerra de agresión, que el Estado de Israel incumple todos los principios del Derecho Internacional que regulan las oblgaciones de una potencia ocupante y tiene sometidos a los palestinos ocupados (legítimos propietarios de su país) a la humillación permanente, a la represión y a la ruina económica. Y que no quieren soltar los así llamados territorios , entre otras cosas, porque bajo ellos están las mayores reservas de agua de la región, que los judíos emplean para convertir el desierto en un vergel e incluso regar amorosamente las petunias, mientras sus legítimos propietarios, que son los palestinos, en muchos casos no tienen un puto grifo en su casa porque no les dejan tender las cañerías.


    Si partiéramos de esta base para informar, a lo mejor alguien alcanzaba a comprender por qué, a estas alturas, a un árabe le da por ponerse un cinturón de bombas y volarse en una parada de autobús judía. 


    O por qué un trabajador español (de EXPAL, Explosivos Alaveses, por ejemplo), tal vez afiliado a Comisiones Obreras, o europeo, o americano, que va a la fábrica todas las mañanas a trabajar honradamente haciendo las bombas o los misiles hellfire que los israelíes van a tirar a los civiles palestinos para matarlos, o fabricando las piezas del helicóptero o del avión con el que los israelíes van a tirar las bombas, debería empezar a considerarse objetivo militar.


    Tal vez comprenderíamos que hay una guerra de verdad, y que el campo de batalla ya no está sólo en la tele.



    (arts. relacionados:

































  • 5/4/06

    El que avisa no es traidor, es avisador

    Si persistís en el marujeo, Hiena Fascista y Catwoman (parece que Susurro se ha tranquilizado), me veré obligado a mandaros al corrector de estilo, que es ese de ahí abajo. Y os advierto que la última vez que se cabreó, mirad como dejó el bar:



