Ayer hice una razzia por el Rastro y levanté una pieza de las que a mí me gustan, a buen precio y en estado más que aceptable:
"Cuestiones Filipinas" 1ª Parte: Los Chinos (Estudio social y político) por Rafael Comenge, Doctor en Derecho, Ex-Diputado á Cortes, Fiscal de lo Contencioso-Administrativo y Asesor Letrado del Consejo de Administración de Filipinas.- Manila - Tipo-Litografía de Chofré y Compª. Escolta num. 33.- 1894."
No puedo resistirme a transcribir un pasaje. Estamos en 1.661. El Pirata Kue-sing, "el más fuerte y valeroso de los insurrectos", Después de vencer a las fuerzas del Celeste Imperio y a los holandeses, fija sus ojos rapaces en las Filipinas. A través del Padre dominico Victorio Ricci, natural italiano, envía embajada al Gobernador de Filipinas. Hay que decir que el pirata controlaba parte de la costa sureste de China y tenía a sus órdenes como 40.000 hombres (en China, siempre todo es a lo grande); mientras que el Gobernador español a duras penas logró reunir 250 soldados españoles, 300 mercenarios japoneses y algunos centenares de "indios de paz", flecheros y piqueros. He aquí la misiva del pirata y la contestación que recibió
"Razón conocida es, así antigua como moderna, que a los esclarecidos príncipes, escogidos por el cielo, cualquiera descendencia de nación extraña, reconozca con tributos y parias. Los necios holandeses, no conociendo ni entendiendo los mandatos del cielo, obraron sin miedo ni vergüenza, agraviando y tiranizando mis vasallos, y aun robando y salteando mis champanes de mercancías. Por lo cual, tiempo hacia que yo deseaba formar armada, para castigar sus culpas; pero, dándome el cielo y la tierra un raro sufrimiento, y anchura de corazón, contínuamente enviaba amonestaciones y exhortaciones, como de amigo, esperando que se arrepintiesen de sus culpas y se enmendasen de sus pecados. Pero ellos más duros, más desatentados y perversos, no se dieron por entendidos. Yo, enojándome grandemente en el año sintiv, en la cuarta luna, levantándose la fuerza de mi enfado, formé armada para castigar sus delitos; y en llegando los prendí, maté y destruí sin número, sin tener los holandeses por donde huirse, que desnudos, humildemente pedían quedar bajo nuestro comando.
(...)
Envío, pues, por delante al padre embajador, y mandato de consejo y aviso amigable, para que vuestro pequeño Reino, si reconoce la voluntad del cielo y los propios yerros, venga cabizbajo al régio homenaje, cada año ofreciendo parias. Y en tal caso mando que vuelva el padre á darme respuesta de la embajada, y yo daré perfecto y sólido crédito, y seré justo, perdonaré vuestras antiguas culpas, concediéndoos vuestro real lugar y dignidad; juntamente mandaré á los mercaderes que vayan allí á sus contratos. Y cuando vosotros, engañados, no caigais en la cuenta, llegará luego armada que vuestras fuerzas, estanques, ciudades y almacenes; lo precioso y las piedras mismas, juntamente abrasaré y destruiré; aunque pidan pagar tributo y reconocimiento, no lo podrían entonces alcanzar. Ejemplo ocular sean los sucesos del holandés, y el padre en tal caso no es menester que vuelva por delante (...) Vuestro pequeño Reino muy aprisa lo piense, no dilate para después el arrepentimiento. Solamente aviso amigablemente, amonesto y enseño. En 16 años del Rey Englec á 7 de la tercera luna [21 de abril de 1662] en isla Hermosa. Kue-sing."
Respuesta del Gobernador de Manila:
"D. Sabiniano Manrique de Lara, caballero de la orden de Calatrava, del Consejo de S.M. Católica el Rey nuestro Señor D. Felipe IV, gran monarca de las Españas, de las Indias orientales y occidentales, islas y tierra firme del mar océano, su Gobernador y Capitán General en las Filipinas y Presidente de la Audiencia y Chancillería real... á Kue-sing que rige y gobierna las costas marítimas del Reino de China.
No hay nación que ignore, que los españoles solo obedecen a su Rey, reconociendo y adorando á Dios todopoderoso, criador de cielo y tierra, causa de todas las causas, sin principio medio ni fin y que en su ley santa viven y en su defensa mueren (...)
