11/5/06

Choque de civilizaciones: los orígenes



En esta época de mi vida, como saben los que me conocen, en cuanto alguien me pregunta por mi signo del zodiaco (virgo, evidentemente), o mi año chino (búfalo, obviamente), mi respuesta invariable es que Grecia, Roma y la Revolución Francesa han tenido que servir para algo (vamos, digo yo). Este bonito grito de guerra me fue sugerido hace años por un vecino, todo hay que decirlo.

El origen de todo esto viene de atrás:

Yo tuve una educación rigurosamente católica y posteriormente me dediqué con cierto método a la práctica de rollos raros japoneses (eso, sí: siempre ortodoxos y siempre con japoneses, nunca con gurús belgas o argentinos)

Pero el hecho indudable es que comencé a cuestionarme, si no la existencia de Dios, sí al menos su relación conmigo alrededor de los 6 años. 1968: Mientras nuestros mayores encontraban la playa debajo de los adoquines en París disponiéndose ya a gobernarnos, yo hacía la primera comunión.

Está claro que a esa edad uno tiene una mente lógica: la misa era un coñazo, te contaran lo que te contaran; pero aguantabas estoicamente porque te explicaban que, cuando hicieras la comunión lo entenderías todo, y podrías comulgar, como los mayores; cosa que según te presentaban era –claro- la Hostia.

Entonces (yo y toda mi clase hicimos la primera comunión a los 6 años) empezaron mis dudas, porque:

a) A tan temprana edad cometí mi primer sacrilegio (y no me pasó nada) y

b) Para mi sorpresa (que no hizo sino confirmar mis peores sospechas) cuando deglutí mi primera hostia no sentí absolutamente nada, por más que lo intenté. Claro que me abstuve muy mucho de comentarlo porque por lo visto a todo el mundo le parecía que era una cosa acojonante.

Esta ausencia de fuegos artificiales y experiencias místicas se vio atemperada por el traje de marinero (herencia de mi primo Benito y heredado por mi primo Luis) y la posesión de mi primer reloj y mi primera estilográfica Parker; pero el hecho incontrovertible es que no sentí nada.

Aclaro lo del sacrilegio: antes de la primera comunión, iba la primera confesión, y yo, a ese cura (D. Jose Antonio, no es broma) que te cogía las manos con una fuerza que –sospecho ahora- iba más allá del simple objetivo de recordarte los horrores del Infierno, le mentí bastante.

Tenía tres pecados (a mi juicio mortales) que confesar, a saber:

a) En la tele de mis abuelos maternos había visto a quien luego resultó ser Monseñor Guerra Campos, arzobispo de Cuenca y baluarte del Nacionalcatolicismo –cosa que yo a la sazón ignoraba- y dije:

-- "Ese tío está loco".

Posteriormente descubriría que mi diagnóstico era rigurosamente exacto; pero, si recuerdo mis palabras justas, es porque mi abuela se descompuso diciéndome que ese señor era un Obispo y que yo iba de patas al infierno. Menos mal que tenía la primera confesión y podría confesarlo inmediatamente.

Ahí me planteé el tema: Pensé: "si le digo eso a Don Jose Antonio, no me absuelve; así que mejor le digo que era un simple cura". Pero me representé a mi confesor diciéndome:

-- "Humm... uno de los míos..." Y no me absolvía, el tío.

Así que, con gran penetración mental, opté con confesar:

-- "He llamado loco a un señor que salió por la televisión."

El pecado b) consistió en que estaba yo en la cocina de mis abuelos paternos, con la chacha que estaba preparando la comida (entonces, si eras de buena familia, tenías que tener chacha, aunque no tuvieras un duro; al fin y al cabo, era una más de la familia, y con mucho poder sobre los niños) Carmen, se llamaba, escuchaba la radio mientras trasteaba los pucheros.

Cantaba Manolo Escobar aquello de:

"Maresita María del Carmen
Yo te canto esta bella canción,
con ella te brindo mi cariño
lo mismo que si fuera un niño... etc."

Y yo, que –de verdad- no entendí bien, pregunté a Carmen quien –aunque chacha- era mayor que yo en edad, dignidad y gobierno:

-- "¿Qué ha dicho?, ¿Maldita María del Carmen?"

¡En qué hora! Carmen (sin duda por razones de homonimia) se puso sinceramente pálida y me dijo:

-- "¡Niño! No digas eso, que es la Virgen. Eso es un pecado gordísimo y si te mueres ahora mismo, vas al infierno. Tienes que confesarlo en seguida.

