30/7/07

Lo que es el barrio (III)





La otra tarde estaba yo en la Barra Física Interina (B.F.I.) cuando entró uno de los indigentes viejos de la plaza. Pidió que le encendieran la máquina del tabaco y, renqueando con su muleta, se acercó y sacó su paquete de Winston (es un clásico de los que aún fuma Winston) Mientras me pedía fuego para encenderlo (una cosa es fumar Winston, y otra bien distinta es comprarse un mechero), se pidió un JB con coca cola.

Sorprendentemente, hay personas a quienes tal proceder escandaliza. Este indigente es el que se pone en la puerta de La Caixa a pedir con su muleta y su aspecto de muerto viviente. Es sabido que las oficinas bancarias son un sitio estupendo para pedir, ya que el pedido no puede alegar que no tiene pasta (se supone: yo normalmente voy al banco a pagar algo) Además, son un refugio contra las inclemencias del tiempo. Especialmente desde que los indigentes cobran por cuenta corriente el Ingreso Madrileño de Integración y pueden abrir la puerta con su tarjeta. En resumen, que, con Albergue e I.M.I, ¿qué quieres que haga el hombre con lo que saca de pedir en la puerta de La Caixa? ¿Comprarse un bocata chopped? Pues vaya gilipollez. ¿Usted, amable lector, lo haría?

A mí, la verdad, no me escandaliza: Tardan más en morir, es verdad; pero, oye, tienen su albergue para vivir y comer, cobran cada mes el I.M.I. y –aunque resulten antiestéticos- por lo general no se meten con nadie. Hay uno, concretamente, que aparece de vez en cuando cuando la B.F.I. está a punto de cerrar y no pide nada. Se limita a decir que se encuentra muy mal y que a ver si el camarero puede llamar al SAMUR SOCIAL. Mientras tanto, se bebe un vaso de agua (porque si probara una gota más de Don Simón, probablemente moriría) y charla con los clientes habituales. No va muy limpio, bien es verdad; pero, como fue profesor de Historia de instituto hasta que la cosa del divorcio, la depresión y demás lo lanzaron al arroyo, la otra noche que yo no andaba muy fino, tuvimos una animada charla sobre Sancho El Mayor y las cosas del Reyno de Navarra y de que de aquellos polvos vienen estos lodos y que para qué conquistó Pamplona el Duque de Alba y que para qué el Papa De La Rovère fulminó el entredicho sobre el Reyno y tal... Y que que los euskaldunitos se jodan y no haberse hecho castellanos en la Edad Media.

Luego llegaron los del SAMUR SOCIAL y, como siempre, le afearon su conducta: que qué morro tienes, que siempre nos haces lo mismo, que no somos un taxi para llevarte al albergue cuando estás pedo. Pero, la verdad, acaban riéndose y llevándolo al albergue una vez más.

Los indis del barrio se han convertido en parte del paisaje. De hecho, son siempre los mismos desde hace años. Algunos son malos. De hecho, algún roce ha habido con alguno que se ponía violento. Pero esos no suelen durar mucho, porque los echan del albergue y se van a sitios más propicios hasta que los echan también. Bueno, y también está uno que tiene la fea costumbre de hacerse pajas en el banco de la plaza; pero la mayoría se conforman con pedir un poco, que para eso está todo lleno de bancos y tenemos la iglesia ahí mismo, con todas las señoras que conservan las tradiciones y ven normal lo del pobre a la puerta.

A mí me sorprende su resistencia. La mitad son yonkis que sobreviven a base de metadona y el resto (y los de la metadona también) presentan un cuadro de diversos grados de alcoholismo absoluto.

Pero, yo me pregunto: ¿sobreviviría Don Simón sin los indis? ¿Alguno de ustedes, amables lectores, bebe Don Simón? O sea, que los antes llamados mendigos son el único sostén que le queda a la españolísima industria del vino malo. Los méndigos y el I.M.I. De hecho, a veces pienso que el único motivo de la Comunidad de Madrid para financiar el bebercio de nuestros indigentes (aparte de acallar un poco la mala conciencia de los burgueses y reducir el porcentaje de tirones a las abuelas) es subvencionar de modo encubierto aquéllo que la P.A.C. (Política Agraria Común) no financiaría jamás: es decir el vino malo en tetrabrik.

