26/9/08

Sabiduría Oriental



La amiga Elena (uno de los nuestros) me regaló por mi cumpleaños un librito sobre casas japonesas. No puedo resistirme a colgar unos párrafos acerca de la concepción japonesa de aquello que entre nosotros denominamos la metafísica del water:


"Siempre que en algún monasterio de Kyoto o de Nara me indican el camino de los retretes, construidos a la manera de antaño, semioscuros y sin embargo de una limpieza meticulosa, experimento intensamente la extraordinaria calidad de la arquitectura japonesa. Un pabellón de té es un lugar encantador, lo admito, pero lo que sí está verdaderamente concebido para la paz del espíritu son los retretes de estilo japonés. Siempre apartados del edificio principal, están emplazados al abrigo de un bosquecillo de donde nos llega un olor a verdor y a musgo; después de haber atravesado para llegar una galería cubierta, agachado en la penumbra, bañado por la suave luz de los shoji y absorto en tus ensoñaciones, al contemplar el espectáculo del jardín que se despliega desde la ventana, experimentas una emoción imposible de describir. El maestro Soseki, al parecer, contaba entre los grandes placeres de la existencia el hecho de ir a obrar cada mañana, precisando que era una satisfacción de tipo esencialmente fisiológico; pues bien, para apreciar plenamente este placer, no hay lugar más adecuado que esos retretes de estilo japonés desde donde, al amparo de las sencillas paredes de superficies lisas, puedes contemplar el azul del cielo y el verdor del follaje. Aún a riesgo de repetirme, añadiré que cierto matiz de penumbra, una absoluta limpieza y un silencio tal que el zumbido de un mosquito pueda lastimar el oído son también indispensables.

Cuando me encuentro en dicho lugar, me complace escuchar una lluvia suave y regular. Esto me sucede, en particular, en aquellas construcciones características de las provincias orientales donde han colocado a ras de suelo unas aberturas estrechas y largas para echar los desperdicios, de manera que se puede oír, muy cerca, el apaciguante ruido de las gotas que, al caer del alero o de las hojas de los árboles, salpican el pie de las linternas de piedra y empapan el musgo de las losas antes de que las esponje el suelo. En verdad, tales lugares armonizan con el canto de los insectos, el gorjeo de los pájaros y las noches de luna; es el mejor lugar para gozar de la punzante melancolía de las cosas en cada una de las cuatro estaciones y los antiguos poetas de haiku han debido encontrar en ellos innumerables temas. Por lo tanto no parece descabellado pretender que es en la construcción de los retretes donde la arquitectura japonesa ha alcanzado el colmo del refinamiento."


Feliz fin de semana

25/9/08

El atún somalí



Los datos del mapa son de hace un par de años, pero el que siga el tema verá que la distribución de "incidentes" no ha variado mucho. (La delgada línea roja del mapa es el límite de las 200 millas)

Un tema de esos de relleno: los atuneros españoles temen ser secuestrados por los piratas somalíes y reclaman que el Gobierno mande a la armada a proteger sus faenas.

Después del asunto “Playa de Bakio”, se discute mucho el tema. Ahora, el Gobierno (que es el inductor de una especie de programa de la Unión Europea dirigido por un Capitán de Navío español) es criticado por enviar a la zona conflictiva un avión en lugar de barcos de guerra. Es una objeción atávica: los barcos con cañones y tal parece que están más cerca y acojonan más.

El P-3 Orion es un avión diseñado específicamente para patrulla marítima, de gran autonomía, que puede recorrer en pocas horas la distancia que a la fragata más moderna le llevaría días y está dotado con los equipos más modernos de control y detección (tanto, que son los que nos compra la US Coast Guard) y, encima, lleva variado y sofisticado armamento antibuque y antisubmarino, desde misiles harpoon y torpedos antisubmarinos, hasta lanzacohetes muy adecuados para hundir cosas pequeñas como las que usan los piratas. Se supone que va a patrullar desarmado, pero no hay más que colgarle el armamento. Vale, nada más llegar se ha estropeado y ha habido que cambiarlo por otro (que ya está patrullando) no importa: tenemos varios.

