Nadie como Él
Pica, a la verdad, en historia la unanimidad con que todas las clases españolas ostentan su repugnancia hacia los políticos. Diríase que los políticos son los únicos españoles que no cumplen con su deber ni gozan de las cualidades para su menester imprescindibles. Diríase que nuestra aristocracia, nuestra Universidad, nuestra industria, nuestro ejército, nuestra ingeniería, son gremios maravillosamente bien dotados y que encuentran siempre anuladas sus virtudes y talentos por la intervención fatal de los políticos. Si esto fuera verdad, ¿cómo se explica que España, pueblo de tan perfectos electores, se obstine en no sustituir a esos perversos elegidos?
Hay aquí una insinceridad, una hipocresía. Poco más o menos ningún gremio nacional puede echar nada en cara a los demás. Allá se ven unos y otros en ineptitud, falta de generosidad, incultura y ambiciones fantásticas. Los políticos actuales son fiel reflejo de los vicios étnicos de España, y aun –a juicio de las personas más reflexivas y clarividentes que conozco- son un punto menos malos que el resto de nuestra sociedad.
Estos días asistimos a la catástrofe sobrevenida en la economía nacional por la torpeza y la inmoralidad de nuestros industriales y financieros. Por grandes que sean la incompetencia y desaprensión de los políticos, ¿quién puede dudar que los banqueros, negociantes y productores les ganan el campeonato?
José Ortega y Gasset.- España Invertebrada. 1921.
Esta noche me he desvelado, me he levantado y, no sé por qué, se me ha ocurrido coger ese libro de Austral, verde él, que tiene mi firma y la fecha 26/VII/83. En la página 78, me he encontrado esto y me ha hecho tanta gracia como para convertirlo en postio de relleno. Por supuesto, decir, como decía el introductor de Espasa-Calpe que “Ortega es el fundador de la Filosofía española contemporánea. Creó un preciso instrumento filosófico que permite pensar a la altura del tiempo. Sólo como escritor ocuparía el meditador de El Escorial un lugar privilegiado en la historia literaria universal” es una gilipollez como un piano. Ortega era un exponente de ese españolísimo “listo”, un ingenio de salón que al escribir hacía gala de un grado insólito de pedantería que la lengua inglesa ya había abandonado (si es que algún día lo había conocido) en el siglo XVIII, con Swift y Sterne. Calificar sus gracias de “instrumento filosófico” es humillar a todos los españoles que sepan leer y escribir, aunque, por desgracia, en comparación con el resto de sus contemporáneos y su posteridad, igual hasta va y resulta que es verdad.
Y, encima, también fue máximo exponente del españolísimo tirar la piedra, esconder la mano y salir de najas, dejando tras de sí para despistar su segundo más célebre aforismo: “no es eso, no es eso.”
Por cierto, como pueden apreciar mis amables lectores, puestos a pedante, un servidor.
¡Y servidora!
ResponderEliminar¡Je! ¡Qué bueno! La vida sigue igual... para el clan Botín.
El mismísimo Julio Iglesias antes de ser negro (en este blog se puede decir negro, ¿no?). ¿No ha encontrado usted un video más hortera?
Supongamos que Ortega y Gasset es un gran filósofo. Elijamos a otro gran filósofo contemporáneo suyo: Wittgenstein.
ResponderEliminarHagamos búsquedas en español y alemán en Google y utilicemos búsquedas en francés como medio de contraste.
Nº de resultados en alemán con la búsqueda "Wittgenstein":
2.690.000
Nº de resultados en francés con la búsqueda "Wittgenstein":
671.000
Nº de resultados en español con la búsqueda "Ortega y Gasset":
2.210.000
Nº de resultados en francés con la búsqueda "Ortega y Gasset":
92.800
Ante este curioso resultado (los germanoparlantes hablan de Wittgenstein unas cuatro veces más que los francoparlantes, mientras que los hispanoparlantes hablan de Ortega veinte veces más que los francoparlantes) planteamos las siguientes hipótesis:
1-Los franceses tienen manía a todo lo español.
2-Los españoles no sabemos vender a nuestros genios (excepción hecha de Pedro Almodóvar)
3-Nadie es profeta en su tierra, pero hay quienes solo son considerados filósofos en la suya.
Podemos descartar la hipótesis 1, puesto que tanto en japonés como en estonio, la proporción es parecida a la del francés.
ResponderEliminarLa sustituiremos por la siguiente:
Los que no son hispanoparlantes le tienen manía a todo lo español.
Por cierto: Si ponemos ortegaygasset, así, todo junto, los resultados de la búsqueda en francés, son 114.000, que deberíamos sumar a los 92.800 que ya teníamos. Aún así, no nos acercamos.
Mara Jade: Sí los había más horteras, pero no incluían niño. Claro que puede Vd. decir "negro". También puede decir "cojo" y "lefa".
ResponderEliminarDizdira y Labegue: Si ampliamos la muestra, veremos que gana fuerza la hipótesis "1". Veamos:
ResponderEliminarPau Gasol:
En Español: 4.680.000 resultados.
En Inglés: 11.200.000 resultados.
En Francés: 357.000 resultados.
Sr. Carp, Me valdría si la hipótesis 1 fuera todos los franceses le tienen manía a los deportistas españoles. Esa sí me vale.
ResponderEliminarHostias, cómo estamos. Ah, y Ortega mola. Con cerveza en mano te contaré lo de la alemana...
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