OK: ya sé que la juventud descarriada del botellón consume una sustancia denominada kalimotkxo (antiguamente calimocho, infecto brebaje que sólo se consumía en el hogar del soldado y que uno no volvía probar una vez acabada la mili) Pero la juventud es una enfermedad que se pasa felizmente con los años y uno puede pasarse a bebidas más agradables al paladar. Los únicos que permanecen fieles de por vida al vino de tetrabrik son los citados indigentes. Y, así, la subvención se encubre en el capítulo de “política social y de integración”. Es genial.

Hay algunos que los veo en tan mal estado desde hace tantos años que la verdad no termino de comprender cómo están vivos. Alguien debería investigarlo. Hay uno que incluso ganó una cruz del mérito militar en Bosnia, en una de las primeras misiones. Y ya ves para lo que ha quedado. (No me lo ha contado él. Lo sé desde antes de que fuera indigente; aunque algo bolinga ya era)

En fin, hay otro que es poeta urbano. No se droga ni bebe alcohol y es muy limpito, así que sus poemas son bastante malos. Vive por las mañanas en la B.F.I. desde que le fue cogiendo confianza. Pide un vaso de agua (el medio mes que le dura el I.M.I., un poleo) y se dedica a escribir sus poemas y a gorronear educadamente tabaco a los conocidos. Los poemas son malísimos y bastante carcas; pero su fallo (bueno, o su virtud) es que como no tiene miras comerciales, en lugar de fotocopiarlos y venderlos por los bares por la voluntad (aunque creo que esta especie está ya medio extinguida) se limita a dedicárselos a la camarera de por las mañanas, de quien está -¿cómo no verlo?- perdidamente enamorado.

El viernes por la noche hubo jam session. Había un alemán que cantaba blues de puta madre y además lo actuaba mucho para risas del respetable. Yo me fui a una hora prudente, pero salieron de allí de amanecida. A las 11 o cosa así, voy a tomar café y aparece el alemán, que le pregunta a la camarera que es polaca) que si ella, como profesional, considera que está en condiciones de tomarse otro cacique con coca. Ella me mira, le mira, y le pregunta si tiene que conducir. El dice que no. Ella le pone el cacique con coca.

En ese estado ucrónico que mis amables lectores conocerán en el que para tí todavía es ayer, se le acerca el tal Paquito y, después de pedirle si sería tan amable de invitarle a un cigarro, va y le lee su último poema. Una cosa tristísima acerca de una embarazada que por fin tiene el niño y está muy feliz. Se supone que es un canto a la maternidad, pero por alguna extraña razón (supongo que de lo malo que es) resulta la mar de triste. El alemán se lo queda mirando y le pregunta si es suyo. Paquito le dice muy orgulloso que por supuesto que sí, que lo escribió ayer.

Ahí es donde el alemán patina, porque está muy pedo y le dice que si es que acaso es poeta. Paquito ve el cielo abierto y se va a la mesa a por su cartera y saca su fajo de poemas. Cuando empieza a leerle su “En memoria de Miguel Ángel Blanco”, entra una clienta habitual, buena samaritana, con una de las indigentes yonkis de la plaza que está embarazada como de 15 meses y que se acaba de caer con el pedo y se ha dado una hostia en la rodilla, a ver si le dan una bolsa de hielo para la cosa de la inflamación.

Ahí, yo aprovecho para tomar el portante y huir hasta la noite.

20/7/07

¡Intolerable ultraje a La Corona!





