30/11/07

Tebeos




Cuando yo era pequeño (bueno, y relativamente mayor también) había periódicos mañana y tarde. Salvo los lunes, que sólo salía la “Hoja del lunes”. Mi padre cambiaba mucho de periódico, o esa es la impresión que me ha quedado, y sin un criterio claro, al parecer. Pero compraba el de la tarde: El Alcázar, Informaciones y Pueblo. Es preciso reseñar que, por aquel entonces, El Alcázar, era un periódico normal. Normal para el entonces aquel, obviamente.

Recuerdo que El Alcázar, al menos un verano (era verano porque estábamos en el pueblo), que debía ser el del 69 o 70, traía comics: un tal "Roldán el Temarario", que resultaba ser nada menos que Flash Gordon, el de Dan Barry, no el de Alex Raymond, que mi generación no conoció hasta poco antes de la muerte del Caudillo, publicado en fascículos semanales ansiosamente esperados ¡y en color! por Editorial Burulan. Como es más reciente, mis recuerdos son más nítidos. Pero, a lo que iba: yo conocí a Flash Gordon en El Alcázar.

Me imagino que sería un suplemento veraniego, porque lo recuerdo con una impresión nefasta, propia de la época (salvo las aristocráticas páginas de “huecograbado” del ABC) y ¡en color! Claro que lo del color puede obedecer a una contaminación mnésica tardía.

Luego vino el informaciones. Durante una época indeterminada en mi memoria (principios de los 70, supongo) Forges sacaba allí sus legendarios forgendros: máquinas de utilidad incierta cuyos componentes gozaban de nombres como “firulillo de esborciar” y que tomaron el testigo del entonces predifunto profesor Franz de Copenhague, que salía en el TBO. Tebeo que, pese a los intentos de mi abuelo Heliodoro que lo consideraba el no va más, siempre me pareció de lo más cutre (Salvo, claro está, el Prof. Franz)

Yo era más bien de Editorial Bruguera: Pulgarcito, Tío Vivo, DDT (éste, creo que fue una refundación de una revista de humor en gran formato para “mayores” que compraba mi tío Juan) Cuando yo tenía 10 años, apareció el Superpulgarcito, con veleidades de convertirse en referencia dominante de los tebeos y, algo después, el Mortadelo, que suponía el inevitable reconocimiento de la primacía de Mortadelo y Filemón (y, por tanto, de Ibáñez) sobre todos los demás personajes que contribuían a matar el aburrimiento de mis tardes de domingo, sobre los que hasta ese momento reinaban como primus inter pares. Digo lo de las tardes de domingo, porque el momento de comprar los tebeos era a la salida de misa de una. Eso sí: tenía que pedirlo todos los putos domingos. Recuerdo una vez que no quise pedirlos al pasar por el kiosko y ¡joder! pues que no me los compraron. Y eso que yo tenía sólo 7 años. Pero es que he recibido una educación muy dura, joder, así he salido.

Nada que objetar a Las Hermanas Gilda, Anacleto Agente Secreto, el mismo Vázquez, Hug el Troglodita, Los Señores de Alcorcón y el Holgazán de Pepón, El Reporter Tribulete, Carpanta, Doña Urraca, Zipi y Zape (que, a pesar de los intentos de su autor, no consiguieron que me aficionara al fútbol, aunque años después y gracias al Ejército, pude estrechar la mano de Paco Gento) y tantos y tantos otros. Pero el caso es que el Mortadelo supuso un cierto aggiornamiento en el mundo del tebeo patrio, aún anclado en el costumbrismo de posguerra:

Empezaron a aparecer cada vez más personajes que no eran calvos, que no pasaban hambre y que “pensaban” en algo más que en la lotería que los sacaría de la miseria. Paradigma de lo que digo: “Sir Tim O’Theo”, de Raf (que continuaría en El Jueves) : ¡Un inglés! impensable hasta ese momento.