¿Entonces? Nada, es un tema más para tocarle las narices al Gobierno e insistir en el leit-motiv de la presente legislatura, que ha pasado de “El Gobierno es amigo de ETA y está rompiendo España” a “El Gobierno no hace nada”. Todo ello, retroalimentado por el aún existente complejo de inferioridad arrastrado por los españoles desde Carlos IV y que aún aqueja a la gente en edad de dirigir periódicos o radios.

El problema, a mi entender, es otro.

Cuando la flota atunera de un país (digamos, España) tiene interés en pescar atunes en caladeros pertenecientes a otro país (Pongamos, Somalia), ¿qué hace? Los Gobiernos hablan, los ministros de Exteriores y de Pesca o lo que haga sus veces, se reúnen, negocian y acaban firmando un acuerdo pesquero según el cual se paga buena pasta al país propietario de los caladeros (o a sus gobernantes), incluso con algunas cláusulas habituales sobre contratación de tripulantes nativos, formación profesional y tal. Se firma, y se va a pescar.

Lo que pasa, es que Somalia no tiene Estado con quien firmar nada. Ha descendido de la categoría de País a la de sitio.

Así que nuestros pesqueros (y los franceses, y todos los demás) se plantan en lo que sería la zona económica exclusiva de Somalia y se ponen a pescar toneladas de atunes directamente por la cara. Cosa que, por lo visto, está en las leyes de la naturaleza porque, al fin y al cabo, los somalíes no son más que putos salvajes que no entienden de estas cosas y, si se acercan a nuestros pesqueros mientras expolian sus caladeros, que deberían ser una fuente de riqueza para el país, lo que hay que hacer es hundirlos a cañonazos.

Otra ventaja, aparte de no pagar ni un duro por llevarse el atún, es que no hay ningún control sobre las técnicas de pesca empleadas, nivel de capturas, ni ninguna otra molestia de esas que inventan los burócratas de Bruselas para entorpecer la libre empresa.

Es curioso. Los así llamados piratas (que lo son, básicamente porque no tienen país, sino señor de la guerra) dicen que ellos no cobran rescates, sino compensaciones por el uso de los caladeros. Y yo me pregunto, guardando todos los merecimientos a los honrados pescadores patrios (y africanos contratados a precio de saldo) que, al fin y al cabo, tienen que vivir (como los somalíes) y no hacen más que ir a donde los mandan a jugarse el tipo. Me pregunto, digo:

¿Quiénes son los piratas?

Aparte, alrededor de la situación florecen boyantes y novedosos negocios, con sus bufetes de abogados en la City de Londres y todo.



21/9/08

Queipo de Llano



A raíz de una charla en la B.F.I. sobre la Guerra Civil y los comienzos del régimen franquista, accedo a las urgencias de uno de mis contertulios y cuelgo aquí uno de los papelitos de mi colección, citados por mí. Es una carta del General Queipo de Llano a un viejo amigo suyo, Magistrado del Tribunal Supremo de la República, encarcelado y condenado a muerte tras la Guerra Civil, puesto en libertad al cabo de cuatro años aunque -obviamente- expulsado de la carrera judicial.