La revista disolvente (por no llamarla -lisa y llanamante- panfleto en aras de la objetividad inmarcesible que caracteriza este blog) "El Jueves" ha pretendido, una vez más, agredir a la Familia Real y, por ende, a todos y cada uno de aquéllos que tan sólo alentamos para engrandecer el sacrosanto nombre de La Patria y yo con más motivo, como soldado para siempre de La Fiel Infantería. Esta subversiva publicación, no sólo ha tenido la osadía y el pésimo gusto de insinuarnos las posturas que tal vez prefieren determinadas Augustas Personas, sino que, por si ello no bastara para colmar su rencorosa hediondez, parecen -acaso- sugerir que el trabajo de las Reales Personas, no sólo está tan mal remunerado que necesitan (siempre según esa canalla criptomarxista) algún tipo de complemento, como si el conjunto de quienes nos ornamos orgullosamente con el nombre de ESPAÑOLES no estuviéramos dispuestos a hacernos cargo desinteresadamente de su Real manutención, sino que ¡NO trabajan!
¡Aah...! Pero es que gentes de tan ruin y patética laya carecen, no sólo de la más elemental prudencia y sentido del decoro, sino de vista, pues ellos mismos en ese que me resisto a calificar incluso de "dibujo" muestran a las claras que se trabaja, y mucho, siempre por el bien de ESPAÑA.
Tan sólo espera esta Alma Española que la labor tan diligentemente iniciada por el Juez Del Olmo (injustamente vilipendiado por otros menesteres suyos) se vea culminada por una sentencia justa, que aplique en todo su rigor los artículos 490.3 y 491 del Código Penal.
Nos vemos ¡viva el PGB!

18/7/07

Según Derecho Romano...



... que al esclavo manumite y a la esclava mite-manu.
Estoy yo con mi ataque de misantropía subido y va y resulta que leo esta mañana en el periódico que el Ministerio Fiscal pretende que se aplique la “Doctrina Parot” al violador del Ensanche para evitar que salga a la calle tras cumplir sólo 16 años de cárcel de los trescientos y pico de su condena.

Y descubro que me parece bien.

Inmediatamente, me percato de mi incoherencia. Si me he dedicado a atacar furibundamente dicha doctrina, calificándola de inconstitucional y contraria a los principios básicos del Derecho de lo que hoy consideramos (o, al menos, yo considero) una “Civilización Occidental” digna de ser defendida, cuando la tal doctrina se inventó para evitar la salida de prisión del asesino más sanguinario y perfeccionista de ETA... ¿cómo es que –antes de plantearme nada- me parece obvio y conveniente que se le aplique a este otro individuo?

Supongo que se trata de un atavismo debido a mi condición primate de macho dominante sin temor al empuje del enemigo exaltado y que, por tanto, sus crímenes (éste no ha matado a nadie, que se sepa), me parecen mucho más repugnantes que los del asesino etarra:

“17 violaciones, entre consumadas e intentadas, 3 agresiones sexuales y 9 delitos de rapto” (lo del rapto implica que la horrible situación se prolongó en el tiempo, incluyendo la privación de libertad de la víctima en algún sitio a merced del violador durante, al menos, varias horas)

El psicólogo de la cárcel considera “muy alto” el riesgo de reincidencia; lo que para cualquiera que haya tenido contacto con este mundillo –policías, abogados, funcionarios, psicólogos y médicos forenses, jueces, fiscales, etc.- significa, lisa y llanamente, “seguro”.

Pero, aún así, la Ley debería ser la Ley, y ese despreciable individuo, irrecuperable, dañino e inútil para la sociedad, debería ser puesto en libertad cuando haya liquidado su condena según el Código Penal de 1973 y la doctrina jurisprudencial inmutable hasta que las actuales circunstancias políticas llevaron a su modificación arbitraria y retroactiva para aplicar la nueva al eficiente asesino Henri Parot.

¿Cómo arreglar el tema? Jurídicamente, no se puede, creo yo. ¿O sí?

Creo que sí: los romanos, que en esto del Derecho lo tenían todo inventado, conservaron una figura de la época más antigua de su historia que era el “homo sacer”. Literalmente, “hombre sagrado”. Lo de sagrado no sé por qué era; pero consistía, básicamente, en que los reos de delitos especialmente horribles eran declarados eso. Y ello implicaba que, desde ese momento, dejaban de tener derecho a la protección de la Ley; hecho que facultaba a cualquier ciudadano libre para matarlos allá donde los encontrasen. Nada obligaba a matarlo. Sencillamente, si alguien lo mataba, no le pasaba nada.

