Ayer tarde-noche, tuvimos una amena discusión en la Barra Física Interina (ya cada vez menos interina ante la falta de alternativas) sobre temas de actualidad. Había un habitual, convencido desde pequeñito de las virtudes de la República en sí misma considerada que se declaraba dispuesto a quemar fotos del Rey Nuestro Señor el viernes en la Castellana y otro, no menos habitual, que abominaba de Su Majestad, siendo muy partidario de la abdicación, tras la cual esta Monarquía tendría los días contados, pero que era partidario de pasar por las armas sin formación de causa a todo punki que incinere retratos reales, sobre todo, si es catalán. Como lo que sigue lo escribí en servilletas una vez que me quedé solo, mientras me tomaba la penúltima cervecita mientras el camarero, amablemente, me ponía a Sepultura, pensaba retocarlo esta mañana, pero, no. Lo dejo tal cual:
Yo, como soy titular de una mente simple, me siento ridículamente español; no obstante ser considerado por algunos (vaya Vd. a saber por qué) un "radical de izquierdas" o un "facha" por otros -depende de las circunstancias, vulgo ingesta alcohólica-, pues como que me se siguen poniendo los pelos como escarpias cada vez que escucho "Suspiros de España" cuando estoy en Nueva York. Lo cual, todo hay que decirlo, es por completo infrecuente.
Aunque sea todo eso que vds. (o algunos de vds.) saben -y, si no, lo sospechan-, sigo siendo consciente de que [y aquí el "de que" está correctamente empleado, al contrario de lo que padezco cotidianamente en la prensa: "¿de qué soy consciente?", tiene sentido; "¿qué soy consciente?", carece de él: soy consciente DE algo y ése es el antiguamente - in illo tempore: cuando los bachilleres no hacían faltas de ortografía- llamado "complemento indirecto"] Decía que soy consciente de que los Estados (o los inmarcesibles anhelos de Estado) han llegado al punto de no ser más que meros señuelos o excusas, según el momento, para enmascarar las cosas realmente importantes. Se están quedando en tan poca cosa (salvo los inexistentes) que, cada vez más, se van viendo sustituídos (otrora "substituídos", cosa filológicamente harto adecuada) en el imaginario popular por los equipos de fútbol o los delirios identitarios que ayudan bastante a disminuir el tamaño de los Estados que, por su entidad, aún pueden suponer un obstáculo (pronto la Academia aceptará "ostáculo") para las empresas privadas propiedad de los pocos ricos que gobiernan el mundo y, por ende, no sólo a los así llamados subsaharianos, sino también a nosotros, abertzales y segadors incluidos; haceros a la idea, por favor, que todos somos pobres. (aunque no tanto como otros, eso sí)
Recuerdo un momento concreto, allá por 1990, cuando los gobiernos europeos decidieron renunciar a controlar las transacciones internacionales de pasta entre ricos. Era en pleno inicio de la época de las fusiones, aquí en el solar patrio, tras algún intento fallido aunque pionero. Yo estaba comiendo en casa de uno de los pioneros -también- en efectuar el hoy día asumido tránsito desde el trotskismo que nos habían tratado de vender a los un poco -pero poco- más jóvenes (la Revolución iba a ser mañana) hacia la dirigencia de las instituciones capitalistas (el hombre ya estaba en un par de consejos de administración, y no es un recurso literario) y ambos coincidíamos en que esa noticia que los dos habíamos leído esa misma mañana en El País, como algo que estaba de puta madre, era, ni más ni menos, que el triunfo de las empresas (digo "empresas" porque el término "multinacionales" queda como de marxista antiguo) sobre los Estados (y observarán mis amables lectores que respeto las normas -actuales- de la RAE y aún pongo Estado con "E" mayúscula) .
Desde entonces acá, se ha visto cómo se pone en el poder -democráticamente, por supuesto- a quienes estén mejor dispuestos a regalar la cosa pública a los empresarios que financian al partido o -en sitios donde la cosa anda más repartida (hay más ricos y ya no se molestan mucho en poner intermediarios en el Gobierno), como Estados Unidos- a su candidatura personal.