Aparte, por supuesto, estaban El Capitán Trueno y El Jabato, suma y compendio de las virtudes de la Raza (Aún alcancé a leerlos en unos “superálbumes” en blanco y negro que me parecían gigantescos, imagino que por mi escaso tamaño de entonces) Y, cómo no, “Hazañas Bélicas”, esos tebeos apaisados cuyas hojas había que abrir con un cuchillo (recuerdo cuando ya me fue permitido usar un cuchillo, con lo que los bordes quedaban decentes, y no con el mango de una cuchara, como hasta entonces, con lo que quedaban asquerositos) Pero, ¡ah!, el engorro que constituía abrirlos quedaba largamente compensado con las hazañas de la Wehrmacht a cargo de Boixcar, o las de los marines contra los pérfidos japos en el Pacífico, combatiendo isla por isla: Guadalcanal, Iwo Jima. Tarawa... ¡Joder, qué tiempos!

Había más: las aventuras del Sargento Gorila y el Teniente Johnny Comando en la Guerra de Corea, o un tebeo que jamás he oído citar después, pero que a mí (y a mi primo Benito) nos encantaba: el “Bravo”, que era como más de mayores que los de Bruguera, con aventuras “serias”: Galax el Cosmonauta, Mike Palmer, Detective, La Patrulla de la Selva, que era, ni más ni menos que las andanzas bienhechoras de una unidad de mercenarios por África (o esa es la impresión que conservo) y, ¡Tachánnnn! Mucho ojito: EL TENIENTE BLUEBERRY. Ahí, en el Bravo, fue la primera vez que entré en contacto con el genio entre los genios: GIR/MOEBIUS.

Luego vendría el Strong, que era más o menos la versión española del Spirou francés.

Durante todo este período, suponía una frustración cuando en verano, en el pueblo, mi abuelo se pusiera en plan espléndido y me apareciera con Roberto Alcázar y Pedrín (fomentando la paidofilia inocentemente) o El Guerrero del Antifaz. Que seguían (y siguen) pareciéndome el colmo de la cutrez.

De hecho, creo que la numantina aunque desesperada resistencia del TBO, Roberto Alcázar y El Guerrero del A. a desaparecer de una vez por todas, no era sino un reflejo del cambio de época que vivía el solar patrio por aquel entonces.

Luego vinieron (Tendría yo 10 años) Flash Gordon reencontrado (siempre el de Dan Barry) y El Hombre Enmascarado (el nuevo, el que desarrollaba sus películas en Africa, y no en Borneo o sus cercanías; aunque los Bandar, los temibles pigmeos envenenadores que le rendían culto, se adaptaron perfectamente al cambio y los dibujos eran mucho mejores)

Pero lo que recuerdo como un hito fue la primera vez que cayó en mis manos un tebeo de Superman. Siempre hablábamos de Supermán, pero nunca habíamos visto uno. En realidad, aunque cueste creerlo, ni mis colegas ni yo teníamos muy claro qué aspecto tenía. Estaba publicado por Editorial Novaro, mexicana, así que todos hablaban de una forma la mar de rara: le llamaban carros a los coches, sacos a las chaquetas y cobija a lo que, con toda claridad, era una manta. Eso, la verdad, los hacía poco atractivos y, aunque uno se esforzase, decepcionaba. Una cosa era oir ese extraño lenguaje en la tele y otra muy distinta, hacer el esfuerzo de leerlo.

Sobre todo, porque por esa misma época hizo su irrupción cual elefante en cacharrería la factoría Marvel, con sus tebeos que de repente ya no se llamaban tebeos, sino comics y, aunque estaban en blanco y negro, sus personajes estaban infinitamente mejor caracterizados y sus argumentos eran mucho, pero mucho más enrevesados, lo que capturaba bastante más nuestra infantil atención. Y, encima, como eran gordos, una vez leídos e intercambiados, se podían usar como espinilleras para jugar al fútbol.

Eso sí: los superhéroes de Marvel se vestían de un modo tan ridículo ( o incluso más) como Supermán y sus colegas.

El tema del atuendo de los superhéroes era su punto flaco a mi entender. Y es que yo siempre he sido partidario de la discreción en el vestir. De ahí que mi preferido fuese el Coronel Furia, que no tenía superpoderes, pero, a cambio, se vestía de un modo razonable (para el canon Marvel) y, además, era militar; cosa que a mí me ponía mucho por entonces. Reconozco que me preocupaba un poco (y a mi amigo el prof. Borodin también, no sé si se acordará) si pertenecía al Ejército Regular de los Estados Unidos o, por el contrario, Escudo (hoy “Shield”) era una de esas empresas privadas de los superhéroes, tipo “Los Vengadores”. He de decir que la aparición de sus andanzas contra los nazis en la Segunda Guerra Mundial, cuando sólo era Sargento, despejaron esos temores de una vez por todas.

