3/7/09

Trabajitos de la Facultad

Travnik


Esta carta fue enviada en la primavera del año 1.186 por Mehmet Bajá, alto funcionario al servicio del Visir en Travnik, a su amigo Selim bey, de Mostar.

"En el nombre de Dios, el Compasivo, el Misericordioso.

Que Él te mantenga la salud a tí y a los tuyos, querido amigo. Te envío esta misiva por conducto de mi fiel Rasim, que seguirá camino hasta Dubrovnik con un encargo mío. Volverá a pasar por allí de regreso a Travnik, así que, si lo deseas, puedes entregarle tu respuesta a su vuelta. Como sabes, es hombre fiel, sordo, ciego y mudo.

Los tiempos están cambiando, querido amigo, y cosas que nos hubieran parecido extrañas en otro tiempo, son hoy hechos a los que nos hemos llegado a acostumbrar. Sigo intentando ganarme la confianza del Cónsul francés, que lleva tiempo aquí; pero desconfía, desconfía... El hombre está tan desorientado, todas nuestras costumbres le parecen tan bárbaras, que parece haber adoptado como norma el pensar que todos esperamos cualquier oportunidad para ponerle en un aprieto. En parte, no deja de tener razón, pero, si supiera lo que hablan de él en el bazar, seguramente perdería su aire imperturbable.

Yunnuz Bajá ha regresado hace unos días de Split y está muy impresionado por el Ejército francés. Tuvo una entrevista con el mariscal Marmont y éste le obsequió con una demostración de sus tropas. ¡Ay, Selim!, esos soldados que están conquistando el mundo son un ejército de verdad: están encuadrados en unidades regulares, obedecen a sus jefes, y sus jefes obedecen en todo a Napoleón. Lo que nos hicieron en Egipto, podrían hacerlo aquí, si Napoleón y el Sultán, a quien Dios nos conserve, no se hubieran puesto de acuerdo contra los ingleses. Pero, si no le fuéramos útiles por eso, sería para ellos un paseo apoderarse de toda Bosnia: los cristianos los recibirían con los brazos abiertos. Los serbios, fíjate los problemas que nos dan; imagina si tuvieran la ayuda de los franceses. Ahora, creo yo, Austria es nuestra aliada sin quererlo. Si no anduvieran en guerras unos con otros, ser´riamos el pastel que se acabarían repartiendo sin demasiado esfuerzo. En este sentido, la alianza de Napoleón con el Zar de los rusos me preocupa. Selim: somos la presa que todos codician y sólo eso nos permite seguir manteniendo la apariencia del Imperio.

La Sublime Puerta ya no da miedo a los cristianos. Somos una pieza en el gran juego de las potencias. Tenemos muchas tierras, ricas, pobladas; somos refinados, pero ya no somos fuertes. A duras penas conseguimos mantenernos entre revueltas constantes. La gente con cierto poder (con más que yo, en todo caso) parece vivir en un sueño; creen que degollar de vez en cuando a unos cuantos campesinos serbios es ser poderoso, y eso no cuenta en el concierto de las naciones.

Los más viejos, el propio Visir, desprecian a los extranjerros, dicen que, si Dios quiere, Napoleón pasará, como otros antes que él, y es cierto; pero nosotros también. Los viejos tiempos ya no volverán. Tenemos aquí, en Travnik, un cónsul francés, y otro austríaco: son enemigos, se odian entre sí porque sus países están en guerra, pero en el fondo están unidos contra nosotros. Entre sí se reconocen, tienen las mismas costumbres, se entienden mientras que nosotros seguimos sioendo algo incomprensible. Ellos aprenden de nosotros, quiero decir, que se enteran de lo que pasa y se lo cuentan a sus Gobiernos... en fin, yo leo sus cartas, claro, pero no puedo retenerlas todas.

También nosotros deberíamos aprender de ellos. Hay que hacer algo, querido amigo. Debiéramos aprovechar de algún modo estas guerras de los cristianos, que nos dan tiempo y, con la ayuda de Dios, aprender. Sus estados funcionan, son prósperos y poderosos, al contrario que nosotros, y nosotros podemos hacer lo mismo, que no somos tontos. Si ya una vez fuimos el terror de todos ellos, no veo por qué no podemos volver a serlo. Aunque yo me conformaría con menos; sencillamente con que nos respetasen.

En Egipto quedó claro que no podemos luchar contra ellos. Yo aprovecharía el interés de Napoleón por ganarse al Sultán, a quien Dios proteja y dé prosperidad, para enviar representantes a su corte. Enviaría a jóvenes seguros a Francia, para que aprendiesen cómo se gobierna un Estado moderno. Fíjate en los ingleses: su imperio se basa en el comercio, sus comerciantes van por delante de sus soldados. En cambio nosotros, y que Dios me perdone, convertimos a los comerciantes en nuestros enemigos, porque les sacamos la sangre y les obligamos a engañarnos. Lo mismo con los campesinos. No podemos vivir sólo de expoliar a los pobres, porque de ese modo ellos se levantan contra nosotros y tenemos que pacificarlos, y para eso necesitamos levantar tropas; para levantar tropas, necesitamos más dinero, que sacamos de nuevos impuestos, que provocan nuevas rebeliones... es la serpiente que se muerde la cola. tenemos que comerciar, como hacen los ingleses, y tener un ejército como tienen los franceses, que no haya que estar comprando a cada rato. Si no fuera por mis mamelucos, los que me traje de Egipto, te digo que no sé si me atrevería a salir a la calle.

