3/12/08

Ya lo decía Julio Camba (II)




Bueno, voy a experimentar con otro programilla para colgar postios en el blog y que no pasen cosas raras. A ver si es verdad. Pido a los que estáis al tanto de esas cosas que si me digáis si se ve bien o no. Gracias

Com prueba, otro textillo del Sr. Camba. Ya, ya, tiene un cierto tufillo reaccionario, lo sé, pero es que el sentido común suele serlo.


OBREROS AUTOMÁTICOS Y
CAPITALISTAS INTERCAMBIABLES


Yo soy, desde luego, enemigo del socialismo; pero si alguien cree que estoy encantado con el régimen capitalista, se equivoca de medio a medio. Para mí, socialismo y capitalismo no son dos fuerzas antagónicas que se combaten, sino una sola y misma fuerza, cuyo objetivo principal consiste en abolir la propiedad privada y en destruir la personalidad individual. Naturalmente, esto de que el capitalismo pretende abolir la propiedad privada parecerá quizá un poco extraño; pero no sólo lo pretende, sino que lo está haciendo con una rapidez vertiginosa. ¿O es que usted cree, amigo lector, que por poseer dos o tres mil duros en acciones de una Compañía petrolífera cuyos pozos están, por ejemplo, en Méjico, y cuya sede se encuentra, pongamos por caso, en Amsterdam, posee usted algo en alguna parte? Si vende usted sus acciones y se compra usted un aparato de radio, poseerá usted un aparato de radio; pero, mientras tanto, yo me sentiría mucho más propietario del Retiro -en el que puedo entrar y salir cuando quiera, como vecino que soy de Madrid- que de los pozos mejicanos de petróleo.

La propiedad privada es otra cosa. Para que tenga todos los caracteres debidos, debe ser real, directa y transmisible por herencia. Una huerta en la que hayamos jugado de niños y en la que nuestros hijos jueguen a su vez, representa perfectamente la propiedad privada, y éste es el tipo de propiedad que quieren destruir a la vez el socialismo y el capitalismo, aunque, individualmente, los capitalistas -y los socialistas- estén todos los días comprando huertas.

No sé si fue el señor Largo Caballero quien, al advenimiento de la República, dijo que un país como España, donde el capitalismo había alcanzado tan parco desarrollo, no estaba todavía bastante maduro para el socialismo, y que era necesario esperar. La cosa resultaba un poco rara. Si la razón de ser del socialismo consiste en destruir el capitalismo y en España no había capitalismo propiamente dicho, los socialistas no tenían nada que esperar. Lo que tenían que hacer era irse, reconociendo su error al llegar con un contraveneno a un lugar donde nadie se había envenenado, y no envenenar a unos y otros con el único y exclusivo objetivo de lucirse luego destruyéndoles las toxinas.

Pero el socialismo no es, ni mucho menos, lo contrario del capitalismo, sino que constituye más bien un aspecto o fase del fenómeno capitalista, y las palabras del señor Largo Caballero -si fue él, en efecto, quien las pronunció- no pueden estar más llenas de sentido. El capitalismo moderno se caracteriza, ante todo, por la producción en serie, y la producción en serie es una cosa terrible, porque necesita unas concentraciones enormes de capital, en las que la pequeña propiedad se va disolviendo poco a poco, y exige una división del trabajo que destruye por completo los oficios y convierte a cada obrero en un autómata, igualmente útil para trabajar en una fábrica de automóviles que en una de fideos. Y este tipo de obrero automático e intercambiable hace juego con ese tipo de industrial que, de la noche a la mañana y con un simple telefonazo, deja el petróleo para meterse en el algodón o abandona los productos químicos para dedicarse a la perfumería.

El uno es el pendant del otro, así como el socialismo es el pendant del capitalismo.

11 comentarios:

  1. Pues con el google reader ahora se puede leer el inicio del post, y no como antes que salían códigos de html en los que habla el mismísimo demonio.

    Respecto al texto de Camba... sí, verdaderamente reaccionario.

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  2. Yo no lo veo reaccionario.
    El análisis que hace está desfasado, pues hace referencia a una realidad que ya en mi generación está casi obsoleta, pero en su momento no tenía nada de reaccionario.
    Más bien de sentido común un poco picótico.

    Por cierto, ahora ya se ve bien en el Reader.

