Como ando un poco antisocial últimamente, estoy releyendo un libro que compré hace unos años sobre la preparación y desarrollo del Juicio de Nüremberg. Está basado en el estudio directo de los documentos oficiales previos al inicio del juicio y contiene numerosas transcripciones textuales de interrogatorios o escritos de los principales encausados: Richard Overy. Interrogatorios. La élite nazi en el banquillo.- Barcelona, Tusquets, 2003.
No me resisto a colgar aquí la transcripción de una charla entre dos detenidos de bajo nivel: el que más habla -H- es un SS perteneciente al RSHA, Reichssicherheitshauptamt: algo así como Departamento Superior de Seguridad del Reich, el organismo, controlado por las SS, al que pertenecían las principales organizaciones de seguridad: SD, Gestapo y otras diversas policías y cuerpos. La verdad es que los nazis debían ser conscientes de lo largos que eran los nombres que ponían a las cosas y les encantaban las abreviaturas.
La conversación fue grabada por la seguridad británica en un centro de detención sin conocimiento de los detenidos. Es evidente que la transcripción ha sido elaborada, porque hablan muy bien, pero la idea está ahí. Una leve aproximación al otro lado.
(comienza la cita)
Documento 13: "Cosas increíbles en Auschwitz" Cuartel General del BAOR, informes de interrogatorios del Sub-Centro nº 1, 10 de diciembre de 1945. [nota Pcbcarp: BAOR: British Army Of the Rhin]
(D) Grabación de una conversación sostenida el 3 de noviembre de 1945 entre Ernst von Gottstein (director técnico de la Organización Todt) y Eugen Horak (intérprete del Grupo VI C del RSHA)
H.: Estando en Viena vi que cargaban gente para una de aquellas evacuaciones masivas, Los metían a centenares en camiones en los que, por lo general, cabía sólo un par de vacas. Y mientras tanto los molían a palos. Me acerqué a un joven de las SS y le pregunté si los golpes eran realmente necesarios. Se echó a reír y me dijo que sólo eran basura. Se sabía que todo aquello era innecesario y que habría podido hacerse sin recurrir a aquello... ¿Por qué les pegaban? No tengo nada en absoluto contra las cámaras de gas. Llega un momento en que eliminar a ciertos elementos es beneficioso para la raza. El exterminio es el exterminio, pero no hay por qué torturar previamente a las víctimas. Vi cosas increibles en Auschwitz. Unos guardianes de las SS se habían desmoronado y hubo que enviarlos a una clínica de reposo de Giessen. Cuando llegó mi grupo lo dividieron en dos secciones, los entusiasmados con toda aquella historia y los que, como yo, no paraban de pedir cosas para distraerse. Lieben, Böhme y yo siempre estábamos recibiendo libros y escuchábamos música. Una compañía de las SS se amotinó, todos querían ir al frente. Pero tenían que ejecutar las órdenes recibidas. Fue por aquel entonces cuando Ogruf Dix [sic] ordenó aumentar el índice de muertes. [nota Pcbcarp: Ogruf es una abreviatura de Obergruppenführer, más o menos teniente general; pero confieso humildemente que Dix no me suena nada como Ogruf, tal vez fuera un apodo. Me ha picado la curiosidad. Si alguien sabe algo...]