Como ya no se puede dar por sentado que nadie sepa quién fue el General Queipo de Llano, diremos, resumiendo, que fue uno de los promotores del Glorioso Alzamiento Nacional/Rebelión militar contra la República. El 18 de julio tomó el mando de las tropas de Sevilla y a su audaz intervención se debió que la ciudad quedara rápidamente en manos de los Nacionales/Sediciosos. Se hizo famoso por sus charlas radiofónicas, modelo de propaganda de guerra. Queipo de Llano no era ningún angelito. Aunque se sublevó al grito de ¡Viva la Repúbica! -era republicano- en la zona bajo su mando se cometieron todo tipo de tropelías. A medida que Franco se iba haciendo con todos los resortes del poder y se evidenciaba que tenía la sana intención de perpetuarse como Jefe del Estado, fue distanciándose rápidamente de él, debido en parte a sus ideas sobre lo que debería ser el régimen (más o menos autoritario, pero no lo que estaba haciendo Franco) y en parte a su ego más bien desproporcionado. Como se dice en la carta, a principios de los 40 ya se había alejado por completo del régimen y se dedicó -en términos generales- a sus asuntos. En privado, solía referirse a Franco como "Paca la culona".

Transcribo la carta para comodidad de mis amables lectores:



El General Queipo de Llano

Santander y Julio 13/942

Sr. Don ***

Mi querido amigo: he recibido su carta del 29 de Julio [sic], que me ha perseguido hasta dar conmigo: por ella veo que está V. vivo y he sentido la satisfacción de saber de un tan antiguo amigo, que se encuentra en los umbrales de la vejez, dispuesto a seguir (que sea por muchos años) su nueva vida.

Veo por su carta, que la tormenta que sufrió y sigue sufriendo España no pasó sin dejar, para V. rastros más o menos profundos. Consuélese: yo salvé a España y también sufrí y sigo sufriendo los efectos de aquella. Pero me cabe la satisfacción de que si desempeñé el papel principal de España no me cabe responsabilidad alguna en los males que hoy sufre y .... en los que tiene que sufrir ......

Solo aspiro a no volver a desempeñar cargo alguno, civil ni militar. Allá las consecuencias de todo lo que vemos, para quienes no supieron evitarlo ...... yo ... a vivir todo lo tranquilo que aquellos me permitan.

Todavía no tengo casa. Quizá sea el único que no la tiene, desde que me la destruyeron los rojos, a pesar de que por el cargo que tuve pude haber requisado los muebles que hubiera querido....... pero eso no entró jamás en mi manera de ser....

Si en mi vida errante pudiera prestarle algún servicio (que no esté relacionado con actividades del gobierno) crea que estaré siempre dispuesto a hacerlo.

Que llegue V. a otro múltiplo de 20 y cuente siempre con la buena amistad de su attº. v.v.

Gonzalo Q de llano

11/9/08

No ha llegado el fin del mundo

(Escrito ayer en servilletas del Ávila antes de comer)

Esta mañana puede decirse que ha empezado a funcionar oficialmente el gran acelerador de partículas europeo (LHC) y no ha pasado nada grave. Por nada grave, me refiero a la aparición de un agujero negro que nos haya engullido en un pis pas.

Esta afirmación es estupenda, porque si pasa lo contrario –digamos, esta tarde- ningún blogueiro va a poder replicarme, colapsado gravitacionalmente como estará, en hiperdensa amalgama con su PC y su router.

Hace unos meses, leí que había varias demandas presentadas por ahí exigiendo que los jueces paralizasen con carácter de urgencia la puesta en marcha del acelerador de partículas porque iba a producir el susodicho agujero negro y, por ende, el fin del mundo.

Es sorprendente como, a medida que el conocimiento científico avanza, la resistencia contra el mismo crece (alguien debería escribir una elegante ecuación sobre ello) De momento, no vamos mal; pero me da la impresión de que, como no se tomen medidas con cierta urgencia para divulgar dicho conocimiento y hacerlo medianamente comprensible a los simples mortales, la cosa no pintará tan bien.