    Las buenas maneras

    Cuando yo era pequeño, padecí un duro entrenamiento para ser un caballero el día de mañana. Recuerdo, incluso, haber sido entrenado para pelar las naranjas con cuchillo y tenedor y usar convenientemente la paleta de pescado. Por consiguiente, era obvio para mí que un caballero ( y un niño ocupaba en la escala social el único puesto por debajo del caballero) no puede estar sentado mientras haya una dama en pie.
    Por suerte, los tiempos cambian, ya que uno está obligado diariamente a compartir espacios limitados en el metro o el autobús y, por simple estadística, no podría sentarse jamás. El feminismo -pues- nos ha rescatado de la grosería o del agotamiento. En cuanto a lo de pelar las naranjas con cuchillo y tenedor, es hoy un arte felizmente en desuso.
    Hoy, si uno cede el asiento en el metro a una mujer en buen estado, su gesto será considerado machista -peor- sospechoso: "¿Qué quiere este tío?" o -más grave- sencillamente ridículo.
    Por consiguiente, las gentes de buena crianza, como yo, han limitado los sujetos susceptibles de ser amablemente invitados a sentarse en nuestro lugar a:
    a) Personas de avanzada edad. En caso de pertenecer al sexo masculino, de bastante avanzada edad o bien en manifiesto mal estado; en otro caso, andarse con cuidado porque pueden mostrarse susceptibles. No insistir.
    b) Personas con algún tipo de discapacidad física que afecte al tren inferior. (Hay que tener cuidado en este punto, pues los hay también muy susceptibles; vbgr.: no empeñarse en ceder el asiento a un discapacitado visual contra su voluntad)
    c) Madres con niños pequeños (uno se siente especialmente satisfecho de su cortesía en el caso de madres jóvenes y agraciadas o pertenecientes a una minoría étnica. En este último caso, la satisfacción es doble, al mostrar de modo evidente nuestro ideario mestizo y multicultural)
    d) Mujeres embarazadas.
    Y aquí, en este epígrafe -el de las mujeres embarazadas- es donde podemos tropezar con dilemas angustiosos. Si el estado de gestación es suficientemente avanzado (y, aún así, en invierno es a veces difícil dilucidarlo) no suele haber problema: "Por favor..." etc. Pero, ¿y esos casos -frecuentes, por lo demás- en que la gestante ha repartido su aumento de peso de modo ecuánime por toda su anatomía? ¿Y -a eso íbamos- cuando la mujer no está embarazada sino, sencillamente, gorda?
    Desde una óptica rubensiana, no debería haber problema alguno. Ante la duda, se dirige uno educadamente a la dama: "Disculpe, señora: ¿está usted gestante o sencillamente gorda?" "Sencillamente gorda, caballero. Gracias". O bien: "Gestante". Y uno se levantaría cortés- o no. Mas, ¡ay! Las cosas no son tan fáciles: "Disculpe, señora, ¿está usted embarazada?" "Pues no, imbécil: estoy gorda". O, si no dicen nada, te apuñalan con una mirada glacial, con tintes claramente psicopáticos, que te hacen sentir como si el psicópata fueses tú.
    Así que no queda más remedio que atender a otros síntomas no volumétricos: si se sujeta la barriga de determinada forma característica, si se empuja los riñones de ese modo claramente delator... Normalmente cualquiera de estas acciones es suficiente para levantarte como movido por un resorte y cederle educadamente el asiento.
    Pero hay damas medianamente gestantes que resisten estóicamente sin realizar el más mínimo ademán que desvele su estado. Y tú, en tu asiento, pensando: "¡Cielos!, ¿estaré quedando como un perfecto impresentable?, ¿qué hago? esas señoras de avanzada edad me miran con reproche", etc.
    Entonces, no hay más remedio que, sin mirar a la presunta gestante, levantarse y aproximarse a la puerta del vagón, como si nos bajáramos en la próxima. Tu sitio quedará hábilmente libre y ella lo ocupará, sin que nadie sospeche que eres un caballero. Si estaba embarazada, perfecto y, si no, pues has tenido la rara oportunidad de dejar sentarse a una mujer gorda sin que te insulten. En cualquier caso, tu conciencia quedará aliviada. Por supuesto, hay que salir en la primera estación y cambiar de vagón (o esperar el siguiente tren) ya que, en otro caso, la superchería sería fácilmente descubierta.
    Este método, con todo, tiene sus puntos débiles: es conveniente que la mujer gestante/sencillamente gorda esté cerca de tu asiento y que, en todo caso, no se encuentre en las cercanías un ejemplar perteneciente a alguna de las siguientes especies:
    a) Un/a punki. Pues a ellos suele darles igual que una mujer esté embarazada y permanecen por completo ajenos a tu conflicto íntimo.
    b) Una señora de mediana y voluminosa edad (que por lo general leva todo el trayecto lanzándote miradas acusadoras) de las que suelen denominarse "foca" o "señora pánzer", ya que a la mínima oportunidad se lanzará sobre el asiento arrasando cualquier obstáculo a su paso. En cuanto a la agotada gestante piensa: "Que se fastidie, tía guarra; no haber follado. Además, seguro que no esta casada y es comunista y se droga". etc.