Me estaba refiriendo a publicaciones periódicas, por lo que no he mencionado a Tintín, que será un lechuguino la mar de cursi y todo lo que queráis, pero, oye, te hacías una cultura. Y siempre estaba el Capitán Haddock para sentirte identificado con alguien. ¡Ah...! Esos tomos de tapa dura y lomo de tela... Ahora mis tintines valdrían una pasta y ennoblecerían mi biblioteca, de no ser el mayor de seis hermanos y de (por entonces) unos 14 primos, lo que llevó inexorablemente a su destrucción.

A partir de ahí, en torno a los 12 años, ya empecé a pasar de los tebeos y centrarme en los libros a secas. He de decir, que ya había empezado sobre los 8 años con Salgari y Tarzán (éste último, gentileza de Rosi, una semitía muy querida que murió hace años) y me limitaba a los Vampus (versión española de Creepy) Y Dossier Negro, comics cutres de terror bastante malos y repletos de moralina calvinista, pero que procuraba estimulantes sensaciones una vez caía la noche. Sobre todo, si tenías que atravesar un sitio oscuro.

Ahí se acabó. Hasta el año 80 o cosa así, en que se inició la edad dorada del comic en España: TOTEM, 1984/Zona 84, CIMOC, Comix Internacional, Cairo, etc., etc. , sin olvidar el Víbora. Pero esa es ya otra historia, compartida también con el profesor Borodin.

42 comentarios:

  1. sólo decirte que "clásicos populares" sigue existiendo.
    no las merece.

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  2. Hace muuuucho que no oigo la radio por las tardes, así que no estaba seguro. Eso sí: el 23/02/81, nos enteramos de lo que pasaba cuando pusimos la radio como todas las tardes y en lugar de clásicos populares, sonaba "Los voluntarios".

    Aunque no las merezca, se agradece.

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  3. Admirable que en mi blog me llames profesor, y precisamente tú del que aprendo un montón.
    Admirable también tus análisis sobre Pakistán. Yo no olvidaría nunca a la convulsa Indonesia, un país que de caer en el caos político por sus problemas económicos y de reparto de riqueza, sería imposible de controlar.

    Ja ja... coincidimos en nuestros antiguos gustos por el TBO-los Tebeos... para nosotros todos eran Tebeos. Las "Hazañas bélicas" y demás... nada de nada. Un poco el "Capitán Trueno" y poco más.
    Ahhh y más tarde el gran e insuperable, el asexuado y aniñado Tintín.
    Ahhh ¿qué haríamos sin el capitán Haddock?
    ¿Sabes? He dedicado parte de mi tiempo en buscar afanosamente todos los números de Cimoc. Los tengo casi todos.
    Un saludo.

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  4. Yo también fui siempre de Cimoc. Desde el nº1 de la 1ª época. Por cierto, es el que me falta. Me lo quitó el profe por leerlo en clase de física. No, ese fue el nº1 de la 2ª época, con portada de Segrelles.

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  5. Pau: en cuanto a analizar tú tampoco eres manco. Eso sí: lo de Pakistán no es mío, sino de Piolet.

    Indonesia y aledaños son un sitio a tener en el punto de mira permanentemente.

    Yo tenía enormes cantidades de comics y, entre el grupito de colegas que conformamos la cochambre anarcosindicalista atesorábamos un montón de números 1: TOTEM, CIMOC, 1984, etc. Pero por circunstancias que no son del caso, los almacenamos en casa de uno de nosotros que, imagino, sigue almacenándolos el maldito.

    Ruben, ¿De Segrelles? ¿El mercenario montado en su dragonfly?

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  6. Espectacular! Yo empecé con los Mortadelos y los Superhumor, que era lo que correspondía a mi quinta. Por cierto, estoy preparando un post sobre la saga de Civil War de Marvel, no sé si lo conoces, si no tira de google y verás. Los cómics, qué buenos compañeros...

