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LA ILÍADA
Acto I. Escena 2ª.
(Entra CRISES e invoca a APOLO)
CRISES:
¡Oyeme tú, Febo Apolo
el dios del arco de plata,
que a Crisa y Cila divina
proteges de los piratas,
de Ténedos el Señor
la de las columnas blancas!
Si te agradaron los templos
que yo antaño te elevara
y si te agradó el perfume
de los toros y las cabras
que en hecatombe ofrecí
reservándote las patas,
si los trípodes te placen
que a tu templo te llevara,
¡Oh Esminteo!, que se cumpla
la invocación que te lanza
Crises que ha envejecido
al servicio de tu casa:
Baja a las cóncavas naves
con las flechas de tu aljaba
y que los griegos se enteren
de que el que la hace la paga
(Refulge una luz esplendorosa y fondo musical solemne (El Encantamiento del Viernes Santo, de Wagner, pongo por caso aunque sea un poco anacrónico):
La voz de APOLO. CRISES cae de hinojos:
APOLO: Hombre, Crises, como invocación, me parece que el verso está un poco forzado, ¿no? en fin, ¿qué se te ofrece?
CRISES: ¡O Febo Apolo divino!
Cuando el aqueo llegó
en pos de la bella Helena
a las costas de Ilión...
APOLO: En prosa, en prosa, Crises: hay confianza.
CRISES: Que Agamenón ha raptado a mi hija Criseida, báculo de mi vejez, y...
APOLO: Que te la devuelva, vaya...
CRISES: Pues... No, ¡Oh Dios de la refulgente faz!
APOLO: ¿No?
CRISES: Pues... no. Si es posible. ¡Oh Esminteo!, yo lo que querría es que bajes a las cóncavas naves y...
APOLO: Ya, eso ya lo has dicho, bajo a las cóncavas naves y ¿qué?
CRISES: Y les mandas una peste que llene de aqueos el frío Hades.
APOLO: ¿Y no te daría igual que te devolviera a tu hija? Es que, últimamente, Zeus no está muy por la labor... No sé por qué le ha dado porque los melenudos aqueos le caen bien.
CRISES: Es que ya no es mi hija.
APOLO: ¿Ah, no?
CRISES: (avergonzado) Es que... resulta que ya no es virgen, y yo... pues le he dicho que no quiero saber nada más de ella.
APOLO: Ya. A ver qué se puede hacer... ¿No es virgen dices?
CRISES: (molesto) Este... no. Joder, ¡Oh armonioso Apolo! Ya me dirás qué hago con ella en sus condiciones actuales. ¡Y pensar que he estado a punto de pagarle al Atrida, Señor de hombres, un montón de trípodes labrados...! Menos mal que me he dado cuenta a tiempo. Uno de los siervos de Agamenón le contó a uno de mis siervos que se había tirado a la mitad de los aqueos de grebas hermosas.
APOLO: Vale. Tu tranquilo, que les voy a mandar una plaga que se van a enterar.
CRISES: El que la hace la paga.
APOLO: Eso.
(Música solemne. Se apaga el resplandor. Apolo el que hiere de lejos hace mutis por el foro)
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