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  3. Totalmente de acuerdo.
    Julián

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  4. Pues, visto lo visto, yo no le huelo el tufillo reaccionario.Mas bien clarividente, teniendo en cuenta los setenta años del texto. A no ser que asumamos que no ser socialista - lo que en este momento y en España significa ser pijiprogre zapaterista- implique necesiaramente ser reaccionario. Y si empezamos por ahí, mal vamos.

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  5. No es reaccionario en absoluto. Nunca lo fue. Tenía un punto 'qué hay de lo mío', otro de 'menosprecio de corte', mucho sentido del humor, bastante retranca y, ante todo, un estilo bon vivant sensacional.
    Léanle todos Vde.: les hará mejores personas. O a lo mejor no. Eso sí, se reirán mucho.
    Y es que el periodo de entreguerras es intelectualmente estupendo.

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  6. Acabo de descubrir (con horror) que soy un reaccionario.

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  7. No sé... El anterior lo veía tan bien como este igual que los anteriores.
    Al principio no me atrevía a polemizar sobre el asunto, no fuera que estuvierais hablando de otra cosa. Ahora me doy cuenta que quizá era un problema de la última versión de Goggle, que no la recomiendo ni harto vino.

    El marxismo, el capitalismo... no dejan de ser hijos del mismo dios: una manera de ver el mundo y nuestra manera de relacionarnos.
    Somos, creo, producto de una civilización en la que tanto el uno como el otro son variantes de lo mismo.
    El neocapitalismo se basa en el latifundismo corporativo, sea a partir de empresas con accionariado obrero (algunas multinacionales alemanas), estatales (más de lo mismo) o mixtas; en detrimento de la pequeña y mediana empresa.
    Los gobiernos, al ser condicionados por dichas corporaciones, tienden a jugar a favor de ellas, legislar a su comodidad con el financiamiento del resto, los pequeños: el grande chupa, disfruta de prebendas financiadas por los pequeños...
    Los últimos sucesos no pasan de ser el resultado de su exacerbación: el pequeño ha sido tan explotado para beneficio del grande, que el sistema se ha quedado sin recursos para seguir manteniendo la fantasmada.

    ¿Qué es ser reaccionario?
    ¿Estar en la derecha, el centro o la izquierda?
    Primero deberíamos filosofar sobre lo que es y representa cada uno de esos principios.
    El centro es la equidistancia entre los extremos. Hoy, para un hombre que haya vivido en la Europa de mediados del pasado siglo, esos están en la derecha, por tanto el centro está muy a la derecha. Por contra, para un noucentista los extremos están en la izquierda y el centro muy a la izquierda. Si nos trasladáramos geográficamente a Centroamérica, por poner un ejemplo: a México. El PP español sería, a todas luces, un partido progresista y de izquierdas.

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  8. Julio Camba no deja de llamar la atención sobre ello y demuestra ser un hombre al que no le gusta el estatalismo como tampoco el exceso de propiedad privada.
    Imagino la cara que pondría si le hicieran pagar un peaje privado para entrar en el Retiro, algo muy a tono con el actual neocapitalismo: privatizarlo todo. Lo que sucede en Menorca, por poner un ejemplo, para poder visitar la mayoría de las calas de su costa; o en el Montseny catalán, parque natural parcelado.

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  9. Situacionista, se puede leer, pero es un coñazo escribir, voy a cambiar de método. Habría que definir reaccionario, es que no me atrevo...

    Folken: Era un profeta el hombre (por que en aquella época sólo debían tener acciones sus amigos)

    Ignacio: ¿Lo dices por la cosa de las TIC o ideológicamente?

    Julian, bueno, como ya hemos comentado en el mundo real, no te digo nada.

    Eraranza, no he podido resistirme a colgar estas cosas. Eso sí, no he tenido cojones aún de colgar nada de Romanones ¿Te acuerdas cuando compramos estos libros hace 22 años?

    Hans, bueno, en lo que a Camba se refiere, estamos de acuerdo también.

    Rubén: ¡lo sospechaba!

    Capazorros: Tú, como sabes, no eres un reaccionario: eres un puto facha. Por cierto, ¿qué pasa con la Guerra de las Galaxias?

    Pau, que a mí casi me linchan cuando las elecciones yankis por decir que Rajoy sería un rojo al lado de Obama.

    Seguramente se mosquearía mucho. A mí me tiene muy preocupado la última ocurrencia de Gallardón, que habla de poner corzos en la Casa campo. Eso significaría, no ya que nos prohibirían pasear con el perro, sino que nos prohibirían pasear, no les fuera a pasar algo a los corzos. ARG es un experto en usar los votos ecologistas para recortar el acceso ciudadano a los lugares públicos.

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