Y es que las fuerzas de la oscuridad, dirigidas por Sauron desde su Torre Oscura, no descansan, y sus acólitos, ya sea en forma de Nazgules del Vaticano, El Azahr o el exilio tibetano, u orcos de las facultades de pedagogía y telepredicadores del nuevo continente, van minando pacientemente la estructura mental de la civilización, (con los postjipis de la niu güei y los frustrados existenciales de toda laya seguidores de Iker Jiménez rellenando los intersticios)

Si dentro de unos años ya no queda gente cualificada para acceder a las facultades de Física o Exactas y los biólogos se dedican a demostrar que las especies no evolucionan, el trabajo estará hecho. Y el LHC tal vez sea conservado para mostrar a las generaciones futuras cómo nuestra época estaba tiranizada por un falso dios llamado Ciencia que ponía en cuestión la Palabra del Señor Oscuro y pretendía -¡oh vanidad de vanidades!- que el humano tenía derecho a intentar conocer la realidad.
Addenda del 12/09/08:
Es de justicia dar voz al criticado, así que, en el almacén de la barra virtual tenéis el affidavit de nuestros científicos apocalípticos presentado ante los tribunales hawaianos para detener el LHC. Versión original, incluido el curriculum vitae del científico Luis Sancho.
Además, por si alguien quiere comprarlos, aquí están los libros científicos de Luis Sancho:
Los ciclos de la economía y la historia: la III Guerra Mundial. (Ed. Arabea Kultur Taldea, Vitoria, 2004)
Los ciclos del tiempo: Dios, Universo y hombre. (Ed. arabea Kultur Taldea, Vitoria, 2008)
Sinopsis del primero:
De repente vivimos en una época distinta. La tranquilidad de los años 90, una década feliz, similar a los 'locos años 20', donde la gente gozaba de seguridad y riqueza, ha terminado. Y surge en su lugar bajo la ley del péndulo histórico un mundo orwelliano en crisis económica y guerra, parecido al mundo convulso que tras el gran crack bursátil del 29, trajo el fascismo y la II Guerra Mundial. ¿Cuál es el motivo de esos cambios cíclicos de la historia y la economía?Más allá de acontecimientos puntuales que ahondan en ese cambio, como la caída de las Torres Gemelas, esas transformaciones requieren de causas más profundas para poder ser explicadas. Este libro explora esas causas, relacionando los ciclos tecnológicos, económicos, políticos y culturales de la Historia Moderna y extendiendo su análisis al futuro más probable de esos ciclos.

2/9/08

Georgia 2008




Bien. Ya he vuelto de las vacaciones. Y todo para encontrarme a los colgados que rigen nuestros destinos amenazando a la madre Rusia con el aislamiento internacional. Para lo que sigue, he recibido la pertinente ayudita de Piolet. No es un informe trabajado y seguro que él tiene mucho que corregirme, pero es que si nos ponemos, se nos pasa el arroz. Seguro que completa y mejora este texto con sus sabios comentarios.


Tocaré dos puntos:

a) La invasión georgiana de Osetia del Sur, con el consiguiente intento de limpieza étnica y la ¿en exceso? contundente respuesta rusa. Obviamente, teniendo en cuenta que al tal Saakashvili, no lo han estado armando hasta los dientes Estados Unidos, Israel y Ucrania para que controlase las actividades de Al Qaeda y otras mafias en el desfiladero del Pankisi, no nos vamos a creer que se metió en su aventura veraniega para provocar la situación actual sin el visto bueno, como mínimo, de Condi Rice. (más o menos, como el capullo de Saddam Hussein en el 90) otra cosa, es que, al igual que al anterior, se le fuese la mano más de lo que sus mentores esperaban, que el podercillo es lo que tiene.

b) La impenetrable estulticia de los gobernantes de Occidente: cuando estos días oigo hablar de que Rusia se va a quedar aislada internacionalmente, me parece asistir a una fiesta de la antigua Bizancio, con sus Logotetas, sus Megaduques y sus Protonotarios, amenazando con fulminar algún anatema imperial contra el Turco. Estos señores siguen pensando en unos términos coloniales, como mínimo, obsoletos. A China, a India (junto con Rusia, casi la mitad de la población mundial) les sudan las narices lo que diga Estados Unidos y la Unión Europea. Si les unimos Irán, buena parte del Asia central, buena parte del resto de Asia y algunos sudamericanos díscolos, no sé yo quién está en condiciones de aislar a quién. Pues ahora voy y no te compro gas, hala. En realidad, todos somos demasiado interdependientes; aunque nunca se sabe: una nefasta conjunción de locos repartidos por los puestos adecuados puede hacer milagros, como sabemos.