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  7. Yo soy de los 80 y la época dorada me pillo mamando teta y la anterior... en otra vida, Conclusión me crié viendo oliver y benji, la abeja maya, heidi, chicho terremoto, bola de dragon, etc. L

    Lo de leer me pillo el gusanillo con Sherlock holmes... asi estoy yo ahora... con 10 años y leyendo las aventuras de un investigador yonki.

    pd: blogger da asco ¬¬ no puedo poner la dirección de los blogs ahora, no sé porque lo han cambiado

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  8. Mon Capitain, yo también soy de Bruguera, pero pasé del cómic directamente a la colección Clásicos Juveniles. Salgari también era una de mis lecturas infantiles, y Karl May, qué aventuras...

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  9. Svodoba, es que los de Marvel son la referencia dominante, el Stan Lee por lo visto sigue diciend cosas como chamán respetado.

    cassehrn25, qué cosa tan chunga, oliver y benji. No así las bolas de dragón: yo era un verdadero profesional, hasta que ya con las bolasdedragonZ se les fue la pinza y, como el joven jedi ya había crecido, le fui perdiendo el punto.

    Raquel, ¡Karl May! ¡Old Satterhand!¡Winnethou! ¿Se escribía así? ¿Y el capitan Marryatt?

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  10. Mon Capitain, no me pregunte usted por la ortografía, jajajaa.

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  11. A pesar de haber crecido con todo lo mencionado por Cashern25 (y alguna cosilla más), en el pueblo todavía hay tebeos de Gorila, de un detective en París que salva niños ricos etc.
    Si no recuerdo mal, eran de la colección ¡Acción!. Recuerdo uno de un tipo que muere de miedo porque una pitonisa le dice que sería muerto por una serpiente, y al encontrarse con el capitán cobra muere de miedo... (Frente japonés)

    Ayer estaba usted nostálgico, por lo que veo. Genial el etiquetar esto como "educación para la ciudadanía" y "Franco". Dentro de poco pondrá etiquetas tanto o más crípticas que las mías.

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  12. Ah, y puestos a "educación para la ciudadanía", me acabo de ver la versión original (en las dos formas que puede tomar ese sintagma) de La Guerra de las Galaxias: El Imperio Contraataca.
    Si fuese maestro, los críos tendrían como deberes para casa verse las 3 películas originales (las "viejas" y sin retocar) al menos una vez por año. Ni educación para la ciudadanía ni hostias. Y de paso que aprendan que lo del emule no es moralmente reprobable. Y en España sigue sin ser delito

    Estoy en éxtasis, y listo para trabajar.

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  13. Raquel: pues me he picado y voy a tener que ir a buscar dónde tengo al viejo Karl May a ver dónde va cada W y H y si son dos o tres Tes.

    Folken, en realidad, quería escribir sobre otra cosa, pero estaba yo en Segovia escaqueándome vilmente con excusas laborales y, una vez terminado, me aposenté, como suelo en la bara de casa Duque y me salió esto. Nostágico, no, pero como me leí el otro día la cosa esa de "Pelando la cebolla", del Grass, me salió lo que he colgado finalmente.

    Creo que nunca superaré tus "tags". Ni yo, ni otros.

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  14. El mercenario mismo, rescatando a un pibón que tenían secuestrado. Y ahora que recuerdo, unos años antes...

    http://www.castledevelopmentgroup.com/PostNuke/displayimage.php?album=lastcom&cat=&pos=0

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  15. ¡Vaya, Maestro Folken! veo que trabajamos a la vez. Si: estoy de acuerdo. Las enseñanzas jedi sin contaminación digital sn lo más adecuado para la juventud. Y menos mariconadas.

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  16. Rubén: por Dios, que vengo del aperitivo y aún no he comido (aunque las tapas del ávila nutren bastante, gracias a Dios)¿estáis todos por aquí? Recuerdo ese número, lo que pasa es que lo tiene el canalla del amigo almacenista. Primoroso el Segrelles y sus armaduras &dragones voladores. Algún día narraré mi época de kioskero ayudante voluntario y las chicas que venían a comprar ducados sueltos. ¡Joder!, ese recuerdo estaba dormido.