    En casos como éste, sólo queda una solución. Moralmente no es perfecta y tú lo sabes, pero es justificable: "Yo sacrifico la comodidad de mi asiento para que de dicha comodidad goce una mujer gestante y no un punki o una señora pánzer; ergo: si en lugar de la mujer gestante, va a sentarse un punki o una señora pánzer, no me levanto".
    Solución, pues: aguantamos estóicamente nuestro dilema moral y el gesto airado de la señora pánzer y permanecemos en la comodidad de nuestro asiento hasta llegar a nuestra parada. Una vez allí, nos levantamos afectando seria dificultad y muecas de dolor a duras penas reprimido para, a continuación, dirigirnos hacia la puerta cojeando aparatosamente.
    El efecto resulta increíble. Incluso ha habido casos de señoras pánzer cuyo ánimo se ha visto conmovido hasta el punto de facilitarte el paso (o, al menos, no ponerse por medio a posta, como suelen hacer). Ni que decir tiene que hay que seguir cojeando aparatosamente hasta haber perdido de vista a cualquier ocupante del vagón (lo que a veces resulta sumamente molesto: cuando alguien se empeña en seguirte hasta la salida; más aún, si además lleva tu misma dirección una vez en la calle)
    De hecho, la situación puede complicarse extraordinariamente con la aparición imprevista de un conocido:
    -- ¡Chico!, ¿qué te ha pasado?
    -- Pes nada, ya ves... esquiando.
    Lógicamente, tal excusa es inconveniente si aún estás dentro del alcance del radar de algún ex compañero de vagón -es preferible alegar accidente laboral o atropello-. Y además sólo puede emplearse en invierno. Y, además, es importante mantenerse al corriente del estado de las pistas en las estaciones de esquí cercanas:
    -- Y, ¿dónde ha sido?
    -- En Cotos.
    -- ¿En Cotos? Pero si la cerraron hace tres años.
    -- Bueno, en Cotos... Quería decir en Valdesquí.
    -- ¿Valdesquí?, pero si estuvimos el sábado y tuvimos que volvernos porque no había ni gota de nieve.
    Puede ser peor: se trata de un compañero de trabajo. La situación se complica extraordinariamente (inviable alegar accidente laboral) Hay que mantener la serenidad. Adviertes que la excusa del esquí es muy mala por sus muchos inconvenientes, en especial si, como es tu caso, no has esquiado en tu vida. Pero, ¡ay!, ya es tarde. Encima, resulta que tu compañero de trabajo es un fanático del esquí y comienza a arrinconarte:
    -- ¿Y qué tablas tienes?
    Por ejemplo. Intuyes que tablas son los esquís y tras unos momentos de angustia (que camuflas con un rictus de dolor), recuerdas una marca:
    -- Unas Salomon.
    -- Ya.
    (No sabes si es bueno o malo tener unas Salomon. A lo mejor son muy baratas, o resulta que ya sólo fabrican botas) El cabrón estrecha el cerco. Está disfrutando. Lo percibes.
    -- ¿Qué modelo?, ¿cuánto te costaron?
    -- Pues... es que me las regalaron.
    En este punto comprendes que tu situación comienza a ponerse jodida: no sólo ese imbécil piensa seguir con el interrogatorio, sino que lleváis el mismo camino y vas a pasar ocho horas en su compañía y seguro que le cuenta lo de tu accidente a todo el mundo, y se empeñará en que vayas al médico para que te dé la baja y querrá saber por qué no quieres hacerlo, y te llamará el jefe para ver qué pasa ("Seguro que quiere decir que ha sido accidente laboral y buscarnos un lío") y tú tendrás que seguir cojeando aparatosamente durante días, y cuando te lleven a la fuerza al médico de la Mutua, verá que tus ligamentos están en perfecto estado (esto, después de una radiografía altamente cancerígena, una resonancia manética y un TAC)
    El cabrón del médico se lo comunicará a tu jefe, que pensará que todo era un fraude para pillarte una baja y marcharte de vacaciones y eso va a suponer muchos, pero muchos, problemas, y tu mujer se va a lleva un disgusto de muerte cuando le digas que te suspenden de empleo y sueldo y -con seguridad- ese será el empujoncito que le hacía falta para decirte:
    -- Mira: lo he pensado mucho y creo que tenemos que tomar una determinación.
    Haces cuentas mentalmente mientras cojeas aparatosamente y te das cuenta de que lo llevas chungo para pagar abogado y procurador, marcharte del piso (que, por otra parte, tendrás que seguir pagando y alquilarte otro sabe Dios cómo, más la pensión que te va a sacar esa guarra de abogada feminista amiga suya (a quien también tendrás que pagar las costas, seguro) y, de pronto, te das cuenta de que estáis parados en un semáforo, en la Castellana, y que ahí viene una hermosa hormigonera de cuatro ejes a toda hostia, mientras ese imbécil sigue hablando de ataduras y nieve polvo chachi, y descubres que la solución de todos tus problemas, lo que va a salvar tu nómina, tu casa y tu matrimonio está llegando, a cinco metros, cuatro -lo ves clarísimo- tres, -te preparas- dos... ¡BUMBA!
    Son cosas de la buena educación, que también sirve para solucionar los problemas. Seguro que ese amasijo informe que ha dejado la hormigonera al pasar iba en el metro sentado tan pichi, leyendo el 20 minutos con una mujer embarazada en pie a su lado.