Este pecado me pareció tan serio que no encontré manera de dulcificarlo a oídos del confesor y –directamente- me lo callé.

c) Afortunadamente, poco después, rompí en casa no me acuerdo que cosa frágil de esas que las madres se empeñaban en dejar al alcance de los niños para poder castigarlos y le eché la culpa a mi hermana de cuatro años, lo que me permitió contar un pecado normal: un simple caso de falso testimonio que no involucraba a la Jerarquía ni a la Madre del Salvador: fácilmente absoluble para Don Jose Antonio.

En resumidas cuentas: comulgué en pecado mortal porque:

a) El primer pecado, iba bien (aunque yo no estaba del todo seguro) porque, al fin y al cabo, Monseñor Guerra Campos, aunque Obispo, no dejaba de ser "un señor", con lo que –técnicamente- no había mentido.

b) Lo de mi hermana, era un pecado estándar.

Pero C), lo de la Virgen era una omisión en toda regla y sin paliativos, cosa que no supe arreglar hasta el día siguiente, cuando ya era tarde; porque pedir urgentemente una segunda confesión a la tierna edad de seis años habría resultado sumamente sospechoso.

Me percaté de que si, para rematar mi confesión, hubiera dicho:

-- "Y he mentido a un señor".

(sin especificar que el señor era el propio D: Jose Antonio), él, como era también un pecado estándar, me habría absuelto y, entonces, habría comulgado sin cometer sacrilegio. Lo peor era que a ver quien era el guapo que confesaba después que había hecho la primera comunión en pecado mortal, que era un pecado todavía más serio: un pecado inconfesable. Así que, como por narices tenía que comulgar cada domingo, iba acumulando una cantidad de sacrilegios consecutivos que me tenía malo. A ver quien tenía huevos, con seis años, de confesar:
-- "Don Jose Antonio: aparte de pegar a mi hermana y mentir a mi madre, en los últimos cuatro meses he cometido dieciséis sacrilegios."

Afortunadamente, en días posteriores, me tranquilizó bastante que casi todos mis concomulgandos habían hecho más o menos lo mismo que yo y ninguno fuimos fulminados (V. foto adjunta).

Por otra parte, ninguno había tenido experiencias místicas ni fuegos artificiales (menos el que en la foto sale vestido de monje, que era un poco predispuesto)

En definitiva: aquí está la raíz de mi mente incrédula. Como se ve, yo era un poco retorcido; pero juro por el Bushido y la salvación de mi alma inmortal que es rigurosamente cierto. No es que dudara de la existencia de Dios (eso estaba en el ambiente: Dios era una parte más de lo normal), sino que me empecé a dar cuenta de que, por lo menos, no se fijaba especialmente en mí.

Hoy día soy más apacible y me parece muy bien que cada cual crea en el ser sobrenatural de su elección (yo mismo soy bastante devoto de Palas Atenea) mientras no pretenda obligar a nadie a que haga lo mismo.

Y como ya me extendido otra vez más de la cuenta, continuaré mañana o así; porque de lo que yo quería hablar era del así llamado choque de civilizaciones y de mi postura ante el mismo. Pero vamos a dejarlo para mejor ocasión.

17 comentarios:

  1. AHHH!CON QUE FUISTE TÚ

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  2. ¡Mierda! ¡Soy un puñetero bocazas! ¿Qué va a pensar de mí mi público?

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  3. jajajaja lo de Palas Atenea me ha hecho reir de lo lindo!!! grandisimo jejejeje yo hice algo peor cuando me confese... yo tambien tome la comunión aunque a los 9 años, bien, pues aun estado avisado, y al llegarme a mis oidos ese "de que quieres confesarte hijo mio" dije "pueeeeeeeeee hoy mismo he dicho, maricon, hhijoputa, cabron....." y el señor cura no le quedo otra que echarme del sagrado edificio.

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  4. Jeje.. es que los tiempos cambian. En mi caso (y a esa edad y en esos días de la edad oscura cuando las sombras de Mordor se extendían sobre la Tierra Media)las represalias habrían sido dantescas. Pero a cambio, nos enseñaban muy bien a ser sofísticos. Gracias por el link.

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  5. la religion fue una de las armas más mezquinas empleada en esa epoca xq se ensañaba especialmente con los niños.Recuerdo esos libros de vidas de niños ejemplares, o vidas de santos en los que ser torturados era una virtud.Y muy especialmente un catecismo de mi hermano en el que salían unas pedagogicas ilustraciones de SATANAS que daban pavor.
    Con todo esto solo se consiguian dos cosas una llegar a ser una persona normal o hacerte del foro de la familia, el opus, el PP, PSOE.
    Tambien comprendo el trato que recibiamos de los curas y monjas el pegar, humillar ¡ que perfeccion ! eso iba dirigido a alcanzar la gracia de dios.

