11/2/07

Telegramas de 1914





Un amiguete con el que tuve una charla la otra noche sobre el principio de la Primera Guerra Mundial me sugiere que publique aquí unos telegramas cruzados entre el Zar y el Kaiser, justo antes de declararse la guerra, de los que hablábamos en nuestra conversación. Bueno, pues aquí están. De regalo, unos entre el Rey Jorge V y el Kaiser, también justo antes de cruzar la línea de no retorno. Estos son interesantes, porque sugieren cómo el Gobierno alemán trató de agarrarse a un clavo ardiendo, en el último momento, para evitar la guerra con Francia y, claro, no era más que una mala interpretación.

Soy adicto a esos libros de colorines que recopilan los documentos diplomáticos de antes de empezar las guerras y que publican (o publicaban) los Gobiernos justo al poco de empezarlas para dejar clarito que ellos no tenían la culpa de nada y que habían sido los demás. A la larga son la mar de interesantes, porque intentan reflejar la postura oficial de por qué nosotros somos los buenos de antes de empezar; que por lo general difiere bastante de la de después de la guerra, que es la que luego estudiamos de niños en los libros de Historia y usan los columnistas y sesudos colaboradores.
Extraídos de: Ministerio de Negocios Extranjeros de Francia, "Documentos relativos a las negociaciones que han precedido a las declaraciones de guerra por Alemania a Rusia (1º de Agosto de 1914) y a Francia (3 de Agosto de 1914). Declaración del 4 de Septiembre de 1914.".- (P. Orrier, Editor, Paseo del Prado, 20, Madrid. MDCCCCXIV.)


I.- El Emperador Guillermo al Emperador Nicolás.

28 de Julio de 1914 (10,45 de la noche)

Recibo informes que me causan la mayor inquietud acerca de la impresión que produce en Tu Reino el proceder de Austria-Hungría contra Servia. La agitación sin escrúpulos, que desde años se ha practicado en Servia, ha conducido al monstruoso atentado de Sarajevo, cuya víctima fue el Archiduque Francisco Fernando. El estado de espíritu que llevó a los servios al asesinato de su propio Rey y su esposa predomina aún en ese país. Estoy seguro de que Tú pensarás como yo, que nosotros, Tú y yo, y todos los demás Soberanos, tenemos un interés común en insistir en que todos los moralmente responsables del horrible asesinato sufran su merecido castigo.

Por otra parte, no se me oculta en lo más mínimo lo difícil que es para Ti y Tu Gobierno oponerse a las corrientes de la opinión pública. Por consiguiente, en atención a la cordial amistad que nos liga a nosotros dos desde largo tiempo, estrechamente, hago valer toda mi influencia para inducir a Austria-Hungría a que procure una avenencia franca y satisfactoria con Rusia. Tengo plena confianza en que me apoyarás en mis esfuerzos por vencer todas las dificultades que aún pudieren surgir.

Tu muy sincero y adicto amigo y primo,

Guillermo.


II.- El Emperador Nicolás al Emperador Guillermo.

Palacio de Péterhof a 29 de Julio de 1914 (una de la tarde)

Me alegro de que hayas regresado a Alemania. En este momento tan grave Te ruego encarecidamente que me ayudes. Una guerra vergonzosa ha sido declarada a un país débil; participo plenamente de la indignación que esto ha producido en Rusia.

Preveo que muy pronto deberé ceder a la presión que se ejerce sobre mí, y me veré obligado a adoptar medidas que conducirán a la guerra. Para prevenir una desgracia, como lo sería una guerra europea, Te pido, invocando nuestra antigua amistad, que hagas lo posible para evitar que tu aliado extreme las cosas.

Nicolás.


III.- El Emperador Guillermo al Emperador Nicolás.

29 de Julio de 1914 (6,30 de la tarde)

He recibido Tu telegrama y coparticipo en Tus deseos en favor del mantenimiento de la paz. Sin embargo -como Te dije en mi primer telegrama- no puedo considerar el proceder de Austria-Hungría como una "guerra vergonzosa". Austria-Hungría sabe por experiencia que no es posible fiarse de las promesas de Servia, cuando sólo están en el papel.

Opino que el proceder de Austria-Hungría debe considerarse como una tentativa para conseguir plena garantía de que las promesas servias sean confirmadas por los hechos. En esta opinión me fortalece la declaración del Gabinete austriaco de que Austria-Hungría no pretende conquistas de territorio a costa de Servia.

Por consiguiente, creo que es muy factible para Rusia desempeñar en la guerra austro-servia el papel de espectador, sin arrastrar a Europa a la guerra más horrible que ha conocido.

Creo que es posible y apetecible una avenencia directa entre Tu Gobierno y Viena, avenencia que -como ya Te telegrafié- mi Gobierno se empeña en fomentar con todos sus medios.

Naturalmente, medidas militares de Rusia, que pudieran ser interpretadas por Austria-Hungría como una amenaza, necesariamente precipitarían una desgracia, que ambos nosotros deseamos evitar, y socavarían también mi misión de mediador, que he aceptado apresuradamente cuando has apelado a mi amistad y auxilio.