Es decir:
a) Que me parece estupendo que los niñatos de las juventudes de ERC o similares (vbgr.) la monten quemando fotos de Juan Carlos en lugar de montarla por su hipotético derecho a una vivienda a precio razonable (antes de ir al fútbol)
b) Que me parece estupendo que atiendan a los jueces que quieren ser estrella en lugar de la Estrella y a los ex-rojos ex-chotas de la brigada político-social que los jalean, haciéndoles sentir que con su viril (o femenil) actitud hacen tambalearse a la pérfida España y a la Monarquía que simboliza toda una serie de cosas horribles (como que Aznar nunca, se ponga como se ponga, pueda ser Presidente de la República Española, cosa que haría entrar en éxtasis a umás de uno) Pero bueno, eso, en la mayoría de los casos se pasa con la edad.
c) Que, en resumen, me parece estupendo que los peores problemas que nos aquejan a los españoles (me refiero a la localización geográfica para no herir susceptibilidades) sean:
- Que la propia España en sí misma considerada se rompe (habida cuenta de que ya no existe más que como referente sentimental para gilipollas como yo y algún otro) por la acción de cuatro gualdrapas (aunque resulte que ya no es más que una propiedad privada)
- Que los maricones se casan.
-Que se hace una Ley para decidir que el Generalísimo era malo.
-Que el malvado ZP quiere implantar de nuevo la Formación del Espíritu Nacional (eso sí, de centro-derecha moderado, pero a elección de cada cual, curas incluidos) en los colegios, para hacer la competencia a la Religión propiamente dicha.
Y, en fin, cosas así: ya saben mis pacientes lectores. Cuando para un anormal como vuestro humilde narrador el tema consiste en que, en 1987 una casa valía 3,5 kilos; en 1997, la misma casa valía 13 kilos y, en 2007, la misma casa (sin reformar) vale 33 kilos. De pesetas: soy un antiguo.
Ese es un ejemplo de por qué -a mi entender- todo el mundo vocifera por gilipolleces que no interesan los más mínimo ni a mí ni a Vd., atento lector/a. (concesión a la corrección política, cosa inventada para evitar que el lenguaje escrito o hablado pueda enardecernos lo más mínimo al vulgo lacayo, que eso es muy peligroso)
Nota Bene:
- ¿Alguien se habría enterado de que alguien en Catalunya había incinerado una foto del Rey Nuestro Señor sin la ayuda de la COPE, El Mundo Y los portavoces del PP?
- ¿Se habría puesto de moda torrefactar iconos de Juan Carlos y el resto de la Real Familia de no haber sido por la pintoresca represión ejercida por determinados aspirantes a vedette jurídico-mediática? (lo que lleva a la vedette por excelencia a volver por sus fueros) (en esta ocasión, de modo idóneo, aunque presumo que la instrucción habrá sido como siempre de mala)
Son ejemplos. Todo esto en vez de cuestionar el sistema fundamentalmente corrupto en que nos desenvolvemos que es el que sirve y se mantiene para financiar a los partidos mediante la especulación urbanística. Pero, claro, para adormecer los instintos justicieros de las juventudes, los especuladores inventaron hace ya mucho los nacionalismos (y los partidos, of course) cosa la mar de hábil, todo hay que decirlo.
---------------
Bueno. Basta. Sólo decir que soy un clásico que delira por escrito a deshora en la barra de un bar (en auténticas servilletas), como César González Ruano aunque sea de verbo menos florido. Fíjate: César González Ruano al que - vaya Vd. a saber por qué- citan últimamente todos los columnistas pedorros de toda la prensa de cualquier condición
(Y es que, desde que el último Don Jesús pasó a mejor vida y marchó al seno de Abraham, las cosas andan confusas y los cuchillos han salido de sus vainas hasta en el seno de la familia, como puede verse hasta en algo de interés tan general -Álvarez Cascos dixit, con gran éxito- como es el fútbol y en la aparición de un 20 minutos de pago)
Eso sí: D. César G. R fue autor responsable, entre otras cosas, de una novela cojonuda que se llama "Circe" y que trata de un espía español algo rarito (o sea, un tipo atormentado y tal) que se queda colgado de una puta marroquí en la época del Protectorado. Novela publicada por el eximio Sr. Bergua, Editor de grandes méritos e insigne polígrafo, como se decía antes, quien llevó su osadía a publicar en un solo volumen el Libro de los Muertos egipcio y el Bardo Thodol tibetano; de cuyo volumen lo más interesante, la verdad, resulta ser el prólogo de unas 100 páginas intitulado: "cómo y por qué traduje el Bardo Thodol", donde desgrana la relación entre André Gide como profesor en París (cuando París era París, mucho ojito), una genuina princesa tibetana, diosa viviente, y la incipiente farmacopea anticonceptiva de principios del siglo XX.
