Una prueba más del inaudito grado de degeneración que está alcanzando el solar patrio, es que la primera página de los periódicos de hoy está copada de noticias por completo irrelevantes, cuando resulta que ayer se murió el Señor Finisterre.
El Señor Finisterre fue uno de esos benefactores callados de la Humanidad que, de puro legendario, parecen diluirse entre las brumas del Wallhalla y hasta llega a dudarse de su existencia terrenal. Pero la tenía, si señor. Tanto que hasta me fue conferido el privilegio inaudito de que me lo presentaran hace años. Ocurrió en la Feria del Libro Antiguo de Recoletos (en el 95 o 96, creo) y el ínclito Serafín, uno de mis escasos maestros en el arte de la librería de viejo, me dijo: "Ven para acá, que te voy a presentar a alguien muy importante." Le seguí a su caseta, donde estaba sentado en la banqueta de los invitados un señor de aspecto venerable, que despedía un aura especial. "El Señor Finisterre, mi amigo Carpzovius."
Me tendió educadamente la mano, yo la estreché y, en ese momento, uno de esos momentos que te cambian la vida, Serafín dijo:
"El Señor Finisterre es el inventor del futbolín".
Vaya, y yo que lo descubrí hace poco. Una pena, por lo que he leído de él tuvo que ser un gran tipo, y vaya historia vital. ¡Salud!
ResponderEliminar...descanse en paz, y a título personal, ya nunca sabré si hacer el molinete era legal o no...que tardes de adolescencia me regaló el señor Finisterre...tendré que enterarme de quién inventó el billar antes de que sea demasiado tarde...snif, snif, snif
ResponderEliminarBuenas,tio,gracias por tu visita.
ResponderEliminarVoy a hechar un vistazo por tu casa a ver si me gusta para pasar a que me invites a unas coronitas.
Pues yo lo que sabia era una cancion de un grupo gallego,herdeiros da crus...que decia algo asi como "alexandre de fisterra inventa o futbolin"
ResponderEliminarhabrá que echarse una partidilla este finde en su honor
ResponderEliminarPues a qué esperas a sacar unas birras en su memoria! Joder, es que ni un detalle hombrepordios!
ResponderEliminarq.e.p.d.
agnostico, iralow, chico gris, mia, un momento que saludo a Sett, que creo que no había pasado por aquí: Hola Sett, bienvenido al bar.
ResponderEliminarYo lo que sé de él es que era de Fisterra y que se puso él mismo el apellido que le pareció (la verdad es que Finisterre queda de lo más impresionante), que era editor de esos minoritarios y sumamente respetados en el círculo de los que lo conocían, que el futbolín lo inventó en el hospital durante la guerra civil; que, por lo visto, actuó con Celia Gámez y que se pasó media vida en Sudamérica. Mi conocimiento, lo confieso, viene del extravagante lobby de los libreros de viejo más atípicos y se limita a un rato en el Gijón.
¡Caray! Pues aunque ya es tarde para que se entere, le doy las gracias. ¡Qué tardes de futbolín en el bar con mi padre y mi hermana, antaño, cuando una era una pre-adolecente!
ResponderEliminarTambién perdió la patente y jugó al fuitbolín en varias ocasiones con el Che en Guatemala.
ResponderEliminarRaquel: como todos, amiga mía, como todos. Por eso inauguro con él la sección de benefactores de la humanidad.
ResponderEliminarAgnóstico: Por lo visto, no es que la perdiera, es que ni lo patentó (a ver...) Ya he leído El País, que, al menos, le dedica los máximos honores sin exceder la sección de necrológicas.
Aprovecho esta oportunidad que se me ofrece desde la barra virtual para pedir al difunto finisterre daños y perjuicios por las lagunas que sufrí en los estudios de instituto y universidad. El culpable, su maligno y adictivo invento ;)
ResponderEliminarA mí ayer también me llamó la atención la noticia en El País y me conmovió ver la cara de ese abuelete tan entrañable.
ResponderEliminarYo me enteré de que el futbolín era invento patrio cuando enseñaba español para extranjeros (la historia venía en el libro de texto) y me encantaba ver la cara de los japos, rusos, alemanes, etc... cuando se enteraban de que invento tan genial era español :)
Un beso.
Pues justo ayer me enteré por las noticias de su muerte y de su hazaña, por una vez el telediario sirvió de algo.
ResponderEliminarImagino ese momento milagroso en el que conociste a este personaje único, además, el escenario no podía ser mejor, lo has descrito maravillosamente.
Un saludo!!!
S. Luis: Desde luego, que un Español tan grande haya sido un perfecto desconocido para todos los que nos hemos criado con su invento, demuestra, aparte de la tradicional vena envidiosa hispánica, el triunfo de la conspiración de silencio tejida en torno a él por sus peores enemigos: los profesores de instituto. (Los de entonces, eh!, eh?)
ResponderEliminarSorrow: así me gusta: anonadando a los guiris con la potencia de la I+D española. Joder, ¿cuál es la editorial? (no sería ed. Fionisterre, ¿no?)
aloma69: ¡Ah, si...! No veas qué emoción. Realmente, más que cuando, con 24 años, estreché la mano de ese héroe de mi infancia: Paco Gento. (Da más juego para contarlo en los bares, ¿a que sí?)
Oye, cuando le diste la mano, no le torcerías la muñeca a modo de mango de futbolín, no?? Pobrecillo.
ResponderEliminarPues yo me sumo a todos en decir que un invento tan importante y que está en todo el mundo, merece este post; y que el amigo inventor merece todo mi respeto y gratitud por la de horas que habré invertido (ya no hablo ni del dinero, que también), en su artilugio. Habrá que echar una partidilla a su memoria.
Por cierto, según recuerdo de algún reportaje de hace años, creo que lo inventó en un hospital porque no recuerdo muy bien quién, no podía jugar al fútbol, verdad?
Sbovoda: ¡No, por Dios! Pero eso se lo hice cuando tenía 8 años al jefe de mi padre. Según todo el mundo, fue muy gracioso, por lo visto. No sé...
ResponderEliminarPor lo que he leído últimamente, lo inventó en el Hospital en Madrid durante la guerra civil, estando herido. Los que no podían jugar eran los heridos de guerra. Encima, épico. Es que el futbolín lo tiene todo.
¿Sabe alguien de qué equipo era?.
ResponderEliminarEs sólo curiosidad gatuna.
h.f.v.a: Lamento decir que lo ignoro por completo.
ResponderEliminarLeí hace unos días la noticia sobre el fallecimiento de éste señor. Ya sabía de él por algún reportaje puntual en radio, televisión, diarios...
ResponderEliminar¿Recuerdas esos primeros futbolines? ¿Esos grandes futbolines que, como el coche de caballos que rememoras en la entrada "Aquellos maravillosos años" nos hacían empequeñecer? A mi, además de empequeñecerme, me llenaban de moratones y vaciaban de dientes. Las barras del "jurgolín" se deslizaban con una velocidad y potencia que acojonaban, cuando no, descojonaban a algún hermanito más alto.
Con todo, el invento del Señor Finisterre fue un alivio para el ocio limitado de muchos españoles y un quebradero de banca para el Ratoncito Pérez.
Descanse, pues.