Más de una vez, me han preguntado por qué digo de alguien que pertenece al tipo de imbécil que escribe cartas al dominical de el País. Bien, Lo digo por esto:
Carta publicada en el País del sábado pasado. (no encontraba el recorte, pero ha aparecido)
“Hace varias semanas que en extensas zonas de la madrileña Casa de Campo hay profusión de excrementos ovinos, cuyos autores andan por allí mordisqueando la yerba o de camino a sus ¿provisionales? Majadas dentro del mismo parque.
Se supone que el lugar fue cedido al pueblo para solaz y esparcimiento de sus vecinos bajo el cuidado del Ayuntamiento. Los animales quizá no sean vecinos y tampoco están allí para solazarse, sino esperando su destino fatal. Por ello debería gestionarse su traslado. Así podríamos disfrutar del parque sin mirar dónde ponemos los pies o las ruedas de la bici.”
La misiva no necesita comentarios. Pero intuyo que su autor forma parte de esa especie de seres que los fines de semana circulan a toda velocidad en sus vehículos galácticos de dos ruedas, disfrazados de extraterrestres de colorines estridentes, y que te hacen apartarte mientras tú estás de paseo con el perrito y miras apaciblemente a las ovejas pastar.
Como toda la vida, vaya (al menos desde que el Honrado Concejo de la Mesta comenzara a ejercer su privilegio); de lo que colijo que el memo en cuestión -encima- hace poco que decidió ir a dar el coñazo a la Casa de Campo.
Carta publicada en el País del sábado pasado. (no encontraba el recorte, pero ha aparecido)
“Hace varias semanas que en extensas zonas de la madrileña Casa de Campo hay profusión de excrementos ovinos, cuyos autores andan por allí mordisqueando la yerba o de camino a sus ¿provisionales? Majadas dentro del mismo parque.
Se supone que el lugar fue cedido al pueblo para solaz y esparcimiento de sus vecinos bajo el cuidado del Ayuntamiento. Los animales quizá no sean vecinos y tampoco están allí para solazarse, sino esperando su destino fatal. Por ello debería gestionarse su traslado. Así podríamos disfrutar del parque sin mirar dónde ponemos los pies o las ruedas de la bici.”
La misiva no necesita comentarios. Pero intuyo que su autor forma parte de esa especie de seres que los fines de semana circulan a toda velocidad en sus vehículos galácticos de dos ruedas, disfrazados de extraterrestres de colorines estridentes, y que te hacen apartarte mientras tú estás de paseo con el perrito y miras apaciblemente a las ovejas pastar.
Como toda la vida, vaya (al menos desde que el Honrado Concejo de la Mesta comenzara a ejercer su privilegio); de lo que colijo que el memo en cuestión -encima- hace poco que decidió ir a dar el coñazo a la Casa de Campo.
La Casa de Campo es un lujazo en una ciudad como Madrid: te das un paseíto y estás en el campo, no un parque: el campo, y hay hasta ovejas que hacen beee. Puedes llevar a los niños y así saben lo que es una oveja.
Aún no les he oído quejarse de los conejos; pero imagino que, como circulan tan deprisa, -con grave riesgo de mancharse las ruedas- no deben saber que los hay.
Aún no les he oído quejarse de los conejos; pero imagino que, como circulan tan deprisa, -con grave riesgo de mancharse las ruedas- no deben saber que los hay.
Por otra parte, nótese el toque humanitario hablando del “destino fatal” de las ovejas (igual hasta se ha hecho vegetariano al comprarse el equipo de extraterrestre y quiere hacernos sentir culpables), motivo por el cual, mejor tenerlas en un cajón donde no molesten que trashumando tan felices por el campo. Y, finalmente, me gustaría que me diga en qué carnicería de Madrid venden carne de oveja adulta. Claro, como se viste de lycra, no sabe de dónde sale una fibra primitiva llamada lana, que todavía usamos algunos vándalos. Por otra parte, no se le ha ocurrido que las ovejas (que no son vecinos) hacen competencia desleal a los humanos, ya que ocupan los puestos de trabajo que deberían ocupar varios cientos de inmigrantes que se ocuparan de segar y desbrozar a diario ¡Y encima abonan!
Pero sobre todo, me queda la triste imagen del extraterrestre arrodillado en la puerta de su garaje, limpiando con mimo la rueda delantera de su bici donde -¡supremo horror!- hay incrustada una cagarruta de oveja, mientras una lágrima de rabia y de impotencia brota tras de sus gafas polarizadas (carísimas) para resbalar por la mejilla.
(Nota: Conste que no pretendo relacionar a ese individuo con los héroes urbanos vestidos de personas normales que intentan usar la bici como medio de transporte por Madrid u otras ciudades igualmente inhóspitas.)
Pero sobre todo, me queda la triste imagen del extraterrestre arrodillado en la puerta de su garaje, limpiando con mimo la rueda delantera de su bici donde -¡supremo horror!- hay incrustada una cagarruta de oveja, mientras una lágrima de rabia y de impotencia brota tras de sus gafas polarizadas (carísimas) para resbalar por la mejilla.