G.: El lema de las SS debía haber sido "Meine Ehre ist Gehorsam" [Mi honor es mi obediencia] [Nota de Pcbcarp: El lema de las SS era "Meine Ehre heisst Treue": Mi honor se llama fidelidad]
H.: Es verdad. Cuando vino el sargento primero en busca de voluntarios para formar un pelotón de fusilamiento, casi nadie se movió. Nos lo tuvo que ordenar. "Tú, tú y tú", y no hubo más remedio que salir. También es verdad que no tenían la menor posibilidad de analizar las consecuencias morales de la orden. Las órdenes hay que cumplirlas. Pero los autorizados para darlas deberían haberse elegido bien de antemano. Todo lo que ha salido a relucir en el proceso de Belsen lo he visto por mis propios ojos. Aquella gente se quedaba sin emociones. Roschke, por ejemplo, me dijo cierta vez con absoluta indiferencia que había solicitado que lo destinaran al crematorio [de Auschwitz], porque cuando se acababa había mucho tiempo libre. Era un destino asqueroso. Había que estar toda la noche en el crematorio. No había ventanas y sólo una puerta. Los dos centinelas entraban, cerraban la puerta por dentro y por la mirilla pasaban la llave al que se quedaba fuera. Sólo estaban conectados con el mundo exterior por teléfono. Por lo general hacían la guardia un suboficial y un soldado raso, pero en un campo de concentración la experiencia cuenta más que la graduación. El de más experiencia llevaba normalmente una pistola y el otro un fusil. Había nueve personas trabajando en el crematorio, también candidatas seguras a la cámara de gas. Sabían demasiado y al final se les exterminaba cuando se presentaba la ocasión. Había cuatro hornos a la izquierda del crematorio y la cámara de gas estaba a la derecha, una habitación de tamaño normal, con una puerta estrecha y sin ventanas. No utilizaban gas, sino un polvo que calentaban a cierta temperatura y despedía un vapor tóxico. Debía ser muy agradable porque la gente no alborotaba nunca. (1) Los centinelas tenían que impedir que los nueve del turno huyeran por los respiraderos. Y los miraban mientras sacaban de los hornos los huesos y pedazos de carne que no se habían quemado, o mientras sacaban a rastras los cadáveres de la cámara de gas y los metían en los hornos. Sólo había espacio para un cadáver en cada horno. Hacía un olor terrible a cal y carne quemada, olía como huele la orina fuerte (los dos ríen). Pero te acostumbras tanto que al final te comes allí mismo el bocadillo.
G.: Es un milagro que no exterminaran también a los guardianes.
H.: Siempre estaban con un pie en la tumba. Después de cometer los excesos más espeluznantes, los veteranos de las SS exigieron que fueran "inspeccionados racialmente". ¡Qué circo se organizó! Había un flamenco que se había ido voluntario a las SS, fue herido en el frente y destinado a hacer guardias en Auschwitz. Creo que su padre era un cura belga y se peleó con él porque se alistó en las SS. Al final lo sacaron de allí y con ayuda de mi hermano encontró plaza en la escuela de cadetes de las SS. Fue a Berlin, tuvo otra trifulca, fue expulsado y volvió a Bélgica. Así eran los hombres que conseguíamos. ¡Qué pandilla! Si viera a Meister le presentaría al próximo soldado. Era un sargento de la Gendarmerie bávara y entró en las Waffen SS como Oberscharführer [nota Pcbcarp: sargento primero], un chupacerveza grande y fornido, un cerdo total. Era la encarnación de la muerte, siempre ideando métodos. En junio de 1941 lo vi perseguir a un judío con un carro hasta que el judío quedó rendido. Entonces le preguntó si quería agua. Lo hizo arrodillarse delante de un cubo y cuando el judío se inclinó para beber, le metió la cabeza bajo el agua con el pie y lo tuvo así hasta que se ahogó. Qué hijo de puta. Todos lo conocían. No puedo demostrar todo lo que he oído de él, pero esto lo vi realmente. También estaba el Untersturmführer [nota Pcbcarp: alférez] Müller, u otro apellido igual de corriente, un hombre mayor de pelo gris que practicaba las obscenidades más increíbles con los cadáveres cuando estaba borracho. Lo llamaban "el payaso del crematorio". Otro, Eimmerich, cuando no le gustaba la cara de alguno, ordenaba a los guardianes que lo eliminaran. No se podían soportar mucho tiempo los gritos y los chillidos, y el olor se quedaba días enteros pegado a la nariz.
G.: Lo único positivo de todo este asunto es que han dejado de existir unos cuantos millones de judíos.
H.: Pues los responsables están ahora en un buen aprieto [...].
(fin de la cita)
Según el autor del libro: "Un funcionario británico que leyó el informe escribió lo siguiente debajo de la observación de Gottstein, con lápiz rojo: "La opinión de muchos no alemanes; entre los aliados he oído comentarios parecidos".
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(1) Lo de que la gente no alborotaba nunca en las cámaras de gas no es lo que dice Höss, comandante del campo, en sus declaraciones, ni otros guardias y responsables de Auschwitz. Probablemente, "H" pasó poco tiempo allí. De hecho, según la descripción de Höss, la capacidad de los crematorios y las cámaras de gas debió incrementarse mucho, después.
Demoledor , el problema de ese juicio , el cumplimiento de ordenes de exterminio "legales" pero no legitimas un atentado contra la humanidad ....