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  17. Hola a todos:
    Soy un poco mas joven que vosotros, pero por influencia de mi padre, cuando tenia unos pocos años recorria los rastros domingueros de su mano, comprando todos los fasciculos, incluso los gordos con varios cuadernillos, de Hazañas Belicas, que personalmente, me gustaban mas que los de Zona de Combate o algo asi que se llamaba. Tambien me acuerdo que en los 80 habia aun otras colecciones de tematica belica, quizas algo mas de adultos y menos "ingenuos" que Hazañas Belicas.
    Creci leyendome esos tebeos, junto con los de Mortadelo y Filemon por supuesto y el Don MIckey, compaginandolo con la clasica coleccion de Sherlock Holmes en tres volumenes y todo lo que caia de Verne y compañia.
    Hoy dia, nada de eso les suena a nuestros jovenes. En el mejor de los casos, su principal libro y casi unico leido es El codigo Da Vinci...

    Saludos a todos.

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  18. Vaya, voy a revisarlo yo también, para no quedarme ya con dudas. Menos mal que los tengo a mano....

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  19. Bueno y ... donde se compran las cervezas en esta Barra? ;o) Tus palabras me recordaron de los comics que yo leia desde pequenha: Superman y Archie. En libros, entre los primeros, El Ninho Aviador de Pearl Buck, Sandokan de E. Salgari y Mujercitas de L.M. Alcott... Que tiempos aquellos! me fascinaba sentarme con un paquete de galletas y un vaso de leche a leer. Ahora lo he cambiado por queso y un vaso de vino [algunas veces].

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  20. Qué tiempos. Me acuerdo cuando casi me matan a pedradas en las vacaciones del 76.

    Saludos.

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  21. Ralph y su Sir Tim O'Theo, y la gaita del fantasma McLatha, su mayordomo, el burgomaestre (qué de léxico aprendía una), Vázquez el eterno sablista, Peñarroya noooooo, Ibáñez (casi) siempre... Escobar, pfffffffffff...

    Personajes posguerriles: Carpanta, pero también Agamenón, que calzaba un 54 y era "igualico, igualico, que el defunto de su agüelico"; y la terrible Fifí, y el Profesor Tragacanto, y su clase, que es de espanto... (todavía algunos decimos "barre a los niños al recreo", o tempora, o mores).

    Aburridos: Don Pío con su sombrero hongo, otro q era el hincha del Pedrusco FC, un farmacéutico que se llamaba algo así como Acetilsalicílico... Tb me aburrían el botones Sacarino y Pepe Gotera y Otilio, chapuzas a domicilio, por muy bien hechos que estuvieran los dibujos en comparación con el soporífero y anticuado Peñarroya.

    Tronchantes: las hermanas locas cuyo nombre no recuerdo, una muy flaca y otra muy gordita; Anacleto, la familia ¿Rosendo?, con las batallitas de su abuelo, e inquietante como el que más el niño-bebé que iba por los campos de España en una cesta y sólo decía "gu".

    Los Zipi y Zape... hummm... lo mejor, los apelativos o vocativos, que formaron parte del particular idiolecto compartido familiar durante muchos años ("dilecto padre", etc.).

    Luego vinieron pre-pos-modernismos extraños que no terminaron de cuajar, como Angustio Vidal, un hippie con pocas ganas de trabajar (qué mensajes en absoluto subliminales) y angustia existencial sui generis.

    Ah, y en cuanto a lecturas supuestamente infantiles, excepción hecha de clásicos ya nombrados (normalmente enlatados en Bruguera en versión texto - viñetas, entreverados como una pata de cerdo trufada --oiga, que así me leí yo la Jerusalén libertada, de Tasso), aparte de la insufrible Enyd Blyton y los repipis Hollister made in USA, el magnífico Guillermo Brown, poddió... y los Proscritos.

    ¡Viva Richmal Crompton!

    Anónima Paula

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  22. Yo tuve suerte de que a mi padre le gustaba el Mortadelo y el Zipi Zape, porque así pude compensar la cusrsilería de los tebeos de niña, Esther y Lily, y ojo que me gustaban, que yo tambien tenía una carga de ñoñería importante.

    Recuerdo tambien el Hazañas Bélicas y el Zona de Combate, y con especial interés las viñetas en que había beso con enfermera, de nuevo la preadolescencia.