Claro que hablamos de una “Civilización Occidental” que, aunque legalista, era muy distinta a la de hoy; como demuestra otra sabia institución romana: la Endoqueploratio.

Ello significa que todo padre de familia (o sea, todo paterfamilias) que se topase con un ladrón (fur) que se hubiera introducido en su casa para robar, en caso de que, al ir a detenerlo –como todo paterfamilias romano que se preciase- el ladrón (fur) tuviera la osadía de defenderse con armas (fur quis cum tela se defendit), el paterfamilias romano debía asomarse a la ventana, o salir a la calle y llamar a grandes voces a los vecinos (ploratio). Pero no se confundan mis amables lectores. No vayan injustamente a pensar que el paterfamilias imploraba ayuda. Qué va, qué va. Era para que los ciudadanos libres vecinos fueran testigos de que el paterfamilias se carga (necat) con todas las de la Ley al fur quis cum tela se defendit.

¿Ven mis pacientes lectores como no soy un feble progresista? (cada vez menos. Creo que me se ve el plumero y voy a tener que escribir algo en breve sobre la multiculturalidad y el mestizaje) Tan sólo pretendo que la Ley se respete y se aplique igual para todos.

Aunque no sé si algún Concilio toledano de la época visigótica derogó la institución del homo sacer, no lo creo; ya que la Lex Romana Visigothorum señalaba pena mayor al estafador que al atracador a mano armada, al entender que el honrado visigodo o el cives romanus de la época, estaban más o menos cualificados para liarse a espadazos en caso necesario; motivo éste que movía a los jurisperitos a considerar más grave el aprovecharse de su buena fe (bona fides) que no el tratar de ejercer sobre él una estadísticamente arriesgada violencia física. Como Leovigildo y Recaredo asumieron la legitimidad del SPQR y su tradición jurídica al proclamarse independientes del Imperio Romano de Oriente y titularse Flavios, la transmissio existe y todo lo que digo sería legítimo; por no repetir lo de los concilios toledanos.

Por consiguiente: al igual que hoy en día aún se pueden alegar como fundamentación jurídica en un pleito las Partidas de Alfonso X, en lo que no esté previsto por el Código Civil *, propongo que se aplique la ley vigente y que el Juez que firme la libertad del violador del Ensanche, lo declare en la misma resolución, en nombre de Su Majestad El Rey y por la autoridad que le confiere la Constitución Española, homo sacer.

A ver qué pasa.

En este sentido, no me habría opuesto a que se hubiera hecho lo propio con Parot.

Me llamaréis legalista, pero es que soy así; qué le vamos a hacer.
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* Y, de esa aplicación de nuestro Derecho medieval vigente aún, viene, por ejemplo, buena parte de la doctrina jurisprudencial favorable a las así llamadas parejas de hecho; que desembocó en la famosa Ley. Por la cosa aquella de la barraganía (vid. Ruiz, Libro de Buen Amor) que, aunque suene feísimo, permitió que “las otras” cobraran pensiones.

14/7/07

Weltanschauung



(EL País 11/07/07)


Me sentí tan identificado, que llevo desde el miércoles a ver si encontraba un ratito para colgarlo.


Claro, que no todo en los bares es siempre bueno. A veces pueden pasarte cosas como la que se muestra a continuación. Son ese tipo de situaciones que -como el vuelo del moscardón con los violinistas- sirven para distinguir a los hombres de los taberneros. (Por cierto, y a efectos de evitar susceptibilidades: cualquier parecido con personas o situaciones reales, es mera coincidencia no buscada por el titular del blog)




(20 Minutos 09/07/07)

Y, hablando de bares, anoche tuve la fortuna de recibir en la Barra Física Interina (BFI) a uno de mis blogueros predilectos (el hombre que fue Jueves) acompañado de una amiga que vive en los Madriles. Sólo lamento que nuestra ínclita Barra Física, la de toda la vida, ya no esté; porque les habría podido agasajar de modo más acorde a sus merecimientos. Unas horas de interesantísima (al menos para mí) conversación, de esas de las que luego uno saca ideas para continuar dándoles la brasa en éste su blog.

