14/2/13

La Democracia y la Guerra de las Galaxias.

romeyr1

 Un grupo de ciudadanos, ejerciendo.

 

La democracia consiste en que los ciudadanos se gobiernan por sí mismos. Se parte de la base de que una minoría no tiene derecho a imponer su criterio a la mayoría y de que todos los ciudadanos son iguales ante la Ley.

La Ley no debe ser impuesta a la mayoría por una minoría, sino una norma de comportamiento que la mayoría de los ciudadanos decide voluntariamente acatar porque sirve al bien común. La Ley debe permitir que las relaciones entre los ciudadanos sean previsibles: si yo hago esto, pasará aquello; da igual cuánto dinero tenga o de quién sea amigo. Y no hay que hacer más leyes que las necesarias.

Los ciudadanos tienen necesidades comunes y, para satisfacerlas, necesitan poner parte de sus recursos en común. Encargan a algunos de entre ellos que se ocupen, temporalmente, de administrar esos recursos, por ejemplo, construyendo vías de comunicación, escuelas u hospitales útiles para todos o vigilando que los que asesinan a otro sean castigados. Como existen distintas comunidades humanas, también hace falta encargar a algunos ciudadanos las relaciones de la nuestra con las demás, o defendernos de un ataque, si se produce.

El sistema que, por lo general, se considera más razonable para conseguir esto es que los ciudadanos elijan a algunos de entre ellos para que, en representación de los demás, redacten las leyes que la mayoría considera adecuadas; para que, en representación de los demás, cuiden de su aplicación; y para que, en representación de los demás, administren los recursos comunes y defiendan los intereses de sus conciudadanos ante otras comunidades. Evidentemente, si los elegidos desempeñan mal sus funciones o se muestran indignos de ellas, sus conciudadanos los destituyen, los juzgan si es necesario y, llegado el caso, los ejecutan.

La peculiaridad de una democracia es que cualquier ciudadano puede, en un momento de su vida, encargarse temporalmente de cualquiera de esas funciones y luego volver a su vida cotidiana tras haber cumplido con su deber cívico. En eso, convienen los más sesudos varones desde la Antigüedad, consiste la democracia.

Entonces, si la democracia es algo tan razonable, ¿por qué no existe?

Por la sencilla razón de que, para que exista la democracia, tienen que existir ciudadanos. Un ciudadano se diferencia de un súbdito en que quiere gobernarse a sí mismo y está capacitado para ello. Un ciudadano no teme a los poderosos, no los respeta y –desde luego- bajo ningún concepto los venera: no los considera mejores y está dispuesto a hacer lo que esté en su mano para evitar que unos pocos impongan su voluntad sobre la mayoría. Un ciudadano sabe que todo aquello que se compra o se hace con el dinero de sus impuestos es suyo; que todos aquellos que cobran un sueldo pagado con sus impuestos, trabajan para él y sabe que tiene, no el derecho, sino el deber de exigir por todos los medios a su alcance que su dinero se gaste única y exclusivamente en cosas útiles a la comunidad, y que quienes cobran de su dinero trabajen única y exclusivamente por el bien de la comunidad. Un ciudadano tiene que estar dispuesto a cumplir con su deber, a exigir que los demás lo cumplan y, en su caso, si se siente capaz, cumplir el encargo de sus iguales y ocuparse durante un tiempo de la cosa pública. En caso extremo, deberá defender a su comunidad con las armas.

Por lo menos, eso es lo que yo pienso.

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P.D. Reconozco que no existe en este postio ninguna concesión al lenguaje políticamente correcto. Ni siquiera menciono la existencia de las mujeres. Lo siento, pero es que he intentado hacer una versión políticamente edulcorada y me ha parecido, primero, tan floja que pierde todo su significado y, luego, que como para cierta gente ni siquiera vale un sistema representativo, ya no sabía como desnaturalizar mi texto para hacerlo aceptable para todo el mundo. Además, lo último que quería era que fuera aceptable para todo el mundo, ya que entre ese todo el mundo se encuentra toda la gente indecente.  Así que lo he dejado como estaba. Incluso con ejecuciones y con los impares Lucio Voreno y Tito Pulo en cabeza.



8 comentarios:

  1. Ser ciudadano significa hacer uso de los derechos y libertades que son lo que constituye la esencia de la ciudadanía. Pero resulta que los que han asumido esas funciones de gestores nos han convencido de que con votar ya hemos cumplido, miran mal al crítico, al que se manifiesta, al que usa la libertad de expresión o de reunión... ya sabes, acabamos siendo despectivamente perroflautas.

    Ns han convencido de las bondades de delegar toda nuestra capacidad de intervención política en ellos convirtiéndonos en meras comparsas de sus decisiones.

    Ahora se da mucho la queja en el bar, en el gimnasio o en el café... pero eii falta el paso de recuperar nuestra capacidad de decidir y el uso de los derechos y libertades de manera permanente para que los gestores, que lo han hecho y lo están haciendo rematadamente mal, se vayan.

    Hmmm... lo veo complicado, complicado...

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    1. Y tan complicado, Laura. Pero podemos actuar como si siguiéramos una terapia para superar la depresión: ponerse objetivos pequeñitos y fáciles e irlos tachando. Por ejemplo, recurrir las multas injustas, presentar reclamaciones en el metro, revisar los extractos del banco y reclamar por las comisiones indebidas... esas pequeñas cosas cotidianas que, si las hiciera todo el mundo servirían para algo.

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  2. Ciudadano... Genial... Me encantó. He decidido en virtud de este artículo volver a escribir... algún día. Excelente

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    1. ¡Vaya! pues a ver si es verdad. Saludos, Conde.

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  3. Si no fuese porque no son horas, aplaudía con las orejas.

    ¿Por qué La Guerra de las Galaxias?

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    1. Es que no se me ocurría otra cosa para introducir el concepto ciencia ficción. Tengo gripe y después del postio ya no daba más de mí.

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  4. Exactamente, no hay ciudadanos. No lo somos.
    Ni siquiera sabemos qué es ser ciudadano.

    No tenemos ninguna responsabilidad. Somos súbditos y paisanos de otros tiempos, portándonos como niños ante la autoridad, sonriendo o quejándonos (unos más y otros menos), pero siempre considerando que son Ellos los que tienen que hacerlo todo. Y Ellos encantados, claro.

    Bueno, en fin, lo que ya has dicho.
    Un abrazo.

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  5. Es un poco mas aún, profesor. Un ciudadano debe pagar sus impuestos, idea harto impopular en España. Y, cuando hace falta, debe aceptar que se suban dichos impuestos. Y esto si que sienta mal pero mal. Verdad que en muchos casos sienta mal por que luego ves que dichos impuestos se usan para cosas estupidas y/o banales. Pero eso es otro negociado, por decirlo de alguna forma. Que ya ha mencionado usted.

    Por otra parte, la queja en el bar es importante. No basta, pero es la base de la ciudadanía. De hecho es la manifestación mas pura de los derechos de reunión y opinión.Y me congratula notar que, al menos a mi alrededor, el debate ya no es PP malo/PSOE bueno o viceversa, como fue durante mucho tiempo, si no que al menos se intenta hablar de cosas como la reforma del sistema electoral, que ya es algo.

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