    Pero por culpa de tanto tebeo, una vez en Quinto de EGB la seño. nos hizo un garabato y a partir de ahí cada uno tuvimos que hacer un dibujo. No se que pasó con los niños, pero a todas las demás niñas les salieron cisnes, flores, princesas...y buena nota. A mi me salió el Botones Sacarino y un sufi. Pero vamos, ese mismo año logré ser la primera niña que suspendía costura.

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  23. Anónima Paula, las hermanas tronchantes eran las Hermanas Gilda. Joer, qué ganas locas ahora de tener un Superhumor en las manos...

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  24. Pues yo me partía la caja con el Rompetechos... con el tiempo me daría cuenta de que si te fijas, hay unos cuantos por ahí sueltos en la calle, y ya no hace falta tirar de viñeta para reirse un rato... quémalaaaaaaaaaaaaa¡¡¡¡ Zipyzape, me gustaban... mas o menos, pero en mi casa había un altar a Mortadelo y Filemón... y esa grande, la Ofelia... mito erótico dónde los haya...
    Ah, y Carpanta, ese tb me molaba bastante. Luego estaban los tebeos de Esther que se pasaba la vida suspirando, y creo que tenía la regla varias veces al mes... porque estaba la tía de tonta.... aleeeeeeeee, mujeres a por miiiiiiiiiiiiiiiiii, pero es que sólo podía deberse a un síndrome premenstrual aquellas actitudes de retrasada, eso, o que la que escribía se metía algo pal cuerpo... porque era muy heavy... lloré cómo una perra con la tía esta...
    Enfin... que un placer, no soy doctorada en el tema, cómo ud, pero aporto mi granito cutre de arena....

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  25. Está bien, tengo la lágrima a punto de caer. Quiero la segunda parte, pero ya. Que en cuanto llegue a casa le quito el polvo al manoseado nº1 de 1984, lo prometo, pero cuente UD. más.

    Saludos.

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  26. Todo hombre -toda persona- de bien debe comprender que antes del Cairo y el neorrenacimiento/neotebeo está Tintín, que por cierto ha sido mancillado en estos comments de un modo que no merece comentario. Que Superlópez es la lógica consecuencia de los oldtimefellows de bruguera, que a su vez siguen al material del dedeté. Vergüenza os debería dar, malandrines. In Herge & E.P. Jacobs veritas, recopón. Bueno, y un poco en el Dr. Franz de Copenhague también.

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  27. Sigo comprando comic pero nada con aquella sensación de los domingos con mi padre comprando yo toda encoletada un tebeo. Y cuando sacaron los superhumor!! no podía creerlo!! tantas hojas... mataba por uno de ellos. Y luego llegaría Quino o Uderzo algo más mayor.

    Y los ochenta,aunque ya se los robaba a mis hermanos mayores, creo que en aquellos años no me quedó un comic por leer. Ahora rebusco en las tiendas especializadas pero qué tiempos aquellos que se veían en cualquier Kiosco...

    Toda una cultura la de los comic, sí señor. Pegadita a la piel.

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  28. Buen repaso de nuestros tebeos. He viajado contigo al pasado. Hoy, sólo ojeo en las estanterías.

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  29. Usted es que era de clase acomodada. En mi casa no nos compraban tebeos, los comprábamos usados y luego los cambiábamos. El cambio era por 10 céntimos los viejos y dos reales los nuevos.
    Cantidad de "sargentos gorilas" de mi hermano habré leído. Y Pulgarcitos. Mi favorito, Agamenón, el que gastaba un 54 y era igualico que el defunto de su agüelico.
    Y la 13 rue del percebe, of course.
    Más tarde, comics de esos de terror, queno me acuerdo como se llamaban.
    Y mucho Astérix, mucho Tintín y mucha Mafalda. Y Lucky Luke, que se me olvidaba.

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  30. Te mando un Pumby por pando.

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  31. Dirá lo que quiera, pero la nostalgia vende mucho. Y si no, mire la de comentarios que hay aquí.

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  32. Estimado Sr. Folken, a quien no conozco para mi desgracia: Pues claro que vende la nostalgia, nos pone sonrisa tonta recordar esos tiempos, los de cada uno. Y se recuerdan sobre todo los buenos ratos, de los malos vemos la sombra y retiramos la vista. No es malo sonreir y recordar. No es mala la nostalgia.

    Saludos.