7/7/07

Lecturas escogidas



El domingo pasado andaba yo husmeando por el Rastro, como acostumbro hacer cuando me sobran unos eurillos, y me encontré con este libro, cuyo título me encandiló. Valía tres euros y el librero -que me conoce- confesó después de abonarlos sin rechistar que había estado tentado de regalármelo al notar mi expresión codiciosa.

La verdad es que el contenido no desmerece del título. Arranca así:


"De aquellos dolores para la Patria que se llamaron en la segunda y tercera decena de este siglo "Campañas de Marruecos", surgió esta pléyade de militares ilustres que han organizado y dirigen ahora nuestro magno Movimiento nacional, asombro del Mundo entero, y particularmente de la Europa occidental, que ve hoy, admirada, cómo el heroísmo y arrogancia de tan capacitados Generales, asistidos de un pueblo celoso de su independencia, sirve de dique a la odiosa expansión comunista, azote de la Civilización en el siglo XX."

Creo que he descubierto una de las fuentes primigenias en que abrevan las Nuevas Generaciones llamadas por designio divino a salvar la Historia de la Patria de las mixtificaciones historiográficas marxistas-polanquistas.

En otro puesto, encontré este otro libro intitulado:




Éste, coñas aparte, sí que es bastante interesante. Yo me decidí a comprarlo (30 €, que se quedaron en 20 por aquello de fidelizar clientela) porque está escrito por un Sargento legionario en 1932, porque cuenta la historia de las operaciones de La Legión hasta el desembarco de Alhucemas, con la perspectiva de esa época y por mor de dicha perspectiva, tenía cierto carácter de fuente.

Pero, lo que me decidió es que está encabezado por el Credo Legionario, que, para mis lectores pacifistas, diré que es, como su nombre indica, un épico compendio del espíritu del Tercio que todo legía recita de corrido y tan deprisa como desfilan ellos, empezando por aquello de "El espíritu del legionario es único y sin igual, es de ciega y feroz acometida, de buscar siempre acortar la distancia con el enemigo y llegar a la bayoneta". Pero -ahí está la gracia- finaliza con las voces de Ordenanza: ¡Viva España! ¡Viva la República! ¡Viva La Legión!

A mí es que estas cosas me pueden, oiga.

Resultó ser mucho más interesante de lo que yo creía, porque, no sólo detalla una por una todas las operaciones de La Legión entre 1920 y 1927, sino que la parte fundamental del texto está en los partes de guerra inmediatos a cada acción, debidos a la mano de los mandos que dirigían cada operación, es decir: Millán Astray, Franco, Valenzuela, etc. Es decir, que tiene pleno carácter de fuente histórica y, aunque las fuentes mienten siempre, puestas en su contexto acaban por decirnos la verdad que se proponían ocultar. Al menos esa es mi concepción historiográfica,algo intuitiva si queréis y tal vez poco científica.

Traigo esto a colación, porque a través de la voz del propio Franco y sus colegas, se nos despliega el absurdo de la Campaña de Marruecos (al menos hasta que Primo de Rivera puso orden).

No me refiero ya a su carácter de mera invasión de otro país para someterlo a los empresarios de casa, empezando por el Conde de Romanones, porque eso estaba bastante bien visto en la Europa de la época so capa de civilizar a unos pobres salvajes - todo el que podía lo hacía con mayor o menor fortuna- y además era legal, ya que la así llamada hoy en día "comunidad internacional" le había encomendado a España "civilizar" ese trocito de Marruecos.

Hablo del absurdo militar. Nos encontramos con unos mandos tácticos muy buenos (si: Franco era un comandante muy eficiente. Lo que es palmaria demostración del principio de Peter) sometidos a unos mandos estratégicos, por llamarlos de alguna manera, bastante fusilables. La ocupación del territorio se realizaba mediante la implantación de grandes bases fortificadas que, en cuanto se guarnecían, quedaban aisladas en medio de un territorio hostil lleno de harkeños armados y sumamente eficientes en la guerra de guerrillas.