El otro día, en un bar, cuando acababa de empezar el lío, un parroquiano intentaba explicar el caso a la moza que trataba de impresionar:

"Es como si el País Vasco se declarara independiente, y Francia les diera pasaporte francés a los vascos"

Yo repuse:

"Discrepo: es como si el País Vasco se hubiera declarado independiente, y Álava quisiera seguir siendo española".

Así, a lo bruto. En realidad, todo es más simple: si dijéramos: nosotros podemos hacer lo que nos de la gana –si podemos- porque somos nosotros y defendemos nuestros intereses. Nuestros enemigos no pueden hacer nada, porque va en contra de nuestros intereses. Obviamente, habrá que pensar que los demás piensen lo mismo y... pues que gane el mejor. Pero, claro, hay que convencer a los súbditos de que es que nosotros somos buenos y los demás, malos. Bueno.

Porque la cosa empezó en el año 91, después de aquel golpe de Estado frustrado por el Ejército Soviético; cuando el general jefe de la División Tamánskaya, no sólo se negó a disparar contra la gente, sino que exigió las órdenes por escrito y, cuando se las dieron por escrito, pidió un dictamen del Tribunal Constitucional de la URSS, lo que permitió al amigo Yeltsin encaramarse a un tanque de dicha división y echar el mitin. Igual actitud tuvo el Viceministro de Defensa y jefe de la Fuerza Aérea, Mariscal Shaposhnikov, que se negó a sobrevolar Moscú para intimidar ( y bombardear, llegado el caso)

Gorbachov se fue al peo, entre otras cosas, por la debilidad mostrada durante el golpe. Sus imágenes bajando del avión y su actuación posterior, totalmente desbordado, lo incapacitaban como líder de la Unión Soviética. Las imágenes de Yeltsin increpándole en la tele mientras decidía ilegalizar el Partido Comunista de Rusia fueron definitivas. Después, inmediatamente después, vino el desmembramiento de la Unión Soviética (que era lo mismo que el Imperio Ruso) decidiendo que las Repúblicas Socialistas Soviéticas serían en lo sucesivo estados independientes.

Todo entre unos cuantos aparatchiniki a quienes nadie había elegido y sin que mediara ninguna clase de consulta popular que le diera una apariencia de legitimidad al proceso.

Todo muy aplaudido por la así llamada Comunidad Internacional, u Occidente, compuesta -como sabemos- por una serie de multimillonarios a sueldo del mejor postor que controlan los medios de comunicación que fabrican esa cosa llamada opinión pública en las así llamadas democracias (de mercado).

A partir de ahí, ese dipsómano tan chisposo, se dedicó a regalar a sus colegas trapisondistas (con pasaporte israelí varios de los más representativos) la propiedad del pueblo ruso y a colocar democráticamente a los colegas no tan ricos en puestos de gobierno. Cuando el Parlamento ruso -no un modelo de representatividad democrática, cierto es- intentó abrir la boca, el chisposo dipsómano que había traído la Democracia a Rusia, lo disolvió a cañonazos ante el aplauso unánime de la Comunidad Internacional. 1993.

Nadie protestó, ni a ningún escritor de cartas al dominical de El País se le ocurrió quejarse de que un Demócrata-amigo-de-Occidente disolviera Parlamentos por el sencillo expediente del bombardeo. De hecho, desde hace unos años, aquella época se presenta en los medios occidentales como una especie de Arcadia feliz y democrática. Es lógico: Rusia no pintaba una mierda y los rusos pasaban hambre. Habíamos ganado y todo estaba bien.

