Perspectiva cultural III

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LA ILIADA


Escena 3ª.

-1057. Día octavo de las kalendas de abril, 17.12 horas zulu. Cóncavas naves. Los aqueos de grebas hermosas (o sea, los griegos)llevan diez días padeciendo una cruel plaga que Apolo, el que hiere de lejos, les ha enviado en venganza por lo de la chica de Crises. Están que no pueden más y el divino Aquiles, el de los pies ligeros, ha decidido convocar una asamblea a ver qué se puede hacer.

(Van entrando AQUILES, PATROCLO, AGAMENON, MENELAO, NESTOR, ULISES, AYAX, que carga un escudo gigantesco, DIOMEDES y otros. Todos se rascan las partes pudendas y otras partes aparatosamente)

AQUILES: (rascándose) Buenas tardes compañeros. Agamenón.... He convocado la asamblea porque llevamos ya diez días con la plaga ésta (se rasca) y Hera, la diosa de brazos nevados, me ha dicho en sueños que es que tenemos a Apolo mosqueado y que ha sido él... (Ulises levanta la mano) ¿Ulises?

ULISES: (rascándose) ¿Seguro que ha sido Apolo?, lo digo porque estaba yo inventando un ungüento para ver si servía de algo.

AQUILES: (rascándose) Es cosa de Apolo, fijo. Me lo ha dicho Hera. (Ayax levanta la mano) ¿Si, Ayax?

AYAX: (rascándose) ¿Y no te ha dicho por qué se ha cabreado Apolo? Porque, lo que es yo, no le he hecho nada (se rasca) De hecho, es... bueno, era mi dios favorito.

AQUILES: (rascándose, un poco embarazado) Pues... el caso es que me lo dijo, pero es que no me acuerdo... ya sabes cómo es eso de los sueños... (se rasca, pensativo)

AYAX: (se rasca) ¿Y no te podrías acordar? Es que tengo ya hasta en las cejas (se rasca una ceja, parece encontrar algo, lo aplasta entre las uñas y lo tira con cara de asco)

ULISES: (rascándose) Vamos a ver, procedamos con método. (mira en torno) A ver, ¿nadie sabe por qué está Apolo cabreado con nosotros?

(NESTOR se rasca y mira significativamente a AGAMENON. Este se rasca mientras se hace el sueco.)

AYAX: (rascándose) Pues no.

AQUILES: (se rasca) Ni papa.

PATROCLO: (curiosamente, es el único que no se rasca) No tengo ni idea.

DIOMEDES: (rascándose) Ni puta idea.

MENELAO: (rascándose, habla con poca convicción, mirando tímidamente de reojo a AGAMENON) Pues... yo no se...

NESTOR: (se rasca mirando acusador a AGAMENON) Vete a saber.

AGAMENON: (se rasca tratando de mantener la dignidad real) Pues no, no se nada, yo.

AYAX: Pues tío, Aquiles, te podrías acordar...

(AQUILES hace un gesto de impotencia, mientras se rasca)

AGAMENON: Hombre, yo creo que hacemos una hecatombe y algo sacaremos, ¿no?

NESTOR: (mirando con aire de mala uva a AGAMENON) Hay que ir por partes. Primero, saber qué le pasa a Apolo.

AYAX: (mirando torvamente a AQUILES) Si alguien se acordara de lo que se tiene que acordar...

ULISES: (rascándose pensativo) Bueno, pues... yo creo que tengo la solución. El adivino de mi regimiento es cojonudo. (a AYAX, que está a su lado) Estudió con el mismo Apolo. Yo creo que sacrificamos un toro que no haya conocido el yugo, le mira las tripas y lo saca en un pis pas.

TODOS: (menos AGAMENON): ¡Ah!, pues sí, eso, eso. Vale.

AGAMENÓN: Ya estamos con el adivino de tu regimiento. ¿Y no da igual mandarle a Apolo unos trípodes...? (mira a MENELAO, que pone cara de angustia)

AQUILES: Nada, nada, llamamos al adivino de Ulises y... Agamenón, ya sabes que te toca a tí poner el toro que no haya conocido el yugo, que para algo eres el que manda.

AGAMENON: ¡Si hombre! ¡Encima!, ¿Y por qué no lo pone Menelao, que es el que tiene la culpa de todo?

MENELAO: (mirando agobiado a AGAMENON) Es que ya no me quedan. El último te lo llevaste la semana pasada.

(todos miran a AGAMENON)

AGAMENON: Pues, lo que es yo, no tengo ningún toro que no haya conocido el yugo. Precisamente, estoy arando el campo, para la cosa de los suministros del ejército y los he usado todos.

DIOMEDES: ¿Tendrá morro? Para no pagar las hecatombes.

AGAMENON: Pues no. Es por la cosa de los suministros.

DIOMEDES: Que eres un rata, tío.

AGAMENON: (sin mucha convicción) Eso no me lo repites fuera.

DIOMEDES: (echando mano a la espada) ¿Que no?

(median los presentes y entre cuatro o cinco héroes, sujetan a DIOMEDES)

AQUILES: Bueno, pues, si no tienes un toro que valga, una cabra.

DIOMEDES: Igual ha puesto a arar a las cabras, también.

AGAMENON: (ignorando a DIOMEDES, que vuelve a rascarse, se vuelve a MENELAO) Menelao, a ver, tráete una cabra que esté bien.

MENELAO: Joder, Agamenón...

AGAMENON: Joder Agamenón, ¿qué? ¿No tienes cabras tampoco? (sale MENELAO a por la cabra) Y tú, Ulises, a ver ese adivino tuyo tan acojonante.

(ULISES da un silbido y aparece CALCAS, el adivino de su regimiento, con atuendo militar-religioso, como un capellán castrense. A AGAMENON no parece hacerle mucha gracia volverlo a ver)