También da alguna receta de "cocktail" bastante precisa, capaz de tumbar a un lama.
Bueno, y me retiro que ya es tarde. Vtro. Affmo.
Yo, como soy titular de una mente simple, me siento ridículamente español; no obstante ser considerado por algunos (vaya Vd. a saber por qué) un "radical de izquierdas" o un "facha" por otros -depende de las circunstancias, vulgo ingesta alcohólica-, pues como que me se siguen poniendo los pelos como escarpias cada vez que escucho "Suspiros de España" cuando estoy en Nueva York. Lo cual, todo hay que decirlo, es por completo infrecuente.
Aunque sea todo eso que vds. (o algunos de vds.) saben -y, si no, lo sospechan-, sigo siendo consciente de que [y aquí el "de que" está correctamente empleado, al contrario de lo que padezco cotidianamente en la prensa: "¿de qué soy consciente?", tiene sentido; "¿qué soy consciente?", carece de él: soy consciente DE algo y ése es el antiguamente - in illo tempore: cuando los bachilleres no hacían faltas de ortografía- llamado "complemento indirecto"] Decía que soy consciente de que los Estados (o los inmarcesibles anhelos de Estado) han llegado al punto de no ser más que meros señuelos o excusas, según el momento, para enmascarar las cosas realmente importantes. Se están quedando en tan poca cosa (salvo los inexistentes) que, cada vez más, se van viendo sustituídos (otrora "substituídos", cosa filológicamente harto adecuada) en el imaginario popular por los equipos de fútbol o los delirios identitarios que ayudan bastante a disminuir el tamaño de los Estados que, por su entidad, aún pueden suponer un obstáculo (pronto la Academia aceptará "ostáculo") para las empresas privadas propiedad de los pocos ricos que gobiernan el mundo y, por ende, no sólo a los así llamados subsaharianos, sino también a nosotros, abertzales y segadors incluidos; haceros a la idea, por favor, que todos somos pobres. (aunque no tanto como otros, eso sí)
Recuerdo un momento concreto, allá por 1990, cuando los gobiernos europeos decidieron renunciar a controlar las transacciones internacionales de pasta entre ricos. Era en pleno inicio de la época de las fusiones, aquí en el solar patrio, tras algún intento fallido aunque pionero. Yo estaba comiendo en casa de uno de los pioneros -también- en efectuar el hoy día asumido tránsito desde el trotskismo que nos habían tratado de vender a los un poco -pero poco- más jóvenes (la Revolución iba a ser mañana) hacia la dirigencia de las instituciones capitalistas (el hombre ya estaba en un par de consejos de administración, y no es un recurso literario) y ambos coincidíamos en que esa noticia que los dos habíamos leído esa misma mañana en El País, como algo que estaba de puta madre, era, ni más ni menos, que el triunfo de las empresas (digo "empresas" porque el término "multinacionales" queda como de marxista antiguo) sobre los Estados (y observarán mis amables lectores que respeto las normas -actuales- de la RAE y aún pongo Estado con "E" mayúscula) .
Desde entonces acá, se ha visto cómo se pone en el poder -democráticamente, por supuesto- a quienes estén mejor dispuestos a regalar la cosa pública a los empresarios que financian al partido o -en sitios donde la cosa anda más repartida (hay más ricos y ya no se molestan mucho en poner intermediarios en el Gobierno), como Estados Unidos- a su candidatura personal.