Para abastecer dichas bases, había que "pasar" los convoyes y en estas operaciones se estrenó la Legión. Había que tomar las alturas que dominaban la ruta del convoy para evitar el fuego enemigo y dichas operaciones se efectuaban con columnas tamaño Bandera o incluso dos banderas, con un porcentaje de bajas que al principio solía rondar el 20% y rara vez bajó del 10% lo que para cualquier ejército es insostenible a medio plazo y de ahí las levas en España que provocaban los consiguientes disturbios y la creación de los Regulares y La Legión, para que las bajas fueran menos importantes para la opinión pública.

Con el fin de no tener que tomar a la bayoneta cada altozano en la ruta de abastecimiento cada vez que pasaba un convoy, se construían fortines tamaño pelotón de 15 hombres rodeados de alambradas y que todavía se llamaban "blokhaus". Lo habitual era que, en cuanto el convoy volvía y se retiraban las fuerzas de cobertura, la guarniciones de los blokhaus fueran pasadas a cuchillo esa misma noche.

Dicha estrategia llevó al desastre de Annual en 1921, tal vez la derrota más vergonzosa del Ejército español. Sobre ella, sólo diremos que el campamento de Annual, para la columna organizada en torno al regimiento de Ceriñola, fue situado a 400 metros del pozo más cercano, lo que, en cuanto fue indefectiblemente cercado, suponía organizar su propio convoy de aguada, combatiendo siempre, con el consiguiente flujo de muertos y heridos y la lógica desmoralización. Hasta que ya no se pudo ir a por agua y el único líquido era el pis, que había que repartir ecuánimemente entre las cantimploras y la refrigeración de las ametralladoras.

Incluso después de Annual, cuando las tropas de Abd El Krim estuvieron a punto de tomar Melilla, se continuó con la misma estrategia de despliegue, limitándose a mandar más tropas, o a usar tanques y aviación (a la Aviación española le corresponde por esas fechas el dudoso honor de haber sido la primera en emplear armas químicas contra la población civil).

A lo que iba: ¿les suena esto, amigos lectores? Resulta que los colonialistas de hoy no han aprendido nada de los colonialistas de ayer.

Y eso que Primo de Rivera sí hizo algo coherente cuando tomó las riendas: evacuó todos esos puestos inútiles que no controlaban más que su perímetro. Una vez hecho esto, se lanzó una acción global y a medio plazo junto con Francia. Se identificó el centro de gravedad del enemigo y se atacó éste con todos los medios disponibles hasta conseguir una victoria estratégica y no meramente táctica. Otra demostración empírica del principio de Peter.

Hay que decir que Primo de Rivera vivió el desastre de Annual en el campo de batalla (o de masacre, más bien) y fue de los pocos mandos capaces de reaccionar de alguna manera, hostigando a los marroquíes y protegiendo como pudo algunas retiradas, con escaso éxito, todo hay que decirlo.

Mi abuelo materno me hablaba de pequeño de los dichosos convoyes que él tenía que conducir como teniente de Intendencia, con sus reatas de mulos cargados de municiones mientras los moros atacaban siempre. Mi padrino (el que luego fue piloto de caza del bando republicano) también andaba por allí de teniente y, mira que sorpresa, me lo encuentro citado en un parte de La Legión por su valor, aunque no era legionario. Fue en la evacuación de Xeruta, llevada a cabo el 19 de noviembre de 1924.

Me vais a perdonar, pero es que las cosas de familia me ponen. Dice así: "También se distinguieron los Tenientes D. José Frías, D. Jesús Domenech y Alférez D. Francisco Recuenco, por su animado espíritu y valor en la retirada, durante la que resultaron heridos los dos últimos".
¡Hala!, ya me he quedado a gusto. Es que alguna vez, yendo por el Rif, he pensado: "qué huevos el abuelo, pasándose esto con los mulos"