Tras unos años en ese plan, la época dorada de los oligarcas, la cosa llegó a su culminación en 1998, cuando el saqueo de Rusia llegó al extremo con la quiebra del sistema bancario y la puñetera ruina de la mayor parte de la población.

Lamentablemente, una serie de errores de cálculo, llevaron al poder a Putin. Desde entonces, las cosas han cambiado. y, ahora resulta que Rusia no es ese gracioso asilo de indigentes cuyas riquezas naturales podían ser saqueadas gratis, como si fuera el Congo. Por consiguiente, Putin ha acabado con la democracia (?) en Rusia y es un tipo altamente chungo, que mete en la cárcel a honrados empresarios que no se han exiliado en Israel o en Londres y asesina periodistas amantes de la libertad.

¿Y Georgia?

Kartli-Kakhetio, uno de los microrreinos que componían lo que hoy llamamos Georgia, pidió la protección de Rusia allá por el último tercio del siglo XVIII frente a la expansión persa y entro en el Imperio ruso en 1801. Posteriormente, en guerras contra los imperios persa y turco, se incorporaron a Rusia los demás reinos, (Imeretia, Megrelia y Svanetia). Las minimonarquías locales fueron abolidas y la región fue gobernada hasta 1917 por un General-Gubernator ruso.

Desde entonces hasta la llegada del dipsómano feliz, fue parte del Imperio ruso y luego de la Unión Soviética, a la que daría ese gran hombre del bigote al que la propaganda capitalista le ha endilgado las masacres perpetradas por los ejércitos occidentales (japos incluidos) y los genocidios de Trotski en los años 20. Tener un malo oficial es algo muy saludable para que la gente sepa qué debe opinar.

Cuando el dipsómano feliz se hizo con el poder y se encargó de desmembrar la Unión Soviética, según las fronteras de las Repúblicas Socialistas Soviéticas que la componían, Georgia fue una dellas. Zviad Gamsajurdia, un literato nacionalista amargado (variedad de disidente), que había pasado dos años en cárceles soviéticasde 1977 a 1979, y después un ostracismo absoluto hasta la Perestroika, fue elegido en 1990 Presidente del Soviet Supremo de Georgia y después, en 1991, su primer presidente. Tal vez su trayectoria explique su furia destructiva contra un sistema y una sociedad por los que se sentía maltratado. En seguida tuvo que bregar con la insurrección de los osetios del sur y los abjasios, muy cabreados por el hecho de que se les liquidara su estatus de Región Autónoma (eran una mierda de cultura y además llenas de rusos, por lo que no tenían derecho a ser verdaderos georgianos y ni siquiera a tener universidad, como hasta entonces)

Un golpe de Estado sangriento en 1992, seguido de la correspondiente guerra "civil" hasta 1993, en que Gamsajurdia supuestamente se suicidó en una remota aldea montañesa (es curioso cómo trata este tema la wikipedia). Se llegó a una especie de acuerdo con tropas rusas incluidas como garantes de cierta paz en la zona. Shevernadze, antiguo ministro de exteriores de Gorbachov fue puesto de presidente.

Shevernadze, antiguo jefe del KGB y Ministro del Interior de Georgia en 1972, fue cooptado al Politburó por Gorbachov y nombrado, como es sabido, ministro de Asuntos Exteriores. Muy amado de Occidente y con fama de civilizado que incluso yo me había credo, aún tiene una causa abierta en la Duma por haber firmado un acuerdo de delimitación de fronteras marítimas con los estados Unidos en el que Rusia perdió una barbaridad de kilómetros cuadrados en el Pacífico. Cuando la cosa se puso fea, acusó a Gorbachov de encaminarse a la dictadura (¿les suena?) y abandonó el barco.