Es decir:
a) Que me parece estupendo que los niñatos de las juventudes de ERC o similares (vbgr.) la monten quemando fotos de Juan Carlos en lugar de montarla por su hipotético derecho a una vivienda a precio razonable (antes de ir al fútbol)
b) Que me parece estupendo que atiendan a los jueces que quieren ser estrella en lugar de la Estrella y a los ex-rojos ex-chotas de la brigada político-social que los jalean, haciéndoles sentir que con su viril (o femenil) actitud hacen tambalearse a la pérfida España y a la Monarquía que simboliza toda una serie de cosas horribles (como que Aznar nunca, se ponga como se ponga, pueda ser Presidente de la República Española, cosa que haría entrar en éxtasis a umás de uno) Pero bueno, eso, en la mayoría de los casos se pasa con la edad.
c) Que, en resumen, me parece estupendo que los peores problemas que nos aquejan a los españoles (me refiero a la localización geográfica para no herir susceptibilidades) sean:
- Que la propia España en sí misma considerada se rompe (habida cuenta de que ya no existe más que como referente sentimental para gilipollas como yo y algún otro) por la acción de cuatro gualdrapas (aunque resulte que ya no es más que una propiedad privada)
- Que los maricones se casan.
-Que se hace una Ley para decidir que el Generalísimo era malo.
-Que el malvado ZP quiere implantar de nuevo la Formación del Espíritu Nacional (eso sí, de centro-derecha moderado, pero a elección de cada cual, curas incluidos) en los colegios, para hacer la competencia a la Religión propiamente dicha.
Y, en fin, cosas así: ya saben mis pacientes lectores. Cuando para un anormal como vuestro humilde narrador el tema consiste en que, en 1987 una casa valía 3,5 kilos; en 1997, la misma casa valía 13 kilos y, en 2007, la misma casa (sin reformar) vale 33 kilos. De pesetas: soy un antiguo.
Ese es un ejemplo de por qué -a mi entender- todo el mundo vocifera por gilipolleces que no interesan los más mínimo ni a mí ni a Vd., atento lector/a. (concesión a la corrección política, cosa inventada para evitar que el lenguaje escrito o hablado pueda enardecernos lo más mínimo al vulgo lacayo, que eso es muy peligroso)
Nota Bene:
- ¿Alguien se habría enterado de que alguien en Catalunya había incinerado una foto del Rey Nuestro Señor sin la ayuda de la COPE, El Mundo Y los portavoces del PP?
- ¿Se habría puesto de moda torrefactar iconos de Juan Carlos y el resto de la Real Familia de no haber sido por la pintoresca represión ejercida por determinados aspirantes a vedette jurídico-mediática? (lo que lleva a la vedette por excelencia a volver por sus fueros) (en esta ocasión, de modo idóneo, aunque presumo que la instrucción habrá sido como siempre de mala)
Son ejemplos. Todo esto en vez de cuestionar el sistema fundamentalmente corrupto en que nos desenvolvemos que es el que sirve y se mantiene para financiar a los partidos mediante la especulación urbanística. Pero, claro, para adormecer los instintos justicieros de las juventudes, los especuladores inventaron hace ya mucho los nacionalismos (y los partidos, of course) cosa la mar de hábil, todo hay que decirlo.
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Bueno. Basta. Sólo decir que soy un clásico que delira por escrito a deshora en la barra de un bar (en auténticas servilletas), como César González Ruano aunque sea de verbo menos florido. Fíjate: César González Ruano al que - vaya Vd. a saber por qué- citan últimamente todos los columnistas pedorros de toda la prensa de cualquier condición
(Y es que, desde que el último Don Jesús pasó a mejor vida y marchó al seno de Abraham, las cosas andan confusas y los cuchillos han salido de sus vainas hasta en el seno de la familia, como puede verse hasta en algo de interés tan general -Álvarez Cascos dixit, con gran éxito- como es el fútbol y en la aparición de un 20 minutos de pago)
Eso sí: D. César G. R fue autor responsable, entre otras cosas, de una novela cojonuda que se llama "Circe" y que trata de un espía español algo rarito (o sea, un tipo atormentado y tal) que se queda colgado de una puta marroquí en la época del Protectorado. Novela publicada por el eximio Sr. Bergua, Editor de grandes méritos e insigne polígrafo, como se decía antes, quien llevó su osadía a publicar en un solo volumen el Libro de los Muertos egipcio y el Bardo Thodol tibetano; de cuyo volumen lo más interesante, la verdad, resulta ser el prólogo de unas 100 páginas intitulado: "cómo y por qué traduje el Bardo Thodol", donde desgrana la relación entre André Gide como profesor en París (cuando París era París, mucho ojito), una genuina princesa tibetana, diosa viviente, y la incipiente farmacopea anticonceptiva de principios del siglo XX.