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  33. Wallwnstein,, yo tenía 13 años cuando pusieron en la tele la serie de Sherlock Holmes con Peter Cushing. ¿Ah!, conseguí que, como era un repelente niño vicente, me regalaran las historias completas (Aguilar, 2 tomos piel y papel biblia), que me abrieron un mundo nuevo. A los 27 me deshice de ellos en un estúpido arrebato sentimental que ahora no repetiría y ahora tengo que conformarme con la ed. en rústica.

    Raquel, pues a ver si puedes mirarlo, que yo a Karl May resulta que aún no lo he desempaquetado.

    Lilian: Yo, como soy chico, me mantuve alejado de Mujercitas y sus secuelas, pero era un fiel de Salgari: ¡Ah! Sandokan, Yañez, La Perla de Labuán, Kammamuri, Sambigliong, Tremal-Naik, El Capitán Tormenta y el León de Damasco, El Corsario Negro, Morgan y Yolanda, los mineros de Alaska, la Capitana del Yucatán... Era mucho más de Salgari que de Julio Verne, sin olvidar a Stevenson.

    Yinyin: había que organizarse y no adentrarse en territorio enemigo sin una adecuada linea de tirachinas de cobertura.

    ¡Anónimapaula! ¡Tiempo sin saber de Vd...! Comparto plenamente su aburrimiento de Peñarroya, a quien omití piadosamente.

    Yo también leí la Jerusalén Libertada en Clásicos Juveniles de Bruguera. Enyd Blyton, odiosa, y los Hollister... bueno, te reconcilian con la idea de quemar libros en la plaza pública.

    ¡Viva Guillermo!¡Vivan los proscritos, Douglas, Pelirrojo el otro, que no me acuerdo! Ese era -es- el mejor entre los mejores.

    Esadelblog, mira que estudiar costura a tu edad... Yo, la verdad sea dicha, no recuerdo ni un solo beso en Hazañas Bélicas. En cuanto a Lily... algún día hablaré de eso, que tengo una hermana. En sus últimos tiempos trataba de adaptarse a los 80 y tuvo incluso un consultorio sexual que era de lo más desternillante que he leído en mi vida.

    Reinadelamiel: Me has ahorrado recordar a Hermenegilda (la gorda) y Leovigilda (la flaca vestida de negro)

    Deliriumtremends: Esther... La conozco por mi hermana, como al Lily. A veces, en verano, el aburrimiento y la falta de material legible me llevó a ller alguno. Gasp.

    Von Chemmenn, la segunda parte supone ya someterme a las críticas de todos los frikis, así que lo meditaré pausadamente antes de embarcarme en tamaña empresa.

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  34. ¡Qué lástima de tintines!

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  35. Nunca fui muy aficionado del cómic, ¡pero Salgari! Ojo, Verne tenía lo suyo, pero tenía menos gracia para la aventura. De Stevenson me gustaban algunas cosas, pero recuerdo sin demasiado afecto "La flecha negra". Salgari, por otro lado, era políticamente correcto y multicultural avant la lettre. Sus libros de Sandokan tenían a un protagonista malayo cuyo mejor amigo era un blanco portugués. Andaban con ellos dos indios que siempre tuvieron una relación un pelín extraña, a pesar de la hija que tuvo Tremal Naik. Y además luchaban contra los colonialistas británicos practicando una suerte de resistencia que hoy les ganaría el calificativo de terroristas. ¡Cómo cambia el mundo! En cualquier caso, aprendí que a pesar del olor, nunca debo decir que no si alguien me ofrece un durián visto lo bien que saben. El Corsario Negro, sin embargo, con lo años llegó a caerme mal por llorón. De hecho, fueron siempre los personajes secundarios (sobre todo Yañez y Carmaux y su inseparable Wan Stiller) quienes me divertían más ya que Sandokan también tenía sus "episodios" emocionales que solían aburrirme bastante.

    Y después de los 10 años, por puro azar, Aquiles (curiosamente otro un poco llorón) pasaría desplazar a todos los demás héroes como el ejemplo clásico de héroe para mí. Curiosamente, ni siquiera Heracles u Odiseo (un tipo simpático, aunque poco hijo de puta) consiguieron hacerle sombra.