    4/4/06

    El supertorpedo iraní




    !Joder, catwoman!, gracias por volver, pero no me hagas estas cosas que yo soy un tipo muy sensible.

    El cacharro en cuestión (ver arriba) se llama Shkval , básicamente, es un cohete submarino. Los primeros datos aparecieron en un Jane's de 1995 y es un viejo proyecto soviético. Es de calibre estándar para torpedos (553 mm.) Una vez lanzado desde el tubo de un submarino de forma convencional (creo) se enciende el motor cohete y alcanza una velocidad de cerca de 400 km/h. para un alcance de unos 10.000 m. Esta velocidad la consigue aplicando el principio de la supercavitación, que consiste en crear una burbuja de gas alrededor del fuselaje, lo que reduce el rozamiento al mínmo y le permite ir tan rapido.

    La forma del morro crea una cavidad que genera el efecto de cavitación, incrementado al inyectar gas. a partir de cierta velocidad, unos 50 m/s, se genera la supercavidad que hace que en realidad la única parte del arma en contacto con el agua sea el morro. Las primeras versiones no tenían sistema de guiado y estaban pensadas para llevar una cabeza nuclear suficiente para hundir un portaaviones americano clase Nimitz de un solo pepinazo.

    Las versiones más recientes, aunque no está claro, se supone que tienen sistema de guiado, cabeza convencional, un alcance muy superior (se habla de hasta 100 km.) y una velocidad también bastante superior (se habla de 700 km/h., pero no es seguro cuánto hay de verdad y cánto de pulicidad)

    Se suponía que Rusia le había vendido unos cuantos a China, pero reconozco que lo de Irán es una novedad para mí, aunque me da mucha risa, la verdad. Por cierto, hace poco el FSB pilló a un par de espías estadounidenses intentando comprar los planos, talmente como en los viejos tiempos. Pero como se supone que ya no hay guerra fría, acabaron devolviéndolos (los espías)

    En cuanto a lo que supone la prueba iraní, recomiendo la lectura del último libro de Robert Fisk: "La gran guerra por la civilización. La conquista de Oriente Próximo", en el que cuenta la gloriosa actuación de la US Navy en la primera guerra del Golfo (cuando Irak invadió Irán con el apoyo entusiasta de Estados Unidos y casi todos los países occidentales), cuyas fragatas y destructores se colocaban detrás de los petroleros que se suponía estaban protegiendo en cuanto se olían que podía haber una mina cera. Eso lo sabía yo entonces por un antiguo conocido que era oficial de la marina mercante en un petrolero e hizo dos viajes ida y vuelta pasando el estrecho de Ormuz en plena "guerra de los petroleros".

    En fin, que alguien está intentando dar otra oportunidad a la diplomacia. O no.

    Nota: Al Jazeera dice que no están seguros de si es un Shkval o un desarrollo propio iraní. Pero, en todo caso, la tecnología es evidente de dónde viene.

    3/4/06

    Grecia, Roma y la revolución Francesa han tenido que servir para algo. Vamos, digo yo...

    Pues sí señor. Este aserto dubitativo (cada vez más dubitativo) forma parte del ideario de este blog.

    El Profesor Carpzovius mantiene una cruzada personal contra la superstición y el oscurantismo y, en especial contra los horóscopos y los partidarios de que la Evolución no existe.

    El otro día, tuve una inquietante conversación en el Enredo acerca de este particular con cierta colaboradora habitual del blog que mantenía básicamente que:

    a) Ella no desciende de ningún mono.
    b) Ella no es un animal, y
    c) "El hombre siempre ha sido hombre", signifique esto último lo que signifique, que no me quedó nada claro.


    Una cosa llamativa de los partidarios de la superstición y el oscurantismo es que sus argumentos no van dirigidos contra la ciencia, sino contra los enunciados caricaturescos de los oscurantistas escritores o tertulianos. Por ejemplo ¿quién ha dicho que el hombre desciende del mono? No Darwin, por cierto, sino los detractores decimonónicos de Darwin.