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  6. Cierto: no comenté el catecismo que usamos en la catequesis para la primera comunión por razones de espacio, pero era novedosísimo, lo que nos hizo mucha ilusión en principio (supongo que la novedad era para obligar a los padres a comprarlo, claro). en lugar del Astete de toda la vida tenía las tapas moradas y lo que más recuerdo, en efecto, en la parte de los pecados capitales, supongo, era un satanás con alas de murciélago, cuernos, rabo y barba y patas de chivo que trataba de atraerse a unos tiernos niños con la indudable finalidad (eso lo sé ahora) de precipitarlos al averno por vía rectal. Porque la cara era totalmente lúbrica y libidinosa.

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  7. Por otra parte, a la vista está que no consiguieron plenamente su objetivo. Aunque, en mi caso, a lo mejor fue porque, como queda dicho, yo ya tenía la certeza a los 6 años de que mi alma inmortal estaba condenada.

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  8. Gracias por tu visita.

    Tu comentario me hace pensar que aun hay solucion para la mordida, jajaja

    Saludos desde México.

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  9. Pero mientras tu aparente consciencia de condenado te lleva a no creer lo que lees en los blogs, a otros nos llevó a emplearnos a fondo en nuestro objetivo. Y sí: a algunos, aquello de rabos con cuernos y cara libidinosa nos ponía.

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  10. Divertido como siempre pcbcarp.

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  11. Yo también me condené muy jovencita.Supe que no sería buena cristiana en cuanto me dí cuenta de que no sería capaz de salir al circo(romano,claro),para ser devorada por fieras varias y además cantando.¡Ea!,que no,ni de la mano de mi padre que era,fué y será un"Superman".Bueno,ni de eso ni de ningún tipo de tortura,de esas tan majas que te contaban en el cole las monjitas angelicales.Yo,en secreto,por supuesto,al mas mínimo pellizco habría adorado a Júpiter, o a cualquier dios de menor categoría.
    Y aunque me cueste reconocerlo, sigo igual de cobardica.Condenadita estoy si el nuevo Papa no decide quitar el infierno.¿Es con mayúsculas?.No sé.

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  12. Me encanta que hayas vuelto,hiena.
    No me molesta que no creas en los psicólogos.¿Por qué sabías que no me iba a enfadar?Eres tan especial como pcbcar.No me extrañaque seáis amigos.

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  13. ¡Hombre! Este blós vuelve por sus fueros. Abrazos varios entre la hiena y MªO. No os mosqueéis, que me resulta entrañable: a estas altura ya me he dado cuenta de que formáis parte de el libro de stilo y por eso este blós va a ser un referente mediático. Lo único que me jode es que tendré que compartir la fama con vosotras y cuando pise la alfombra roja, tendré que ir de vuestro bracete (y del de varios más) con traje de noche (en mi caso, smoking; en el vuestro, rojo y marcando canalillo)

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  14. María de la O:ya sabes,séptimo sentido(el no cabreo tuyo).Ahora una pequeña aclaración:
    El caballero español, si, el jefe,ese que quiere pisar la alfombra roja con smoking(daría cualquier cosa por verle vestido así), no es mi amigo.
    Somos coincidentes en algunos sitios.Hablamos, a veces,no siempre no te creas.¿Motivo?.Insondable.Y ocasionalmente,estamos de acuerdo en algo,poca cosa,y hasta nos reímos,él je,je;yo ja,ja.
    Porque hay algo que nos ha separado definitivamente y de lo cual me arrepiento,porque sé que
    no tiene arreglo:Segovia.
    Es muy duro, ya lo sé pero...
    Otra cosa.No te fíes de su gracioso comentario, porque en cualquier momento te pone las pilas.Si me contestas, que lo harás,creo,sé breve porque a mi también me las puede poner, pero en vivo y en directo y francamente no me gusta que se me llenen los ojos de lágrimas.
    Jefe: eres un obseso, ya sabes de qué.
    Creo que me he extendido más de lo habitual.Excusas,jefe.

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  15. Pcbcarp:Si lo que dice la hiena es cierto, no tienes perdón.
    Pero tampoco me fío mucho de sus gamberradas.Lo siento,hiena,pero tu tampoco crees en mi profesión.
    Por cierto,me sorprende qu le pidas excusas al jefe.

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  16. entre las dos me aveis liao...la verdad esq me acabo de levantar y no estoy mu despierto pero...q se le va a acer....
    yo tengo una pregunta maestro, cuando llege el dia de la alfombra roja yo q me pongo?smokin o el traje jedi?porq el traje rojo no m va tio lo siento.
    saludos

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