El lunes fue la festividad de Santo Tomás de Aquino, es decir, un día sin colegio. Antes era algo generalmente aceptado, pero desde que la estructura sociolaboral patria ha cambiado, las cosas tienen otras repercusiones. Todo sigue funcionando como si el país estuviera compuesto de familias con un mínimo de cuatro hijos en las que el hombre trabaja y la mujer se pasa las horas muertas en casa haciendo esas cosas extrañas que hacen las mujeres cuando están solas, ya se sabe: principalmente limpiar compulsivamente en sitios que a ningún hombre se le ocurriría mirar jamás y hacer la comida mientras escuchan a Juana Ginzo en la radio. Y, si no, ver las fiestas de los colegios, los horarios de los bancos y de la Administración, etc., etc. Todo funciona igual, pero el hecho es que las mujeres, al menos un porcentaje sustancial, trabajan fuera de casa y, entonces, a ver con quién dejas a los niños.
El País, como no podía ser menos, recogía el tema en un artículo de relleno que me ha quedado fatal escaneado, pero ya veré si lo arreglo. La típica reportera aspirante a algo se dedica a entrevistar familias por ahí. Por alguna misteriosa razón, la estación de esquí de La Pinilla estaba llena:
“Nos hemos levantado a las siete de la mañana para ir a esquiar a La Pinilla y al llegar nos hemos tenido que volver. Allí estaba medio Madrid”.
Yo me pregunto: ¿La mitad de los madrileños con hijos son profesores amantes del esquí? Tras un repaso de centros comerciales y burgers, sitios predilectos de llevar a los niños el día de asueto (o los únicos –junto con La Pinilla- a los que se le ha ocurrido ir a la reportera), nos cuenta que:
“De los 850.000 madrileños que tienen entre 3 y 14 años, al menos un tercio (285.000) son hijos de madres trabajadoras y muchas se quejaron ayer de que no tenían con quién dejar a los niños”
A renglón seguido, (literalmente) nos dice que Según fulanita de tal catedrática de sociología, etc., “del total de menores en esa franja de edad, dos tercios son hijos de madres trabajadoras, etc.” O sea, que 285.000 es el 66,66 % de 850.000. Información de calidad.
Pero a lo que iba, lo realmente inquietante viene ahora. Transcribo literalmente:
“Otras mujeres que no trabajan fuera de casa, también protestaron por tener que asumir ellas el cuidado de los críos. Elena Garrido dejó unas horas a sus dos hijos de 13 y 10 años jugando al pádel. “Yo soy ama de casa, pero los lunes tengo actividades que he tenido que dejar de hacer para estar con ellos”, señaló.
Ella y otra madre, Ana Cruz, tienen a sus hijos escolarizados en un colegio privado de Pozuelo de Alarcón. “Con toda la pasta que pagamos, el colegio no ha organizado nada para este día de fiesta. Y encima, aunque el centro esté cerrado, nos cobran el día de comedor”, se quejaron, también metidas en un centro comercial con sus niños.”
Creo que sobran los comentarios: a estas madres les jode estar con sus hijos (y a la reportera le parece de lo más normal). El colegio “lo pagan” no para que se los eduque, sino para que se los quite de encima. Y es indignante que tengas que faltar al taller de cerámica o de yoga egipcio (que se lo recomendó su psicoterapeuta) para aguantar a la mierda los niños.
Me extendería en agudas y acertadas disquisiciones sobre el así llamado bullying, la violencia en las aulas, el fracaso escolar, (culpa exclusiva de los profesores y de la LOGSE), la falta de valores de los adolescentes, la lucha contra la droga y demás imbecilidades. Creo que con el texto bruto, basta y sobra. Lo único que me llama la atención es que siendo de Pozuelo (la zona más cara de Madrid) no tengan ni una miserable chacha inmigrante que evite a mamá tener que aguantar a sus hijos.
¡Vaya por Dios...! No me deja colgar el artículo original.
El País, como no podía ser menos, recogía el tema en un artículo de relleno que me ha quedado fatal escaneado, pero ya veré si lo arreglo. La típica reportera aspirante a algo se dedica a entrevistar familias por ahí. Por alguna misteriosa razón, la estación de esquí de La Pinilla estaba llena:
“Nos hemos levantado a las siete de la mañana para ir a esquiar a La Pinilla y al llegar nos hemos tenido que volver. Allí estaba medio Madrid”.