Guillermo.


IV.- El Emperador Guillermo al Emperador Nicolás.

30 de Julio de 1914 (una de la madrugada)

Mi Embajador ha recibido orden de llamar la atención de Tu Gobierno sobre los peligros y graves consecuencias de una movilización; eso mismo Te lo dije en mi último telegrama.

Austria-Hungría sólo ha movilizado contra Servia y sólo una parte de su ejército. Si Rusia moviliza contra Austria-Hungría, según resulta de Tu comunicación y de la de Tu Gobierno, entonces peligrará y quizás fracasará la misión de mediador, que amistosamente me confiaste y que he aceptado, accediendo a Tu insistente ruego.

Todo el peso de la decisión descansa ahora sobre Tus hombros; ellos son los que tienen que cargar con la responsabilidad de la guerra o de la paz.

Guillermo.


V.- El Emperador Nicolás al Emperador Guillermo.

Péterhof a 30 de Julio de 1914 (1,20 de la tarde)

Te agradezco de todo corazón Tu rápida contestación. Hoy a la tarde despacho a Tatischeff, con instrucciones. Las medidas militares que ahora se hacen efectivas ya fueron resueltas cinco días ha, como defensa contra los preparativos austriacos.

Espero de todo corazón que estas medidas no influirán, en manera alguna, sobre Tu papel de mediador, cuyo valor estimo muy alto. Necesitamos de Tu fuerte presión sobre Austria para conseguir la avenencia entre ambos.

Nicolás.


VI.- El Emperador Guillermo al Emperador Nicolás.

31 de Julio de 1914 (2 de la tarde)

A Tu llamamiento a mi amistad y a ruegos tuyos de ayudarte, emprendí una acción mediadora entre Tu Gobierno y el Gobierno Austro-húngaro.

Mientras que esta acción se tramitaba todavía, Tus tropas fueron movilizadas contra mi aliada Austria-Hungría; y en su consecuencia, como Te lo manifesté ya, mi intervención llegó a ser casi ilusoria. No obstante, la continué.

En este instante recibo noticias dignas de crédito tocante a serios preparativos de guerra igualmente sobre mi frontera oriental. Teniendo que responder de la seguridad de mi Imperio, me veo precisado a tomar idénticas medidas defensivas.

He llegado hasta el límite extremo de lo posible en mis esfuerzos para mantener la paz. No seré yo quien soporte la responsabilidad del horroroso desastre que amenaza ahora a todo el mundo civilizado.

Aún en este momento, todavía depende de Ti impedirlo. Nadie amenaza el honor y el poder de Rusia, que bien hubiera podido esperar el resultado de mi intervención. Mi amistad hacia Ti y a Tu reino, que me transmitió mi abuelo en su lecho de muerte es siempre sagrado para mí, y fui fiel a Rusia cuando se encontró en la desgracia, sobre todo en Tu última guerra. En lo presente, la paz europea puede ser mantenida todavía por Ti, si Rusia se decide a suspender sus medidas militares que amenazan a Alemania y Austria.

Guillermo.


VII.- El Emperador Nicolás al Emperador Guillermo.

1º de Agosto de 1914 (2 de la tarde)

He recibido Tu telegrama, comprendo que Te veas obligado a movilizar, pero quisiera recibir de Ti la misma garantía que Te di, a saber, que estas medidas no significan la guerra y que proseguiremos nuestras negociaciones para el bien de ambos países y la paz general tan grata a nuestros corazones.

Nuestra larga y probada amistad debe, con la ayuda de Dios, llegar a impedir el derramamiento de sangre. Espero confiadamente una contestación Tuya.

Nicolás.


VIII.- El Emperador Guillermo al Emperador Nicolás.

Berlín, 1º de Agosto de 1914.

Te agradezco tu telegrama; ayer indiqué a Tu Gobierno el único medio por el cual podría aún evitarse la guerra.

A pesar de haber pedido una contestación para mediodía, no he recibido todavía de mi Embajador ningún telegrama conteniendo respuesta de Tu Gobierno. Me he visto, pues, en la obligación de movilizar mi ejército.

Una contestación inmediata, clara y sin equívoco de Tu Gobierno, es el único medio de conjurar una calamidad inmensa. Hasta que reciba esta contestación, me es imposible, muy a pesar mío, discutir el contenido de Tu telegrama. Debo pedirte categóricamente, ordenes sin demora a Tus tropas que no inicien el menor ataque a nuestras fronteras.

Guillermo.


(Extractos del Libro Blanco alemán, publicados como Anexo V)



1º. El Príncipe Lichnowsky, Embajador de Alemania en Londres, a M. de Bethmann-Hollweg, Canciller del Imperio alemán.

Londres, 31 de Julio de 1914.

Sir Edward Grey acaba de llamarme al teléfono y me ha preguntado si pensaba poder declarar que no atacaríamos a Francia, si Francia permanecía neutral en una guerra germano-rusa. Contesté que pensaba poder asumir la responsabilidad de esta declaración.

