Ante la inactividad del Banco Central Europeo, hay alternativas creíbles para salir de la crisis.
Vale, de acuerdo, llevo más de un mes sin escribir nada. Bueno, sin escribir, no: sin publicar. Pero es que todo lo que me salía de la tecla era parecido a esto:
"Vivimos en un mundo de gilipollas. Gilipollas alienados desde que nacen por unos padres tarados, un sistema educativo estúpido y unos medios de comunicación a sueldo o con delirios de grandeza (y a sueldo). Todo ello con el objetivo de que los neonatos (“criaturas”, según la nueva denominación oficial), sean incapaces de comprender que sus actos tienen consecuencias y sean esclavos obedientes que dirijan su ira y su frustración única y exclusivamente contra sus iguales: los otros gilipollas que se intoxican con estupideces un poco diferentes (sacar los huesos del generalísimo del valle de los caídos, escribir con x en lugar de con @ –que ya tiene delito- poner cámaras en todas las gasolineras para detectar ministros del PSOE, que UPyD tiene que tener grupo parlamentario, pero Amaiur, no; que ahora que Zapatero se va, pierde el Barça y gana el Madrid, como debe ser; el estilista de Cristiano Ronaldo) Las discusiones en los bares han descendido a su nivel más bajo desde la muerte de Franco. La gente a tu alrededor discute -citando textualmente frases enteras de El País o de El Mundo del día- sobre la crisis económica, el hijo de Paquirrín, el terrorismo, los inmigrantes, la violencia de género, la vuelta de Mecano o el hambre en el mundo repitiendo como papagayos las consignas que su líder mental les ha lanzado ese día. Hasta los taberneros han perdido nivel: ya sólo responden cuando se habla de fútbol y, aún así, con problemas; porque como hoy en día tienen que opinar también de tenis, de coches, de motos, de baloncesto (cuando juega la Selección) y hasta de golf, se me están liando los pobres. La semana pasada me corté el pelo y el peluquero tenía puesto en la tele un partido de fútbol sala. De aquí a nada, me hablará de cómo quiero que me corte el pelo y no tendré más remedio que buscarme otro peluquero.”
O bien:
“Hay que recortar gastos en educación y sanidad, paralizar la inversión en infraestructuras (útiles, en los aeropuertos de Castellón y Ciudad Real, no: ayer me informaron de que se han presupuestado 300.000 € para halcones y halconeros en éste último) porque el Estado debe cumplir sus objetivos de déficit para que baje la prima de riesgo. Si la gente que votó el domingo supiera leer y escribir, sabrían que el Estado prácticamente cumple los objetivos de déficit (a costa de todo lo anterior) y que la deuda pública española es de las menores de Europa. Que el problema, el riesgo país, no viene de la Administración (lo que resulta milagroso: si robaran menos, no habría déficit), sino del pufo bancario. Los bancos están pillados con su cartera inmobiliaria, los créditos incobrables a promotores y las hipotecas en riesgo de impago. No hacen nada (o mucho menos de lo que debieran) para adecuar sus cuentas al valor real de lo que tienen porque quedarían fatal y, además, no les hace falta porque papá Estado garantiza que no les va a pasar nada. 3.000 millones de euros para un banco valenciano de mierda que podría haber quebrado perfectamente: quiebra, sus directivos van a la cárcel, el Fondo de Garantía de Depósitos se hace cargo de lo que tenga que hacerse cargo y aquí paz y después gloria. Pero no: lo que por un lado se ahorra echando interinos a la calle o negando asistencia sanitaria a los parados, se gasta en tapar los agujeros de un banco de tercera fila. Eso sí: el mismo tipo que le regala a ese ¿banco? 3.000 millones de euros, no pierde ocasión de hacer declaraciones exigiendo que los trabajadores cobren menos, que con esos sueldazos de mil euros no saldremos de la crisis jamás.”