También da alguna receta de "cocktail" bastante precisa, capaz de tumbar a un lama.
Bueno, y me retiro que ya es tarde. Vtro. Affmo.
DEBES pasarme la dirección del bar, o en su defecto, el tf de tu camello
ResponderEliminarTampoco nos hubiésemos enterado de la caída del barrio del Carmelo si no lo cuentan los coperos y mundialistas. Eso es lo mejor en este país re reinonas, que si no lo cuentas, no pasa.
ResponderEliminarToda la razón del mundo, como siempre, y mientras los problemas de verdad siguen ahí como usted muy bien expone aquí, nadie soluciona las colas del médico, ni las calles llenas de suciedad, ni el tráfico descontrolado, la contaminación, etc, etc.
ResponderEliminarPor cierto, la inmensa mayoría de catalanes nos sentimos españoles en los eventos tipo olimpíadas.
Ya veo que la barra del bar da mucho de sí, en realidad no tenía la menor duda en torno a ello.
Saludos!!!
Buff, sere breve:
ResponderEliminarEs usted un fascista.
Ah, no se si sera habitual en el vocero, pero remiti a fiscalia general del estado (cuando mi pc aun funcionaba) un articulo que decia eso de "cuando los bachilleres aun sabian escribir" que acusaba de connivencia con un golpe de estado un tanto difuso a SM el Bourbon.
Y digo: si es delito quemar su retrato, no lo sera tambien el acusarle de un delito doloso?
(esto es un teclado frances)
Si entendi lo que ha querido escribir, el comentario tendría que ser algo tal que asi:
ResponderEliminarSi Franco es maloso, el rey se quema, su hijo solo sirve para tener niñas y las casas suben por que no entretenerse viendo futbol?
pensar mata.
El problema no es que se vea el futbol, es que sólo se piensa en eso (y en lo que nos diga Rajoy o ZP, claro).
ResponderEliminarUf!!! cuando se pone a pensar me da miedo, aunque entonces, debo decir, que siempre me da miedo porque le conozco a usted, sólo, por sus pensamientos alojados en su fluida prosa. Dicho lo cual, intentaré ordenar lo que me ha sugerido.
ResponderEliminarVivo yo en la noble tierra de Catalonia, ya saben ese lugar siniestro, separatista y terrible donde también, segun la COPE, habita el diablo.
Debo decir, que apesar de lo que sacan en los diarios somos gente tranquila y respetuosa, que cuatro niñatos quemen fotos, a mi personalmente, no me quita el sueño( a no ser que le haga la estrategia de comunicación al PP, que no es el caso) . El pueblo catalán tiene una mezcla de "seny i de rauxa" (traduzco libremente: sentido, algo más que común, y locura) y llevamos concierta dignidad todos los San Benitos que nos cuelgan aquellos que no nos conocen.
La infanta Cristina, vive encantada entre nosotros y toda la familia Real trata sus dolencias en nuestras clínicas (privadas eso sí). Parece pues que no se encuentran mal aquí, que si algo tenemos es un respeto cultural por la privacidad de la gente.
Po otro lado, una servidora no cree en el sistema monárquico, nacer es un accidente del que no somos responsables. Adular a alguien por su cuna, obedecerle ciegamente por la misma razón, sería equivalente a odiar a los hijos de los delincuentes por las culpas de sus padres, y yo no doy para tanto. Dicho lo cual déjadme gritar Viva la madre que nos parió, que a buen seguro estaba tumbada sobre esta piel de toro, os dejo unverso de Espriu de su poema "La piel de toro/la pell de brau":"A veces es necesario y forzoso que un hombre muera por un pueblo, pero nunca un pueblo entero debe morir por un hombre: acuérdate de esto siempre, Sefarad."
Le tributo mi más rendida admiración, maestro. Yo quiero una mahou de esas que se toma usted (o dos).
ResponderEliminarPunto uno:ándese con cuidado, Mon Capitain, que le van a racionar las servilletas.