ResponderEliminarHace poco hablaba con un alemán, digno como pocos hombres, sobre este tema y su similitud con Palestina. Y me contaba algo harto difícil, que la gran mayoría de los alemanes fueron ajenos a esta realidad. Su padre fue, a los 17 años, Waffen SS, y a los 18 fue preso por los aliados y salvado de la horca en el último momento por un oficial británico al ser menor de edad. Parece ser que ahorcaron a muchos de sus compañeros, Waffen como él, que nada sabían del asunto. En cambio toda Alemania, el Reino Unido, Francia, Los EEUU... conocían los campos de internamiento.
ResponderEliminarHum... Pau, a veces no hay que dar más que eñ crédito justo a algunos testimonios vivos. Cuando dicen que no conocían lo que ocurría´podría ser cierto en algún caso, pero muy increíble en lo general. Es como cuando preguntas a los ancianos españoles sobre temas de la guerra civil, ninguno hizo nada, ninguno mató más allá de las trincheras, ninguno fue voluntario o simpatizante de tal o cual... a todos les reclutaron cuando pasaron por su pueblo... y sin embargo los testimonios tipo cadáveres ejecutaods, afiliados, exaltados de los primeros meses, etc., están ahí.
ResponderEliminarPor otra parte, tomo nota de este libro PCBCARP.
Es una lástima que, por respeto, no pueda editar sus comentarios, los que me envió por correo para responder al penúltimo tema de mi blog "Un gato en el balcón". No tienen desperdicio y dan una explicación coherente y muy demostrativa.
ResponderEliminarDespués de todo, también en Rusia era sabido que más diez millones de ciudadanos fueron asesinados por Stalin, y hoy aún es el segundo dirigente más respetado en su tierra.
Peggy: los jerarcas nazis que fueron juzgados en Nüremberg eran los supervivientes de los que mandaban y la mayor parte de ellos no podían alegar ignorancia ni obediencia debida, porque en muchos casos las órdenes las daban ellos. Otra cosa es el curioso sistema de elegirlos, para representar a las principales instituciones nazis. Por ejemplo, Julius Streicher no ordenó nada, pero fue uno de los principales responsables de la histeria antijudía por sus escritos.
ResponderEliminarUna de las cosas más curiosas es cuando von Ribbentropp, ministro de asuntos exteriores alegaba desconocer muchas cosas sobre la política exterior alemana. A los interrogadores les resultaba imposible creerle, pero en muchos casos era verdad. El sistema hitleriano era así de raro.
Pau y Canichu: Yo también he conocido a ciertos alemanes. Luego sigo.
No son muy distintos a cualquiera de nosotros.
ResponderEliminarBueno, ya estoy aquí de nuevo.
ResponderEliminarQuería decir que estoy de acuerdo con Pau. Cuando terminó la guerra resultó muy cómodo echar la culpa de todo a las SS, ya que había demasiadas culpas que repartir. Por las Waffen SS (no hablo de las otras SS)pasaron un millón de tíos de muchos países y, aunque las divisiones Polizei y Totenkpof en un principio estuvieron integradas por gente que tenía bastante experiencia en campos de concentración, no es el caso de buena parte de las demás. En general, las Waffen SS no diferían demasiado del resto de la Wehrmacht y, a medida que la guerra avanzaba, cada vez se diferenciaban menos.
En el Este, la guerra se desarrolló de un modo ajeno a cualquier consideración civilizada y en ello participó todo el mundo. Aunque unos bastante más que otros.
No obstante, resulta patético el coro de gilipollas que se organizó cuando Günter Grass contó en la piel de la cebolla su paso por las Waffen SS. Cuando quedaban menos de dos meses de guerra, lo meten en la unidad que le toca y se dedica básicamente a correr delante de los rusos, pero eso para los bienpensantes es una mancha que anula toda su trayectoria.
La aberración que supusieron los nazis y su política en el Este (no sólo respecto de los judíos, ni mucho menos) no tiene parangón en los últimos siglos (salvo, tal vez el exterminio de los indígenas norteamericanos, pero esos eran menos),y no cabe comparación entre otros regímenes y el suyo. Con todo y con eso, si la guerra hubiera acabado de otro modo es evidente que los responsables de los bombardeos sobre la población civil de Alemania y Japón habrían acabado en el patíbulo.
genial post! muy muy interesante!
ResponderEliminarQué se puede decir...
ResponderEliminarUn saludo.
me encanta pasarme por aqui de vez en cuando. soy alemán y si hay palabras que necesiten el contexto de la frase para entender su traducción, ya sabes donde estoy.
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