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  36. Bien déjame romper una lanza por una revista de niñas que en mi preadolescencia nos acompañaba al cole "Ester y su mundo" (la verdad es que no se si iba con hache, Esther?), pero los TBO eran la excusa perfecta, el jueves te acercabas corriendo al kiosco y salías con los tTBO (siempre que hubieras racionado bien tu semanada)y luego de un rápido, primer vistazo, te lo comías lentamente a cachitos, para que durase.
    Leíamos más, no sé si entendíamos mejor pero la lectura se convirtió para muchos en el refugio, era más barato que las consolas (funcionaba a galletas y leche) y te duraba incluso por las noches.
    No tiene nada que ver pero os aconsejo el libro de JJ MIllás "El mundo".

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  37. Hans, no me negarás que Tintín era un lechuguino con un look inasumible. No obstante, reitero que lo considero imprescindible en el desarrollo de la civilización occidental (de la mía por lo menos)

    Margot, a mí me pilló ya relativamente mayor hasta superlópez, aunque en seguida reconocí sus méritos desmarvelizadores.

    Astérix lo he omitido no obstante su importancia pues... no sé por qué, como a Lucky Luke. Mafalda, a estas alturas, junto con Borges, Les Luthiers, Gardel y Maradona, es algo que sitúa Argentina en el mundo.

    Don Luis: como yo a estas alturas.

    Dª Alicia, yo también cambiaba. Al ladito de mi casa había un chiscón de esos de se cambian tebeos (y novelas de Marcial Lafuente Estefanía y Corin Tellado)

    Capazorros: ¡¡¡Mierdamierdamierda!!! ¿Cómo es posible que se ma haya pasado por alto nada menos que PUMBY? (y Blanquita, y el profesor chivete)

    Folken, pues sí que vende. De vez en cuando tengo que echar un poco de carnaza a mis amables lectores, que es que andar siempre con Afganistán cansa un poco, imagino.

    Von Chemmen, no te inquietes, que maese Folken es uno de los nuestros.

    Samsa777, Bienvenido. ¡Y que lo digas! No los echo de menos ni nada en la zona noble de mis estanterías.

    Gabriel syme. Me alegra ver que sigues en activo. ¡Carmaux y Wan Stiller! Ayer no conseguía acordarme de cómo se llamaban esos dos secuaces del Corsario Negro. Efectivamente, los arranques emocionales de Sandokan y del Corsario eran lamentables (aunque, eso sí, Sandokan se lo hacía perdonar masacrando cipayos o tughs de los sunderbunds) Mi favorito era Yáñez (cuyo cráneo se conserva en Hong Kong, creo y que es antepasado de un amigo mío, fíjate. Por lo menos eso dice él)

    Tía cookie, Efectivamente, leer es de funcionamiento más barato y ecológico que la plei, pero requiere una inversión previa en Know How que hoy parece no ser rentable.

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  38. Lo encontré, mon Capitain, casi perfecto: sólo una h sobrante en Winnetou, :) Tiene usted buena memoria, :)

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  39. quería empezar dándote las gracias por enlazarme, y seguir agradeciéndote este repaso tan exhaustivo a mi pasado de lectora de tebeos! dios, no te has dejado ni uno! bueno, sí, je je, uno de chicas, esther y su mundo, todo un hito entre las nacidas en los setenta! menuda memoria tienes, tío!

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  40. TRONCOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO, CÓMO ME HACES LOS DEBERESSSSSSSSSSSSS¡¡¡¡ Estás hecho un primor... contestándonos a todos, comentándonos a todos... a mi me tienes onnubilada... jejeje, Oye, pasa buen puente, guapo, y no me hagas mucho caso... es que ando un poco gone ultimamente...
    Oye, una máquina estás hecho...

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  41. Memorable repaso. Es que no te has dejado ni uno.

    Por cierto, la de BILBAO la recomiendo encarecidamente (se dice así?), es el retrato de una obsesión, una película oscura que retrata esa época, justo después de la muerte de Franco, en una Barcelona sórdida, con una crítica feroz de la decadente burguesía catalana, tirando por el suelo aquel tópico que dice que los catalanes son trabajadores.

    Saludos y feliz puente!

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  42. aún recuerdo mis tarde de "superhumor"....
    ;-)

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Soltad aquí vuestros exabruptos