Lo peor es que, si no actuamos en este sentido, tarde o temprano, unos y otros acabarán sus guerras y empezarán con nosotros. Quisiera evitarlo, con la ayuda de Dios y en la medida de mis pobres fuerzas; pero veo que despreciamos toda novedad como algo fastidioso, cuando no diabólico; que estamos replegados sobre nosotros mismos, sin interesarnos lo que ocurre fuera; que somos bien cortos de miras, pues sólo nos movemos por el propio interés, y por ganar un poco hoy derrochamos lo que podríamos cosechar mañana o pasado mañana. Estamos desunidos, y nos aliaríamos con el mismo Satán (que Dios me perdone) con tal de hacer daño a nuestro vecino, aunque luego nos arrastrase al infierno. Tenemos mucho trabajo, pero un trabajo cuyos frutos no veremos ni tú ni yo. Estoy hablando demasiado, querido amigo. Queda con Dios. Que Él te colme de bendiciones."

9 comentarios:

  1. Un Otomano queriendo hacer una 'revolución' Meiji en una amigable carta a su balcánico compadre.


    PD: Según la fecha del principio, Napoleón casi vio la batalla de las Navas de Tolosa.

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  2. ¿La fecha de la carta es correcta? Me parece que Folken ya ha incidido sobre ello, pero es que es tan barroco...

    Es un texto muy, MUY, interesante. Tanto que me va a obligar a leerme la entrada del imperio otomano en la wikipedia y quiza entrar un poquito en la primera guerra mundial.

    salu2!

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  3. Bueno, no hay que olvidar que los musulmanes no cuentan los años a partir del nacimiento de cierto judío de profesión carpintero que fue crucificado por los romanos, sino a partir de la Hégira de Mahoma, así que si la carta no es un apócrifo (uno es así de paranoico), entonces será equivalente a los primeros años del siglo XIX, más o menos sobre 1803 o así, habida cuenta los incidentes que se mencionan.

    Eso debe servir para recordarnos que el 2001 (no el 2000) no fue el comienzo de ningún segundo milenio si ignoramos el dudoso incidente del nacimiento del mencionado judío (no es que dude de su historicidad, dudo de la fecha elegida, establecida en el siglo IV si no me falla la memoria un poco arbitrariamente me temo). Los musulmanes andarán por su cuenta, los chinos por la suya, así como los mayas; y todavía estarían en la suya los romanos o los griegos si no hubieran decidido por nosotros que ni la fundación de Roma ni la primera Olimpiada eran fechas que tan importantes como para empezar a contar a partir de ellas.

    En cuanto a la carta en sí... es triste como se parece el pasado al presente, y las pocas esperanzas que da eso para el futuro. En fin...

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  4. A ver... que no me da tiempo, pero me lo leo, lo analizo y el lunes vuelvo con una respuesta acorde al exangüe estado de mis neuronas.
    Palabrita de uno que nunca fue scout (ni ganas que tenía, joder).

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  5. La explicación de Gabriel sobre la fecha es la correcta. Efectivamente, más de 200 años han pasado ¿han pasado? y poco ha cambiado.

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  6. Yo es que uso el calendario klingon.

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  7. Lo que me intriga del tiempo no es la diferencia sino, que si cambiáramos los nombres podríamos decir que es actual y que nos estamos contaminando con los defectos que dice les aquejan. Será que nos hemos vuelto demasiado cómodos y chauvinistas.

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  8. Antes que nada, quede claro que la carta es apócrifa, ¿eh? Ya digo que fue un trabajito de Facultad. El efecto de déjà vu era buscado, pero los datos son más o menos correctos

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  9. Pues la carta será apócrifa, sí, pero todo parecido con la realidad no es pura coincidencia.
    Estoy de acuerdo con la aclaración de Gabriel acerca de la cronología, sobre todo si tenemos en cuenta que Jesús no nació en el año 0 ni en el 1, sino quizás entre el 4 y el 6 Antes de Sí Mismo (si eso no es un milagro, que venga Dios -segunda persona del singular de él mismo- y lo vea).
    De todos modos, un inciso acerca de lo comentado por Folken: creo que Napoleón no podría haber estado en las Navas de Tolosa, más que nada porque a sus cruzados compatriotas les echaron a patadas tras sus correrías por tierras castellano-manchegas. Angelitos.

    PD: por cierto, Pcbcarp, me has dado idea para recobrar algún trabajito mío de la facultad.

    PD2: sigo repartiendo regalos. Avisado quedas.

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