16/6/10

Banderas victoriosas 12.

El relato entero está en el almacén de la barra virtual.

 

 

12.

Aún era de noche cerrada cuando el barracón se llenó de ruidos metálicos, los de armas y correajes en el silencio de cien hombres que aguantan la respiración. Su nombre fue el tercero.

Se levantó sin pensar, sin mirar a nadie, a ninguna parte. Se ajustó la ropa, con la aberrante idea de estar presentable y se alineó con los demás. Como siempre, nadie se movió. Siempre había fantaseado con la idea de una de esas veces, cuando vinieran a hacer la saca, amotinarse; lanzarse todos a la vez contra los guardianes y los guardias civiles, quitarles  los mosquetones y salir de allí a tiros. Habría sido fácil levantar a todo el campo. Habrían muerto algunos, muchos a lo mejor, pero ellos eran más. Qué cojones, todos eran soldados, había que hacerlo; lo harían.

Pero los prisioneros no hacen eso, entonces lo supo.

Nunca sería capaz de recordar el camino que siguieron hasta los terraplenes, ni en qué pensaba, ni si pensó algo. Sólo cuando se encontró junto a otros once presos a la luz de los faros de un camión, miró a su alrededor, como despertando.

Había un cura joven, que no conocía, con un libro en la mano. Lo miró. Dijo algo, pero tenía la boca tan seca que las palabras no salían. El cura se le acercó, le preguntó algo que no entendió. Méndez estaba desesperado, como en una pesadilla en que tu salvación depende de gritar y no puedes, porque no tienes voz. El cura volvió a abrir y cerrar la boca, pero él parecía haberse quedado sordo además de mudo. Por fin, consiguió escucharse a sí mismo:

-- Llame al páter.

Y Fin

8 comentarios:

  1. Me ha gustado. Bastante.

    Y me ha sabido a poco. Lo cual supongo que es positivo.

    Un saludo.

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  2. ¡Plas plas plas plas!
    Impresionante.

    Me ha gustado mucho más que el del Búnker, así que enhorabuena.

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  3. Siento llegar con retraso: no he podido leerte hasta hoy. Me ha gustado mucho el relato, con ese final tan... elíptico. Al principio pensé que se trataba de un final abierto. Quizá ya no había tiempo para que viniese el páter... Pero la frase
    "Nunca sería capaz de recordar el camino que siguieron hasta los terraplenes..."
    parece indicar que vivió para NO poder recordarlo. Aunque claro, también puede ser que NO viviera para poder recordarlo...

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  4. Porto y MJ, gracias, gracias. Mi vanidad se remonta como el gavilán.

    Dizdira, Es que el Ingeniero es personaje secundario en otro cuento, "El búnker de Conil", que transcurre después de estos hechos, en el otoño del 42. También está publicado en el blog.

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  5. Ah. claro... Habrá que leer el resto de episodios de la saga. Es lo que tiene llegar tarde a los blogs.

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  6. Para mi fue una decepción: al final se chivó para sobrevivir. Tenía que haberlo ahogado en la letrina, pero debe ser que esa misión que quedaba grande a nuestro héroe. Claro que había que estar allí, tal vez el hueco era pequeño para el Bocanegra.

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  7. pcbcarp, he de felicitarte por el relato. Lo he ido dejando pa' luego por eso de que se me antojaba largo y requeriría de concentración para asimilarlo, pero he de decir que se me ha hecho muy corto. Evidentemente lo has conseguido: verosímil.

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