(Nota: Conste que no pretendo relacionar a ese individuo con los héroes urbanos vestidos de personas normales que intentan usar la bici como medio de transporte por Madrid u otras ciudades igualmente inhóspitas.)
Plas, plas, y plas!!!
ResponderEliminarBrillante.
Seguro que ese individuo es de los que se gasta una pasta para pasar un fin de semana en un hotelito rural y poder ver de cerca una vaca... Leer para creer.
Usted también es sabio, camarada.
Un placer, le agrego a favoritos.
Sigo leyendo tus post. Cojonudos.
ResponderEliminar¿Dónde está tu bar? Está claro que a ti no te falta un buen discurso frente a una cinco estrellas.
Por cierto, te dejo la referencia de otro bar que frecuento por internet (más bien la vida de su camarero) y que creo, no tiene desperdicio. Por si te llama la atención.
www.bestiario.com/eddivansi
En serio, que sorpresa tu blog para un viernes. Hoy las cervezas me las pienso tomar en casa leyendo.
Salud..!!
Al señor urbanita que escribe la carta a El País, sólo le diría que no hay guarro que no sea escrupuloso.
ResponderEliminarBeeeeeeeeeeeee jajjaja vivan las ovejas, las cabras, los conejos, las vacas y el macho cabrio!!! pues si... un mamoncete de capi de mucho cuidado! a mi los que más gracia me hacen son los que van en plan competición... te entran unas ganas de coger una piedra y...
ResponderEliminarel 99% de gente que escribe a los periódicos es imbécil. Directamente. Y el mismo porcentaje de los que escribe en ellos también.
ResponderEliminarEstimada Sra. Tacones: Gracias por los piropos. Encontrar su blog también ha sido una agradable (y excitante) sorpresa. La agrego a la lista de clientes.
ResponderEliminarRaquel: Y tanto, querida. Ayer, sin ir más lejos, asistí atónito a un espectáculo en la línea de lo que dices: Calle de madrid, exterior, día: Un tipo cuyo aspecto no describo para que no me acusen de homófobo, que nada más lejos de mi ánimo, con un perrito. El perrito haciendo popó en medio de la cale, justo al lado de un dispensador de bolsas para recoger los popós. El tipo con un papel higiénico en la mano. Yo me digo: "qué tonto, teniendo al lado las bolsitas". el perrito caga y el tipo se agacha, le lmpia el culo al perro, tira el papel al suelo, junto a la cagada, y se larga tan pichi.
Casshern, es que son odiosos. No hay nada peor que tener que apartarse de un salto para dejarlos pasar con la resaca que tiene uno un domingo por la mañana.
Folken:Usted siempre tan apodíctico. No obstante, una estimación ponderada del nivel medio de imbecilidad supina le da la razón, una vez más.
Seguro que el tipo en cuestión iba a la casa de campo a eso que todos sabemos... Estará ciego como un murciélago, y cuando le informaron de que acababa de follarse una oveja era demasiado tarde. Ya había pagado el servicio y la oveja había escapado con el dinero, dejando atrás no más que un rastro de cagarrutas.
ResponderEliminarAy... no hay nada más bobino que un borrego criticando a las ovejas.
Hay que ver Carpzovius, que intransigencia la suya. Ante un discurso tan razonable y lleno de talante responde Vd. con terribles invectivas. Ni que fuese Vd Registrador de la Propiedad, de esos que no quieren entenderse con nadie. Para empezar la carta no contiene el más mínimo toque racista, trata por igual las cagarrutas provinientes de las churras que las de las merinas. Tampoco es xenófobo, ni una sola mención a si las cagatrices proceden de la eurozona -shetland, v. gr.- de Israel como las awati, o de Irán como las bakhtiari. Ni mucho menos hace referencia a temas confesionales, con lo religiosos que suelen ser los borregos. Es tan tolerante que ni siquiera se queja de que el pastor fume y contamine la Casa de Campo. Vamos un dechado de europeísmo y modernidad, al que preocupa la higiene, que, cómo es de dominio público y plenamente compartido por nuestra brillante Ministra de Sanidad comienza por las ruedas de la bici, sean estas tubulares o de tacos.
ResponderEliminarLo único criticable de semejante hito en la Literatura dominguero-pustular es la falta de soluciones al gravísimo problema que plantea la existencia de bichos en el campo. Podría, si no fuese por que su natural buen sentido se lo impide, pedir al Ayuntamiento que instale un par de docenas de excrementódromos para que las ovejas pudieran aliviar el vientre sin incomodar a nadie. Conocida como es la natural inteligencia de los ovinos -la carta da fe de ello- con instaurar unos cursillos de 200 horas que tendrían que aprobar las ovejas que quieran pastar en la Casa de Campo y crear unos cuantos puestos de Inspectores de Cagarrutas Ovinas, asunto solucionado.