ResponderEliminarPunto dos: pues va a ser que esto es de lo más sensato y deliciosamente irónico que se ha escrito sobre el tema.
Punto tres: me ha servido para corroborar que, como ya sospechaba, compartimos más puntos de vista de los que era imaginable.
En fin, siga cultivando esa ironía, Mon Capitain, que no viene nada mal un poco de sentido del humor en medio de tanto exacerbamiento como parece haber respecto a este asunto.
Ignacio, amigo, tendré que pedirle permiso al giboso, pero, la verdad es que me limité a 5 tercios de mahou.
ResponderEliminarD. Luis, no es lo mismo. Lo del Carmel es dejación de funciones por parte de la Administración pública (socialista en este caso, of course) y lo otro, mera agit prop de los troskos del PP.
aloma69: justo hoy tomaba el vermú en el ávila con una colega catalana (que está haciendo de monja psicópata con motosierra en el Circo Price) que viene por aquí de cuando en vez. El facha más facha del grupo de comensales, se ha mostrado hasta proclive a aprender catalán.
Maese Folken, Si: lo soy.Por cierto, que no sé por qué voacé se da por aludido, si es de los que menos faltas hacen. Suyo affmo. PCB C.
Cassehrn25, sólo puedo decir una cosa y es que ¡VIVA EL REAL VALLADOLID! (cosas de mi pasión secreta)
ResponderEliminarFrozen, o sea, me escribo 11 servilletas y tú, como el amigo cassehrn me vienes con er fumbol? Pues lo mismo.
Tía coockie: Yo me llevo de puta madre con los catalanes, no vaya Vd. a pensar cosas raras. Y, además, reivindico el Rosellón y la Cerdaña, razón por la cual Sarkozy -ese advenedizo centroeuropeo- me odia profundamente.
Doña Alicia, el hecho de que vd. me tribute tantas cosas me produce severas inquietudes. En cualquier caso, he de decir que yo creo que el truco de nuestra Mahou es que este tabernero amateur que tenemos compró una mierda de cámara de segunda mano que nos tiene todo el tiempo explicándole el concepto "cerveza fría" (que, en chino, suena algo así como "ping pi yo"
Raquel, tranquila, que las servilletas me las financio a base de tercios. Aparte deso, gracias, que ya sabes cuán sensible soy al halago y, en cuanto a la compartiencia, pues, vaya, es cuestión de imaginación. ;)
Olé por usted, señor Pcbcarp.
ResponderEliminarPero recuerde que, al margen de COPEs, Públicos, LosPaíses y LosMundos, la auténtica realidad es que compartimos más de lo que nos separa.
Pero, como señalo en mi último desvarío bitacorero, ser nacionalista está de moda, nos pongamos como nos pongamos.
PD: al final no me enteré de cómo terminaba la conspiración de las zarigüeyas.
Ya es un avanzar pues.
ResponderEliminarPor cierto, bien por SEPULTURA!!!
Saludos!!!
Fer, se te escapó el punto clave: la supuesta conspiración de las zarigüeyas era una cortina de humo perpetrada por Chaves con ayuda de Rajoy para desviar la atención del público del verdadero "gran juego", que era la recuperación por la República Bolivariana de la propiedad industrial de las Rayban.
ResponderEliminarAloma69, lo de Sepultura fue muy gracioso, porque esa noche había un concierto en La Riviera, que pilla muy cerca que se había visto suspendido por un accidente de tráfico y los jevis andaban la mar de frustrados, así que fueron recalando en la B.F.I., donde el camarero empezó a poner a base de You tube a unos grupos jevis chilenos y mexicanos que conoce. En un momento dado, yo le pedí que pusiera a Sepultura y dos jevis colombianos que estaban a mi lado me preguntaron atónitos: "¿A usted le gusta Sepultura?" "Pues si, la verdad". Al parecer no entendían que a alguien con americana y corbata pudiera gustarle Sepultura. Qué le vamos a hacer.
El problema de los heavys es justamente ese, se mueven en unos parámetros demasiado limitados, siempre hay honrosas excepciones, claro!
ResponderEliminarBien por los fans de SEPULTURA con traje y corbata!!!