19/4/08

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(Aquí va la foto de una seta, pero blogger está gilipollas y no me deja subirla. Disculpen las molestias) (bueno, y no sólo no me deja subir la foto de la seta, sino que tampoco me deja separar los putos párrafos, qué le vamos a hacer)
Este título es altamente idóneo para canalizar visitas, ya que por alguna razón que desconozco, es una de las búsquedas en google que más exitosamente conducen al incauto a esta -casta- barra virtual. Por eso lo pongo.
He de decir que me avergüenzo de mi postio anterior. Eso ya lo saben los Clientes Habituales Sin Fronteras. Es tan conforme a los estándares que me repugna a mí mismo, a San Guillermo de Ockham y al mismísimo San Konrad Lorenz, por no hablar de San Gerald Durrell.
La estupidez de creer que somos más importantes que un alga, o que una seta es la demostración palmaria de que somos estúpidos, aunque suene medio tautológico.
Me refiero, obviamente, a los humanos. La culpa no es de las religiones, ni de las doctrinas filosóficas, ni de las teorías políticas o económicas. No. No lo es, porque todas esas cosas (o entes de razón) son un mero producto de nuestra estupidez como especie.
La culpa de todo es de los médicos.
Si los humanos de los países ricos viviéramos menos (si tuviéramos la esperanza de vida de una somalí, pongo por caso) para empezar, habría mucho menos cáncer. No daría tiempo.
Estamos programados para vivir mucho menos que un loro o que una tortuga, pero nos empeñamos en durar y en vivir años sin fumar, sin beber cerveza, sin follar o sin echarle sal a la comida, que es lo peor. Todo con tal de mantener a nuestros presuntos herederos pendientes de nosotros.
Vale. En la Europa decadente de nuestros días, vamos liquidando nuestras raíces zoológicas: Los padres ya no adiestran a sus hijos para sobrevivir (es que ellos no saben, ni adiestrar, ni sobrevivir) y, como ejercicio de justa retorsión, los hijos ya ni se plantean tomarse la molestia de ocuparse de sus padres cuando se hacen viejos y se empeñan en no morirse todavía, los cabrones. Pero no es suficiente: en los territorios ricos no tenemos hijos, pero los pobres se siguen empeñando en ello. Hay que joderse.
Hemos perdido nuestro derecho a estar aquí.
Seguimos funcionando con los patrones de comportamiento propios de -digamos- un hongo mucilaginoso (valga la redundancia lovecraftiana) Y, así, los multimillonarios cuyas supuestas crisis (aún no he visto a ninguno por el albergue de la Casa Campo) financiamos nosotros con la poca pasta que sacamos currando como gilipollas (y con nuestro estrés, los que vivimos en países con Seguridad Social, si tienes una nómina que te permite cogerte una baja por depresión) Los multimillonarios esos, digo, siguen empeñados en amasar más pasta. Eso es pura zoología: tienen la memoria genética del hambre.
Sólo hay una cosa más primitiva que un rico: un normal, que soporta que le hablen de moderación salarial mientras se reparten los beneficios. Depredador-presa.

9 comentarios:

  1. ¿Que se avergüenza? ¡! Será que después de una tarde entera peleando con 16 niños mis neuronas se han bloqueado como mecanismo de defensa, Mon Capitain, porque no lo entiendo.
    Se le saluda.

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  2. Bravo, bravo!! Excelente post... lo he disfrutado completito. Digno del NY Times, sin exageracion.

    Pero has recurrido a un truco cruel, he? Habran muchos que van a caer por aca por el titulo, que gracioso y que desilucion para ellos! :oD

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  3. Lo que yo digo: de pedo directos a la extinción. ¿Qué felices se van a quedar los hongos y las algas el día en que ya no estemos¡ Y entonces, como decían Faemino y Cansado, los berberechos dominarán el mundo.

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  4. Yo sigo haciendo una campaña por que Francia inicie una guerra nuclear contra China, pero nadie me hace caso.

    Si consigo algún progreso, se enterará.

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  5. La conducta es la clave; la modificación de la conducta para una correección política es la clave del repugnante sistema socialdemócrata; pero no hay nada evolutivo en el hombre; es todo cultural.



    Habçia puesto ayer este comentario,pero por alguna razón no ha salido.

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  6. Como ya sabes la estupidez lo impregna todo. Ahora, eso si,un alga no, por ahí no paso. Un cerdo todavía.

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  7. Raquel, me avergüenzo de ello tanto como de haber votado. Bueno, un poco menos, pero uno tiene sus debilidades...

    Lilian. Bueno, pues gracias, aunque no sé yo si lo del NYT es un elogio. ;) No es un truco cruel, porque ya entran buscando eso infructuosamente desde hace mucho.


    Euphorbia, bienvenida a éste tu bar. La mera cita de los dos grandes maestros, te hace candidata al link.

    Folken, no tienes más que perseverar un poco. (Propongo que te seduzcas a la primera dama para cabrear al señor ese bajito y que tenga un pronto) (Y, de paso, lo cuelgas en yutub)

    Ignacio, discrepo en 2 puntos: a) no hace falta poner un adjetivo detrás de "sistema" y b) Lo de que no hay nada evolutivo y todo es cultural. La cultura es un producto de la evolución. ¡Toma argumento!

    Capazorros, amigo mío, tú podrías pasar por cerdo, que ya se sabe: hasta los andares. Pero conocemos a mucha gente que ni a alga llegarían...

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  8. No.
    La cultura es una vergencia extraña a la evolución: el intentar asumirlos obliga a un juego perifrástico terrible: ¿la cultura es inherente al hombre? no: está en su estructura, emerge de él, pero no tiene un soporte físico en el sistema nervioso central

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  9. Me quedo con lo de los berberechos.

    Total, ya me perdí mi serie favorita...

    (Me he hecho mirar el Sistema Nervioso Central pero no me emerge nada, qué desilusión).

    El horror de Lovecraft... mucilaginoso. Muy bueno. Menos mal que no puso fúngico, que suena a ducha de gimnasio cutre.

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