Yo me pregunto: ¿La mitad de los madrileños con hijos son profesores amantes del esquí? Tras un repaso de centros comerciales y burgers, sitios predilectos de llevar a los niños el día de asueto (o los únicos –junto con La Pinilla- a los que se le ha ocurrido ir a la reportera), nos cuenta que:
“De los 850.000 madrileños que tienen entre 3 y 14 años, al menos un tercio (285.000) son hijos de madres trabajadoras y muchas se quejaron ayer de que no tenían con quién dejar a los niños”
A renglón seguido, (literalmente) nos dice que Según fulanita de tal catedrática de sociología, etc., “del total de menores en esa franja de edad, dos tercios son hijos de madres trabajadoras, etc.” O sea, que 285.000 es el 66,66 % de 850.000. Información de calidad.
Pero a lo que iba, lo realmente inquietante viene ahora. Transcribo literalmente:
“Otras mujeres que no trabajan fuera de casa, también protestaron por tener que asumir ellas el cuidado de los críos. Elena Garrido dejó unas horas a sus dos hijos de 13 y 10 años jugando al pádel. “Yo soy ama de casa, pero los lunes tengo actividades que he tenido que dejar de hacer para estar con ellos”, señaló.
Ella y otra madre, Ana Cruz, tienen a sus hijos escolarizados en un colegio privado de Pozuelo de Alarcón. “Con toda la pasta que pagamos, el colegio no ha organizado nada para este día de fiesta. Y encima, aunque el centro esté cerrado, nos cobran el día de comedor”, se quejaron, también metidas en un centro comercial con sus niños.”
Creo que sobran los comentarios: a estas madres les jode estar con sus hijos (y a la reportera le parece de lo más normal). El colegio “lo pagan” no para que se los eduque, sino para que se los quite de encima. Y es indignante que tengas que faltar al taller de cerámica o de yoga egipcio (que se lo recomendó su psicoterapeuta) para aguantar a la mierda los niños.
Me extendería en agudas y acertadas disquisiciones sobre el así llamado bullying, la violencia en las aulas, el fracaso escolar, (culpa exclusiva de los profesores y de la LOGSE), la falta de valores de los adolescentes, la lucha contra la droga y demás imbecilidades. Creo que con el texto bruto, basta y sobra. Lo único que me llama la atención es que siendo de Pozuelo (la zona más cara de Madrid) no tengan ni una miserable chacha inmigrante que evite a mamá tener que aguantar a sus hijos.
¡Vaya por Dios...! No me deja colgar el artículo original.
Hay otra cosa que me sorprende, y es que los padres (en masculino) trabajadores, no sean los que se pidan fiesta para cuidar de los hijos. De todas formas el reportaje no hay por dónde pillarlo, y desgraciadamente la educación de los hijos (que depende del ámbito familiar en un 70%) no parece que hoy en día sea una prioridad.
ResponderEliminarSaludos!
¿Y ahora te enteras de que el cole se ha convertido en un lugar donde tener a los niños recogidos mientras los padres trabajan o se dedican a otros menesteres? Por otro lado lo entiendo: te aseguro que es mucho más arduo, agotador e infravalorado educar a los hijos que dedicarse a trabajar fuera de casa o a cualquier otra alternativa.
ResponderEliminarSe delega la educación (no hablo de la formación académica, sino de la educación en su más amplio sentido) en los maestros. Pues no, majos, el que tenga hijos, que asuma su responsabilidad y los eduque, y que se joda si es difícil.
Hola a todos:
ResponderEliminarSupongo que no sois docentes, pero la Educacion desde al menos 10 años, ha caido de tal manera, que no hay por donde cogerla, convirtiendose los IES (Instituto de Enseñanza Secundaria) en meros almacenes donde depositar los objetos inservibles (decir no deseados daria mas juego de palabras, pero podria parecer hasta ofensivo). Luego como señalas con ironia, toda la culpa del fracaso es de los docentes, que viven muy bien. Ellos y ellas se quejan porque un dia se tiene que hacer cargo de los hijos y nosotros tenemos que aguantar no a uno, sino a 30 por hora, para que luego se nos desprestigie...