    En cuanto a lo de que los oscurantistas no son animales... bueno, supongo que eso es lo que los diferencia del común de los humanos. Independientemente de que hasta el Papa (éste, Ratzi, que es un hombre muy leído; para eso ha sido Gran Inquisidor) y el Arzobispo de Canterbury estén ya de acuerdo con Darwin, aunqe sea Teilhard de Chardin mediante, sólo con mirar a tu alrededor en cualquier bar (el Enredo, mismamente) cualquier fin de semana por la noche, ppermitirá realizar un estudio de campo sobre los rituales de cortejo y apareamiento del humano en ambiente urbano saturado.

    Lo que pasa es que los oscurantistas son tan vanidosos que no les gusta lo que ven. Y lo niegan. Punto. Normalmente, esa vanidad está en relación inversa a la autoestima. También la susceptibilidad. Por regla general, los oscurantistas llevan una vida bastante insatisfactoria y, entonces, tienen que agarrarse a cualquier planteamiento iracional que les permita creerse superiores al común de los mortales; de ahí la proliferación de sectas y rollo new age.

    Por otra parte, son la mar de relativistas, (cosa muy condenada por el Papa y por el mismísimo Aznar) y, como las cosas realmente existentes en este mundo no les gustan, simplemente se inventan otras y pretenden que por el mero hecho de que ellos digan que "creen" en ellas, van a existir. Y, lo siento, pero no.

    No es demasiado preocupante que haya unos cuantos oscurantistas a tu alrededor. Lo que empieza a ser preocupante, es que hay cada vez más. Y algunos incluso llegan a Presidentes. Antes, se limitaban a llegar a señora del Presidente, pero ya han traspasado ese umbral. Entonces es cuando hay que empezar a plantearse actuar y que dicho Presidente deje de poseer entidad física.

    Que nuestra colaboradora habitual sea así no importa; incluso añade una nota de colorido a este templo de la polémica, pero no importa porque no es Presidenta del Gobierno. Si lo fuera, habría que hacer algo.

    Cuando en estados Unidos, allá por el año 1999 tuvo que empezar a intervenir el Tribunal Supremo para obligar a que en determinados Estados de la américa profunda se enseñase en los colegios la Evolución de las especies en lugar del hecho -para los oscurantistas incontrovertible- de que el mundo fue creado por Dios tal como hoy lo vemos no me acuerdo qué día del año 4.365 antes de Cristo, que era Domingo, a las 9 de la mañana, es que ya había serios motivos para estar acojonado.

    Cuando llega el inefable Bush, cuyos actos en el siglo son guiados por telepredicadores y genios estratégicos de la talla de Rumsfeld y Cheney entre otros, y llega a la componenda de que se enseñe eso que llaman "teoría del diseño ineligente" en igualdad de condiciones con la Ciencia, hay motivos para estar seriamente acojonado.

    ¿Resulta sorprendente que un tío que mantiene públicamente y con toda seriedad que Dios le habla cuando va por los pasillos de la Casa Blanca y le dice lo que tiene que hacer, hable del Islam como una cosa extraña, fanática y oscurantista? No, no resulta sorprendente, porque eso es lo que hacían en la Edad Media. No habla mal del Islam porque considere que la Religión no es racional, sino porque es una religión que considera falsa y enemiga de la suya. No así la judía, que ahora es buena. Bueno. Esto ya es otro tema. Dejémoslo así

    1/4/06

    Para saciar la curiosidad de nuestros lectores

    Para saciar la curiosidad de nuestros lectores, publicamos hoy algunas fotos de la reciente actividad editorial de La Barra Virtual: 1: Una de nuestras unidades móviles dirigiéndose al enredo, donde había sido detectado Federico Jiménez Losantos disfrazado de parapsicólogo. 2: Nuestra Junta directiva antes de una conferencia en la guardería de Héctor. 3:El consejo de redacción preparando la contestación a un comentario de César Vidal en nuestro blog. 4: saliendo del enredo tras una intensa jornada de polémica a buscar más cerveza en alguna parte. 5: El Kit de supervivencia de nuestros redactores.