Lo dicho, es Vd un intransigente.
me encanta la escena de la caca en la rueda y la lágrima en la mejilla
ResponderEliminarEn la Casa de Campo podemos convivir todos. Los de la Lycra, los de la Lana e incluso los del traje y corbata.
ResponderEliminarPersonalmente he salido más con la bici por los pueblos de la Alpujarra que por Madrid -cosas del verano-, pero era inigualable la sensación de meterte por el campo y tener que esquivar la naturaleza. Vamos, que incluso para los qeu nos hemos vestido de Lana para ir con la bici por el campo, el ver una mierda de lo que sea en mitad de nuestro camino y no un trozo de asfalto, es un placer.
SALUD
El autor tiene su miga, pero a mí el que me sorprende es el encargado de elegir las cartas que se publican en el periódico. Seguro que reciben miles de ellas diariamente. ¿Qué criterio sigue el lumbreras?
ResponderEliminarComediante: creo en la línea de lo que Vd. apunta- que el verdadero problema es que la oveja actuó encima y eso acabó de destruir el ego del extraterrestre.
ResponderEliminarEraranza, hijo mío:Yo tengo el CAP y el título de profe de formación ocupacional de la comunidad, así que ya me puedes ir diciendo dónde hay que fichar, porque estoy seguro de que la UE (por la cosa de la PAC) y Elena Salgado (por la cosa de tocar los cojones) financiarán los cursos y las ovejas seguirán mis enseñanzas con gran aprovechamiento.
Txe: es que yo los conozco bien y, en el fondo, son unos sentimentales. Por eso se gastan tanta pasta en gafas de sol. (con la cantidad de mahou que podrían beber por el mismo dinero)
Situacionista: aunque no hay que decir nunca de este agua no beberé, ni este cura no es mi padre, espero no ser visto vestido de lycra fosforescente por el campo (otra cosa sería en un gabinete sadomaso) No obstante, estoy dispuesto a reconocer que alguien vestido así puede dar copnversación siempre que pase el TDCCC (Test De Compatibilidad Con Carpzovius)O bien, que acredite trabajar en algún equipo profesional , que se viste así por dinero y que se pague unas cañas para celebrarlo.Por lo demás, de acuerdo: imagina que se hubiera empotrado en una bosta de elefante.
Don Luis: No sé de qué se me extraña Vd.: Es el tipo que elige las cartas a El País. El criterio -creo- es el de publicar cuantas más gilipolleces políticamente correctas, mejor o, en su defecto, elegir a la gente que se queja de las cosas más raras.
Me has dejado completamente boquiabierta con tu manera de escribir. Al margen del tema elegido (con el que uno puede estar más o menos de acuerdo) tu estilo es absolutamente impecable.
ResponderEliminarPara no creerme que un botón es una muestra, he leído lo publicado hasta el 9 de mayo y ¡oh cielos! me ha continuado pareciendo un verdadero placer.
Si es difícil encontrar una carta al director mínimamente digna, más complicado es tropezar con un blog donde la construcción sea amena, interesante y contínua.
Dando por sentado que los fantasmas sobre ruedas sobran en un campo con ovejas, te felicito por tu espacio y tus post.
Saludos.
moore, me haces sonrojar, caramba, gracias por los piropos. Y vaya voracidad lectora si te has leído todo el rollo hasta el nueve de mayo.
ResponderEliminarlo mas divertido del asunto, es que seguro que este tipo, se autoconsidera una persona concienciada con la naturaleza.
ResponderEliminarclaro, como tiene una mountain bike...
¡¡¡¡SOLIDARIDAD CON NUESTRAS HERMANAS DE LA CASA DE CAMPO!!!!
ResponderEliminar¡¡¡LAS OVEJAS, UNIDAS, JAMÁS SERÁS VENCIDAS!!!!
denke: bienvenido a este tu bar. No sé... Es que me oparece que es evidente, ¿no? De anormales está el mundo lleno.
ResponderEliminaroveja berserker: No esperaba menos de Vd. Lo único es que me ha dejado el filo del hacha lleno de espumarajos. Reconozco que es lo normal en un berserker, pero, joder, ¿no era Vd. oveja, además?
Las ovejas también salivamos :P
ResponderEliminarHasta hoy no he podido leer esto tan diver de las ovejas.
ResponderEliminarUna vez más me has hecho reir con tus comentarios.
Ya sabes como pienso de los que van en bici, concretamente por Madrid, y aquí no lo voy a contar.
Difiero en lo referente a gente...
normal?, vestida, normal? en bici.
Eso aquí, léase Madrid, no existe.
Saludos.
El nuevo formato, me gusta.
Ovejabererker: no lo dudo. ;)
ResponderEliminarh.f.v.a.: Me alegro de que los exámenes hayan terminado de momento y pueda Vd. acceder a la red. Pero si que los hay que van vestidos de normal y tratan de ir en bici a trabajar y todo, que yo conozco alguno.