Y como quiera que se ha extrañado, quitando toda causa de desagradecimiento, mandé salieran de estas islas, los sangleyes [chinos] que en ellas había, gozando de sus comodidades y granjerías libremente, con sus haciendas y bajeles; por que tengáis más copia de ellos, para venir; sin hacer caso del alboroto que promovieron algunos, recelosos de que se les quitasen las vidas, por lo inadvertido de vuestra carta (que culparon de atrevida, falta de razón y seso), usando de toda piedad, por no empeñar en poco los aceros, ni disminuir el valor que Dios nos ha dado, tal, que doblando y redoblando vuestra potencia más de lo que encareceis, nos parece corta á emplear los bríos con la obligación. Y así, se os responde: que en vuestra voluntad no está el hacer grandes ó menores Reinos, por ser corta y limitada vuestra vida y comprensión; que nacisteis ayer y habeis de morir mañana, sin que en el orbe haya ni quede memoria de vuestro nombre; que no sabeis más mundo que el de la China, y por acá corren diferentes aires, son las influencias distintas, y de cerca los colores otros de los que se perciben de lejos por los ojos ó por los oidos; que quedan cerrados todos los puertos y tierras, para no admitir ningún bajel ni persona vuestra, si no fuese arrepentido, por los medios de la paz y con el resguardo competente al fin de la conservación y timbre honorífico de las armas españolas y gloria de Dios nuestro Señor; y que si perseverais sereis recibido como enemigo, correrán por vuestra cuenta las muertes que habeis armado, con los peligros y precipicios que os amenazan, firmes y constantes á la defensa natural y derecho de las gentes. Y si no os quisiéredes cansar avisando, los españoles os irán á buscar, aunque tendreis bien que entender con los tártaros y con la nación holandesa. (...)
Manila á diez días de Julio, de 1662 años.
"Cuestiones Filipinas" 1ª Parte: Los Chinos (Estudio social y político) por Rafael Comenge, Doctor en Derecho, Ex-Diputado á Cortes, Fiscal de lo Contencioso-Administrativo y Asesor Letrado del Consejo de Administración de Filipinas.- Manila - Tipo-Litografía de Chofré y Compª. Escolta num. 33.- 1894."
No puedo resistirme a transcribir un pasaje. Estamos en 1.661. El Pirata Kue-sing, "el más fuerte y valeroso de los insurrectos", Después de vencer a las fuerzas del Celeste Imperio y a los holandeses, fija sus ojos rapaces en las Filipinas. A través del Padre dominico Victorio Ricci, natural italiano, envía embajada al Gobernador de Filipinas. Hay que decir que el pirata controlaba parte de la costa sureste de China y tenía a sus órdenes como 40.000 hombres (en China, siempre todo es a lo grande); mientras que el Gobernador español a duras penas logró reunir 250 soldados españoles, 300 mercenarios japoneses y algunos centenares de "indios de paz", flecheros y piqueros. He aquí la misiva del pirata y la contestación que recibió
"Razón conocida es, así antigua como moderna, que a los esclarecidos príncipes, escogidos por el cielo, cualquiera descendencia de nación extraña, reconozca con tributos y parias. Los necios holandeses, no conociendo ni entendiendo los mandatos del cielo, obraron sin miedo ni vergüenza, agraviando y tiranizando mis vasallos, y aun robando y salteando mis champanes de mercancías. Por lo cual, tiempo hacia que yo deseaba formar armada, para castigar sus culpas; pero, dándome el cielo y la tierra un raro sufrimiento, y anchura de corazón, contínuamente enviaba amonestaciones y exhortaciones, como de amigo, esperando que se arrepintiesen de sus culpas y se enmendasen de sus pecados. Pero ellos más duros, más desatentados y perversos, no se dieron por entendidos. Yo, enojándome grandemente en el año sintiv, en la cuarta luna, levantándose la fuerza de mi enfado, formé armada para castigar sus delitos; y en llegando los prendí, maté y destruí sin número, sin tener los holandeses por donde huirse, que desnudos, humildemente pedían quedar bajo nuestro comando.
(...)