O más de lo mismo:
“La mejor prueba de que somos gilipollas es la crisis. Porque, en los tiempos que vivimos, sólo a un gilipollas se le puede ocurrir creerse que tiene un trabajo para toda la vida y endeudarse de por vida para comprar por 300.000 euros (más intereses) un piso que unos pocos años antes valía 85.000 (y lo pagabas en diez años) y, encima, jactarse de ello y tratar de irresponsables a las personas sensatas (o conscientes de su pobreza) que no hacen lo mismo. Y, tan gilipollas como él (bueno, algo menos) son los promotores y banqueros que montaron esta estafa piramidal, subiendo porque sí el precio de las viviendas (o sea: su margen de beneficios –los ladrillos no subieron) hasta que llegó el momento en que no quedaba nadie que pudiera comprarlas. La prueba de que no sólo son estafadores sino también gilipollas, la tenemos en el hecho de que, cuando cualquiera con dos dedos de frente veía que el chiringuito ya no daba más de sí, promotoras enormes seguían endeudándose para comprar un suelo en el que ya no iban a poder construir (ni vender) y los bancos seguían dándoles préstamos que ya no iban a poder devolver. Joder, si justo antes de que la burbuja reventara, Emilio Botín, que de esto sabe algo, liquidó todas las propiedades inmobiliarias del Banco Santander haciendo caja en el momento en que los precios alcanzaron su punto culminante, por algo sería.”
En resumen, pensamiento del mes:
“Al que es tonto de nación
la tinta se le indigesta,
quien tiene dura la testa
tonto vive y tonto morirá
que, lo que Natura no da,
Salamanca no lo presta.”
P.S.- En realidad, todo esto son excusas. Lo que pasa es que me he enganchado al Urban Terror y me lo paso pipa matando machanguitos. Voy progresando: el otro día maté a 44 en una partida. No es mucho, pero mejoraré.
Olé, once again.
ResponderEliminarme sumo al ole anterior. Estoy por imprimirlo y hacer fotocopias a modo de panfletos y repartirlos en el autobus (antes de que los quiten)
ResponderEliminarHuy ¿sólo 1 mes sin escribir? Si yo le contara lo mío...
ResponderEliminarHabrá que coger fuerzas para 2012, aunque total pa qué si ese año se va a acabar el mundo. ¿Quién nos va a leer entonces? Ningún gilipollas vivo escribiendo ni leyendo ni nada. Mejor.
Lo único por lo que lo siento es porque ya no quedará nadie a quien matar en el Urban Terror y eso sí que me jode.
Por cierto, enhorabuena por esos 44 muertos. Menos mal que existen estos videojuegos para que ciertas personas podamos desahogarnos aunque sea virtualmente, ufff. Si no, ¡a ver qué haces!
Pues añoro tus escritos.....matando ¿quéééé....?
ResponderEliminarBesos!!
Muy bueno. Comprendo que se te quiten las ganas de escribir al ver cómo la gilipollez domina el mundo. A mí se me quitan las ganas de leer. Hago todo lo posible por no estar informado, pero no hay manera. Por mucho que quiera uno mirar hacia otro lado hay gilipolleces tan grandes que es imposible no verlas.
ResponderEliminarHay dos maneras de que un país gaste más de lo que produce: que el Estado se endeude porque los ciudadanos están bien pagados, o que los ciudadanos se endeuden porque cobran poco. En Europa han pasado las dos cosas, la primera en general y la segunda en España. La diferencia solo reside en quién le dan más por allí. -En España los bancos están endeudados, pero los banqueros y los políticos no-
ResponderEliminarLo de Alemania tiene miga y es historia de otro costal, dejó que los demás se endeudaran para que poder venderles BMWs y Mercedes; ahora quieren cobrar y no hay dios que pague, y al deudor no se le ocurre otra que decir que bien le vendió. Eso es como el ladrón, que como escusa dice que su víctima olvidó poner la alarma; con el agravante que ahora la ha puesto y el ladrón se queja por ello. Sin embargo, aún hay algo peor: los economistas que dan la razón al ladrón, para seguir chupando sin necesidad de dar caña al su cerebro.
