Bueno, pues continúo con mis experimentos para colgar postios sin que pasen cosas raras con el fid y la edición pero sin que sea un coñazo para vuestro humilde narrador.
Cuelgo otro artículo de Julio Camba, que veo que hay gente que le gusta. Este es el tercero y último. En realidad tiene gran actualidad teniendo en cuenta que tengo muchos conocidos que dicen ser republicanos. Yo no lo soy especialmente: ya he dicho más de una vez que la República es un mito inventado por Tito Livio y, en nuestra realidad, no veo especial diferencia entre la monarquía que tenemos y las repúblicas de nuestro entorno. Si acaso, la monarquía burguesa-constitucional ésta, es más barata, nos ahorramos un montón de pensiones y gastos de representación de ex-presidentes, otras elecciones (y, lo que es peor, campañas electorales) cada equis tiempo, y sólo hay un rey cazando y haciendo bisnis en lugar de un montón de ex-presidentes. Además, al fin y al cabo, un rey, como pasa tanto tiempo en el cargo, acaba conociendo a todo el mundo, cosa la mar de útil.
Claro que, tal vez quede alguien que piense que si el Jefe del Estado es un Borbón, somos súbditos, mientras que si es, pongo por caso, Aznar o Zapatero (presidentes del gobierno eméritos en un hipotético futuro) entonces, somos ciudadanos. Juro que no termino de entenderlo.
Bueno: Julio Camba.
"Imagínense ustedes un caserón viejo, destartalado, lleno de telarañas. Esto era España antes de la República. Un caserón en el que apenas si quedaba vidrio entero ni teja sana, y cuyas vigas, carcomidas, se doblaban penosamente al peso de la techumbre. No había más remedio que iniciar cuanto antes una labor de restauración. Todo el mundo convino en ello, aun los más comodones y enemigos de reformas, y cuando un grupo determinado -tal vez fuera más exacto decir una sociedad- se ofreció a ejecutar las obras, se le abrió un amplio margen de crédito.
Ya conocen ustedes el resultado. Primero se procedió a la oportuna división del trabajo, nombrando gerentes, inspectores, capataces, contables, contramaestres, secretarios, tenedores de libros, taquimecas, etc., etc. Se constituyó una comisión de tejas, otra de vidrios y otra de vigas. Se enviaron delegaciones al extranjero para estudiar lo que se hace allí en casos semejantes, y, en fin, se montó una máquina burocrática de padre y muy señor mío. Naturalmente, todo este personal necesitaba una instalación conveniente, y se lo alojó con el debido confort, procurando que a nadie le faltase la calefacción, el agua caliente ni la radio -la radio es el piano del nuevo régimen- , y que el que más y el que menos, tuviese cada uno su automóvil a la puerta. Y en cuanto al caserón, ahí está con sus corrientes de aire y sus techos llenos de goteras.
Ésta es, ni más ni menos, la historia de nuestros tres años de República, breve y sucintamente expuesta por medio de un procedimiento que las gentes del oficio llamamos apólogo.
- ¿Y el sufragio femenino? - podrá preguntarme alguien.
O bien:
- ¿Y la secularización de los cementerios? ¿Es que la secularización de los cementerios no justifica acaso la creación de la burocracia republicana?
Desde luego, no se puede negar que la República ha secularizado los cementerios y las escuelas, que le ha dado el voto a la mujer y que ha hecho la ley del divorcio; pero, volviendo a mi apólogo, para mí todo esto es como si en el viejo caserón se hubiesen puesto unos cuantos sillones de tubos o se hubiese instalado una iluminación indirecta de color violáceo, sin preocuparse de retejarlo o de sustituir los vidrios rotos. El problema no era ése, y no es que fuese precisamente un problema más complicado. Era, al contrario, muchísimo más sencillo..."
Pues va a ser que sigue teniendo razón el buen hombre.
ResponderEliminarEn lo que respecta a las galaxias te informare en breve. Por cierto, Dn. Julio, si lo aplicamos a las pelis, también hubiera ido por buen camino.
Titulo: Julio Camba y su influencia en la guerra de las galaxias.
Hombre, creo que sí hay una diferencia especial. A Juan Carlos Borbón, si alguien lo eligió, fue hace 30 años, cuando gran parte de los habitantes, ciudadanos o súbditos de este terruño ni habían nacido, yo entre ellos. A mí me gustaría votar en contra suya, a favor de otro rey o sultán y no me dejan.
ResponderEliminarCon respecto a Camba, puede compartir esto último. Lo estético, simbólico, lo superficial o las cosas importantes pero no estructurales, suelen ser lo primero en acometerse tras casi cualquier cambio de gobierno o régimen.
aún así, lo de las escuelas y el voto femenino no me parecen "nos cuantos sillones de tubos"
ResponderEliminarYo no habría dicho que en la choza que describe el señor este el voto de las hembras españolas fuese un avalorio. Es más una sólida y robusta viga... sobre la que no hay NADA.
ResponderEliminarLa secularización de las escuelas... pues HOYGAN, la mayoría de gente de colegios de curas acaban siendo de todo menos religiosos. Yo lo considero labor social.
Eso sí, el tipo lleva más razón que un santo, o mejor, más razon que El Santo.
Si se me permite: Capazorros, ES USTED UN GENIO, UN PUTO GENIO.
Titulo: Julio Camba y su influencia en la guerra de las galaxias.
Muy acertado el señor Camba.
ResponderEliminaragnóstico apático, ¿entonces inventamos la monarquia democrática? ¿Cada cuanto elegimos rey? ¿Y que pasará cuando el rey que se elija no me guste a MÍ?
salu2
Yo había dejado un comentario y me lo ha borrado. Exijo la devolución inmediata de mi opinión o la retirada de mis datos personales...
ResponderEliminarA ver si ahora...
ResponderEliminarCoincido con la opinión de Camba y con la tuya acerca de desmitificar la república, insigne Pcbcarp.
La república nos saldría más cara y, entre otros gastos, conllevaría también bodas al estilo de la hija de Aznar, nuestro líder cósmico. Glabs.
(Y sí, a Juancar se le ratificó hace treinta años y yo no estuve allí, pero los actuales gabachos -por ejemplo- tampoco estaban allí y van por la quinta república sin poder decidir ni el color de la banderita).