28/12/09

Lo que es el barrio (VI) Ventajas de la cosa multicultural

Esto lo escribí el día de Navidad, pero me había dado pereza colgarlo.


Estas fiestas ya no me dicen nada. Es verdad, no una pose. Me entusiasmaban cuando era pequeño y aún hoy, a veces, tengo un flashback cuando, por ejemplo, huelo a serrín y me vienen a la cabeza inconscientemente las Navidades de mi infancia: era el olor del Belén (poner el Belén era el acto más importante del año), pero son evocaciones de esos momentos dorados que tenemos todos.

Cuando llegan estos días me hartan por igual los que se empeñan frenéticamente en fingir que se lo pasan taaan bien con ocasión de los festejos y se empeñan en demostrártelo, y los que, año tras año, se empeñan en recordarnos que la Navidad es una orgía hipócrita y consumista. No soporto que me den el coñazo año tras año con lo mismo. Supongo que respeto a los que creen de verdad en Dios y en los acontecimientos del portal de Belén y hallan algún tipo de trascendencia en estas fechas que, para mí, no tienen nada de particular, salvo unos días de descanso que se agradecen. Bueno, los respeto si no me dan mucho el coñazo. Afortunadamente, mi familia es poco dada al folklore, así que, por ese lado, tampoco tengo muchos motivos de queja.

Lo que sí era motivo de queja era lo de salir a la calle el día 25 y encontrarme con que todo estaba cerrado. Y, cuando digo todo, quiero decir eso: todo. Ni periódico, ni cafelito, ni pan.

Pues bien, este año me he dado cuenta de que las cosas han cambiado.

Cuando anoche volví al barrio tras la cena familiar, andaba preocupado porque me había quedado sin tabaco, lo que significaba seguramente que no podría comprar hasta mediodía, salvo que me acercara al centro.

Pues no: a la 1 h., el bar de las dominicanas estaba abierto. Claro, ellas son muy católicas, pero como están lejos de la República y de la familia, se habían reunido a celebrar la Nochebuena en el bar y, ya que estás en el bar, ¿por qué no vas a abrirlo por si aparece algún desheredado de la fortuna a tomarse algo?

Esta mañana he salido a la calle con la relativa tranquilidad de esa media barra de pan que guardé ayer. Bueno, pues la guardaba innecesariamente. Todos los chinos están abiertos y, al menos dos, tienen un pan más o menos decente. Y leche también, bueno, y todas esas cosas que un “single” echa de menos el día de Navidad por la mañana y no tiene dónde comprar.

Pero es que no acaba ahí la cosa, porque también estaba abierta la frutería de chinos que acaban de abrir en el Paseo, donde estaba esa tienda de lámparas horrorosas donde nunca entraba nadie, y también la otra frutería de los bengalíes del kebab, que también está abierto para tomarse algo. Ahí me doy cuenta de que últimamente las fruterías estaban copadas por sudamericanos que también son  católicos o protestantes y cierran, pero los chinos y los musulmanes, no.

También estaba abierto desde por la mañana el restaurante chino bueno del Paseo, donde puedes tomar un café a esa hora, pero la guinda ha sido uno de los bares más graciosos en cuanto a la coincidencia navideña: los dueños son chinos (los mismos del todo a 100 de enfrente, también abierto, vaya usted a saber por qué) y, aunque llevan ya cerca de 20 años y son del barrio, o sea, que conocen a todo el mundo y hasta te fían, no por eso dejan de ser chinos, es decir, que el 25 de diciembre es un día como otro cualquiera. Como la cocinera es ucraniana y para ella la Navidad no es hasta dentro de unos días, y el camarero es marroquí, o sea, que también le da lo mismo, pues no ha habido ningún problema.

En resumidas cuentas, que este barrio sigue siendo la pera, pero el día de Navidad es mucho menos inhóspito para los descreídos madrugadores como yo.

11 comentarios:

  1. En mi barrio parecido. Los fruteros paquistanies no cierran nunca. Pero los chinos se me estan malacostumbrando. ¡¡Algunos dias los veo cerrados!!

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  2. Hola Orayo. Efectivamente, es que hasta los chinos se malean cuando llevan unos años en España.¡Qué tiempos aquellos cuando empezaban a poner las tiendas de los chinos y podías bajar a comprar unas litronas a las dos de la mañana! Lamentablemente, la burocracia municipal acabó con tan saludable práctica.

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  3. Tienen que venir de otras creencias para resolvernos las necesidades básicas.

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  4. Es usted un consumista .......como todos digo yo :)

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  5. Siempre pensaré que el súbito florecimiento, de unos años a esta parte, del jueguecito del amigo invisible se debe a una oscura conspiración orquestada por los bazares (chinos, marroquíes, andorranos) dispuestos a aprovecharse de nosotros para dar salida a los horribles productos que les quedan en stock.
    Por lo demás, qué asco los días de Navidad y Año Nuevo.

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  6. Si, si, pero el 31 a buscar a Chencho, te guste la Navidad o no. Pronto el día de la busqueda de Chencho sera tan importante como la Noche Buena o el Año Nuevo.

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  7. Hoy estaba en la Casa del Libro utilizando la tarjeta regalo que me había regalado mi novia por Navidad (que así queda súper bien y se ahorra tener que escoger ella) cuando vi que la editorial Valdemar en el sello El club de Diógenes ha publicado los "Apócrifos" de Karel Capek (cambia tus comentarios, no me deja pegar la c con circunflejo :-(. En cualquier caso, te recomiendo que si puedes lo compres, creo que te va a gustar.

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  8. Secundo la moción de Capazorros: Instauremos el Día de Chencho.

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  9. Peggy, soy un consumista en la medida de mis pobres fuerzas. Especialmente de Mahou: no podemos consentir que desaparezca esa empresa emblemática de Lo Español.

    Fer, ahora que lo dices he comprendido por qué estaba abierto el todo a 100.

    Capazorros, precisamente anoche estuve con el propio Chencho en carne mortal tomando unas cerves. Por supuesto que iremos: El Chencho's day será celebrado por nuestros admiradores del siglo XXII, no lo dudes.

    Gabriel, me pasaré por la casa del libro. Todavía tengo pendiente mi autoregalo (aunque estaba pensando en el manual táctico de la Wehrmacht, que lo han publicado en cristiano, creo que me dará para otro libro)

    Sra. Liddell, el día de Chencho es la festividad por antonomasia de los Clientes Habituales Sin Fronteras. Chencho es uno de los nuestros.

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  10. Es usted un tipo con suerte. Poder hacer vida casi normal el 25 de diciembre me produce cierta envidia. Yo como pan duro. A pesar de eso hay algunas cosas buenas, como por ejemplo disfrutar del placer de caminar por la calle y no cruzarse con un alma. Si en su barrio comienzan a proliferar los establecimientos abiertos en navidad, sus calles se llenaran de gente ruidosa, como cualquier otro día del año.

    ¡Bah! ¿a quién quiero engañar? Si es que no me gusta nada el pan duro...

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  11. A mí me gustan las navidades, chinche.

    ¿Sabe usted que, al menos hasta hace poco, los buques de la Royal Navy solían tener un chino a bordo, que se ocupaba de la lavandería, y que dormía, comía (su comida) y, en fin, vivía en su chiringuito, durase lo que durase la navegación?

    Lo cual también permite reflexionar sobre lo encantadores que han sido siempre los británicos con sus semejantes...

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