Envío, pues, por delante al padre embajador, y mandato de consejo y aviso amigable, para que vuestro pequeño Reino, si reconoce la voluntad del cielo y los propios yerros, venga cabizbajo al régio homenaje, cada año ofreciendo parias. Y en tal caso mando que vuelva el padre á darme respuesta de la embajada, y yo daré perfecto y sólido crédito, y seré justo, perdonaré vuestras antiguas culpas, concediéndoos vuestro real lugar y dignidad; juntamente mandaré á los mercaderes que vayan allí á sus contratos. Y cuando vosotros, engañados, no caigais en la cuenta, llegará luego armada que vuestras fuerzas, estanques, ciudades y almacenes; lo precioso y las piedras mismas, juntamente abrasaré y destruiré; aunque pidan pagar tributo y reconocimiento, no lo podrían entonces alcanzar. Ejemplo ocular sean los sucesos del holandés, y el padre en tal caso no es menester que vuelva por delante (...) Vuestro pequeño Reino muy aprisa lo piense, no dilate para después el arrepentimiento. Solamente aviso amigablemente, amonesto y enseño. En 16 años del Rey Englec á 7 de la tercera luna [21 de abril de 1662] en isla Hermosa. Kue-sing."
Respuesta del Gobernador de Manila:
"D. Sabiniano Manrique de Lara, caballero de la orden de Calatrava, del Consejo de S.M. Católica el Rey nuestro Señor D. Felipe IV, gran monarca de las Españas, de las Indias orientales y occidentales, islas y tierra firme del mar océano, su Gobernador y Capitán General en las Filipinas y Presidente de la Audiencia y Chancillería real... á Kue-sing que rige y gobierna las costas marítimas del Reino de China.
No hay nación que ignore, que los españoles solo obedecen a su Rey, reconociendo y adorando á Dios todopoderoso, criador de cielo y tierra, causa de todas las causas, sin principio medio ni fin y que en su ley santa viven y en su defensa mueren (...)
Y como quiera que se ha extrañado, quitando toda causa de desagradecimiento, mandé salieran de estas islas, los sangleyes [chinos] que en ellas había, gozando de sus comodidades y granjerías libremente, con sus haciendas y bajeles; por que tengáis más copia de ellos, para venir; sin hacer caso del alboroto que promovieron algunos, recelosos de que se les quitasen las vidas, por lo inadvertido de vuestra carta (que culparon de atrevida, falta de razón y seso), usando de toda piedad, por no empeñar en poco los aceros, ni disminuir el valor que Dios nos ha dado, tal, que doblando y redoblando vuestra potencia más de lo que encareceis, nos parece corta á emplear los bríos con la obligación. Y así, se os responde: que en vuestra voluntad no está el hacer grandes ó menores Reinos, por ser corta y limitada vuestra vida y comprensión; que nacisteis ayer y habeis de morir mañana, sin que en el orbe haya ni quede memoria de vuestro nombre; que no sabeis más mundo que el de la China, y por acá corren diferentes aires, son las influencias distintas, y de cerca los colores otros de los que se perciben de lejos por los ojos ó por los oidos; que quedan cerrados todos los puertos y tierras, para no admitir ningún bajel ni persona vuestra, si no fuese arrepentido, por los medios de la paz y con el resguardo competente al fin de la conservación y timbre honorífico de las armas españolas y gloria de Dios nuestro Señor; y que si perseverais sereis recibido como enemigo, correrán por vuestra cuenta las muertes que habeis armado, con los peligros y precipicios que os amenazan, firmes y constantes á la defensa natural y derecho de las gentes. Y si no os quisiéredes cansar avisando, los españoles os irán á buscar, aunque tendreis bien que entender con los tártaros y con la nación holandesa. (...)
Manila á diez días de Julio, de 1662 años.
Bravata hispánica 100%
ResponderEliminarUna pena la muerte de Kue Sing, acaecida de manera inesperada, y que el cobarde de su hijo inclinase la cerviz sin derramar una gota de su pusilánime sangre pidiendo la paz de una guerra no iniciada.
Habría sido bello ver una segunda guerra de la Oreja de Jenkins, o de la Oreja de Kue Sing.
http://books.google.com/books?id=M7ux6GrzvygC
ResponderEliminarMaese Folken, eres un psicópata de la información. Por otra parte, teniendo en cuenta que los chinos siempre acababan cobrando cuando se pegaban con los Castillas, hizo bien. Eso sí, A Don Sabiniano Manrique de Lara, la chulería le salió redonda. Pero es que con ese nombre no puedes hacer otra cosa.
ResponderEliminarEfectivamente, es una auténtica bravuconada cañí al estilo de "más valen cojones sin barcos que barcos sin cojones".
ResponderEliminarSeríamos pobres como ratas, pero la honra era la honra.
yo en el rastro no suelo comprar libros ...pero me gusta pasear por el tiene su encanto....
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