Mejor paro que cuando me pongo caliente arde Troya;)
Saludos a todos.
posdata: Para que despues nos llamen vagos a los andaluces (lo soy por adopcion y por el nuevo estatuto). En Andalucia el 28 toco trabajar mientras que mas arriba de Despeñaperros, los capitalinos de fiesta y encima puente.
...no doy crédito o_O
ResponderEliminarbesoteeeee
Pon el enlace, pon el enlace!!!
ResponderEliminarCada vez más tener un hijo se parece más a tener un perro para algunos... muy bonitos de pequeños y un fastidio cuando les salen los dientes.
ResponderEliminarAgradable nuevo diseño de la barra.
Mientras los niños sean esos seres bajitos, chillones y con mocos, la convivencia con ellos será difíl.
ResponderEliminarEspecialmente con esa manía de cambiarse a tu cama en el momentos más inoportuno.
Al margen de los inconvenientes que las señoras pijas sufran por tener que soportar que sus niños tengan que jugar al pádel -pero de que cotolengo ha sacado El País a esa subnormal- he sufrido como cualquier trabajador el desajuste de los horarios laborales con el resto de jornadas.
ResponderEliminarY es una cabronada, pero es lo que hay. Creo que proyectos que puedan parecer bobos como la conciliación de horarios con la vida familiar es probable que tengan efectos como conocer a los propios hijos.
Luego os contesto. Lo único, aclarar que este no es un nuevo diseño definitivo. Es que estoy en obras: cambié la plantilla al nuevo blogger etc. y ahora tengo que reconstruirla.
ResponderEliminarMenos mal que madre sólo hay una... :))
ResponderEliminarPara mi, los profesores tienen, en general, un mérito importante.
ResponderEliminarA nadie,creo,le ponen una pistola en la sien para que sea padre o madre,y que yo sepa tampoco te obligan a enseñar a esos locos bajitos que luego se convierten en altos pasotas(creo que es una de las profesiones que no se entienden sin verdadera vocación).
Al colegio se va a aprender, a tener cierta noción de cosas interesantes o no, pero la educación se aprende en casa.
Mrs. Moore: Si un padre se pide el día libre para cuidar a sus hijos, es porque es un vago y además un listillo. No educa quien quiere, sino quien puede, me temo. Pero -eso sí- lo menos que uno puede esperar de una madre es que finja quererte, aunque sea un poco. Vamos, digo yo...
ResponderEliminarRaquel: ¡Que yo en mis años mozos fui presidente-consorte del APA! No creo que educar hijos y trabajar (más) sea completamente incompatible. Además, es cuestión de poder.
Wallenstein77: ¡Hombre! Yo a veces soy docente a tiempo parcial. Pero como dozo a adultos que se apuntan voluntaiamente a que les dé la brasa, no es lo mismo. Pero tengo varios buenos y no tan buenos amigos profesores que me mantienen al día.
Iralow: Juro que no miento.
hfva: No todos los profesores, como Vd. sabe perfectamente, amiga mía. ;)
Sr. Gutiérrez: No lo encuentro, no lo encuentro!!!
ResponderEliminarCasshern: Más quisieran algunos niños que ser tratados como algunos perros, amigo mío. (Insisto: tengo el bar en obras)
Mr. Bishop: Bienvenido a este su bar. De hecho, el Marqués de Sade se mostraba bastante partidario del aborto hasta los 14 años. dicen.
Estimada Sra. Liddell: ¿De dónde la han sacado? del almacén de becarias-hijas de algún colega, imagino. De acuerdo en lo de la conciliación de la vida laboral/familiar y demás. Sería todo más fácil. Pero ahora que algunos ya hemos terminado con esa etapa de nuestras vidas, ¡Por favor! que no pretendan cerrar los bares.¡Cooño! Elena Salgado: me he quedao con tu cara.
Claro que no es incompatible, Mon Capitain, ni, afortunadamente, todos los padres son así, pero hay cierta tendencia a hacer lo que cuento.
ResponderEliminar