Una vez presidente de Georgia, se deshizo de los golpistas que lo nombraron (Kitovani y Yoseliani) y, gracias a su “prestigio internacional”, logro la entrada en la ONU, se comporto de forma moderadamente antirrusa, pero sin ir mas lejos. Mientras tanto, la familia y allegados se dedicaron a la habitual tarea de forrarse a costa del Estado.


Finalmente, hubo una cosa espontánea llamada "Revolución de las rosas" y en 2005, los americanos dieron un empujoncito como presidente a un pijo acomodado, graduado de la Escuela Diplomática de Kiev en tiempos soviéticos, postgrado en Derechos Humanos (manda cojones) por Estrasburgo, becado en Columbia y empleado de un rico bufete norteamericano como experto en Rusia, es decir, en representar a mafiosos rusos. Volvió a Georgia después de 1995, desempeñando varios cargos políticos, en 2001 fundó su propio partido, fue elegido jefe de la Asamblea de Tbilisi en 2.002 y... Curiosamente, Zúrab Zhvania, que fue jefe del partido pro-Shevernadze y del Parlamento en los 90, que fue quien trajo a Shaakashvili de América en el 95, falleció en extrañas circunstancias el año pasado. Nunca faltan malas lenguas que acusan al poder de su desaparición, por aspiraciones al mismo.

El tal Saakashvili. Durante los últimos tres años, se ha dedicado a gastar buena parte de la ayuda internacional en comprar armas a Estados Unidos, Israel y Ucrania. Aunque no toda: gracias a la ayuda exterior y a las remesas de los emigrantes georgianos huidos a Rusia en la época dorada de Shevernazde, el país levantaba cabeza poco a poco. Por cierto, esos emigrantes sí que son cientos de miles, pero, casualmente, se fueron a Rusia, donde la cosa iba mejor. Es extraño que haya habido – según nos cuentan ahora los sesudos analistas al uso- una limpieza étnica a cargo de los rusos, y que los limpiados se vayan al territorio del limpiador. En todo caso, habría sido un caso único. Misterios del alma caucásica.

Tanto Georgia como los territorios escapados a su control son tierra de mafias varias. Lógico. Siempre viene bien tener un sitio sin ley. Véase Kosovo, independizado para que los estadounidenses tengan en plena Europa una base extraterritorial cuyo no-Gobierno controlan ellos y sin tener que responder ante nadie.

Georgia es importante por tres cosas:

a) Primera y principal: es el paso obligado de los oleoductos y gasoductos que traen a Europa los combustibles de Asia Central sin pasar por Rusia.

b) Relacionado con lo anterior: era necesaria para que los americanos pudieran seguir aprovisionando a Al Qaeda en Chechenia y mantener un absceso en el culo del oso ruso.

c) Sirve para debilitar a Europa, el principal competidor de las multinacionales que controlan Estados Unidos. A base de apoyar en los gobiernos europeos a gente como Aznar, Berlusconi o Sarkozy (los Gobiernos de Su Graciosa Majestad, se dan por supuestos) y de presionar para incluir a toda prisa en la UE a sitios donde se debate en el Parlamento el nombramiento de Jesucristo como Rey del país, cuyo paradigma han sido los gnomos clónicos polacos, se consigue que nunca haya un número de teléfono al que llamar y que Europa siga sin contar para nada, difuminando su personalidad hacia regiones remotas y -de paso- teniendo un presupuesto permanentemente dedicado a financiar nuevas adquisiciones de inmaculada e incorrupta trayectoria cuyas mafias pueden beneficiarse del mercado único.

Precisamente, todo el asunto georgiano ha venido estupendamente para aprobar de golpe lo del escudo anti inexistentes misiles iraníes y norcoreanos, cuya finalidad más importante, aparte de financiar la industria armamentística norteamericana con cargo al contribuyente, sigue siendo mantener Europa convenientemente dividida y dejar claro a quién obedecen determinados miembros de la Unión. Tarde o temprano, nos tendremos que enterar de esto.