Lichnowsky.


2º. Telegrama del Emperador Guillermo al Rey Jorge V.

Berlín, 1º de Agosto de 1914.

Acabo de recibir la comunicación de vuestro Gobierno, ofreciéndome la neutralidad de Francia con la garantía de Gran Bretaña. A este ofrecimiento se halla ligada la cuestión de saber si, con esta condición, Alemania no atacaría a Francia. Por razones técnicas, mi movilización, que se ha decretado esta tarde sobre ambos frentes Este y Oeste, debe llevarse a cabo según los preparativos indicados.

La contraorden no puede darse y vuestro telegrama ha llegado demasiado tarde. Pero si Francia ofrece su neutralidad, que será entonces garantizada por la escuadra y el ejército inglés, me abstendré de atacar a Francia y conduciré mis tropas a otro lado. Deseo que Francia no muestre nerviosidad alguna. Las tropas en mi frontera están en este momento detenidas, por orden telegráfica y telefónica, en su marcha adelante allende la frontera francesa.

Guillermo.


3º. M. de Bethmann-Hollweg, Canciller del Imperio alemán al Príncipe Lichnowsky, Embajador de Alemania en Londres.

Berlín, 1º de Agosto de 1914.

Alemania está dispuesta a aceptar las proposiciones inglesas, si Inglaterra garantiza con sus fuerzas de mar y tierra la neutralidad francesa en el conflicto ruso-alemán. La movilización alemana se ha efectuado hoy para contestar a las provocaciones rusas y antes de que llegaran las proposiciones inglesas. Por consiguiente, nuestra concentración en la frontera francesa no puede modificarse. Garantizamos que, de aquí al lunes 3, a las siete de la tarde, la frontera francesa no será franqueada si el asentimiento de Inglaterra nos llega a tiempo.

Bethmann-Hollweg.


4º. Telegrama del Rey Jorge V al Emperador Guillermo.

Londres, 1º de Agosto de 1914.

En contestación a vuestro telegrama que acabo de recibir, pienso que ha habido mala interpretación en lo concerniente a una supuesta proposición que se hizo en el curso de la entrevista amistosa entre el Príncipe Lichnowsky y Sir Edward Grey, y en la que discutían el modo de que un conflicto armado entre Alemania y Francia pudiese retrotraerse hasta que se encontrase una fórmula de arreglo entre Austria Hungría y Rusia. Sir Edward Grey verá al Príncipe Lichnowsky mañana por la mañana para poner bien en claro que existe una mala interpretación por parte de este último.

Jorge


5º. El Príncipe Lichnowsky, Embajador de Alemania en Londres, a M. de Bethmann-Hollweg, Canciller del Imperio alemán.

Londres, 2 de agosto de 1914.

La sugestión de Sir Edward Grey, fundada en el deseo de conservar la neutralidad por parte de Inglaterra, se ha hecho sin previo acuerdo con Francia y, desde entonces, fué abandonada como fútil

Lichnowsky.

(Extractos del Libro Azul inglés, publicados como Anexo II bis )

9 comentarios:

  1. No hay duda, son humanos. Educados pero humanos. Me imagino la cara de Guillermo.

    ResponderEliminar
  2. Igual con un messenger a mano, otro gallo hubiera cantado.
    Yo que pensaba que entre frase y frase tenía que aparecer un STOP.

    Besos.

    ResponderEliminar
  3. Muy interesante el aporte epistolar. Qué sería el mundo sin mediadores, ¿el paraíso? xD

    ResponderEliminar
  4. wilson: para algo habían tenido los mejores preceptores.Lo malo es la parte humana...

    Lady Moore: Discrepo: seguro que el messenger se les había colgado en el momento más jodido. Lo del stop era para el vulgo lacayo, señora mía, que estamos hablando de reyes y emperadores ( o, por lo menos, príncipes)

    D. Luis: Los últimos telegramas me suenan a algo, eso de que el bueno de Lichnowsky confundiese lo que oía con lo que le habría gustado oír

    ResponderEliminar
  5. ...pues así se escribe la historia ¿no?

    Saludos

    ResponderEliminar
  6. e-catarsis: Bienvenida al bar. Pues sí, aunque, en realidad, cada uno escribe la historia que le da la gana, ¿no? Lo que no impide que las cosas hayan pasado de una sola forma. La gracia está en enterarse de cuál.

    ResponderEliminar
  7. Todo como que muy educado, muy elegante. Voy a mandar a miles de personas hacia el terror y la muerte pero de forma muy correcta, como si se tratara de un juego de caballeros.

    Saludos.

    ResponderEliminar
  8. apesardetí: bienvenido a éste tu bar. Se trata de un juego de caballeros. Que, por cierto, se sigue practicando con asiduidad; lo único que las buenas maneras propias de una esmerada educación se han perdido hace tiempo.

    ResponderEliminar
  9. Animales con modales de caballeros.

    Igualmente, siempre es un placer leer las fuentes originales, Saludos.

    ResponderEliminar

Soltad aquí vuestros exabruptos