Ante el postio y los comentarios he de apostillar:
ResponderEliminar1) Magnífico. Ya sé que es para cabrearse MUCHÍSIMO, pero lo hace usted tan divinamente que me he reído una jarta. Porque no estoy para más lágrimas, que leshes y, como dice Mara Jade, total, en 2012 se acaba el mundo.
2) ¡Santiago y cierra Españaaaaaaaaaaaaa!
He dicho
(Bueno, también iba a decir algo sobre lo de los grupos parlamentarios para unos sí y para otros no, pero tengo el kalasnikov en la revisión)
Estoy con el resto de comentaristas: el artículo es cojonudo y es mejor reír que llorar.
ResponderEliminarY añado algunas cosas más. Que sienten juntos a los de UPyD y Amaiur en el Congreso, sólo por las risas. Que los peluqueros no deberían hablar, al menos no conmigo (si quisiera conversación quedaría con los amigos para tomar un café o una caña). Que Salamanca y su universidad no están para prestar nada, pero que mucho idiota sigue picando en ello. Que lo de hipotecarse porque sí en vez de alquilar es tan español como el fraude fiscal y que así nos va, por lumbreras.
Ay los peluqueros... el otro día en la peluquería cuando me lavaron el pelo me preguntaron ¿qué tratamiento usas? Y yo con cara de póker pensando en que no me estoy tratando yo esas cosas. La peluquera me lo volvió a preguntar y me sentí como si no me hubiera preparado un examen y me hubieran pillado. Tuvieron que traducirme la pregunta y por lo visto era: ¿qué mascarilla y qué marca de champú usas? Dije que no sabía qué era mascarilla y que la marca de champú que tenía ahora mismo era la del Mercadona. Bueno, bueno... ¡qué caras pusieron!
ResponderEliminarNo sé a qué viene esto, pero ¿qué tratamiento usáis vosotros? Es para apuntarme alguna respuesta. Estoy preocupada, no me veo preparada para relacionarme por ahí. Me hacen preguntas mu raras
Porto, gracias por la publicidad.
ResponderEliminarEsadelblog: Hay que propagar el contrapensamento. Como tú en tu último postio.
MJ: Efectivamente, hay que desahogarse sin contravenir las leyes de los saqueadores, que luego, encima, te meten en la cárcel a tí. Pero, bueno, igual al final el fin del mundo no es más que un apocalipsisi zombi y podemos dedicarnos a liquidar no muertos impunemente.
Laura Uve: ¿Machanguitos? Muñequitos en canario.
Nonsei: A lo mejor la acumulación de gilipollez alcanza una masa crítica y va y explota.
Pau: Esos economistas, por lo visto, siguen considerando al productor y al consumidor como si fueran personas distintas. Alo mejor por eso no les cuadran las cuentas cuando sus ecuaciones se trasladan al mundo real.
Alicia Liddell: Pues yo que Vd. metería prisa al maestro armero, que no se puede andar por ahí sin el AK más de un par de días. Mi consejo es que se compre otro de repuesto, ahora que están tirados de precio. (Un AK-103 puede valer)
Fer: En mis tiempos, los peluqueros sólo tenían tres temas de conversación: fútbol, toros y boxeo. Cuando empezaron a hablarte de cómo se corta el pelo, mi mundo comenzó a desmoronarse.
MJ: Yo, últimamente, champú del Eroski, que es lo que me pilla más cerca de casa. Bueno, eso si compro champú. Cuando se me jode la caldera en invierno, también es conveniente una lendrera, porque a ver quién se lava la cabeza con ese frío.
ResponderEliminarA veces leo blogs desde el móvil y se me olvida comentar.
ResponderEliminarEl cabreo es normal, no queda otra.
Ah, y lo del maestro STAFA me ha matado del tó.